Categoría: Vida Espiritual

Añorando algo más que la Navidad

diciembre 12, 2020

por Betsy Childs Howard

La temporada de Adviento trae con ella agradables rituales de feliz anticipación. Abre alguna puertecita en época de Adviento y encontrarás un pedazo de chocolate. Enciende una vela en la corona de Adviento y sabrás que se está acercando la Navidad. Haz tus listas y revísalas dos veces mientras esperas dar, recibir y festejar en la cena.

La espera que acompaña Adviento es agradable porque llega a su fin. Sabemos que lo que viene al final de la espera es algo bueno, y sabemos exactamente cuántos días nos quedan por esperar.

Pero muchas de las esperas en nuestras vidas son sin fecha de término. Esperamos por el amor y el matrimonio sin saber si llegarán. Esperamos por hijos sin saber si concebiremos. Esperamos por justicia. Esperamos por sanidad.

Lo más difícil de la espera es no saber cuándo va a terminar, y si es que va a terminar. Esperar trae preguntas sin respuestas sencillas. Si tus planes de vida no están llegando a buen término, ¿deberías cambiar el curso o resistirte al deseo de tú corazón? ¿Son tus anhelos insatisfechos indicadores de descontento pecaminoso, o bendiciones que simplemente Dios no ha realizado?

Anhelando en Navidad

Esta época de anticipación es una en la que nuestros anhelos se realzan con fuerza. Tal vez estás soltero y te preguntas cada año si quizás el siguiente será cuando finalmente tendrás a alguien con quien salgas y sea tu cita en la fiesta de la oficina. Tal vez tienes miembros de tu familia que están alejados, y cada año esperas que el siguiente año vuelvan a casa.

La Navidad pasada me la pasé preguntándome si éste sería el año en que Dios nos daría a mí y a mi esposo un bebé. No lo hizo, pero no puedo evitar esperar que por estas fechas del próximo año seamos una familia de tres.

Todas esas películas Navideñas que te hacen sentir bien realzan la esperanza de una feliz reconciliación en el tiempo de Navidad. Los que están solitarios terminan en una familia, y los que estaban perdidos logran llegar a casa. En el mundo real, la Navidad va y viene sin satisfacer los deseos de nuestros corazones.

Anhelando algo más

Adviento es más que esperar por Navidad. La palabra significa “venida”. Durante Adviento, no solo recordamos que Jesús vino a la tierra como hombre; preparamos nuestros corazones para su segunda venida. Cuando cantamos “Oh ven, oh ven, bendito Emanuel”, no estamos jugando a ser los antiguos Israelitas que oraban estas palabras antes de que viniera el Mesías. No, estamos orando que Emanuel regrese y corrija todo lo que está mal en el mundo. Cuando cantamos, “Que cada corazón le prepare lugar”, no estamos retroactivamente reprendiendo a los mesoneros de Belén; le estamos predicando a todas las almas al alcance del oído que estén listas para encontrarse con su Juez y Creador sin temor.

En mi opinión, este tiempo no podría ser mejor para enfatizar el regreso de Cristo. Justo cuando nos gustaría ser más felices, y somos, irónicamente, los más tristes, recordamos que no solo Cristo vino, sino que ha prometido venir otra vez. Esta vida no es nuestra única oportunidad de felicidad. Es un breve preludio a la vida que vendrá, en donde encontraremos placeres para siempre. En la presencia de Jesús, no vamos a lamentar nada que nos haya faltado en esta vida.

Si tu corazón está más cargado de lo que te gustaría en esta temporada de Adviento, toma aliento en que la felicidad de la Navidad no es lo que en última instancia esperas. La mejor Navidad, esa en la que cada miembro de la familia se sienta alrededor de la mesa, se hablan dulcemente unos a otros y todos prefieren dar que recibir, es solo una pálida sombra del regocijo que está por venir. Deja que ese dolor en el corazón te apunte más allá de la Navidad hacia la mejor celebración que nos aguarda. Únete a las voces de otros cristianos alrededor del mundo que juntos oran, “Oh ven, oh ven, bendito Emanuel.”

Este artículo fue publicado en The Gospel Coalition. Traducido y usado con permiso.

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Autor

  • Es editora en The Gospel Coalition. Anteriormente trabajó en Beeson Divinity School y Ravi Zacharias International Ministries. Es la autora de “Temporadas de Espera: Caminando por Fe cuando los Sueños se Atrasan” (Crossway 2016) y el libro para niños “Arlo y el Gran Encubrimiento” (Crossway 2020). Betsy y su esposo, Bernard, y su hijo bebé viven en Manhattan donde Bernard es pastor en la iglesia Good Shepherd Anglican Church, plantada en 2017.

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