Categoría: Enseñanza

3 Cosas que decir a tus hijos acerca del género

febrero 24, 2022

por Dan Doriani

Un video semi-popular en YouTube comienza con una persona joven que es un hombre feminizado o una mujer masculinizada. La voz es difícil de descifrar; ¿es un hombre hablando con una voz de mujer o al revés? El narrador dice que las personas constantemente preguntan, “¿Eres hombre o mujer?” La respuesta:

No… Soy no binario…. El género está en el cerebro. El sexo físico es algo completamente aparte y una cosa totalmente diferente… El género es lo que sientes, no lo que “tus partes” son; no importa en qué esqueleto naciste, es lo que sientes lo que te define.

El video sigue una tendencia social que muchos prefieren ignorar, pero dos realidades hacen que desentenderse de dicha tendencia sea un mal consejo. Primero, un hombre biológico, quien se ve y actúa como un hombre en todos los sentidos, puede esperar en muchas de las entidades ser tratado como mujer si solamente dice, “Soy una mujer.” En muchos lugares, las leyes que protegen a las personas con respecto a su orientación sexual e identidad de género se basan solamente en su auto-definición. Un hombre puede llamarse a sí mismo mujer y libremente usar instalaciones para mujeres. Segundo, muchas escuelas promueven fluidez de género tanto en los primeros como en los últimos años en el plan de estudios, causando potencialmente confusión en niños y adolescentes en la escuela primaria y secundaria.

Porque el tema transgénero es una ola cultural, no debemos ignorarlo.

La campeona de tenis, Martina Navratilova, fue recientemente criticada como transfóbica porque dijo que los hombres trans hacen trampa si compiten en atletismo como mujeres. Navratilova es experta en el tema, habiendo ganado muchos títulos compitiendo con y en contra de hombres en dobles mixtos. Como lesbiana declarada, es un blanco de crítica poco probable. Pero la comunidad trans es rápida para criticar a aquellos que cuestionan su ideología.

Este pequeño artículo no puede abordar cada tema transgénero, pero busco equipar a los padres a hablar a sus hijos acerca del género. Es vital ofrecer compasión y ayuda a todo aquel que experimenta disforia corporal, lo cual es la sensación de que habitan un cuerpo equivocado.  

Aquí hay tres grandes verdades que pueden ayudar a los padres a discutir el género con sus hijos.

  1. Dios es el Creador y Él escogió crear a la humanidad hombre y mujer.

Génesis 1 dice: “Y creó Dios al hombre a su imagen… varón y hembra los creó… y les dijo, ‘Fructificad y multiplicaos; llenad la tierra’ (Gen 1:27-28; Gen. 5:2)”. Jesús reafirma este texto en Mateo 19:4, “El que los hizo en el principio, varón y hembra los hizo.”

El término género puede ser definido en varias maneras. Algunos llaman al género los aspectos sociales y culturales (en vez de biológicos) de ser un hombre y una mujer. O el género es la conciencia de una persona de su identidad sexual. Pero es mejor decir que el sexo es la realidad biológica, y género es la forma en que expresamos esa realidad en la sociedad. Esto es, las personas son hombre o mujer; y la sociedad espera que las personas muestren qué son. (Cada año, cerca de 1,000 personas nacen “intersexuales». Aun así, genética y cromosómicamente son xx o xy. También está el síndrome Klinefelter, en el que pocas personas que parecen ser hombres ordinarios tienen 47 cromosomas, y son xxy o xxxy. Como a todos los que nacen con anormalidades genéticas, debemos ofrecerles cuidado y compasión).

Por el pecado, cada sociedad expresa el género en maneras dañinas; y por la gracia común, cada sociedad expresa el género en maneras que ayudan. El género está basado tanto en biología (el orden creado) como en la cultura. Por ello, algunos aspectos del género son objetivas realidades físicas y algunos aspectos de género son construidos socialmente.

Actividades como dar a luz y amamantar son del orden creado, no social. La reproducción es algo básico en el diseño de Dios. Las personas son hombre o mujer en cada célula de su cuerpo, en ambos, nervios y hormonas; no solo en los órganos reproductivos.

Aún así, hay elementos de género que se construyen socialmente. En Estados Unidos, los hombres que trabajan en oficina regularmente usan corbatas; sin embargo, las mujeres que trabajan en dichos lugares no las usan. Esto es arbitrario, es construido socialmente. Las corbatas se inventaron en 1860, así que nadie identificaba el género por el uso de las corbatas hasta recientemente.

De manera similar, los estadounidenses han acordado, de alguna manera, que las mujeres cocinen dentro de la casa mientras que los hombres cocinan afuera. Y cuando cocinan afuera le llaman de diferente manera: parrillada. Esto también es arbitrario. Tal vez tiene más sentido para los hombres, quienes tienden a ser más altos y fuertes, dominar proyectos de construcción, pero las mujeres pueden ser tan aptas como los hombres en la mayoría de las habilidades físicas.

Le hacemos un favor a todos al reconocer que muchas normas culturales son solo eso, culturales y no bíblicas.

Hoy en día, muchos asumen que a los chicos les gustan las actividades al aire libre, mientras que a las chicas les gustan las actividades dentro de casa; que a los muchachos les gustan los deportes de colisión y a las muchachas no. Hay tendencias en esas direcciones, pero a innumerables chicas les gusta vadear ríos y escalar montañas, les encantan los deportes como el fútbol o el ultimate frisbee donde las personas colisionan. No hay nada de malo con esas chicas (yo crié a tres de ellas). Tampoco hay nada malo con los chicos que les gusta cocinar. No causemos dudas innecesarias al querer imponer ideales puramente culturales sobre nuestros hijos.

Dicho esto, distinguimos roles y ropas: es normal para los chicos actuar como sus papás y a las chicas actuar como sus mamás. Es bueno que los hombres y las mujeres se identifiquen a través de sus apariencias y acciones, que de hecho son hombre o mujer, entendiendo que varias culturas tienen diferentes formas de identificarse. Este principio es reflejado en Deuteronomio 22:5: “No vestirá la mujer traje de hombre, ni el hombre vestirá ropa de mujer; porque abominación es a Jehová tu Dios cualquiera que esto hace.”

  1. Tu cuerpo es un regalo, no un problema.

Padres, ayuden a sus hijos a apreciar que fueron hechos de manera maravillosa (Sal. 139:14). Diles y muestrales que Dios les permite a sus cuerpos hacer cosas asombrosas. Podemos gritar y correr; podemos permanecer quietos; podemos bailar, balancearnos y cantar. Padres, dejen que sus hijos los vean haciendo actividades de destreza; haciendo música, malabares, dibujando, lanzando y cachando, creando y reparando.

Sospecho que la relación “amor-odio” que las personas hoy en día tienen con su cuerpo ha contribuido grandemente al movimiento transgénero. Idolatramos los cuerpos perfectos, y hacemos dieta y ejercicio para lograrlos. Pero la comida está en todos lados, y la mayoría de nosotros vivimos vidas sedentarias. Altos estándares junto con altas estadísticas de fracaso crean gran insatisfacción, y algunos de los trágicos resultados incluyen cortarse, anorexia y atracones. El problema continúa creciendo y se ha esparcido de mujeres a hombres.

Ryan Anderson describe las raíces históricas del movimiento transgénero en Cuando Harry se convirtió en Sally (When Harry Became Sally), mostrando que las feministas radicales buscaron romper el vínculo entre el género y la biología. Para ellas, el cuerpo es un problema; esclaviza a la mujer a la reproducción y la lactancia y les impide afirmarse y definirse. Algunas pocas feministas esperaban “tomar el control de la reproducción” y terminar “la distinción de sexo” hasta que “las diferencias genitales… no importaran más”. Estas radicales (no todas feministas) afirman que su cuerpo de mujer “se opone a su existencia como persona», así que deben resistirlo. Aún si su programa no llegó a ser popular, la mentalidad de que “el cuerpo es un problema” ha influido la cultura occidental.

Es cierto que los cuerpos caídos tienen muchas imperfecciones, incluyendo desórdenes genéticos y enfermedades. Debemos extender compasión y cuidado a todo aquel que experimenta problemas severos. Pero nuestros cuerpos son un regalo de Dios, y hay una relación directa y positiva entre nuestros cuerpos y nuestras identidades como hombre y mujer. Los padres sabios ayudan a sus hijos a visualizar sus cuerpos como un regalo.

  1. Descubre quién eres dentro de los regalos dados por Dios de manera providencial, incluyendo tu cuerpo.

Los padres pueden decirles a sus hijos que Dios ha escogido formarnos a través de la genética. Nos podemos “encontrar” en nuestro Dios dador del género, así como nos podemos “encontrar” en la herencia genética que incluye altura, peso, fuerza y más.

Mi familia es bastante atlética, pero también somos propensos a ciertas lesiones. Este invierno, yo batallé con un ligamento roto del codo, mi hija con un ligamento roto del pie. Ella asintió cuando le dije, “Siento mucho que te heredé esto, pero debes trabajar este aspecto de tu herencia; tienes dones y eres propensa a lastimarte”.

Estos asuntos, así como nuestra identidad sexual, son elementos de la providencia de Dios.

Aprovechando la autenticidad.

Desde los años 50, la cultura occidental ha exaltado la autenticidad, que requiere que uno viva de acuerdo al genio de su ser interior, no según las demandas de la familia o la sociedad. Las personas auténticas escogen su camino y rechazan los roles que se les asignan. El movimiento transgénero aprovecha el entusiasmo actual por la auto-definición. Nuestra cultura constantemente nos dice “Sigue tu corazón” para que encontremos nuestra identidad al mirar dentro de él. La Biblia nunca dice “Sigue tu corazón.” De hecho, Jeremías 17:9 lo deja claro: “El corazón es engañoso.”

Es cierto, podemos cuestionar los roles que la familia y la sociedad han puesto sobre nosotros. Sin embargo, es bueno, no malo, encontrar nuestro lugar en el mundo a través del cuerpo que Dios nos dio. Si creemos en la soberanía y la bondad de Dios, les diremos a nuestros hijos que esto aplica a ellos.

Este artículo fue publicado primero en The Gospel Coalition. Traducido por Eyliana Perez y usado con permiso.

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Autor

  • Es fundador y director ejecutivo en Center for Faith and Work St. Louis. Obtuvo una Maestría en Divinidad y un Doctorado en el Seminario Teológico Westminster y una Maestría en Teología Sacra de Yale Divinity School. Un miembro del consejo en TGC, también es anfitrión del podcast Working. Ha escrito varios libros incluyendo, Work: Its Purpose, Dignity and Transformation. Él y su esposa, Debbie, tienen tres hijas.

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