Categoría: Enseñanza,Hijos

Evaluando opciones educativas en una pandemia

July 30, 2020

por Marisol Rojo

Esta pandemia nos obligó a cambiar nuestro estilo de vida. Muchos no vamos a trabajar y trabajamos desde casa. Otros solo van algunos días, y algunos más perdieron sus trabajos, abriéndose puertas al emprendimiento. Pero, sin duda, uno de los temas más controversiales es la escuela y qué sistema elegir para educar a nuestros hijos. Pareciera que la vida se nos colapsó. Al principio sobrevivíamos con la esperanza de que solo fuera algunos meses, pero ahora algunos tenemos que enfrentar la realidad de que “meses” se van a convertir quizá en todo un ciclo escolar.

Las redes sociales han evidenciado la postura de los papás:

“Es maravilloso poder estar con mis hijos. Organizo mi semana, saco todas las copias y estoy al pendiente de ellos”.

“Ya no aguanto más. Tengo que trabajar, seguir haciendo todo lo del hogar y aparte completar todo el trabajo de mis hijos”.

“Las maestras no hacen nada. Solo mandan un videíto y yo tengo que hacer todo el trabajo. Mejor voy a educar en casa”.

“Mis hijos no están aprendiendo nada. Están conectados muy poco tiempo, y en ese tiempo no alcanzo a avanzar nada de mi trabajo”.

Infinidad de comentarios han dejado ver el sentir de la comunidad, tanto de maestros como de padres de familia. Para ayudarte a buscar un poco de claridad, primero quisiera resumirte las diferentes opciones que tenemos en nuestro país de México para continuar la enseñanza formal de nuestros hijos.

Enseñanza pública. En nuestro país, la educación pública consiste en aprender en casa, o el Sistema de Televisión Educativa, donde tus hijos ven la programación y realizan actividades. Para esto, deberás estar inscrito en alguna institución de carácter público y ponerte en contacto con el docente del año del alumno. Tus hijos deben seguir las instrucciones para alcanzar calificaciones aprobatorias.

Educación en casa (homeschool). Es una opción educativa que adoptan determinadas familias que deciden educar a sus hijos en el hogar al margen del sistema educativo tradicional. Pueden hacerlo siguiendo algunas metodologías disponibles, o siguiendo sus propios métodos de enseñanza.

Enseñanza privada. Se da a través de colegios, incluyendo en la matricula clases de diferentes idiomas o materias extracurriculares (como danza, cocina, nutrición, música u otros talleres). Suelen tener grupos reducidos, es decir, de 20 alumnos máximo. Existen con diferentes metodologías, con diferentes horarios, y por supuesto, costos muy diferentes a la educación pública.

Como padres, estamos en una encrucijada. ¿Qué tipo de educación debemos elegir para nuestros hijos en medio de esta contingencia? Antes de compartirte algunos consejos para tomar la mejor decisión, quisiera recordarte dos verdades que pueden alumbrar tu corazón:

Dios es soberano en tus circunstancias (Job 23:13; Sal. 115:3; Ro. 9:14-21).

Si Dios es soberano, en el plan perfecto de Dios estaba escrito que pasaríamos 24/7 con nuestros hijos en esta pandemia. Si aceptamos esta verdad, no estaremos preguntándonos: “¿Y si no aprende? ¿Y si las llamadas por Zoom no son suficientes? ¿Y si se hace adicto al celular? ¿Y si se le daña la vista?”. Cuando queremos controlar las circunstancias, nos haremos una infinidad de preguntas. Pero la soberanía de Dios implica que debemos reconocer que no podemos controlar nada, sino que debemos entregar nuestras ansiedades a nuestro Señor.

Dios es soberano, por lo tanto, debo rendirme a su voluntad. No debo caer en ansiedad o temor por el futuro educativo de mis hijos.

Tú eres responsable de tus hijos (Dt. 11: 19- 21; Pr. 22:6; He. 12:7).

Es impresionante lo que hemos conocido de nuestros hijos y de nosotros mismos durante esta pandemia. Falta de paciencia, falta de amor, desesperación, frustración. También cosas positivas como talentos de nuestros hijos que desconocíamos y conversaciones inesperadas. Quizás antes no podías observar los berrinches de tu hijo en el proceso de enseñanza y ahora lo vives de cerca. Esto no es porque seas mala o los maestros no son suficientes. TODOS tenemos corazones pecadores y nuestra tendencia es hacer el mal. Esto es lo que pasa con nuestros hijos. Y, como responsables de ellos, estas son grandes oportunidades de conocerlos mejor, abrir la Palabra y mostrarles su pecado con amor y ayudarles a encontrar esperanza en Cristo.

Soy responsable de la crianza de mi hijo. Acepto esa tarea como el hermoso plan de Dios y no como una carga.

Cuando aceptamos estas dos verdades, podremos hacernos preguntas objetivas en cuanto a qué tipo de sistema elegir para nuestros hijos (público, privado o educación en casa). Quiero destacar tres aspectos que debemos considerar al hacer esta decisión, sabiendo que Dios es la fuente de verdadera sabiduría en la toma de decisiones. Más abajo, te estamos compartiendo una serie de preguntas para considerar.

Aspecto espiritual

Para el padre creyente, el crecimiento espiritual de nuestros hijos siempre debe tomar un lugar muy alto de prioridad. Algunos abogan de manera enfática por una educación en casa como la única manera de cuidar la vida espiritual de los hijos. Otros dicen que, si tienes cerca una escuela cristiana y no la aprovechas, estás mal. Pero estas cosas simplemente no son ciertas de manera general. Dios equipa a cada familia para poder criar a sus hijos en el aspecto espiritual de la forma que Él quiere. Debemos considerar lo que va a ayudar a nuestros hijos en su crecimiento y a dirigir su corazón hacia el Evangelio. Recuerda: lo más importante no es que tu hijo aprenda TODO, sino que sea cada vez más como el Señor Jesucristo.

Aspecto motivacional

Cada padre debe evaluar su motivación para elegir ciertas opciones. Es posible hacer educación en casa motivado por el orgullo y la comparación, o inscribir a los hijos en una escuela privada para no perder el status, o mandarlos a la escuela pública por pereza. A Dios le interesa mucho la motivación de nuestro corazón y quiere obrar tanto en los padres como en los hijos. Recuerda que cualquier opción que elijas requerirá tiempo. Aunque no estés acostumbrado, debes renunciar a tus deseos egoístas de hacer lo que tú quieras para amar a tus hijos.

Aspecto económico

Dios no nos llama a hacer algo para el cual Él no piensa proveer. Si simplemente no tienes los recursos para cierta opción educativa, y has orado por el asunto, lo más probable es que Dios no te está dejando esa opción como válida. Sí, somos llamados a vivir por fe, y en obediencia. Pero Dios no guía a cada familia de igual manera, y para algunas Él decide no hacer posible una opción más costosa.

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Como ministerio, aquí en Crianza Reverente reconocemos que hay muchos otros factores que impactarán la decisión que cada familia debe tomar. Si te interesa ahondar más, te estamos incluyendo una serie de preguntas escritas por Laura Wifler y Emily Jensen del ministerio “Risen Motherhood” en inglés. Nos dieron permiso de traducirlas y hacértelas disponible. Toma un tiempo para considerar las preguntas, orar, y buscar consejo.

¿QUÉ DICE LA BIBLIA SOBRE LA EDUCACIÓN?

  • Al leer las Escrituras, ¿qué mandamientos da Dios a los padres sobre la crianza de sus hijos? ¿Qué deben priorizar y en qué deben invertir?
  • ¿Qué observación puedes hacer sobre el corazón de Dios hacia los niños y su educación? ¿Cuáles son las cosas no-negociables? ¿En qué áreas hay libertad cristiana?
  • ¿Qué promesas o bendiciones da Dios a los padres?
  • ¿Tu corazón está orientada hacia el corazón de Dios en cuanto a criar hijos, entrenar, instruir, y discipular en el Señor?
  • ¿Qué se supone que debemos enseñar a nuestros hijos sobre las influencias externas, amistades, el resistir tentación, y el operar “en, pero no ser de” el mundo?
  • ¿Qué dice la Escritura sobre respetar y someternos a las autoridades gobernantes?
  • ¿Cuál es el propósito de la educación formal (matemáticas, gramática, ciencia, etc.) y cómo se relaciona ese propósito con tu responsabilidad como padre o madre, y tus metas para tu hijo?

¿CUÁLES SON TUS MOTIVACIONES?

  • Si pudieras escoger tu método ideal de educación, ¿cuál sería?
  • Si estás casado/a, ¿cuál sería el método preferido de tu cónyuge?
  • ¿Has evaluado lo que motiva tu elección ideal de educación? ¿Comodidad, control, conveniencia, flexibilidad, querer facilidad? ¿Un deseo de obedecer y traer gloria a Dios? ¿Querer hacer lo mejor que puedas y reconocer tus limitaciones? ¿Un deseo de alcanzar algún supuesto ideal cristiano? ¿Temor de las otras opciones?
  • ¿Estás idolatrando un método sobre otro? Si no pudieras, por una razón u otra, utilizar tu método preferido, ¿cómo reaccionarías?
  • ¿Estás haciendo tu decisión basado en lo que van a hacer tus amigos? ¿o en presión de parte de abuelos, amigos, u otras influencias externas en tu vida? ¿Tienes miedo de hacer algo diferente a lo que alguien te está sugiriendo?

¿CUÁLES SON TUS CIRCUNSTANCIAS ACTUALES DE VIDA?

  • ¿Cómo pasan sus días, tú y tu cónyuge? ¿Está disponible uno de ustedes para invertir el tiempo que tu método preferido requiere? ¿Está dispuesto uno de ustedes hacer un cambio para que sea posible?
  • ¿Cuánto apoyo tiene tu familia a su alrededor? ¿Hay familia extendida o amigos que están disponibles para ayudar en las maneras que sean necesarias?
  • ¿Cuántos recursos económicos tienen disponibles? ¿Cuánto costará financiar tu tipo de educación preferido?
  • ¿Cuáles son tus habilidades únicas, áreas de pasión, y personalidad? ¿Crees que éstas apoyan el tipo de educación que te atrae? ¿Estás dispuesto a educar a tu hijo de una manera que se siente incómoda para ti si hace falta, confiando en Dios para ayudarte y equiparte en lo que te falta?
  • Si tu hijo estará en un ambiente que no adora a Dios (o incluso es anti-Dios), ¿cómo animarás una cosmovisión bíblica por medio de tus conversaciones e instrucción en casa?

¿HAS CONSIDERADO LAS NECESIDADES INDIVIDUALES DE TUS HIJOS?

  • ¿Estás dispuesto a tener a tus hijos inscritos en diferentes métodos educativos al mismo tiempo? Si es así, ¿serás capaz de coordinar diferentes horarios, horas de comienzo/fin, y mantenerte organizada con los diferentes sistemas educativos?
  • ¿Has considerado las debilidades y fuerzas de cada niño individualmente? ¿En qué tipo de ambiente florece tu hijo? ¿Qué le motiva o inspira? ¿Estás dispuesto a cambiar si ves que están batallando mucho?
  • ¿Alguno de tus hijos necesita ayuda adicional a lo largo del día escolar por razón de necesidades especiales? ¿Cómo tu método preferido de educación apoya y anima a ese niño a brillar?

¿QUÉ VISIÓN TIENEN PARA SU FAMILIA?

  • ¿Han hablado como esposos sobre su visión para su familia? ¿Tienen una “declaración de misión” a la cual se pueden referir?
  • ¿Qué tipo de cultura familiar quieren tener en su hogar? ¿Cómo priorizarán y cultivarán esa cultura con el método de educación que eligen?
  • ¿Qué influencia tendrá esta decisión sobre tus hijos en cuanto a sus amistades, su uso de tecnología, el poder entender el mundo desde una perspectiva bíblica, y el exponerse a la diversidad del mundo y sus trasfondos culturales? Cualquiera que sean la circunstancias, ¿cómo planeas enseñar de manera intencional a tus hijos a ejercer sabiduría, protegiéndoles y enseñándoles a aplicar el Evangelio?
  • ¿Has pensado en el futuro cuando tus hijos estén en los grados más avanzados, en prepa y universidad? ¿Cómo esperas que se vea su vida en ese entonces? ¿Qué esperas que ellos digan sobre su educación formal y estilo de vida cuando sean adultos?
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Autor

  • Marisol Rojo es originaria de Nayarit. Está casada con Daniel López, anciano de la Iglesia Bautista La Gracia en Juárez, N.L., México, y tienen una hija, Zara. Es graduada de la Universidad Cristiana de Las Américas, donde ahora colabora en el ministerio de educación.

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