Cierto sitio web cristiano que se dedica a publicar sátiras cristianas compartió su versión de un póster motivacional que se burlaba de mercancías inspiradas en temas de la Biblia. En el fondo se veía la silueta de una persona de pie en un campo de trigo, con sus manos levantadas en adoración, este texto estampado en una hermosa letra cursiva:
Aod extendió la mano izquierda, sacó el puñal que llevaba en el muslo derecho, y se lo clavó al rey en el vientre. La empuñadura se hundió tras la hoja, a tal punto que esta le salió por la espalda. Además, Aod no le sacó el puñal, ya que este quedó totalmente cubierto por la gordura. (Jueces 3:21)
Su gracioso y ocurrente punto fue bien recibido, y tiene implicaciones no solo para nosotros, los adultos, sino también para cómo presentamos las Escrituras a nuestros hijos. ¿Suavizar lo que la Biblia dice equipa a nuestros hijos para defender la fe o incluso los ayuda a crecer en ella? Después de todo, la Biblia muestra vívidamente la oscuridad del pecado, a la vez que presenta el contraste con la Luz que la supera.
En una cultura que va contra corriente a principios cristianos, ¿cómo pueden los padres ayudar a sus hijos a llegar a ser adultos “retenedores de la palabra fiel tal como ha sido enseñada”? (Tito 1:9) Y, si Dios permite que nuestros hijos vengan en fe a Cristo, ¿cómo podemos ayudarlos a ser defensores firmes de la fe?
Construyendo una Fe Robusta
Aquí hay tres maneras de ayudar a los niños a desarrollar una fe robusta que abrace y defienda la verdad.
1. Expón a los niños a la totalidad de las Escrituras
Los padres cristianos y el típico material de la escuela dominical tienden a envolver las verdades bíblicas en una suave manta de eufemismos. Las tiernas arcas de madera de Noé son preciosas y probablemente las tienes en casa, pero representan solo una parte de la verdad en esta historia bíblica. Como muchas otras historias de la Biblia, la de Noé está repleta de pecado tan ofensivo para Dios que le pareció apropiado eliminar a todo el mundo (Gén. 6:5-7).
La magnitud del pecado en el tiempo de Noé se extendió incluso a “los hijos de Dios”, quienes tomaron para sí mujeres que encontraron atractivas y tuvieron hijos que fueron gigantes en la tierra (Gen. 6:1-4). Tú no ves esos personajes en los figurines de juguetes del arca de Noé, quizá por buenas razones. Sin embargo, esta es la historia de Dios. La historia de Noé, con todo y su perversidad, es un tesoro oculto de verdades difíciles. Enseñar esta historia usando animales dóciles y adorables que van de dos en dos, siendo atendidos con una sonrisa por el señor y la señora Noé, puede ser el punto de partida con niños pequeños, pero si eso es lo único que enseñamos de Noé a los niños, incluso conforme van creciendo habremos diluido el mensaje real del pecado y las terribles consecuencias de afligir a un Dios Santo.
2. Expón a tus hijos a realidades crudas
Como padres cristianos, es apropiado que vigilemos la cantidad de cultura que permitimos consumir a nuestros hijos. Sin embargo, a menudo el barómetro de qué tan apropiados son, por ejemplo, los medios de comunicación, es un sistema de clasificación secular. Una clasificación G en una película puede garantizar que no contiene lenguaje sucio o contenido gráfico, pero no garantiza de ninguna manera una cosmovisión segura. Un padre cristiano con discernimiento evaluará lo apropiada que es una película por lo que allí se enseña. No deberíamos descartar una película solamente por su clasificación R si podemos tener momentos de enseñanza cuando la veamos con nuestros hijos.
3. Aborda de frente las preguntas difíciles
“¿De dónde vienen los bebés?” no será la pregunta más difícil que nuestros hijos nos hagan. Si a los niños se les da rienda suelta para leer ambos testamentos en la Biblia, y se exponen a las asperezas de este mundo desde el ambiente seguro de sus hogares, las preguntas difíciles serán inevitables. La Biblia habla de violaciones, prostitución, adulterio, asesinato, homosexualidad, sacrificio de niños, y otros temas oscuros. Nuestra cultura les va a presentar el aborto, transgenerismo, feminismo radical, violencia racial, y una obstinada agenda anti-fe. Rehuir temas difíciles hace muy poco para preparar a nuestros hijos para defender una fe que está siendo cada vez más atacada. Más bien, si conversamos con nuestros hijos de temas difíciles en una manera apropiada según su edad, podemos mostrarles cómo aplicar las Escrituras sabiamente a las preguntas difíciles de nuestros días.
Creciendo una fe hermosa
Este mundo es un lugar crudo, pero gracias a Dios porque Él es el Limpiador de toda suciedad. Los padres deben discernir cuando se trata de evaluar el contenido que sus hijos consumen. Presentar duras verdades bíblicas o contenido cultural crudo lucirá diferente con niños pequeños que con niños más grandes o adolescentes. Pero un niño no reconocerá lo que necesita limpiarse si para empezar ni puede reconocer la suciedad.
Conversar continuamente de la belleza y las realidades difíciles en las Escrituras ayudará a los niños a amar la verdad y al Dios que la encarna. Les dará un oído para discernir cuando interactúen en una cultura lejos de la mirada vigilante de sus padres. Tenemos la oportunidad de demostrar que la fe cristiana es racional, entendible, y más preciosa que la cultura que luchará arduamente por persuadirlos de lo contrario.
Este artículo fue publicado primero en The Gospel Coalition. Traducido y usado con permiso.