Ep 128: La disciplina familiar de la vida en comunidad con Moisés Gómez

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March 21, 2023

Aunque la relación que cada creyente tiene con Dios es individual, no hay lugar en el reino de Dios para “llaneros solitarios”. El Nuevo Testamento enseña claramente que la vida cristiana se debe vivir en comunidad, compartiendo la vida, la adoración, la Palabra, la oración, la confesión de pecados y el gozo del Señor (entre otras cosas más). Es indispensable que, como familias cristianas, criemos a nuestros hijos en la disciplina de practicar la vida en comunidad. ¡No te pierdas esta edificante conversación con Moisés Gómez!

Transcripción:

Susi: No sé si te ha parecido un poco extraño que en un podcast sobre la crianza estemos hablando de las disciplinas espirituales. Pero yo espero que los episodios que ya hemos escuchado en la serie te hayan convencido de la importancia de que los padres estemos aprovechando los medios de gracia que Dios ha provisto para nuestra vida espiritual y que también estemos entrenando a nuestros hijos en esas mismas.

El tema que vamos a abordar hoy, en mi opinión, sigue siendo una disciplina espiritual, pero sí tiene como un sentir un poco diferente de la disciplina de la Palabra y de la disciplina de la oración.

Para hablar de esto estoy muy contenta y agradecida porque nos acompaña Moisés Gómez, es un buen amigo de nuestra familia, ha estado antes en el podcast. Gracias Moisés, por tomar tiempo para acompañarnos hoy; bienvenido.

Moisés: Gracias Susi, de verdad que es un gran privilegio poder compartir con la audiencia que escucha continuamente este podcast, Crianza Reverente. Es un gran privilegio, un honor; y como tú bien dices, somos amigos, familias que nos conocemos y queremos mutuamente.

Susi: Moisés tiene a su esposa, Betsy, que es una gran amiga mía y estoy muy agradecida por ella. Tienen cuatro hijos: 2 adolescentes y 2 pequeños, así que están en todas las etapas de la crianza al mismo tiempo.

Moisés: Completamente, estamos con las manos llenas y gozosos de poder servirle también a nuestra familia.

Susi: Moisés es pastor en la Iglesia First Irving, en el área de Dallas. ¿Qué te gusta más de servir en la iglesia local?

Moisés: Uno de los grandes privilegios que uno tiene al servir es poder ver de primera mano la obra de Dios en medio de los hermanos. Ver el resultado del Evangelio transformando vidas, restaurando matrimonios, ayudando a familias es de mucho gozo. También tengo que decir que una de las cosas que más disfruto, probablemente por ser una persona orientada a la gente, es la vida de comunidad que la iglesia provee y que nos ayuda, de una manera u otra, a caminar en esta jornada que Dios nos ha nos ha plantado en esta etapa de nuestras vidas.

Susi: Ya que mencionas, a manera de testimonio, ¿cuánta importancia ha tenido la vida de comunidad en la iglesia local, en tu propia vida, de tu propio crecimiento, en tu matrimonio, en tu familia? ¿Quieres contarnos un poquito de eso?

Moisés: Yo creo que una de las mayores bendiciones que me ha traído es el entender el Evangelio, en los últimos 15 años de nuestras vidas. Y el entender la manera cómo Dios establece la Iglesia, el propósito, entender el regalo de la comunidad, el saber que tú estás en un contexto de personas pecadoras, imperfectas, donde tú también eres un pecador imperfecto, pero que apuntamos hacia una misma dirección, hacia un mismo propósito que es vivir para la gloria de Dios. Ha traído mucho, mucho, mucho crecimiento en nuestras vidas espirituales, en nuestra familia.

Cuando yo te escuchaba que el programa de Crianza Reverente, pensé: “¿cómo puede este tema impactar o relacionarse con la crianza?” Yo creo que tiene mucho que ver porque una de las bendiciones que nosotros hemos visto es poder enseñarles a nuestros hijos en medio de esta comunidad la importancia de la Iglesia en sí misma. La importancia de caminar en la fe acompañado de otros. Cuando uno es animado, exhortado, confrontado por otros es, sin duda alguna, un regalo de Dios. Es un medio de gracia para sostenernos, para ayudarnos a madurar. Es decir, respondiendo tu pregunta, que mi testimonio ha sido de mucha, mucha ayuda en mi propio crecimiento y madurez espiritual el poder ver la obra de Dios y Su mano a través de los hermanos. Ha sido una bendición incalculable. Yo creo que uno de los mayores valores que tiene la comunidad cristiana es el poder contar con otros hombres y mujeres con quienes uno pueda caminar en este tiempo.

Susi: Tú y Betsy escribieron un libro el año pasado y salió hace unos meses, ¿verdad? Se llama “Una vida al revés”.

Moisés: Sí.

Susi: Me encanta la portada. Cuentan en parte de ese libro, cómo es estar en una iglesia donde había falta de evangelio, realmente de profundidad y como el Señor usó la comunidad para acercarlos al verdadero evangelio, y vivir el evangelio verdaderamente en la vida. Quiero recomendar el libro a los que están oyendo también; aunque no se trata directamente de la crianza, pero es el testimonio y cómo ustedes cuentan su historia. Creo que podría ayudar y animar a muchos padres. ¿Qué fue lo más difícil de escribir ese libro para ti?

Moisés: Lo más difícil del libro fue poder armonizar nuestras historias, porque es un libro escrito y narrado por dos personas. Yo creo que lo más difícil fue poder poner una voz. Es la voz de ambos en primera persona.

Susi: Siento que los conozco cuando lo leo. Me gusta porque a veces se siente un poco más tu voz y a veces se siente poco más la de Betsy.

Moisés: Sí, mantener la personalidad de ambos. Hablamos en primera persona, ese fue el reto. Pero sin duda alguna, fue de gran bendición. Y como tú dices, hay un capítulo destinado justamente para mostrar cómo el Evangelio nos ayudó a tener un entendimiento correcto del valor de la iglesia local.

Susi: Bien, amén. Gracias por escribirlo. Yo sé que no fue fácil, al menos por lo que hablaba con mi amiga Betsy, pero que lo disfrutaron y eso es muy bueno. Gracias por ese servicio a la comunidad más amplia.

Moisés: Disfrutamos bastante.

Susi: Hablando de la vida de la iglesia, en general ¿tú crees que es correcto hablar de la vida en la Iglesia como una disciplina espiritual? ¿Nos ayudaría a veces a verlo como una disciplina?

Moisés: Sí, yo creo que sí. El problema radica en que en nuestra mente tenemos una presuposición incorrecta de lo que la palabra disciplina en sí mismo significa. En ocasiones, tiene una connotación negativa. Cuando hablamos de disciplina para muchas personas es como un régimen o una imposición.

Pero si tú buscas la definición, vas a ver que es un conjunto de acciones, normas que cumpliéndola te van a dar un buen resultado. Yo creo que sí, sobre todo porque cuando te encuentras con el texto de Hebreos que dice: “No dejando de congregarnos como algunos tienen por costumbre”. Es una valiosa exhortación. Como toda disciplina se requiere intencionalidad. Recuerda que, tristemente nosotros vivimos en toda la historia de la iglesia, la cultura ha afectado de una manera u otra la cultura de la iglesia.

Susi: Bastante.

Moisés: Y a nosotros nos ha tocado una generación, una cultura muy consumista, muy egocéntrica, una cultura donde yo busco lo que quiero y voy donde me siento bien, donde estoy centrado en mí y en cómo las cosas funcionan, y a veces, llegamos a la iglesia con ese mismo entendimiento. Tú te quedas si haces comunidad, si te sientes bien, si haces tu círculo social, una clase social que vaya de acuerdo con la tuya y si te sientes cómodo. Eso sin duda alguna, es la influencia misma de la cultura dañándonos el entendimiento y el propósito de la Iglesia, de la comunidad de la Iglesia.

Cuando nosotros sacamos de nuestro tiempo cada semana para reunirnos con gente diferente, con personas probablemente que piensan distinto y que tienen sus luchas, sus trasfondos y otros pecados, cuando salimos de nuestra zona de confort para ser iglesia, para servir y para estar en la vida de otros y dejar que otros estén en nuestra vida.

Nosotros, sin duda alguna, estamos intencionalmente buscando otras cosas para tener los resultados que Dios espera que tengamos; como yo te dije, este tema tiene mucho que ver con la crianza, porque mientras nosotros hacemos eso, estamos modelando a nuestros hijos, que la vida cristiana no se trata de nosotros solamente.

La fe cristiana no es egocéntrica, sino que se vive en comunidad. Por lo tanto, sí creo que es una disciplina en la cual se requiere intencionalidad, sacrificio, requiere recurrencia y continuidad. Y, a la vez, también creo también que es una disciplina que forma e informa la crianza de nuestros hijos.

Susi: Sí, yo creo que es una disciplina. Yo pienso, por ejemplo, en los atletas que se disciplinan para poder tener un resultado positivo. Ellos se niegan a sí mismos. Sus hábitos giran alrededor de lo que ellos quieren producir. Entonces bueno, si como padres, por ejemplo, queremos que nuestra familia siga a Dios, queremos que nuestra familia conozca a Dios.

Eso implica hacer decisiones difíciles a veces y levantarnos de la cama cuando no queremos levantarnos el domingo en la mañana, sí es una disciplina y creo que es cuestión de obediencia. En ese sentido, él estaba hablando de estar en la Palabra, pero es lo mismo Dios si nos dice que no dejemos de congregarnos. Entonces, en ese sentido sí es una disciplina, pero obviamente es mucho más también que una disciplina.

Moisés: Completamente.

Susi: Vamos a hablar de eso. Yo estaba pensando en la diferencia entre las otras disciplinas que más típicamente pensamos como disciplinas espirituales. Por ejemplo, leer la Biblia, memorizarla, orar; hay varias disciplinas que son como las más típicas. Pero en un sentido, esta disciplina de la Iglesia es diferente inherentemente, porque es algo que no se puede hacer solo.

Moisés: Sí, completamente.

Susi: Las otras disciplinas las podemos ejercer solos, pero esta tiene un impacto en nuestra vida familiar y comunitaria. Pero creo que hay un aspecto que sí es personal de cada papá y mamá para poder ejercer esta disciplina. ¿Qué es necesario en la vida personal de un papá o una mamá para que ejerza esta disciplina espiritual de priorizar la iglesia local?

Moisés: Bueno, yo creo que primero debe de tener un correcto entendimiento del hombre y del pecado. Digo eso porque en ocasiones nosotros nos abstenemos justamente de hacer vida en comunidad por temor a las interacciones que nos van a herir y nos van a lastimar.

Segundo, tenemos que entender cómo el Evangelio es el que establece en la palabra de Dios establece lo que nosotros debemos de hacer como creyentes. No somos entes aislados. Y con esto aclaro que una mala experiencia que una persona haya tenido en el pasado con la Iglesia y la comunidad, o de manera personal, no define el estándar. O sea, tú no puedes reaccionar contra lo que Dios ha dicho que nosotros nos conviene, que es hacer vida de comunidad, porque en mí en el pasado me fue mal, me trataron mal, me hirieron, me acusaron o hirieron a uno de mis hijos.

Yo creo que entender el pecado, entender la obra del evangelio que redime el pecado, nos invita a perdonar. Es parte de lo que se necesita. Es importante que nosotros entendamos la visión que Dios tiene para la iglesia cuando el Señor la establece lo hace justamente con el propósito de que nosotros veamos la iglesia como un medio de santificación, un medio de una provisión de Dios para nosotros, servir con nuestros dones dados, y servir a otros.

En la mayoría de los casos, todo lo que está en una iglesia está plantado por Dios para ser servido por otro. En Hebreos 10:24 dice: “Mantengamos firme la profesión de nuestra esperanza, sin vacilar porque fiel es el que prometió y considerémonos cómo estimularnos unos a otros”. Aquí está la comunidad, cómo estimularnos unos a otros al amor y a las buenas obras.

Vas viendo cómo la comunidad me ayuda, me empuja, me saca de mi zona de confort. Quizás naturalmente no me nace hacer bueno; la comunidad me ayuda a estimularme al amor y a las buenas obras. “No dejando de congregarnos, como algunos tienen por costumbre”. Y aquí viene otro componente de la comunidad, en positivo, “exhortándonos unos a otros y mucho más al ver que el día se acerca”.

Por lo tanto, como padres debemos de tener la perspectiva de que la iglesia y la comunidad son el lugar donde Dios nos ha plantado para animarnos mientras esperamos la segunda venida de Cristo al saber que el día del Señor se acerca. Como los tiempos van a ir de mal en peor, es justamente en este lugar donde vamos a estar estimulándonos, exhortándonos, reprendiéndonos.

Entonces yo creo que son algunas de las cosas que debemos tener en claro cómo el pecado afectó todo y cómo el evangelio provee una solución para eso. Cómo esta comunidad que Dios nos ha plantado ha sido una provisión de Dios para nosotros, nuestro andar de fe para estimularnos, exhortarnos y como también ahí, en este lugar, nosotros tenemos la expectativa y la esperanza del segundo regreso de nuestro Señor.

Susi: Está excelente y creo que sería bueno para una familia estudiar ese pasaje. Que los matrimonios, consideren si realmente están priorizando la iglesia. Y yo pensaba en lo que decías, qué hace falta para que una mamá como yo, realmente priorice. Tengo que aceptar estar en una comunidad donde las personas van a confrontar el pecado de mis hijos. A los papás no nos gusta eso, cuando alguien critica a mi hijo.

Los padres debemos valorar que otros creyentes se involucren en la vida de nuestros hijos, quizás la maestra de la escuela dominical le va a regañar a mi hijo, qué bueno que otros lo hagan, que no sea solamente yo.

Pero creo que ahí en el corazón de cada mamá y papá el atesorar, el valorar los valores del Reino y estos no son cumplir con mi asistencia dominical nada más, sino verme como parte de una iglesia, un cuerpo local. Aunque sí van a pecar en contra de mí, de mis hijos. No me refiero a abuso espiritual ni nada de eso, simplemente por rozar cada día, cada semana con pecadores, van a haber roces. Pero esos mismos roses pueden contribuir al crecimiento.

Moisés: Es un testimonio a nuestros hijos. Al nosotros mostrar el valor de la iglesia y la comunidad. Cuando digo “la Iglesia”, lo primero que uno puede pensar es el domingo en la mañana, y no; la comunidad es lo que sucede el lunes, el martes, el miércoles, cuando yo tengo a la gente en mi casa, cuando mis hijos ven que yo voy a la casa de otros a servirles porque están en necesidad.

Es un testimonio de humildad, primero porque mis hijos pueden ver que otros están en mi vida de manera para bendecirme, para corregirme, para exhortarme es un testimonio también de que de la vida no se trata de mí, sino también se trata de servirles a otros.

Cuando yo veo que mis hijos pueden acompañarme a orar por un hermano o una hermana que está enferma, o llevarle una cena porque una hermana acaba de tener un bebé y no puede atender la casa, es un testimonio que vamos modelando.

Por eso yo pienso que una de las grandes bendiciones de la Iglesia ha sido ver cómo la comunidad es parte del ADN de la fe cristiana. Dios no pensó el cristianismo para vivirlo de una manera aislada. Por lo tanto, si usted está escuchando este podcast y usted es de los que dicen que la Iglesia es solo los domingos, o que usted tiene temor de unirse a una comunidad porque te hirieron, porque hablaron de ti, porque te trataron mal a ti y a tus hijos o tu esposo, porque manejaron mal probablemente una situación de pecado, ese no es el estándar que define el estándar de Dios.

Él pensó la Iglesia como una comunidad, dónde nos planta para florecer. Con todas nuestras imperfecciones, con todo nuestro pecado, pero con la esperanza del Evangelio. Y ahí, en la iglesia es donde la vamos a encontrar.

Entonces tiene mucho que ver con la crianza, porque mientras nosotros hacemos de esto una prioridad, nuestros hijos van aprendiendo y eso es lo que ellos van a replicar después. Si tus hijos vieron que tú creciste yendo a la iglesia como un checklist, como si fuera una actividad más y no como lo central en tu vida, como si tu vida girara en torno a esa comunidad. Eso es lo que yo van a replicar.

Viendo que la comunidad cristiana es central, es parte de la dinámica en la crianza de la familia, del crecimiento espiritual. Eso es lo que ellos también van a replicar y probablemente me extendí mucho en ese comentario.

Susi: Ahora que lo mencionas, entonces, ¿cuáles serían algunas señales de alerta para la persona que a lo mejor piensa que está bien porque va a la Iglesia los domingos y lleva su familia? ¿Cuáles pudieran ser algunas cosas en su vida que nos harían entender que no está realmente practicando la vida en comunidad?

Moisés: Bueno, primero el temor. Si tú temes a estar presente en la vida de otros o que otros estén presentes en tu vida, recuérdate que no somos dirigidos por el temor. No debe de ser el obstáculo para tu moverte hacia una comunidad donde puedes florecer, servir y ser servidor.

Yo creo que también el no ver a los hermanos, como una provisión de Dios para tu vida, el no ver la comunidad como un regalo de Dios. Probablemente tú estás siendo influenciado por la misma cultura donde la iglesia solo implica ir los domingos a la iglesia.

Un tercer elemento es si ha existido algún trauma en el pasado que ha afectado tu manera cómo te involucras en la iglesia, ya sea por medio de abuso espiritual o físico o puede ser manipulación. Yo te puedo decir y te digo a modo de testimonio, porque nos pasó.

Y si usted lee el libro “Una vida al revés”, se va a dar cuenta cuando Dios nos abre los ojos a la verdad. Y cambia nuestra perspectiva del valor de la Iglesia cuando nosotros salimos de la Iglesia donde estábamos. En lo personal, yo dije que, por causa del trauma, de lo difícil que fue la salida, no quiero ser pastor, yo no voy a ser pastor.

Pero le doy gracias a Dios que cuando llegó el evangelio y la Palabra de Dios a nuestras vidas, nos empezó a mostrar la belleza de la comunidad, imperfecta, claro; pero aun así la belleza de la iglesia local.

Yo creo que el tener la perspectiva correcta de la iglesia te va a ayudar a eliminar muchos de esos temores, pasadas frustraciones, heridas y aún te va a ayudar a alinear la perspectiva bíblica de la Iglesia; no la de los hombres, no la de la cultura, sino la perspectiva de Dios para la iglesia.

Susi: Me gusta mucho eso. Estaba pensando en hay familias que van a la iglesia y su actitud no es llegar a servir, sino a quejarse de todo lo que no les gusta. Eso es una indicación de tener una perspectiva deficiente de lo que tú dices.

Moisés: Es un síntoma.

Susi: Me sirvo y me voy a mi casa a vivir mi vida. Lo otro que he visto, puede ser algo cultural, pero hay familias que llegan, pero nunca se abren. Es como si trajeran una protección, una guardia. Los niños casi no hablen con nadie y uno casi está seguro de que los padres les han dicho “en la Iglesia no vayan a contar nada de lo que pasa en la casa”. Entonces se sienten como extraños que han estado asistiendo a la iglesia por años. No hay como esa apertura. Yo creo que es bueno que nos examinemos siempre.

Moisés: Sí, eso.

Susi: Veamos si hay señal.

Moisés: Sí, esa señal que tú dices es tan presente y vienen como resultado de lo anterior, el temor a que la gente me conozca realmente como como soy, el temor a que la gente conozca mi pasado.

Una comunidad centrada en el evangelio no se va a impresionar por más difícil que haya sido tu pasado porque sabe que el evangelio restaura, redime todas las cosas. Eso que tú dices es cierto, cuando nosotros vamos a la iglesia con una actitud consumista, vamos a esta como cuando vamos a un restaurante y nos sirve la comida.

Susi: Sí, exacto.

Moisés: Cuando el aire acondicionado no funciona; durante la adoración, “esa hermana no canta, yo no sé qué hace ahí cantando, porque qué horrible”. Esa actitud crítica es una señal de que no hemos tenido una perspectiva bíblica o cristocéntrica.

Al fin y al cabo, hermanos, la iglesia es la novia de Cristo y Él dice en la Biblia que la va a presentar sin mancha. Significa que, aunque usted vea al hermano que ha pecado, él ha clavado sus propios pecados en la obra de Cristo. Un día usted como la novia, la iglesia universal, los creyentes del pasado, presente y futuro vamos a estar ahí, sin ninguna mancha, sin ningún pecado, sin ninguna crítica.

Me encanta que tú menciones, eso de la gente, abrirse, porque nosotros vimos que hay elementos culturales que entran en el punto y no sé qué tanto tiempo nos queda, pero hay culturas donde la gente es más cerrada que otras.

Susi: Sí, claro.

Moisés: El caribeño, por ejemplo, es abierto, es alegre, lo que tú ves es lo que es. Pero de otras culturas que tienen temor, incluso de decirle la verdad a una persona en amor por temor a que se ofenda el hermano. O hay personas que no se abren. Como tú bien dices, por así es su cultura. Dijeron “nadie puede saber tus cosas”. Ten cuidado, hermano, la comunidad debe estar centrada en el evangelio. Porque probablemente alguna persona diga “es que usted no conoce, mi iglesia tiene las 12 discípulas del infierno que son chismosas”.

Pero una comunidad centrada en Cristo que perdona, que entiende el Evangelio, va a recibir al hermano, va a ver que el propósito es ayudar a crecer al hermano, verlo florecer, servirle, en ocasiones confrontarlo en amor, sobre todo, muchas veces el tema de la crianza, porque así fue como Dios lo pensó y no debemos de tener temor.

Yo te puedo decir, por ejemplo, nosotros tenemos una reunión de hombres una vez al mes y uno de los libros que leímos fue “Mortificando el pecado” de John Owen, tú sabes lo duro que es ese libro con el tema del pecado y yo abrí mi corazón, fui el primero en hacerlo.

Susi: Muy bien, sí.

Moisés: No te puedo decir la gloriosa libertad que trajo a todos los hombres de ese grupo, hablar y hablar de las luchas de sus pecados. Eso trajo un florecer en los hombres, una comunidad y una unidad que nadie se impresiona. Al contrario, preguntamos “¿cómo tú vas con aquello que hablaste, como podemos orar por ti?”.

La palabra “unos a otros” en la Escritura aparece cerca de 60 veces en el nuevo Testamento. Lleven las cargas los unos a los otros, Gálatas 6:2. Vivan con toda humildad, soportándose los unos a otros, Efesios 4:2. Hablen entre ustedes con salmos, himnos, cantos espirituales, alabando a hablen entre ustedes, etc. Tú ves como la comunidad está presente, dejen de mentirse los unos a otros, es decir, no hay manera de pensar la vida cristiana fuera de la comunidad y la iglesia local.

Susi: Y si alguna familia está escuchando, alguna mamá, algún papá, y dice “es que en mi iglesia no hay una comunidad así”. Bueno, tú puedes ser el que empieza, tú puedes invitar a otra familia a tu casa y tú te puedes abrir.

Se puede empezar a cultivar un ambiente así en la casa, primero con los propios hijos y podemos ser de influencia a muchos. Una iglesia que practica este tipo de comunidad empieza con una familia, con una persona que empieza a hacer esto.

Gracias, Moisés. Gracias por la labor que haces como pastor, como padre, como esposo y por compartir de tu tiempo y tu experiencia con nosotros.

Moisés: Completamente, muchas gracias por la oportunidad.

Susi: Si estás escuchando, busca el libro “Una vida al revés”, creo que te va a ser de bendición. Más que eso, busca la comunidad, la vida en comunidad para tu familia, para tus hijos. Bueno, nos despedimos y gracias, Moisés, por acompañarnos.

Moisés: Gracias por la invitación, Susi.

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Autores

  • Susi es la fundadora de Crianza Reverente y anfitriona del podcast, mamá de un adolescente y dos adultos jóvenes, y esposa de Mateo Bixby, uno de los pastores de Iglesia Bautista la Gracia en Juarez, NL, México. Juntos colaboran también en la Universidad Cristiana de las Américas en Monterrey, NL.

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  • Moisés Gómez sirve pastor plantador de Ekklesia Comunidad Bíblica enviado por First Irving Baptist Church of Irving en el área de Dallas, Texas. Está felizmente casado con Betsy Gómez, y tienen cuatro hijos: Josué, Samuel, Grace y David. Es graduado con una Maestría en Divinidad y está cursando sus estudios avanzados en SEBTS.

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