Categoría: Hijos

Cómo ayudar a niños temerosos

May 29, 2021

por William Smith

¿Cómo ayudas a tu hijo cuando tiene miedo de deslizarse en el resbaladero? ¿O cuando no quiere jugar con los niños en el parque? ¿O cuando llora incontrolablemente al saber que lo dejarás en su salón de la escuela dominical? ¿O cuando no se quiere quedar en su cama durante una tormenta eléctrica?

El miedo viene en muchos tamaños y formas, pero en el fondo hay un tema en común. En cada instancia, los niños temerosos perciben una amenaza a algo que es importante para ellos; encajar, ser aceptados, verse competentes, sentir que su mundo es predecible, mantenerse a salvo, tener experiencias placenteras. Entonces para restaurar lo que ellos quieren, se retraen de la vida en lugar de abrazar algo nuevo o que no han probado.

Esta reacción puede ser frustrante para un padre, ya que es difícil ayudar a tu hijo a hacer algo bien cuando se rehúsa a tan siquiera intentar. Es aún más frustrante cuando su reacción se convierte en un patrón de vida.

Vida de Temor

El temor tiene una manera de generar una estrategia que se refuerza a sí mismo. La lógica no verbalizada de un niño temeroso es algo así: Si no intento algo nuevo, entonces nada malo me va a pasar. ¡Oh, mira! No hice nada y aún estoy bien. Mi estrategia de vida está funcionando; por lo tanto, continuaré sin intentar.

Aquí es donde te das cuenta de que tu meta como padre no es erradicar el mal comportamiento en una pequeña área de la vida. En su lugar, tienes que ayudarles a darse cuenta que algo malo les está pasando por no intentar; ellos están retrasando su crecimiento y desarrollo como seres humanos. Se están confinando a un mundo pequeño cuando fueron hechos para sojuzgar y cuidar de un mundo más grande. El temor les está costando el potencial que tienen como portadores de la imagen de Dios.

Tienes que ayudar a un niño temeroso a ver lo bueno de desarrollarse como ser humano, para que comience a valorar el crecimiento por sobre una vida de seguridad percibida.

Ayudando a los niños temerosos a vencer

Primero, por favor, no les digas que no hay nada que temer. Ellos ya saben la verdad. Saben que pueden fallar o se pueden lastimar. Decirles que no hay nada que temer solo los convencerá de que ellos entienden el mundo mejor que tú. Si ellos piensan que tú ves menos de lo que ellos ven, llegarán a la conclusión que no tienes nada que ofrecerles.

En su lugar, reconoce que tu hijo tiene miedo y pregúntale, o adivina, qué lo asusta. Entonces, en la medida de lo posible, hazle ver que comprendes. Hazle saber que entiendes por qué es tan aterrador para él. Pero a la vez, recuérdale que no está solo. Dile que tú estás con él y que no va a enfrentar su miedo solo.

Comparte que tú sabes lo que es tener miedo. ¿Puedes contarle de algún momento en el que tuviste miedo de la misma cosa o de algo similar? Usa tu experiencia para crear una conexión.

Y después ve más allá de la empatía. Platícale de cómo estas aprendiendo a manejar tus miedos con fe. Dile que puedes enfrentar las cosas que te asustan porque sabes que no estás solo. Jesús te ha prometido estar contigo en cada cosa buena o aterradora que enfrentes. Es bueno que tus hijos te tengan, pero a la larga necesitarán más de lo que tú les puedas dar. Este es un gran momento para enseñarles que no fuimos hechos para vivir separados del Dios que nos hizo. Anímalos a creer que Jesús no abandona a sus padres en sus dificultades y que ellos pueden confiar en que no los abandonará a ellos tampoco.

Ahora toma tiempo para trabajar con ellos previendo los momentos aterradores. Una vez que has notado a tu hijo un par de veces aterrado, puedes anticipar cuándo el miedo crecerá otra vez. Empieza a prepararlos para vivir una vida de fe al decirle algo como, “Mira, amor, más al rato vamos a ir a la escuela dominical. Sé que eso ha sido difícil para ti antes. Pero también sé que Jesús va a estar con nosotros. Vamos a pedirle que te ayude hoy”. Asegúrate de tomar una pequeña acción que le ayudará a tomar un paso hacia una dirección más proactiva. Quieres fortalecer su fe, no romperla. “¿Tal vez puedes trepar por la escalera del resbaladero sin detenerte y luego yo te cargo para bajarte?”

Por último —esto es crítico— asegúrate de que no solo notas los pequeños pasos que da, sino también los celebras verbalmente con tu hijo. No te pierdas la oportunidad de ayudarlo a vivir su fe. Toma 30 segundos para orar juntos, agradeciendo a Jesús por el valor que le dio de ejercer una mayor confianza.

Paciencia en la lucha

¿Sientes que este proceso va a requerir mucha paciencia e implicará conversaciones potencialmente frustrantes? Criar es mucho más que simplemente identificar cuándo nuestros hijos están luchando. Es el compromiso de encontrar un millón de razones a través de los años para decir, “Aquí estoy para ti. Te amo y porque te amo no puedes quedarte en donde estás, pero avanzaremos juntos”.

¿Qué te mantiene esperanzado y comprometido con niños temerosos cuando te das cuenta que desenredar el miedo es un proceso que toma años, y no horas? Para mí es la comprensión de que no he tenido que ser más paciente con ninguno de mis tres hijos de lo que Jesús ha sido y continuará siendo conmigo.

Este artículo fue publicado primero en The Gospel Coalition. Traducido por Eyliana Perez y usado con permiso.

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Autor

  • (Doctor en Filosofía, Rudgers University; Maestría en Divinidad por el Seminario Teológico de Westminster) es pastor, autor, y orador retirado que ha servido a varias iglesias, siendo miembro de la facultad de la Fundación Cristiana de Consejería y Educación, y enseñado teología práctica en el Seminario Teológico de Westminster. Es autor de ¨Criando con Palabras de Gracia¨ (Crossway). Lo puede seguir en Twitter y Facebook u obtener su podcast.

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