[En esta serie, Orando la Biblia, estamos tomando la idea que Donald Whitney promueve de orar las Escrituras y procurando hacértelo práctico al compartirte pasajes de la Escritura, una oración modelo y algunas preguntas guiadas para ayudarte a que puedas apropiarte de ello. La oración modelo te puede servir como ejemplo, o la puedes usar como una oración para ti mismo. Mientras pruebas un poco, no te preocupes si te sientes raro o no estás seguro de qué decir. Recuerda, el poder de la oración no viene de las palabras que decimos, sino de Aquel que las escucha.]
Escritura ejemplo
Romanos 5:1-5
1) Justificados, pues, por la fe, tenemos paz para con Dios por medio de nuestro Señor Jesucristo;
2) por quien también tenemos entrada por la fe a esta gracia en la cual estamos firmes, y nos gloriamos en la esperanza de la gloria de Dios.
3) Y no solo esto, sino que también nos gloriamos en las tribulaciones, sabiendo que la tribulación produce paciencia;
4) y la paciencia, prueba; y la prueba, esperanza;
5) y la esperanza no avergüenza; porque el amor de Dios ha sido derramado en nuestros corazones por el Espíritu Santo que nos fue dado.
Oración modelo
Señor, mi vida ha sido pesada y dura últimamente. Es difícil ver tus bendiciones en medio de mis preocupaciones, penas y responsabilidades. Pero cuando siento que no tengo nada en la vida por lo que estar agradecido, quiero volver a lo básico. Me has dado la fe salvadora, por la cual soy justificado para siempre. Mi pecado merece el dolor interminable del juicio y la separación de ti, pero en cambio, me has enviado un Salvador: Jesucristo. Ahora es posible un descanso y una relación contigo que nutre el alma, no sólo en la vida venidera, sino también aquí y hoy. Gracias por el don de la paz eterna.
Dios, no sólo me das una salvación inmerecida, sino también la gracia de resistir las tormentas de la vida y seguir caminando hacia adelante con fe. Por mi cuenta, caería bajo el peso de circunstancias difíciles, pero en Cristo me aferro a la promesa de que estás obrando todas las cosas para mi bien y tu gloria. Cuando estoy cansado de este mundo, cuando algunos días parece que se pierde más de lo que se gana… agradezco recibir toda la ayuda y provisión necesaria para mí de tu Palabra y tu presencia. Gracias por el don de la gracia estabilizadora.
A veces me cuesta ver el sentido de mis pruebas, Padre. ¿Por qué este sufrimiento? ¿Por qué este camino difícil? Pero este pasaje me recuerda el hermoso propósito detrás de todo esto… perseverancia en la fe. Como un atleta que soporta un entrenamiento riguroso o un médico que ataca una enfermedad, tú quebrantas para edificar. Mi dolor servirá para fortalecerme, y en eso puedo regocijarme. Tú traes soberanamente las circunstancias de hoy y me permites perseverar a través de ellas, por tu Espíritu. Mi dolor nunca es en vano. No me has olvidado ni estoy solo mientras me someto a tu obra de refinamiento. Gracias por el don de la resistencia gozosa.
Confieso que, con demasiada frecuencia, deseo más mi consuelo personal que conformidad con Cristo. Ayúdame a ver que, al confiar en ti en las dificultades y perseverar con alegría en las pruebas, me identifico con Aquel que soportó la cruz por mí. Crezco en mi semejanza a la obediencia y santidad de Cristo. Puedo caminar por fe en que las cosas difíciles de hoy me están ayudando a visualizar la belleza de mi Salvador sufriente. Gracias por el don del carácter cristiano.
Señor, esta vida no es mi destino final. ¡Qué consuelo y esperanza a la cual aferrarse! Aquellos que confían en ti para la salvación, que creen en tu capacidad de traer bien de todo mal que encuentren en esta vida, nunca serán avergonzados. Puedo confiar en ti con plena fe en que algún día me entregarás seguro a la gloria, íntegro y sano. Y mientras espero expectante ese futuro, tu Espíritu me recuerda fielmente tu amor, asegurando, convenciendo y transformando mi corazón día a día. Sé que redimirás mi quebrantamiento y me darás una eternidad de placer perfecto y consuelos incesantes a tu lado en el cielo. Gracias por el don de la esperanza segura.
Hazlo propio
Alaba a Dios: En este pasaje de las Escrituras, ¿qué cosas te dan razones para alabar a Dios y darle gracias por quién es Él y lo que está haciendo? Agradécele por algunas cosas, tanto generales como específicas, y entra a su presencia con regocijo.
Confiesa: ¿Qué cosas le tienes que decir a Dios acerca de cómo tu corazón o tus acciones pudieran (intencional o no intencionalmente) desviarse hacia la autosuficiencia o incluso la desobediencia? ¿Cómo has confiado en tu propia sabiduría o resistido a su presencia, mandamientos o cuidado?
Comparte tu corazón: ¿Qué cosas necesitas decirle al Señor que surgen de tu humilde preocupación? ¿Hay dudas que permanecen, preocupaciones que albergas, o cosas que necesitas entregar a Él?
Pide: ¿En qué área necesitas sabiduría, ayuda o gracia? Cuéntale al Señor dónde sientes tu debilidad y qué necesitas específicamente, dejando que Él tenga la última y perfecta palabra en cómo esas necesidades son suplidas y esas oraciones contestadas.
Este material fue preparado y publicado originalmente por el equipo de Risen Motherhood. Traducido, adaptado y publicado con permiso.