4 formas de cuidar de mamás con esposos inconversos

March 27, 2022

por Rachel McIntosh

“Mami, no quiero ir al cielo si papi no va a estar allí”.

Lauren escucha la tristeza en la voz de su hijo, mira cómo tiembla su labio superior y ve las lágrimas que comienzan a acumularse en sus ojos. Siente algo así como dolor físico y su mente se apresura a pensar en qué le dirá al corazón de su hijo de nueve años. (1)

– – – –

Fiona se sienta en el sofá con la Biblia y su libreta en mano; cierra sus ojos y en silencio une su voz al himno de alabanza que está sonando en la bocina. Su esposo entra en el cuarto y después de algunos minutos la música en su corazón se convierte en tristeza al escucharlo decir: “Alexa, ¡apaga eso!”

– – – –

“¿Puede esperar, por favor?” Jenny pregunta, intentando no mostrar enojo en su tono de voz cuando su esposo interrumpe su tiempo devocional por cuarta vez en una semana.

– – – –

Cuando nos acercamos a Jesús, Él no solo nos llama “amigos” (Juan 15:15), sino que también nos llama familia (Hebreos 2:11). Y cuando nos acercamos a Jesús, Su familia se convierte en nuestra familia también. Mujeres como Lauren, Fiona y Jenny se convierten en nuestras hermanas en Cristo.

Una de las maneras en las cuales debemos amar a nuestros hermanos y hermanas se encuentra en el libro de Gálatas: Dios nos pide que ayudemos “unos a otros a llevar sus cargas” (Gálatas 6:2). Al hacerlo, Dios nos pide que seamos más como Jesús. Jesús entró en nuestro mundo y satisfizo nuestra más grande necesidad en la cruz. Vemos en los Evangelios cómo Jesús también entró en las realidades de aquellos que conoció; nunca trató a las personas de una manera generalizada. Un hermoso ejemplo de esto es la forma en que Jesús se percató de las necesidades prácticas de su madre y las suplió, incluso mientras sufría la agonía de la cruz (Juan 19:26-27). Jesús encarnó el significado de “ayúdense unos a otros a llevar sus cargas”.

Por lo tanto, ¿cómo podemos nosotros apoyar a las mamás de nuestras iglesias que están casadas con esposos inconversos?

Les hice esta misma pregunta a Lauren, Fiona y Jenny, y las tres mencionaron los mismos cuatro temas. Así como todas las esposas son diferentes, también lo son sus esposos. Mientras que unos podrían ser esposos de mente abierta que apoyan la fe de sus esposas, otros podrían ser abiertamente hostiles al Evangelio, y otros aún un poco de ambos. Esta lista no es exhaustiva, así que por favor pregunta a las mujeres en tu iglesia cómo las podrías ayudar mejor.

  • Orar por ellas

A menudo aquellos que nos ven en nuestros momentos menos piadosos son nuestros esposos o aquellos que son más cercanos a nosotros. Sin embargo, una hermana que está casada con un inconverso podría ser tentada específicamente a sentir vergüenza y culpa cuando pasan por conflictos maritales. Ella podría luchar con pensamientos como: “si yo tan solo fuera menos (…), quizás mi esposo seguiría a Cristo”. Por lo tanto, oremos para que Dios la ayude a no caer en la desesperación, que pueda recordar que fue llamada a buscar la piedad, y no a hacer una obra que solo Dios puede hacer (1 Ped. 3:2). Y mientras ella continúa “ocupándose de su salvación” (Fil. 2:12), nosotros podemos orar para que ella encuentre su gozo en el Señor y adorne el Evangelio para su esposo.

A algunas esposas, les puede parecer inútil intentar persistir en compartir el Evangelio con su esposo. Y algunas tendrán que recordarse constantemente a seguir orando cuando, año tras año, no ven ningún progreso. Se nos presenta un cuadro hermoso de la gracia incesante de Dios en la parábola de la moneda perdida en Lucas 15:8-10: su amor persevera en búsqueda de pecadores. Así que, oremos para que nuestra hermana le imite a Dios, confiando en sus buenos planes, aún y cuando ella no ve fruto espiritual. 

Quizás ella también sienta la necesidad de elegir entre las necesidades de su esposo e hijos y las de su familia en la iglesia. Podemos orar que Dios la ayude mientras busca servir bien a ambos, y que Dios le dé sabiduría para discernir cómo lo debe hacer en las diferentes etapas de su vida.

  • Hacer amistad con su esposo

Quizás otra cosa que desea una mamá casada con un inconverso es que su esposo tenga un amigo cercano que sea cristiano, alguien que, mientras tiene una verdadera amistad con él, lo apunte a Aquél que es nuestro más grande amigo. ¿Cómo podemos animar a los hombres a nuestro alrededor a que tomen pasos para ser amigos de estos esposos inconversos?

Una de las formas más significativas en que podemos apoyar a una hermana que se encuentra en esta situación es comprometernos a orar fielmente por su esposo para que se arrepienta y crea, y animarla al recordarle regularmente que estamos orando (Marcos 1:15).

  • Discipularla

Todos necesitamos ejemplos espirituales, y eso incluye las mujeres que están casadas con hombres inconversos (Tito 2:4; 1 Cor. 11:1). Ellas probablemente desean aprender de mujeres mayores que se encuentran en la misma situación sobre “cómo amar a su esposo e hijos” (Tito 2:4) en su contexto específico.

Quizás somos parte del equipo de liderazgo de nuestra iglesia y tenemos recursos para facilitar eso. ¿Podríamos comenzar un grupo de oración para apoyarlas? ¿Podríamos pedir a una mujer mayor que se encuentra en la misma situación (quizás de una iglesia con quien tenemos compañerismo) que dé un seminario para esposas jóvenes en nuestra iglesia? ¿Podríamos invitar a un mentor experimentado a leer la Biblia con una nueva creyente que también está casada con un inconverso?

Como parte de la familia de la iglesia, debemos ser hermanas que aportan una perspectiva centrada en el Evangelio en medio de las situaciones difíciles de la vida, que oran con nuestras amigas por su esposo e hijos, que les ayudan a luchar con la culpa infundada que sienten cada domingo por la mañana cuando salen de su casa. Debemos ser hermanas que hablan de los tesoros de la Palabra de Dios con ellas, animándolas a caminar con Cristo durante la semana.

  • Amar a sus hijos

Las madres que están casadas con hombres inconversos pueden sentir que están remando contra la corriente mientras buscan criar a sus hijos en el Señor. Ellas podrían temer esa media hora antes de la escuela dominical cuando tienen que lidiar con dos pequeños niños activos que quieren a su papi. Quizás ya se dieron por vencidas con los devocionales familiares por tener preadolescentes reacios, o quizás les duele ver a sus hijos mayores escoger no dar la prioridad a la iglesia el domingo. Quizás no sepan cómo deben responder cuando su esposo les compra a sus hijos libros que presentan una cosmovisión alternativa. Oremos por ellas, para que puedan cargar con esta gran responsabilidad, y oremos sin cesar por la salvación de sus hijos.

Por último, podemos redoblar esfuerzos al mostrar interés en las vidas de sus hijos (incluso aquellos que no se interesen en la iglesia) al estimularlos espiritualmente, y al animar a nuestros hermanos en Cristo a darles un ejemplo de lo que es ser un hombre piadoso y un padre que se parece a Cristo.

Todos tenemos diferentes dones, y todos nos encontramos en diferentes etapas de la vida; sin embargo, pensemos cómo podemos llevar las cargas de nuestras hermanas (Gal. 6:2), y al hacerlo, glorificar a quién nos llama a Su muy amada familia.

(1)Quizá le pueda servir a algunos saber cómo mi amiga respondió. He resumido su respuesta aquí: “El cielo no será como nuestro tiempo aquí sobre la tierra, donde vivimos en familia con una mamá y un papá. Estaremos con Jesús y eso será increíble; amaremos a todos lo que están a nuestro alrededor; y no estaremos tristes porque las personas a quienes una vez amamos no estén ahí. Nuestro amor por Jesús será tan grande que no habrá lugar en nuestro corazón para la tristeza. Pero amamos tanto a Papi, y lo más importante para él es que confíe en Jesús en su vida. Así que, oremos juntos por Papi”. 

Este artículo fue publicado primero en Risen Motherhood. Traducido por Mildred Hickey y usado con permiso.

Compartir:

Autor

  • Vive en el norte de Inglaterra con su esposo Jon, y 3 hijos. Pertenecen a la Iglesia de All Saints en Preston donde Rachel se involucra en el ministerio de mujeres. Ella ha escrito un recurso gratuito en inglés para niños pequeños basado en la historia de Zaqueo, titulado "The Little Liar Who Stopped Lying" (El pequeño mentiroso que dejó de mentir). Está disponible en su perfil de Instagram (@rachemcintosh).

    View all posts

Publicaciones relacionadas

La teología también es para las mamás

La teología también es para las mamás

Con cuatro niños pequeños, es difícil lograr un momento de tranquilidad o una consistencia predecible. Incluso con mis mejores esfuerzos por ser organizada e intencional, aún así es difícil mantener un estudio bíblico regular, discipular a mujeres, tener comunión...

Dios, ¿estás obrando en mi hogar?

Dios, ¿estás obrando en mi hogar?

Fácilmente podría trazar el declive de las buenas actitudes y la paz en nuestro hogar. Durante el último mes, hemos batallado con enfermedades e infecciones de oído, y sentí que nunca nos recuperaríamos. El desánimo llenaba cada vez más mis días; seguramente todo esto...