Categoría: Manejo del tiempo

Episodio #106: Cómo tomar decisiones según prioridades bíblicas con Mateo Bixby

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mayo 25, 2022

Se presenta una oportunidad nueva de trabajo. Es necesario hacer un cambio de casa. Hay un ministerio en la iglesia que busca tu apoyo. La familia extendida exige mucho de tu tiempo y atención. Tus hijos tienen talentos y habilidades que quieres ver desarrollados. ¿Cómo se deben tomar decisiones sobre las actividades diarias, la asistencia a la iglesia, y el gasto del dinero? En esta conversación encontrarás patrones sencillos y bíblicos para considerar prioridades que Dios ha establecido y tomar decisiones en base a esas prioridades. ¡No te pierdas esta continuación de la conversación que se comenzó en el episodio previo!

Transcripción:

Fuimos creados para glorificar a Dios. Él nos dice que los más grandes mandamientos son: Amarlo a Él, y amar a otros. Esto nos da la definición de qué es ser productivos, en la vida cristiana y en la vida familiar. Entonces, para llevar a cabo esa productividad en la vida práctica, tenemos que establecer prioridades en la vida diaria. ¿Cómo hacemos decisiones sobre el uso de nuestro tiempo, dinero, fuerzas, inteligencia y nuestros talentos?

En el episodio pasado, Mateo, nos compartió las bases bíblicas para establecer prioridades que tienen su fundamento en la Palabra de Dios. Si te acuerdas y pudiste escuchar este episodio, vimos una pirámide, la cual te compartimos también en redes sociales, con sus diferentes niveles, desde más importante a menos importante.

Le voy a pedir a Mateo, que nos acompaña nuevamente, a que nos ayude a repasar los niveles en orden; porque eso nos va a servir mucho para la conversación que vamos a tener a continuación. Quiero destacar que, si recién estás empezando a oír este episodio de esta serie, esta es la parte dos.

Susi: Mateo, ¿podemos repasar las prioridades bíblicas que establecimos en el episodio pasado?

Mateo: Lo establecimos como una pirámide; empezamos en la pirámide con los niveles más básicos, más bajos, y esas son las prioridades más importantes.
Primero: Nuestra relación con Dios, que lo dividimos en dos aspectos:

  • Nuestro andar personal con Dios, nuestra lectura bíblica y la oración.
  • Nuestra vida comunitaria, de asistir a la iglesia, y tener relaciones espiritualmente significativas.

Es el primer nivel, y esos dos elementos tienen que ir juntos en una vida cristiana.

Segundo nivel: La familia, que también lo podemos dividir en dos; pero no son elementos de igual importancia:

  • Relación matrimonial entre esposos. Es el más básico, más importante.
  • Relación padre e hijo. Como padres, tenemos obligaciones muy importantes; que es de criarlos bajo la disciplina y amonestación del Señor.

Tercer nivel: El trabajo. Dios me manda como hombre, a proveer para mi familia; entonces, eso tiene que ser algo sumamente importante.

Cuarto nivel: El servicio a Dios y a otras personas. Escuchen el episodio anterior; como explicamos, cómo encaja todo esto. Estas son cosas adicionales a esas cosas básicas y prioritarias en nuestro andar personal con Dios.

Otras actividades o ministerios que podemos agregar son: El descanso y diversión. Dios nos ha hecho seres que necesitamos descansar y que debemos de divertirnos; pero noten que viene muy arriba en la pirámide; o sea que no es tan importante.

Luego pusimos, simplemente, otra categoría de otras actividades, cualquier cosa que podemos agregar aquí. Y dijimos que cuando practicamos esto con sabiduría, los niveles no se van a lastimar entre sí; van a encajar perfectamente. No vamos a dañar a nuestra familia por cuidar nuestra relación personal con Dios; pero tampoco vamos a dañar a nuestra familia por trabajar. Los niveles tienen que embonar, si vamos a practicar esto con sabiduría.

Susi: Es algo muy práctico, y creo que, si podemos pensarlo así, realmente nuestras prioridades determinan las decisiones que hacemos. Todos los días hacemos decisiones. Nos despertamos en la mañana y decidimos si leer la Biblia, si vamos a llegar temprano al trabajo, o si dormimos un poco más. Hay decisiones que hacemos todo el día; y nuestras decisiones se hacen en base a nuestras prioridades.

Mateo: Debería ser. En muchas ocasiones, es en base a los sentimientos del momento.

Susi: Que significa que realmente estamos priorizando nuestros sentimientos, por encima de las prioridades que deben regir.

Quisiera en este episodio que tomáramos varios escenarios ficticios, aunque quizás no van a ser tan ficticios para muchos. Pero no estamos hablando de una situación en particular de alguien que conocemos necesariamente; pero sabemos que hay experiencias comunes en la crianza, en una familia cristiana; sea esposo-esposa-hijos; sea una mamá soltera, que quizás vive con su familia extendida, donde sus decisiones son un poco diferentes; pero las mismas prioridades rigen nuestras vidas.

Entonces, queremos tomar varias situaciones y simplemente hablar cómo es que podemos tomar esta pirámide, estos principios bíblicos y tomar decisiones; y cada familia puede verse diferente, dos familias pueden enfrentarse a la misma decisión y llegar a conclusiones un poco diferentes por su situación.

Mateo: ¡Están muy complicados algunas situaciones que nos has puesto!

Susi: ¡Pues tengo que aprovechar que tengo aquí a alguien que me ayude!

Bueno, el primero ha sido una experiencia muy común en muchas familias de nuestras iglesias, muchos conocidos. Obviamente papá tiene que trabajar; o mamá tiene que trabajar, si ella es la que provee para la familia, si no está papá presente. Entonces, vamos a considerar qué es lo que debe considerar, por ejemplo, cuando papá no tiene trabajo y se le presenta cierta oportunidad de trabajar o quizás tiene un trabajo, pero se le presenta una mejor oportunidad en cuanto a ganancia económica.

Vamos a suponer, que, en este caso, nuestro hermano Jorge, tiene un trabajo; pero le alcanza para lo básico y le están ofreciendo un puesto diferente, que le va a cambiar su turno al turno de la tarde, y que el día domingo no tendría libre, quizás nada más una vez al mes. Entonces, él quisiera proveer más a su familia, pero esta es la situación a la que se enfrenta. ¿Cómo esta pirámide de prioridades le puede ayudar a tomar esta decisión?

Mateo: Hablaría con Jorge y primero vería si realmente está proveyendo y puede proveer con su actual trabajo; si tienen para comer, para vestir y si tienen dónde vivir.  Eso es lo que Dios dice que debemos de tener en nuestra vida, debemos de tener contentamiento si tenemos eso en nuestra vida. Pero, ahora estamos hablando de un trabajo que sí el ingreso va a ser mucho mayor. Sin embargo, veamos la pirámide, el nivel número uno: ¿Qué tal su relación personal con Dios? ¿qué tal su participación en la vida comunitaria? Parece que no va a poder estar asistiendo, primeramente. Casi todas las actividades de la iglesia entre semana son por la tarde o por la noche, como por ejemplo los grupos pequeños o de comunidad; no va a poder participar en algún otro ministerio de la iglesia. Los domingos no va a poder participar, solo uno al mes; entonces no va a poder cumplir el mandamiento bíblico de estar congregándose.

Luego consideramos el segundo nivel, la familia: Al estar en el turno de tarde, significa que, cuando él está en casa, sus hijos están en la escuela, y cuando él está trabajando, sus hijos están en la casa. ¿Cuándo tiene él la oportunidad de criar a sus hijos en la disciplina y amonestación del Señor? ¡Va a ser muy difícil! Y encima, él está trabajando los fines de semana, cuando también los hijos están en casa. Entonces, en esta situación, aunque el beneficio económico puede ser muy grande, nos topamos con una serie de prioridades que nos dicen: Yo no puedo proceder a aceptar ese trabajo, porque mis prioridades uno y dos no me permiten hacer algo que sería mejor para el nivel tres.

Primero, es mi relación con Dios; luego mi relación con mi familia, mis obligaciones familiares; y finalmente, el trabajo.

Susi: Y si pensamos en alguien que no tiene trabajo, y que se le ofrece un trabajo donde tendría turno de tarde; pero sí va a tener libre los fines de semana. Quizás no es ideal, pero si las opciones son: no proveer o proveer a mi familia y quizás no pasar tanto tiempo con mi familia por un tiempo, quizás no poder ir al grupo de comunidad en la iglesia; pero ¿habría una diferencia en esta situación?

Mateo: Claro, por supuesto; porque lo que Dios manda es que nos congreguemos con la Iglesia, y lo va a poder hacer; yo diría sí, que por mientras, y debería seguir buscando otros trabajos que le permitan cumplir con estas otras actividades y obligaciones que tiene.

Susi: Sí, y yo creo que uno debe considerar: ¿Tienes el deseo? A lo mejor yo le preguntaría a Jorge: ¿tienes el deseo de estar en la iglesia, el deseo de estar más tiempo con tus hijos? Porque la realidad es que hay papás que evitan sus responsabilidades; entonces, es una cuestión de corazón.

Mateo: Y el trabajo es solamente la excusa para poder decir, “es que estoy trabajando”; pero estuviste tomando horas extras, que implicaban ir el domingo, no tenías que tomar esas horas; pero así podías decir: “Estoy trabajando y falto a la iglesia; y encima, estoy alcanzando lo que yo quiero, que es tener más dinero”. Ahora estamos hablando de nuestra relación personal con Dios. Algo anda mal porque no estamos amando a Dios con todo nuestro corazón.

Susi: Una idolatría de corazón. Ese es un escenario, pero obviamente ese escenario pudiera verse diferente en cada familia. Pero esto es una manera de que veamos cómo es que podemos usar estas pautas bíblicas, para ayudarnos a hacer decisiones.

Ahora vamos a hablar de algo un poco diferente, y vamos a decir que una familia quiere comprar una casa: “Quiero comprar una casa y tengo la posibilidad de tomar el préstamo adecuado, tenemos algunas opciones”. Y aquí vamos a hablar simplemente de cuáles deben ser esos factores que debemos considerar. O sea, no lanzarnos a comprar la primera casa disponible.

Mateo:  La más bonita, la que está en la colonia que más me gusta, en la avenida que más me gusta.

Susi: Exacto. ¿Por qué? Porque esa no sería una prioridad bíblica. Hay que proveer casa, pero no hay que proveer la casa más bonita, la más “nice”, como dicen. Entonces, ¿cuáles serían algunos posibles problemas u obstáculos que podríamos prever al estar buscando una casa?

Mateo: ¿Cómo va a afectar mi relación con Dios?, ¿cómo va a afectar mi participación en mi iglesia local? Si la casa nueva está a 45 minutos de mi iglesia, ¡eso es muy difícil! Algunas familias logran ser muy fieles a su iglesia, viviendo a unos 45 minutos; pero para casi la mayoría de las familias, eso va a llegar a ser un problema; la asistencia, la participación en otras actividades, y ministerios; entonces, ya no podemos estar reuniéndonos con nuestros hermanos en Cristo.

Si queda muy lejos de mi trabajo, también afecta mi vida personal con Dios. ¿Por qué? Bueno, porque ahora tengo que pasar 45’ a 1 hora en el transporte o en el carro. ¿Cuándo leo mi Biblia? Ahora para leer mi Biblia, me tengo que parar a las 4:30 de la mañana, y muy pocas personas tienen la disciplina para hacer esto. ¿Cómo va a afectar mi vida familiar? Ahora, estamos invirtiendo 1 o 2 horas para movilizarnos al trabajo cada día, eso sin duda va a recortar el tiempo familiar que tenemos.

Susi: Y están los aspectos económicos, si me estoy comprometiendo a un pago que va a limitar el poder diezmar, ofrendar, ser generoso con otros. El punto es que a veces se nos presenta una oportunidad y ¡firmamos! Y realmente no nos detenemos a decir, “espera”. Una casa, ¡genial! No hay nada de malo inherente en ser dueños de una casa, ¡excelente! Eso es, normalmente, buena mayordomía; en lugar de pagar una renta por varios años, tener una casa es excelente.

Pero, por qué no nos detenemos a veces a preguntarnos: ¿Cómo esto me va a permitir seguir viviendo o vivir mejor las prioridades bíblicas que Dios nos ha puesto?

Muy bien, vamos a considerar otro aspecto, y esto sí, es un asunto un poco sensible, pero muchas personas han preguntado: ¿Qué opinan de que la mamá trabaje?

Bueno, no importa lo que yo opino de que si tú trabajas mamá o no; pero creo que sí importa tomar una decisión de esa forma, según prioridades bíblicas. La mayoría de las veces que una familia esté haciendo una decisión es cuando papá sí trabaja, o sea que sí hay un papá; porque obviamente, hay mamás que son las que tienen que proveer, y no hay de otra.

Mateo: Sí, o incluso el esposo tiene una incapacidad real que le impide trabajar; o no está papá porque falleció, o por un divorcio, o por alguna otra razón.

Susi: Entonces, las decisiones que una mamá que es la proveedora haría, serían más parecidas a lo que acabamos de hablar; sería otra situación. Pero aquí estamos hablando de que hay un esposo proveedor, pero por cualquier razón se está considerando que mamá entre a trabajar. A veces es difícil para las mamás; somos más emocionales con nuestros hijos; la crianza de los hijos es algo emocional, y a veces es difícil pensar claramente acerca de una decisión así.

Entonces, empecemos por la relación personal con Dios y la comunidad; ¿cómo deberíamos de considerar una oportunidad para que mamá trabaje, a la luz de eso?

Mateo: Cuando una mujer entra a trabajar, de inmediato van a quitarse horas que antes tenía disponible; entonces, ¿va a poder participar en las mismas actividades y ministerios que antes tenía? Tiene que entender que está sacrificando alguna de esas cosas; entonces, ese es un factor que muchas veces no tomamos en cuenta.

Susi: Creemos que, podemos agregar algo, pero lo estamos reemplazando.

Mateo: Y lo hemos visto en muchas ocasiones con una hermana que es muy fiel quizás a la actividad de damas de la Iglesia. Luego entra a trabajar y casi de inmediato, y casi en todas las ocasiones, lo que ha sucedido es que lo primero que empieza a caerse de su agenda son los ministerios que tenía. Ahora, eso no quiere decir que no debe entrar a trabajar; porque puede ser que su esposo está trabajando por el contexto en el que está no puede proveer para su familia.

Susi: Hay lugares donde económicamente simplemente es muy difícil.

Mateo: Pero, otra vez, ¿es para realmente proveer las necesidades básicas, o es para que mi hijo tenga ese estilo de vida que yo le quiero dar; o que yo quiero tener para mí? Yo quiero mi carro, yo quiero mi casa bonita, yo quiero mi ropa, yo quiero mis vacaciones.

Susi: Y creo que para muchas mujeres también es: “Yo también quiero sentirme como que tengo una vocación”. Entiendo el sentir, pero creo que volvemos al hecho de que a veces no adoptamos el llamado que Dios nos hace como algo digno de ser una vocación; una vocación digna. Ser esposa y ser madre es una vocación, aunque no sea remunerada. Entonces, creo que cada mamá que está haciendo la decisión de que si debe trabajar o si debe dejar de trabajar (porque está también la situación cuando ha estado trabajando pero no sabe si debe dejarlo), uno de los aspectos que debe considerar en su relación personal con Dios, es, ¿qué lugar de importancia en mi corazón tiene esto? ¿Estoy idolatrando una vocación, como un sentido de identidad o de que la vida valga la pena?

Mateo: Y en nuestra pirámide de prioridades, la familia es más importante que el trabajo, incluso para ella también; entonces, si tu trabajo va a afectar negativamente tu relación con tu esposo; porque ahora los dos están llegando a la casa muy cansados en la noche, ¿quién está atendiendo a los hijos, durante el día?  Y muchas veces pensamos: “Es que le quiero dar una mejor vida a mis hijos”; y le estamos dando más cosas a nuestros hijos; pero no mejores cosas; o sea no es una mejor vida para nuestros hijos. ¡Les robamos cosas que son más importantes!

Susi: Entonces, ahí está; no hay una respuesta mágica; simplemente tomamos como esos aspectos de esa pirámide, y no porque la pirámide sea mágica; sino, porque queremos pensar en lo que la Palabra de Dios nos presenta; y me encanta que siempre regresemos a la relación personal con Dios; porque muchas de las decisiones que tenemos que hacer; nuestro pecado va a interferir. Entonces, si yo empiezo con, ¿cómo esto afecta, o cuáles ídolos de mi corazón van a afectar esta decisión?; entonces estamos creciendo en el mismo proceso de hacer las decisiones, estamos creciendo espiritualmente. ¡Y eso es algo muy, muy bueno! Pudiéramos decir más, sobre este tema.

Mateo: Porque puede haber una situación, donde una mamá puede trabajar en cierto horario; que no influye tanto, y no le roba mucho de su tiempo de sus hijos.

Susi: Hemos visto diferentes casos, por ejemplo, de maestras, que dejan de trabajar durante unos años cuando sus hijos son muy pequeños, y cuando ya todos sus hijos crecen y están en la escuela, ella puede estar en casa en el mismo horario que sus hijos.

Obviamente está más cansada, pero quizás eso le facilita que sus hijos puedan ir a una mejor escuela o cosas así; entonces, definitivamente hay situaciones donde funciona bien, pero, ahí están esos aspectos que considerar.

Hemos platicado con varias familias acerca de ese dicho que se escucha comúnmente aquí en México: “Primero la familia, luego la Iglesia. La familia es todo”. Y a veces hay como dos extremos. Primero, podemos tener a alguien que está súper comprometido con la familia, no solo la familia inmediata, sino la familia extendida; y la Iglesia realmente queda en segundo plano. O podemos tener a alguien que está súper dedicado a la Iglesia; y realmente la familia pudiera estar sufriendo. Entonces, hablemos un momento de cómo es que podemos decidir y evaluar esa relación entre la familia y la Iglesia. Y pensemos en, por ejemplo, que a mí como mujer, me pidieron apoyar en un ministerio de la Iglesia, a enseñar en el estudio de las mujeres. Esto no es un culto esencial, como el dominical, pero es una actividad que va a requerir tiempo; ¿qué consideraciones deberíamos de tomar?

Mateo: Vamos a tener que ejercer mucha sabiduría, practicar discernimiento aquí, para saber si en mi caso particular, la edad de mis hijos, su situación escolar y física; todos estos factores entran en juego. Entonces no podemos simplemente decir, “sí tómalo”; o “no”. Es parte de ese discernimiento. Y a veces voy a tener que decir: Sabes que, en este momento de mi vida, yo no puedo tomar ese ministerio. Y, soy pastor, y ¡yo quiero que los miembros de la Iglesia estén activos en los ministerios de la iglesia! Pero a veces es mejor que alguien diga: En este momento no.

Ahora, no debe ser por pereza, no debe ser por egoísmo, no debe ser por prioridades distorsionadas; sino por estas prioridades que son bíblicas. Y otra vez, vamos a tener diferencias de opinión. ¿Cuál es el corazón de la persona? ¿Está realmente amando a Dios, y amando a otros? ¿Está realmente cuidando su relación personal con Dios, y está intentando cuidar de su familia? Porque también hemos visto a personas que no quieren hacer nada en la Iglesia, casi ni asistir a los cultos; porque tienen que estar con sus hijos y pasar tiempo con sus hijos; y luego empezamos a agregar todas las actividades de toda la familia extendida; y la Iglesia de repente se queda en algo eventual.

Susi: Pensando por ejemplo en una situación así, puede haber una familia, que dice: “Es que a veces simplemente necesitamos descansar, y es que algunos domingos no vamos, porque mira, la familia, el tiempo, es que hay que pasear, o hay que pasar un día tranquilos en casa”. Entonces, estamos diciendo que el descanso (que, en nuestra pirámide, viene arriba), que ese descanso está tomando prioridad sobre lo que serían las actividades esenciales de la Iglesia. Pero, pudiera haber otra situación, donde hay una actividad extra que sucede los sábados. Y una familia dice: El único día que estamos todos en casa es el sábado; entonces nuestra familia por ahora no va a participar en esa actividad, que es adicional; y vamos a buscar otras maneras de servir a otros, no teniendo que asistir a esta actividad de los sábados.

Esta es una situación diferente, y es que cada familia tiene que también evaluar sus motivaciones.

Mateo: Creo que a veces nos hacemos la idea de que yo tengo que estar en todas las actividades de la iglesia si quiero ser un buen cristiano, y no creo que eso sea lo acertado, la perspectiva correcta.

Susi: Claro, dependiendo obviamente de cuántas actividades hay en la Iglesia.

Hablemos un momento, de algo que es muy común; se hizo un poco menos común con eso de la pandemia, pero tengo la idea de que va a arrancar otra vez; y son estas decisiones que hacemos con los hijos de inscribirlos en fútbol, o ballet, o un montón de opciones que tenemos de actividades extras. Incluso puede ser que vemos a nuestro hijos como súper inteligentes y sentimos la necesidad de desarrollar, o quizás súper inteligentes en cierta área o habilidoso en el deporte y queremos darle esa oportunidad de brillar. Hay muchas motivaciones; pero cuando hablamos de actividades adicionales a la escuela normal, ¿qué deberíamos de tomar en cuenta?

Mateo: ¿Cómo va a afectar su relación personal con Dios? ¿Cómo va a afectar su participación en la iglesia? ¿Va a impedir que pueda interactuar con la familia? ¿Ya no va a pasar tiempo con papá y con mamá?

¿Sabes quiénes se van a convertir en las personas más importantes de su vida? Ya no será papá y mamá, serán los entrenadores, los compañeros de su equipo; y luego nos preguntamos: ¿Por qué, después de 1 o 2 años, nuestros hijos ya no nos escuchan, nuestros hijos tienen otras prioridades? Porque ahí, en esos lugares, les están inculcando esos valores.

No estoy diciendo que nunca debes inscribir a tus hijos en esas actividades; pero yo quiero estar seguro de que mientras estén en esas actividades, están cuidando su relación personal con Dios; ver la iglesia como algo importante y yo como padre estoy manteniendo mi relación con mi hijo, durante esa época donde está en el deporte o en la escuela de matemáticas especializada, entre semana.

Susi: Y en eso de su relación personal con Dios, cada hijo es diferente y como padres y madres, debemos estar atentos a las tentaciones particulares que tienen ciertos hijos. Entonces, quizás en el caso de un hijo, no le conviene estar en cierta actividad; y quizás a otro hijo no le afecta.

Mateo: Porque uno es más influenciable; entonces sus amigos influyen en él, y están afectando realmente su relación personal con Dios. Al otro no le importa lo que digan, entonces, él está feliz en su actividad; entonces son factores que hay que tomar en cuenta.

Susi: Creo que hay una lista de temas que pudiéramos comentar sin fin. Hace poco, en una familia de nuestro grupo pequeño, la hija comentó: “El domingo yo tengo una piñata”, (una fiesta infantil, una fiesta de un amigo), “el domingo a las 11 de la mañana”. Y así me estuvo contando. Y su mamá le dijo a su hija: “¿Qué dijo tu papá? El domingo es el culto”.  Y para muchos papás, una situación así nos conmueve, porque se veía la tristeza en el rostro de esa niña. Su papá le dijo “es que vamos a la iglesia”. Pero es una oportunidad también, para mostrarles el gozo que es priorizar la Iglesia.

Mateo: Creo que entonces, es muy importante cómo hablas con tu hija en esa situación. No debe ser con aspereza: “¡No, no puedes ir! ¡Tenemos que ir a la iglesia! ¡A la iglesia no se puede faltar!” Eso no va a motivar a tu hija.

Susi: O tampoco decirle: ¡Ay, mi amor, yo sé que la fiesta sería mucho más divertida! ¡Qué pena, que tu papá no te deja! Porque decir eso, también es muy malo.

Mateo: Queremos alentarles a amar la iglesia; quizás no lo van a entender, a esa edad.

Susi: Pero, van a absorber nuestra actitud y nuestra perspectiva.

Mateo: Creo que a veces hay prioridades en papel y hay prioridades en realidad; y nuestros hijos no absorben las que tenemos sobre el papel; absorben las prioridades que tenemos en la realidad, en nuestro corazón; eso es lo que van a detectar y eso es lo que va a influir sobre ellos.

Susi: ¡Amén! Pudiéramos seguir; pero se nos acaba el tiempo; y realmente creo que hemos tocado suficientes casos para que podamos entender cómo funciona el proceso.

Y creo que es muy importante destacar que esto es un proceso; no solamente debe ser papá decidiendo por su cuenta y mamá acá, “bueno, yo me encargo de los hijos, yo hago las decisiones”. ¡No! Esto debe ser un proceso de sentarnos a considerar cada aspecto a orar juntos, pedir la guía del Señor, estudiar la Biblia juntos. ¿Qué dice la Biblia? Y eso es algo que tú y yo hemos tenido que hacer; hemos enfrentado muchas veces, decisiones sobre nuestras propias agendas, y vida, y los hijos. Entonces, entendemos que no es algo sencillo; pero lo maravilloso es que tenemos a un Dios, que nos ha llamado a vivir para el reino, para prioridades del reino; nos ha llamado a amarle con todo el corazón, y nos promete capacitarnos, nos promete sabiduría, cuando se la pedimos; entonces que también la oración sea una parte constante de la toma de decisiones en la vida familiar.

¡Muchas gracias por acompañarnos!

Esta serie no ha terminado aún, la hemos dividido en parte uno y parte dos; pero vamos a seguir con esta serie sobre las prioridades de una familia que vive para el reino de Dios. Así que, acompáñenos otra vez la próxima semana, y que tengas una muy bendecida semana.

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Autores

  • Susi Bixby

    Susi es la fundadora de Crianza Reverente y anfitriona del podcast, mamá de un adolescente y dos adultos jóvenes, y esposa de Mateo Bixby, uno de los pastores de Iglesia Bautista la Gracia en Juarez, NL, México. Juntos colaboran también en la Universidad Cristiana de las Américas en Monterrey, NL.

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