Hay muchas oportunidades para que nuestros hijos crezcan, maduren, y se desarrollen. Entre las muchas opciones, ¿qué lugar debe tener la iglesia en nuestra lista de prioridades? Y, ¿qué función ejerce la iglesia en nuestras familias? Acompáñanos para explorar este tema.
Transcripción:
Susi: Gracias por acompañarnos una vez más aquí en Crianza Reverente. Estoy aquí nuevamente con mi esposo Mateo. Invité a Mateo porque este tema que vamos a ver hoy es sumamente importante y es esencial no solamente para las mamás sino también para los padres. Espero que al hablar de este tema el día de hoy puedas invitar a tu esposo a que escuche contigo, quizás más tarde cuando él llegue, y que este pueda ser un tema que ustedes platiquen juntos, porque realmente es fundamental en la familia el tema de la iglesia. Gracias, Mateo por acompañarnos una vez más.
Mateo: Es un placer como siempre.
Susi: Estaba pensando que cuando Dios nos salva, nos hace parte de su familia, nos adopta como sus hijos y esto también significa que nos hace parte de una familia que es la iglesia o la iglesia local. Y esta experiencia se va a ver muy diferente dependiendo de la situación de cada familia, su país, su cultura, su ciudad, muchos factores. La razón por la que yo quería que grabáramos un podcast sobre la iglesia en un programa que es de crianza, es porque yo quisiera que pudiéramos todos los padres cristianos entender: ¿es importante este asunto de la iglesia? o ¿qué tan importante es para la familia cristiana?
Entonces por eso en especial quería invitarte. Sé que además de ser pastor por no sé cuántos años, ahora ya casi una década, también has tenido la oportunidad de hablar con muchos jóvenes a través de los años. Como trabajas en una universidad cristiana y llegan jóvenes que se han criado en hogares cristianos, y otros que no, pero muchos se han criado en diferentes iglesias. Y sabemos que esas experiencias se ven muy diferentes, pero creo que has podido observar muchas cosas que quizás la mayoría no hemos tenido la oportunidad de observar. Entonces, ¿cuál crees que es la importancia de la iglesia en la vida familiar en general?
Mateo: Creo que lo primero que tenemos que evaluar sobre la iglesia es lo que Dios dice acerca de la familia. Eso es realmente lo que más importa, no tanto mis experiencias o mis opiniones, aunque tengo siempre muchas opiniones sobre estos temas, pero lo más importante es lo que Dios mismo dice acerca de la iglesia. Entonces, cuando nosotros vemos a la iglesia en el plan de Dios, es muy importante, porque la iglesia es el cuerpo de Cristo, y entonces representa a Cristo y es la manera en que Cristo se representa visiblemente aquí en el mundo y es lo que le trae gloria. Entonces Dios establece a la iglesia como la manera de traer gloria a su nombre, y bendición y crecimiento espiritual para nosotros en la vida cristiana.
Estaba leyendo, observando, y estudiando Efesios, capítulo 4 en particular. Es interesante que antes de llegar al capítulo 4, que nos habla mucho acerca de la iglesia, al final del capítulo 3 Pablo está orando por nosotros, que podamos experimentar el poder de Dios, que podamos conocer la plenitud de Dios. Eso puede sonar como algo muy lejano de la experiencia de muchos de nosotros, pero luego dice que Dios “es poderoso para hacer mucho más abundantemente de lo que pedimos o entendemos.” (Efesios 3:20) Y luego nos dice: “a Él sea gloria en la Iglesia” (Efesios 3:21). Y entonces el capítulo 4 inicia diciendo que “andemos dignos de la vocación con que fuimos llamados.”
¿Cómo podemos andar dignos? Bueno, es a través de la iglesia. A través de la iglesia nosotros recibimos la enseñanza de los pastores, de los líderes; nos capacitan para hacer la obra del ministerio, para que “ya no seamos niños fluctuantes llevados por doquier de todo viento de doctrina,” sino que maduremos (Efesios 4:14). Y eso sucede en el contexto de la iglesia, cuando todos “lleguemos a la estatura de la medida de la plenitud de Cristo” (Efesios 4:13). Entonces tenemos ahí ese proceso, y la iglesia es una parte muy, muy importante de eso. No vamos a tener el crecimiento o la madurez que deberíamos de tener en nuestra vida cristiana, y por supuesto estamos hablando de la crianza. Entonces si queremos que nuestros hijos maduren y crezcan espiritualmente, tiene que ser a través de la iglesia.
Susi: Yo creo que los padres especialmente hoy en día en nuestra era moderna podemos tener como una lista de todas las cosas necesarias para una buena crianza. La educación, la salud, la alimentación y muchas cosas. Entonces, en tu opinión, ¿dónde colocaríamos la iglesia, la vida en la iglesia, en esa lista de prioridades? ¿Estamos hablando de un punto clave o de algo que debe ir en la lista ahí más o menos en un lugar de prioridad?
Mateo: Pues la vida espiritual tiene que ser lo más importante a la hora de criar a nuestros hijos. Más importante que si sacan excelentes calificaciones o si participan en todos los eventos extracurriculares. La vida espiritual es lo más importante en la crianza. Entonces, si eso es importante para nosotros, la iglesia tiene que ser importante porque Dios dijo que es importante para nosotros también.
Susi: Entonces, básicamente es un “no negociable”.
Mateo: Claro. A mí me gusta usar la ilustración del corazón para hablar de esto, porque el corazón tiene dos lados.
Susi: ¿El corazón físico, humano?
Mateo: Físico, claro. El corazón tiene dos lados, un lado recibe la sangre de los pulmones que tiene mucho oxígeno, la manda al resto del cuerpo y luego esa sangre regresa al otro lado del corazón que la envía a los pulmones para que de nuevo pueda llenarse de oxígeno. Pues, si alguno de esos dos lados de tu corazón no funciona, vas a morir. De la misma manera en nuestra vida espiritual tenemos dos aspectos que son sumamente importantes. El primero es tu propia relación con Dios y el segundo es tu relación con tus hermanos en Cristo en la iglesia que contribuyen a tu crecimiento espiritual.
Si no tienes esas dos cosas no vas a avanzar espiritualmente, vas a morir probablemente espiritualmente también. Entonces tenemos que tener esos dos elementos, nuestra relación con Dios, pero también nuestra relación con nuestros hermanos en Cristo.
Susi: Entonces, no podemos verlo como algo que agregamos. Yo creo que mucha gente lo ve como “¡ah es una actividad muy bonita que agregamos los fines de semana!” Realmente eso no puede ser nuestra actitud.
Vamos a suponer que todos estamos convencidos de que esto es lo que necesitamos. Mi familia necesita estar en la iglesia, mis hijos necesitan a la iglesia pero, ¿cómo se ve eso en la vida real? Es decir, ¿cómo debemos los padres ver el papel que la iglesia va a tener en nuestras vidas y en las vidas de nuestros hijos? ¿Qué debemos esperar? ¿Qué vamos a conseguir ahí como familia? ¿Cuáles deben ser esas expectativas?
Mateo: En la iglesia lo que nosotros recibimos primeramente es la enseñanza de la Palabra de Dios. Eso es quizás el elemento más esencial. Es una oportunidad también para adorar a Dios; una oportunidad para recibir la edificación y el estímulo de nuestros hermanos en Cristo. Pero esto es interesante porque muchas veces nosotros como padres podemos pensar que el pastor entonces es el responsable del crecimiento espiritual de mis hijos. Pero en el cuadro bíblico encontramos que los padres son los responsables de la vida espiritual de sus hijos, son los que tienen que enseñar a sus hijos, y tienen que instruir a sus hijos. Y entonces, como parte de eso, está la vida dentro de la iglesia donde no solamente el pastor ministra a los hijos sino que también otros creyentes están involucrados profundamente en la vida de los demás creyentes.
En la Biblia no encontramos que dice que vayas para que el pastor te estimule al amor y a las buenas obras, sino que dice que todos nosotros debemos estimularnos al amor y a las buenas obras. De hecho, podemos observar que en el Nuevo Testamento hay aproximadamente sesenta versículos que usan la frase “unos con otros” o “unos a otros” o algo muy similar. Y hablan de cosas como las que ya mencioné, estimularse al amor y a las buenas obras, cuidar unos de otros, consolarse unos a otros, llevar las cargas los unos de los otros, hablar unos con otros, enseñar, amonestar, confesar nuestros pecados unos a otros. Entonces vemos que todo esto es una vida muy, muy íntima. Y esto es un reflejo del cuerpo de Cristo, es la ilustración quizás más importante del Nuevo Testamento.
Somos ¿qué? El cuerpo de Cristo. Los miembros del cuerpo son esenciales el uno para el otro, no son independientes, no pueden vivir por su propia cuenta. Entonces tenemos que estar todos trabajando en conjunto, confrontándonos, restaurándonos, levantándonos cuando caemos. Eso es esencial para nuestra vida cristiana y debería ser nuestra expectativa en cualquiera iglesia donde estamos.
Susi: Eso es muy interesante, porque creo que en el asunto de la crianza no esperamos o no queremos que los demás nos ayuden. Es decir, es muy común que si hay una pareja o un matrimonio con hijos pequeños, y una hermana o un hermano les hacen un comentario, quizás una exhortación o una sugerencia de cómo hacer algunas cosas con sus hijos, lo toman mal. Lo toman como si se estuvieran metiendo en su crianza. Pero con esta perspectiva que tú estás describiendo, yo debería como mamá querer que otros hermanos, ya sea directamente con mis hijos o quizás conmigo, me ayuden y que se involucren en mi vida y en mi crianza. Y eso es algo en lo que creo que las mamás en particular batallamos, en que otros comenten o quieran ayudarme. Muchas veces no acepto esa ayuda.
Mateo: Hoy mismo en la iglesia estábamos viendo Proverbios, creo que es 12:1 que dice que “…el que aborrece la instrucción es ignorante.” Y comentábamos que necesitamos la reprensión, la instrucción de otros hermanos en Cristo. Y muchas veces resistimos eso, pero eso sería una indicación de nuestra ignorancia. En vez de recibirlo con el deseo de aprender, muchas veces lo rechazamos porque nos sentimos atacados, sentimos que se están metiendo donde no deben, pero realmente es parte de su rol. Obviamente hay personas que son muy metiches y que se entrometen donde no deberían estar.
Susi: ¡Si, no faltan en ninguna iglesia!
Mateo: ¡Por supuesto!
Susi: Pero es la actitud con la que aceptamos esa intervención o exhortación lo importante.
Mateo: Si, deberíamos ser humildes y escuchar a nuestros hermanos.
Susi: Y pensando en todo eso, quería que comentáramos de algunos errores comunes que los padres sí cometemos en cuanto a la iglesia, o ideas incorrectas que tenemos. Ya hemos mencionado algunas, pero ¿hay algunas otras ideas incorrectas o errores comunes?
Mateo: Quizás unos de los errores más comunes el día de hoy es pensar que en la iglesia no me pueden enseñar nada sobre la crianza de los hijos. El pastor no es psicólogo, no es pedagogo, no es educador, entonces no tiene nada que decirme sobre la crianza de mis hijos. Creo que el libro de Proverbios nos da mucha enseñanza. El pastor que enseña lo que el libro de Proverbios dice tiene mucho que enseñarte sobre eso. Pero a la misma vez, como decíamos hace un momento, la iglesia no es finalmente la responsable de criar a mis hijos. Yo soy el responsable de criar a mis hijos. Y ahora, eso significa que la iglesia no es culpable cuando mis hijos no son criados bien o “no salen bien” como a veces decimos ¿verdad? No, yo soy el responsable. Yo tengo que instruir a mis hijos. La Iglesia es una herramienta muy, muy importante, pero la familia, los padres, son lo más importante en ese aspecto. Debemos de enseñar mucho a nuestros hijos la importancia de la iglesia.
Estaba reflexionando un poquito sobre este punto, que una de las maneras en que enseñamos mal a nuestros hijos es en nuestra inasistencia, o nuestra inconsistencia en nuestra asistencia, porque muchas veces la iglesia es secundaria. Podemos observar que si el sobrino de un tío de una cuñada tiene un cumpleaños, pues vamos corriendo al cumpleaños. Si hay un partido de futbol, o si mi hija tiene algún evento del ballet o cualquier otra cosa, incluso tarea que hacer, ah pues lo que queda en segundo plano es la iglesia. Y entonces fallamos.
Usando la ilustración del corazón que mencionábamos hace un momento. La arritmia es un problema muy serio en cuanto al corazón. Cuando de repente no es consistente el corazón en algún latido puede causar graves problemas físicos. Y eso pasa también en nuestra vida espiritual. Cuando no somos consistentes en nuestro andar personal con Cristo o no somos consistentes en nuestra asistencia a la iglesia, es como una arritmia espiritual que tarde que temprano va a tener consecuencias graves en nuestra salud espiritual también.
Susi: Si, yo estaba pensando en algunas actitudes que los padres tenemos que a veces ni nos damos cuenta de que nuestros hijos están captando hasta después cuando ya es muy tarde. Por ejemplo, padres que cada domingo que van a la casa en el carro, van criticando. Van criticando a los hermanos, van criticando el sermón del pastor, no sé, van con actitudes negativas y luego diez años después se sorprenden cuando sus hijos tienen una actitud negativa en cuanto a la iglesia. Entonces yo creo que estos son errores que, quizás yo amo a mi iglesia o yo digo que amo mi iglesia, pero si lo que comunico continuamente a mis hijos es una negatividad, crítica o frustración, entonces mis hijos no van a adquirir una perspectiva bíblica y sólida de la iglesia.
Mateo: Y algo que va de la mano de eso es cuando quizás no estamos criticando a la iglesia en sí, pero sí estamos criticando a hermanos de la iglesia, o cuando contamos los problemas de los hermanos de la iglesia a nuestros hijos. Muchas veces lo que eso puede crear es la idea de que todos los hermanos de la iglesia son hipócritas. Y obviamente no queremos esconderles las cosas pero tenemos que tener esa sabiduría de cuándo decirles algo y cuándo no decirles nada. Porque muchos hijos han crecido con la idea de que todos los cristianos son hipócritas, porque sus padres les han contado problema, tras problema, tras problema, tras problema. Y aunque sí, todos tenemos problemas, queremos tener mucho cuidado a la hora de ser sabios en qué decirles y qué no decirles para no darles una perspectiva distorsionada.
Susi: Yo creo que, a fin de cuentas, si yo comunico una perspectiva negativa a mis hijos es porque está en mi corazón. De alguna forma yo tampoco estoy viendo bien a la iglesia, a los hermanos de la iglesia, al servicio en la iglesia. Si yo voy a la iglesia y sirvo con mi sonrisa, pero en la casa me quejo de que la hermana tal no llegó, me dejó sola, y no sé qué, entonces realmente estoy comunicando a mis hijos que yo sirvo por lo que otros piensen o solamente porque así se tiene que hacer. Yo creo que son muchas cosas que tenemos que examinar en nuestros propios corazones en cuanto a nuestra perspectiva de la iglesia.
Ahora, hablando de eso, de que muchas veces somos culpables de quejarnos de nuestras iglesias y encontrarlas faltas, es verdad que existen iglesias que no son buenas o no son sanas. No existe iglesia perfecta, pero hay iglesias que realmente no están practicando la verdad o no son iglesias bíblicamente sanas. Algunas de las cosas de las cuales los padres se quejan quizás son cosas como: no hay muchas clases para niños, nos caen mal los hermanos, o nos queda lejos, no sé, otras cosas. ¿Qué debería ser entonces ese criterio que un padre de familia en especial usa para saber si él tiene a su familia en una iglesia sana que va a contribuir a ese crecimiento que tú estabas comentando?
Mateo: Lo más importante es la predicación de la Palabra de Dios, que se predique fielmente la Palabra de Dios. No hay otra cosa que sea más importante para tu propia salud espiritual, para la salud espiritual de tus hijos y finalmente para la salud de la iglesia misma. Entonces, tenemos que buscar la iglesia que mejor predica la Palabra de Dios, que más fielmente predica la Palabra de Dios. Puede ser que no tenga todos los ministerios que nosotros quisiéramos que tenga, puede ser que no sea del tamaño que nosotros quisiéramos que fuera, puede haber otras cosas que no nos gustan, pero lo más importante es la predicación de la Palabra de Dios. Después de eso creo que para nuestro crecimiento sería la interacción. La intimidad entre hermanos en Cristo, el poder abrirse. Que estemos involucrados unos en las vidas de los otros. Y después hay otras cosas. La adoración, que es importante, el evangelismo y las misiones, pero lo central que deberíamos buscar es la sana y fiel predicación de la Palabra de Dios.
Susi: Y quizás algún padre pudiera sentir, pues es que yo no soy entrenado en la Palabra. Yo no sé si pueda reconocer mala predicación o buena predicación. Pero yo creo que sí podemos detectar si un pastor está abriendo la Palabra, si está dirigiendo nuestra atención a la Palabra, si él está intentando ver lo que dice el texto en lugar de empezar con una idea suya y brincar y escoger versículos. ¿Qué otras cosas pudieran ser practicas?
Mateo: Si, frecuentemente podemos ver a un pastor, por ejemplo, que menciona un versículo al principio del sermón y ya no vuelve a mencionar ese pasaje el resto del sermón. Eso debería de alertarte que probablemente no está usando la Palabra de Dios fielmente. Probablemente lo está usando como una excusa para lo que él quiere decir.
Si tu pastor predica mucho sobre sus experiencias, cosas que él ha vivido. Si quizás te cuenta visiones que él ha tenido, revelaciones que no están en la Palabra de Dios. Si él cuenta muchas historias de otros creyentes, lo que otras personas han vivido, incluso de grandes cristianos del pasado. Obviamente lo que ellos vivieron es bueno, pero el centro debe ser la Palabra de Dios, la atención debe ser la Palabra de Dios. Si no pone la Palabra de Dios en el centro y el enfoque está sobre esa Palabra, quizás deberías de empezar a buscar otra iglesia donde sí puedan predicar la Palabra de Dios así.
Susi: Y diríamos que en una familia cristiana donde papá y mamá son creyentes, es la responsabilidad del papá, ¿verdad?
Mateo: Claro, porque el maestro principal de la Palabra en una familia es el papá, no la mamá, no el pastor, es el papá. Entonces esa es mi responsabilidad. Yo debo tomar esas decisiones. Yo debo ser el que se asegura de que la iglesia a donde nosotros asistimos es una iglesia sana donde se predica fielmente la Palabra de Dios.
Susi: Y obviamente sabemos que pueden estar escuchando algunas mamás que no tienen un esposo creyente o quizás no tiene a su esposo en casa. Y es ahí donde Dios nos da a las mamás que están en esa situación la gracia y la sabiduría, pero en el caso en que está papá ahí, él debería tomar ese liderazgo.
Mateo: Incluso puede ser que haya una mamá escuchando que tiene un esposo que quiere ir a la iglesia que ella siente que no es sana. ¿Qué hacer en ese caso? Bueno creo que la sumisión es muy importante y, a menos que sea una iglesia que es herejía pura y clara (algo que contradice claramente lo que la Biblia enseña), lo mejor para tu vida espiritual y la vida espiritual de tu familia es que tú sigas a tu esposo en sumisión hasta que Dios le abra los ojos a él para buscar otra iglesia de sana doctrina.
Susi: Muy bien, pues se nos acaba el tiempo. Gracias Mateo por acompañarnos. Y en resumen, fuera de tu hogar la vida en la iglesia es probablemente el área más importante para el desarrollo espiritual de tus hijos. No es opcional. Dios nos llama a cada familia cristiana a estar activamente involucrada. Y yo te animo como mamá, como papá a que busques ser discipulado, a que busques crecer y servir en una iglesia local. Como dijimos, no hay iglesia perfecta, pero eso no importa porque se trata de pecadores redimidos por la gracia de Dios que buscan glorificar a Dios juntos y crecer en su fe. Evalúa si tu corazón valora la iglesia para que así tú puedas comunicar a tus hijos esa misma actitud.
¡Que Dios te bendiga esta semana!
Transcrito por Yanara Meléndez