Categoría: Padres fieles

Ep 114: Padres llamados a tomar el mando

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septiembre 20, 2022

Sin duda el concepto de ejercer autoridad, o estar bajo autoridad, provoca indignación y desprecio en la cultura actual. El mal uso y abuso que la humanidad le ha dado a la autoridad hace comprensible este rechazo. Pero para los que reconocen su diseño divino como criaturas a la imagen de Dios y bajo el dominio del reino de Dios, es necesario evaluar el asunto de la autoridad a la luz de la Palabra del Dios Creador. ¿Estás dispuesto a adoptar el llamado que Dios te ha dado como padre o madre de tomar el mando en la vida de tus hijos? Aquí conversamos sobre la enseñanza en el capítulo 4 del libro “Como Pastorear el Corazón de tu Hijo”, que corresponde a capítulo 3 de la guía de estudio.

Descarga la guía de estudio gratuito: https://bit.ly/crianzapoiema

Transcripción:

¿Te requirió más valentía de lo normal abrir este audio y comenzar a escuchar?

Susi: – El tema de la autoridad y la sumisión es complicado, tanto por nuestra naturaleza rebelde como por las corrientes filosóficas que componen el ambiente de nuestra cultura el día de hoy. Gracias por decidir escuchar este episodio titulado “Padres llamados a tomar el mando”.

Ese título viene de una sección del capítulo cuatro, del libro que estamos viendo juntos aquí, en esta serie del podcast Crianza Reverente, y ese libro se llama Cómo pastorear el corazón de tu hijo.

Como siempre, voy a dar un resumen de los puntos principales y luego Mateo y yo conversaremos sobre algunas cosas esenciales para las familias cristianas de hoy. La premisa del capítulo cuatro es tan sencilla como su título: “tú estás al mando”.

Esto choca con tantas creencias en nuestro mundo y causa bastante confusión. Y llegaremos a eso en unos momentos. Pero vamos a darle el beneficio de la duda al autor por un momento para escuchar lo que nos quiere decir.

Tripp basa sus argumentos completamente sobre pasajes y principios bíblicos. Y eso nos debe hacer abrir los oídos para recibir con un corazón humilde lo que nos quiere decir. Es verdad que no todo el que dice estar fundamentándose sobre las Escrituras realmente lo está.

Personalmente, creo que el autor si hace buen uso de la Palabra de Dios en este capítulo basado en Génesis 18 y Deuteronomio 6 y Efesios 6 somos llamados a ser padres que tomamos el mando o la autoridad en el hogar, pero algo que muchos padres no entendemos es que esta autoridad no es propia de nosotros mismos, sino que es en función de representar a Dios.

La autoridad de los padres sobre los hijos es en nombre de Dios y esto lo cambia todo. Tus hijos tienen el llamado a la obediencia hacia ti, y tú tienes el llamado a obedecer a Dios al ejercer autoridad en Su nombre. Al final todos estamos bajo la autoridad y Gobierno de Dios. No sólo es un derecho, es una responsabilidad.

El autor dice que reconocer este solemne llamado nos ayudará en varias áreas. Tendrás que leer el capítulo para escuchar todo lo que él dice, esto nos ayudará a tener objetivos más claros para la crianza. Tendremos mayor humildad en la tarea que se nos ha dado. No daremos lugar a la ira. Nuestros hijos serán los beneficiarios de haber sido entrenados a andar en obediencia, en los caminos del Señor.

Ese es el resumen del capítulo cuatro del libro, y ahora, teniendo esta base de parte del autor…. Mateo, ¿qué te parece si conversamos sobre este tema?

Mateo: – Claro que sí, es un tema que hay que conversar en la crianza.

Susi: – Obviamente es un tema bien complicado y creo que sería bueno si comenzamos reconociendo el gran rechazo de parte de nuestra sociedad hacia la autoridad, hacia la sumisión, exigir obediencia a los niños. Quizás esto inició como una reacción comprensible al abuso que la humanidad caída siempre le ha dado a la autoridad.

Yo siento que ahora se ha convertido como en una manera de entender el ser humano y sus necesidades básicas. La psicología dice que los estudios han comprobado o que la ciencia ha demostrado que exigir obediencia daña la autoestima. Y sin buena autoestima no hay una persona que se desarrolle bien. Son tantas cosas que escuchamos y leemos. Creo que esto crea un conflicto en nuestras mentes y no podemos reconciliar la Palabra con esta supuesta ciencia que nos están presentando. ¿Entonces, cómo? ¿Cómo deberíamos enfrentarnos a esta realidad que vivimos?

Mateo: – Primero tenemos que afirmar nuestra creencia en la perfección de la Palabra de Dios y que es la Palabra de Dios. Por tanto, si creemos en un dios que es todo sabio y que hace todas las cosas perfectamente, si él nos escribió esta Palabra, entonces todo lo que dice es cierto, es perfecto, es bueno, es sabio y tenemos que obedecer esa Palabra que Él nos ha dado.

Es verdad que en nuestro mundo nos vamos a sentir en la minoría; pero recuerdo el fundador de la Universidad donde nosotros asistimos, que decía: “tú y Dios hacen la mayoría. Entonces no importa si todos los demás están en tu contra. Si Dios lo dice, entonces tiene razón y da igual lo que los demás dicen”. ¿Por qué? Porque Dios nunca se equivoca y él es el Soberano Señor del universo.

Entonces, cuando pensamos en eso, nos damos cuenta de que nuestra fuente no puede ser la ciencia. Esta cambia y se equivoca. Lo que hoy parece ser lo más nuevo, mañana va a estar anticuado y nos vamos a burlar de eso.

Hace unos años hablaban de las virtudes saludables del tabaco y hoy día, pues sabemos que eso no es así.

Si hace unos años en la psicología el don nuevo era el conductismo, el don nuevo era el condicionamiento que Pavlov nos enseñaba con los perros y eso se aplicaba entonces a cómo enseñamos a los niños y como movíamos a las masas.

Hoy día decimos cómo es posible si que horrible. Entonces creo que debemos tener cuidado con simplemente pensar “la ciencia dice” como si esta fuera infalible. No lo es. Los científicos y los que están haciendo investigaciones tienen una premisa, tienen una cosmovisión, y es increíble pensar cuántas veces los estudios terminan diciendo lo que el investigador creía cuando inició el estudio.

Susi: – Quería comprobar algo y su estudio “lo comprobó”.

Mateo: – Claro, la neutralidad realmente no existe y eso se refleja entonces en nuestros estudios, que supuestamente son neutrales, pero realmente no lo son. Entonces debemos tener cuidado. Si la ciencia, los científicos, lo nuevo, los estudios y la investigación no es una base segura, ¿dónde está nuestra base segura? Necesitamos algo que no cambia, algo que siempre dice la verdad, y eso es la Palabra de Dios. Entonces no podemos ir a los estudios más recientes, tenemos que ir a la Palabra de Dios para encontrar ahí nuestras respuestas y nuestra filosofía de crianza de nuestros hijos.

Susi: – Lo que pienso también que a veces podemos dudar de que, si la Palabra nos dice, por ejemplo, si la autoestima es importante. ¿O qué es importante para que mi hijo crezca con un sentido sano de quién es? Esos son buenos deseos que los padres tenemos para nuestros hijos. Pero a veces, es más fácil creerle a un psicólogo que escribió un artículo “muy padre” (como decimos en México), pero realmente podemos dudar de que la Palabra de Dios tenga ese tipo de información.

Yo estaba pensando en este tema, de hecho, estábamos estudiando recientemente Génesis 1 y 2 esta semana en nuestros grupos pequeños. Y yo pensaba en cómo, incluso en el diseño original de Dios, cuando Él creó al primer hombre y la primera mujer, es obvio que los crea bajo una autoridad y para que ejerzan autoridad.

Mateo: – Nuestra autoridad es delegada, el hombre es el virrey de Dios sobre la Tierra. Si debe señorearse en la Tierra, pero ese señorío es algo que Dios le ha delegado y aquí un buen punto a mencionar que es lo que siempre decimos. El día de hoy, el hombre se revela en contra de la autoridad porque la autoridad ha sido deficiente, abusiva, corrupta.

Pero aún en el mejor ambiente, con la mejor autoridad que es Dios, con una autoridad perfecta, el hombre se rebeló.

Entonces, sí es verdad que las deficiencias de las autoridades humanas nos llevan a rechazar el concepto de autoridad. Pero el punto más grande es que somos rebeldes, por eso nos rebelamos, rechazamos el concepto de la autoridad; tanto cuando estoy bajo la autoridad como también cuando debo ser la autoridad y ejercerla. Entonces abdicamos en esa responsabilidad que Dios nos ha dado.

Vamos a esa autoridad que Dios nos ha dado como padres. Obviamente como hijos, la tendencia es a esa rebeldía.

Pensemos en que Dios nos ha diseñado, como tú bien dijiste, para funcionar mejor bajo autoridad.  Y esto choca completamente con nuestras filosofías más corrientes del día de hoy. Lo que nos dicen es: “que nadie te limite”, “haz lo que tú quieras” y “cualquier cosa que se te limite va a dañarte”, “todo lo que tú desees es bueno, legítimo, entonces sueña en grande, busca lo que tú quieres”.

Esto causa una discapacidad espiritual si yo como padre no le enseño a mis hijos a someterse a mi autoridad. Porque van a aprender a someterse a Dios, principalmente, sometiéndose, primero a mí. Yo soy la autoridad que Dios ha puesto en sus vidas. Si yo no les enseño eso, les estoy dando una discapacidad espiritual porque ellos no van a aprender a someterse a Dios, es como si yo le dijera a mi hijo: “quiero que seas jugador de fútbol, pero sólo puedes usar una pierna”. Pues no van a ser buenos jugadores de fútbol. A veces como padres, nosotros les decimos algo parecido cuando les decimos “tú busca tus sueños”, “cumple o busca saciar todos tus objetivos en la vida”. Con esto lo que está sucediendo es que les estamos poniendo a ellos como los soberanos del universo y entonces nunca aprenden que hay alguien a quien tienen que someterme porque yo siempre he aplaudido todas sus ideas y todos sus deseos. Yo he buscado saciarlos y no les he puesto límites. Entonces piensan que sus ideas siempre son las más sabias. Nunca van a pensar que hay alguien que tiene la razón sobre ellos. Y cuando incluso estamos siempre dándole la razón en todos sus deseos, también hay que hacer lo que ellos quieren.

Así van a vivir sus vidas, siempre persiguiendo sus propios deseos, no les va a importar lo que Dios quiere, no les van a importar las necesidades de otras personas que están a su alrededor y entonces van a ser personas tóxicas.

Y es increíble en la universidad. Ya llevamos 20 años aquí en México, en la Universidad Cristiana de las Américas, aquí en Monterrey, y es increíble la cantidad de alumnos tóxicos, sí me atrevo a usar esa palabra. Alumnos que llegan y piensan que ellos van a mandar desde su primer día que llegan aquí al salón de clase, que nunca van a escuchar un consejo, que nunca están dispuestos a pensar que el maestro que está en el salón de clase pudiera enseñarle algo. En verdad es increíble como sucede eso, pero por toda su vida.

Los padres le han dicho: “ay, princesa, ay mi rey. Ay, es que todo lo que tú quieres, todo lo que tú piensas, eso es bueno, tienes razón”.

Susi: – “No te dejes dominar por nadie”.

Mateo: Entonces, cuando vemos eso, luego nos damos cuenta por qué son esos alumnos un poquito tóxicos y lo triste es el daño que ellos llevan en su propia vida.

Es un daño increíble que afecta no solamente su relación con otras personas, sino afecta su relación con Dios.

Susi: – De hecho, lo hemos comentado, no tienen una perspectiva correcta de Dios, del Dios que ellos creen que conocen o a quién creen que tú quieres que obedezca no es el Dios de la Biblia, porque realmente los padres en el hogar o quizás también el liderazgo en la iglesia no ha modelado una autoridad bondadosa, sacrificial, una autoridad que representa a Dios, como dice en el capítulo del libro, el autor.

Mateo: – Y creo que eso es un concepto que a padres cristianos les cuesta saber cómo ejercer autoridad con amor. Porque los ejemplos frecuentemente no han sido amorosos ni sabios. Han sido muy autoritarios, impositivos, exigentes, pero no amorosos.

Entonces, algunos padres, el día de hoy, tienen el temor de que van a darle a sus hijos una impresión muy negativa de Dios. Si le dicen “tienes que obedecer”.

Incluso el autor, tiene una conversación en su libro cuando está él, cuando está disciplinando a un hijo, y dice: “mira hijo, yo te estoy disciplinando, pero lo estoy haciendo porque Dios pide que yo te discipline”. Si no te disciplino, entonces yo estoy en desobediencia a Dios.

Creo que es una conversación muy válida, pero eso puede hacer que el niño entonces tenga una perspectiva negativa de Dios. Entonces a veces creeremos que ellos creen “como voy a amar a un Dios que le dice a mi papá que me discipline”.

Pero por eso tenemos que, primeramente, tener buenas conversaciones con nuestros hijos y describirles un Dios que es amoroso y que es sabio y quizás tú no lo entiendes ahora, pero Dios sabe mejor.

Y luego también tenemos que modelar ante ellos lo que es ser un padre amoroso y sabio.

Susi: -Y sumiso a Dios en otras áreas de su vida.

Mateo: – En todas las áreas, porque ese ejemplo que nosotros les damos va a permitir que tengan una mejor comprensión de quién es Dios. A veces decimos nuestra comprensión de quién es dios viene de lo que pensamos acerca de nuestros padres.

Y es verdad eso con ciertos límites. Porque podemos ir a la Biblia y tener padres muy malos, pero tener un concepto correcto de quién es Dios por medio de Su Palabra. Pero sí es verdad que muchas veces si nosotros tenemos padres que han modelado a Dios, en sus propias vidas, entonces vamos a comprender mejor quién es Dios. Por eso tenemos que ser amorosos, sabios, pero también ejercer autoridad.

Porque hablando del diseño divino Adán y Eva estaban bajo autoridad, en una relación amorosa y cercana con su padre. ¿Y qué fue lo peor que hicieron? Rechazar esa autoridad, resistirla. ¿Qué es lo peor que pueden hacer nuestros hijos? Rechazar la autoridad de Dios y esta se administra principalmente en sus vidas a través de nosotros, que somos los padres. Por eso es tan importante que ejerzamos nuestro rol como autoridad.

Susi: – Y obviamente, ya cuando los hijos crecen, nuestra influencia va aumentando. Las cosas van cambiando, pero especialmente si empezamos desde pequeños podemos criarlos en esa actitud y ese conocimiento de un Dios amoroso, pero que también ejerce una autoridad en sus vidas. Y creo que esto sería como el punto más importante de toda esta conversación acerca de la autoridad como padre, como madre, como yo veo a Dios.

Lo veo a un Dios que exige autoridad y a parte de mí no le gusta eso y se resiste. Si eso es así en mi vida, entonces mis hijos también lo van a captar y yo necesito creer que la autoridad de Dios es algo bueno y entonces pedirle que me capacite para imitarla.

Mateo: – A veces pensamos “yo amo a mis hijos demasiado como para disciplinarlos”.  Pero una de las mejores maneras que nosotros podemos amar a nuestros hijos es tomar esa autoridad que quizás se nos hace desagradable por nuestra cultura, por nuestro trasfondo.

Debemos asumir ese rol que Dios nos ha dado, porque eso es lo que nuestros hijos necesitan de nosotros. A veces les damos demasiada autoridad a nuestros hijos, especialmente cuando son pequeños. Por supuesto, conforme van creciendo van agarrando cada vez un poquito más de libertad, pero les damos a nuestros hijos una autoridad que no están dispuestos a blandir todavía, o sea, no le daríamos a nuestros hijos una espada afilada porque no están listos para para manejarla.

Y a veces nosotros ponemos tanta libertad en ellos, tanta autoridad que luego se lastiman a ellos mismos y a las personas a su alrededor porque no tienen la madurez para ello, para llevar esa autoridad. Eso me hace pensar en algunas cosas que algunos padres dicen con una genuina preocupación. Y una de esas cosas es, como lo dice también el autor, que no aprenden a tomar decisiones. Les damos demasiada libertad para tomar decisiones cuando están muy pequeños.

Susi: – Porque creemos que así van a aprender o porque no queremos ejercer autoridad. Me gustó lo que el autor decía, pero ¿qué más podríamos agregar a ese tema?

Mateo: – Sí, la frase más común es “la mejor manera de crecer es tomar tus propias decisiones y vas a aprender por tus errores”. Es verdad que hay mucha buena enseñanza, que vamos a aprender por nuestros errores.

Pero en la vida, Dios nos ha dado otra manera de aprender que es mucho mejor, porque aprender por tus errores es muy doloroso. Se sufre mucho, entonces lo que Dios quiere para nosotros es que vayamos a la palabra de Dios, que nos sometamos a ella y la obedezcamos, evitando esos errores.

Entonces yo entiendo que pedagógicamente hay ocasiones donde tienes que dejar que una persona cometa sus errores; pero la mejor manera, especialmente en la vida espiritual, es ir a la palabra de Dios, evitar esos errores, evitar esos sufrimientos.

Y Tripp menciona que la mejor la manera en que Dios ha diseñado que los hijos aprendan a tomar decisiones es ver a sus padres tomar buenas decisiones.

Sabias decisiones implican que debemos tener buenas conversaciones con ellos cuando nosotros como familia estamos tomando decisiones.  Explicarles nuestras razones por qué estamos haciendo algo o por qué no lo hacemos. Y luego conforme ellos son pequeños, también explicarles por qué pueden hacer esto y por qué no les damos permiso para hacer lo otro. Y conforme van creciendo y tomando más decisiones, aconsejarles con la palabra de Dios en la mano. Poco a poco estamos entonces programando su mente para pensar y luego decidir, de acuerdo con la palabra de Dios.

Susi: – Creo que aquí sería bueno destacar la diferencia entre tratar de convencer a mis hijos a tomar una decisión y explicarles la razón por la que tú vas a tomar la decisión por ellos. Yo veo a muchos padres hoy en día que quieren convencer a sus niños muy pequeños a ponerse cierta ropa, a comer cierta comida, a cosas diarias de la vida, que incluso ni tienen que ver con la vida espiritual directamente, pero lo que quieren es convencerles.

¿Qué es lo qué niños de esa edad necesitan? Es una autoridad que les dice lo que van a hacer y lo que no van a hacer para entrenarles a vivir en sumisión, pero también mientras van creciendo, se le explica la lógica detrás, se le explica que se le está protegiendo de algo. Esa es la idea.

Mateo: – Sí, y hay un problema, porque cuando el hijo es pequeño, tú eres mucho más inteligente que él y le podrás convencer normalmente por medio de manipulación. Y crees que lo estás haciendo súper bien y mira, mi hijo entiende todo. Pero, cuando tiene 15 años ya va a tener casi la misma inteligencia que tú.  Va a escuchar muchos más argumentos que los tuyos y ya no te va a querer escuchar, ya no te va a dar la razón. Pero tú le has entrenado a que siempre él escoja lo que él quiere, aunque tú le estabas manipulando. Ahora, cuando tiene 15 no va a ser tan fácil manipular a tu hijo y él todavía está acostumbrado a tomar todas las decisiones basadas en lo que él quiere. Y entonces has creado un monstruo.

Susi: – En cierto sentido, esto es como un caminar por fe, especialmente para padres que todavía tienen hijos pequeños, porque hay muchas maneras de lograr a corto plazo que tus hijos sean o hagan lo que tú quieras. Pero cuando por fe los entrenamos a estar sumisos a una autoridad, como un estilo de vida, como algo que va a durar toda su vida, es entonces, cuando llegan a esa edad de 15 cuando se ve la diferencia entre el niño que fue manipulado, y el que realmente fue enseñado a la obediencia.

Otro argumento o temor de los padres de hoy en día es que, si no les enseñamos a nuestros hijos a obedecer la autoridad, eso los expone al abuso, porque entonces no van a saber a quién resistirse cuando una autoridad si es abusiva. ¿Cómo podríamos pensar en este asunto?

Mateo: – Si ejercemos nuestra autoridad de una manera absoluta, déspota, que infunde temor desmedido o una sumisión completa a la autoridad, entonces si vamos a exponer a nuestros hijos a ese peligro.

Pero si nosotros tenemos una autoridad que es amorosa, una autoridad donde hay buen diálogo con nuestros hijos, se le escucha al hijo cuando quiere decir algo, le hablamos con respeto al hijo, exponemos nuestros puntos de vista a nuestros hijos, permitimos incluso que ellos expongan sus puntos de vista, aunque al final tienen que obedecernos a nosotros, porque están aprendiendo a obedecer a sus autoridades. Pero en esa conversación nos da la oportunidad de enseñarles “tú también puedes con respeto dirigirte a tus autoridades”, y si constantemente les estamos llevando a los principios de la palabra de Dios, ellos van a aprender a someterse, no solamente a nosotros, sino a Dios. Entonces si viene una autoridad que les pide algo que va en contra de la Palabra de Dios, ellos saben mi lealtad final, no es a mi autoridad humana, sino es a mi autoridad divina. Entonces no voy a someterme a esa autoridad, que es corrupta o que es abusiva o que está haciendo algo que Dios no quiere que hagamos.

Susi: – En este asunto, la comunicación es tan importante y me llama la atención porque el autor de este libro va a dedicar 3 capítulos a la comunicación y recuerdo la primera vez que lo leímos. Esto parece exagerado, pero es tan importante la comunicación. Entonces es verdad, una autoridad que no permite al niño cuestionar, hablar, como cualquier intento que él haga por expresarse es aplastante. Ese niño sí se va a exponer al abuso de parte de otras autoridades. Pero de eso no está hablando el autor de este libro y tampoco nosotros. De ninguna manera queremos promover ese tipo de ejercicio de autoridad.

Mateo: – De hecho, si hubiera un padre, una madre, que está aquí escuchando y tú estás escuchando esto de la autoridad y tú estás diciendo “sí, así es, así tiene que ser, yo mando en esta casa …” Probablemente tienes que evaluarte a ti mismo, porque la manera en que la autoridad se ha ejercido muchas veces ha sido abusiva, ha sido incorrecta, ha sido antibíblica. Entonces, si tú celebras la autoridad, ten cuidado, porque probablemente tu tendencia es ir hacia ese lado.

Susi: – Me gustaría comentar algo aquí ya en los últimos minutos que creo que para mí ha sido de mucha ayuda pensar en esto y creo que pudiera ser para otros padres.

Todos conocemos Efesios 6: 1-4 y en Efesios 6, Dios manda a los hijos a obedecer y honrar la autoridad de sus padres y dice que este es el primer mandamiento con promesa para que les vaya bien y seas de larga vida sobre la tierra. Y luego en el siguiente versículo a los padres se les amonesta que no provoquen a ira a sus hijos, sino que los críen en la disciplina y amonestación del Señor.

Lo que yo he escuchado siempre de ese versículo sobre no provocar a ira, es que nosotros la provocamos cuando hacemos exactamente lo que tú acabas de describir. Ejercemos autoridad con dureza, no los escuchamos, no les permitimos desarrollar personalidad propia, les aplastamos. Y eso sí provoca ira sin duda a nuestros hijos. Pero qué tal si también provocamos a ira a nuestros hijos cuando no les entrenamos a obedecer y honrar a sus padres; porque en el contexto pudiera ser también esa aplicación.

Mateo: – Claro, si tú no le dieras a comer a tus hijos. Creo que tendrían razón en reclamar. Eso sería provocar a ira.  Tenemos que alimentar a nuestros hijos, pero también tenemos la obligación de ser la autoridad amorosa y sabia en la vida de nuestros hijos.

Si nosotros no ejercemos ese rol, estamos reteniendo de ellos algo que Dios quiere y ellos necesitan. Tenemos que ejercer esa autoridad y si no los vamos a provocar a ira.

Muchos alumnos de la Universidad han comentado a través de los años como una de las cosas que ellos lamentan de su crianza es que sus padres no pasaron tiempo con ellos o que sus padres no tomaron ese rol de padres en su vida.

Parece muy bonito cuando tus hijos tienen cuatro o cinco años y digo “voy a ser el amigo de mi hijo”. Pero tú le estás reteniendo algo que ellos necesitan, que es esencial para su desarrollo personal y su desarrollo espiritual. Entonces, podemos provocar a ira a nuestros hijos, por ser abusivos, intolerantes, imponentes, pero también por no darles ese rol de autoridad.

Susi: – Y creo que es difícil para nosotros ver la sumisión a la autoridad como una necesidad espiritual, incluso en nuestras propias vidas.

Mateo: – Y es que sí lo decimos “tengo que someterme a Dios”, pero por alguna razón humana, especialmente en la crianza, es como que se ha desconectado algo en nuestra mente por nuestra cultura. No entendemos que necesitamos estar bajo autoridad, lo vemos como malo.

Susi: – Que Dios nos ayude a darles eso a nuestros hijos que tanto necesitan para que puedan desarrollar una relación con Dios que va a llevar fruto en su vida, que los va a proteger. Les va a traer bendición porque incluso Efesios 6 lo dice, o sea, hay una bendición para el niño.  El joven que ha aprendido a someterse, honrar y obedecer a sus padres. Es fácil para los padres olvidar eso.

Gracias Mateo, ya se nos acaba el tiempo, pero el resto de este libro nos va a llevar por diferentes aspectos necesarios y tú puedes estar pensando: “yo quiero hacer esto, pero yo no sé cómo”.  No te preocupes porque el mismo autor nos va a llevar por varios pasos para poder saber cómo, qué aspectos necesitan estar presentes en nuestros hogares, la comunicación y la disciplina.

Todo eso se va a hablar todavía en este libro así que sigue adelante leyendo, escuchando, contestando la guía, puedes buscar el enlace de la guía en la publicación de episodio 114 en la página de crianzareferente.com.

Si todavía no tienes esa guía, pídele al Señor sabiduría porque él te la quiere dar, es una promesa que él nos ha hecho. Recuerda que la próxima semana vamos a estar otra vez tocando 2 capítulos, 5 y 6 juntos, así que puedes adelantar la lectura así ya estás al día.

Y estaremos de regreso contigo conversando sobre los objetivos en la crianza. Gracias por acompañarnos.

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Autores

  • Susi Bixby

    Susi es la fundadora de Crianza Reverente y anfitriona del podcast, mamá de un adolescente y dos adultos jóvenes, y esposa de Mateo Bixby, uno de los pastores de Iglesia Bautista la Gracia en Juarez, NL, México. Juntos colaboran también en la Universidad Cristiana de las Américas en Monterrey, NL.

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