¿Hay cosa más importante que tú y tus hijos puedan conocer en toda la vida que a Dios mismo? En Crianza Reverente, creemos que no la hay, y por esa razón te traemos el episodio introductorio de una nueva temporada titulada “Tú y tus hijos delante de Dios”. Está diseñada para convencerte de la importancia de conocer más profundamente a Dios, y equiparte para criar a tus hijos en tal conocimiento. Únete a Susi y Mateo en este episodio para captar una visión familiar por un mayor conocimiento del gran Dios de la Biblia.
Transcripción:
Susi: “Tú y tus hijos delante de Dios”. Así dice el lema de Crianza Reverente: una frase que forma parte de nuestro logo. Creemos que la reverencia es vivir en el temor apropiado que caracteriza a uno que sabe que está en la presencia de Dios en cada momento. Y creemos que este es el estilo de vida que debe caracterizar al hogar cristiano, el hogar que desea levantar la siguiente generación de creyentes que se conocen a sí mismos como criaturas bajo la autoridad y el amor de su Dios creador.
Reconocemos que muchos de los retos en la crianza son asuntos diarios, prácticos. Pero también sabemos que esos asuntos diarios tienen su raíz en cosas más profundas del corazón y en las creencias que cada uno tiene. Por esta razón buscamos aquí en Crianza Reverente siempre tener un equilibrio, una combinación, de contenido de enseñanza que te reta y te anima en áreas esenciales de tus creencias y convicciones como padres, combinado con enseñanza práctica que brota de esas mismas creencias.
Con este episodio, el número 139, estamos lanzando una nueva temporada del podcast que tiene como su objetivo que todos los padres que estamos procurando criar a nuestros hijos en reverencia delante de Dios, como dice nuestro lema, estemos seguros de conocer de manera acertada a ese Dios a quien adoramos y a quien obedecemos. Y no solo conocerle nosotros mismos, sino poder transmitir esas verdades sobre la persona y obra de Dios a nuestros hijos, para que juntos seamos transformados como familia.
Si recién te estás uniendo a nosotros y a nuestro podcast, yo soy Susi Bixby, y estoy aquí con mi esposo Mateo, para que en este episodio introductorio de nuestra nueva serie, él nos pueda ayudar con algunas observaciones y cosas que nos prepararán para recibir la serie que vamos a ver, de la mejor manera.
Mateo, gracias por estar aquí siempre y aportar de tu liderazgo, de tu cuidado, sobre este ministerio, y también su contenido doctrinal en particular. ¿Puedes comenzar esta conversación acerca de Dios y de lo que vamos a estar viendo en esta serie, ayudándonos a pensar en por qué es importante, o crucial, que cada padre, cada madre y cada hijo conozca a Dios?
Mateo: Es un privilegio de nuevo estar aquí. Pensando en esta temporada y el tema de esta temporada, creo que no hay cosa más importante, tema más importante, que pudiéramos estudiar como padres, que conocer a nuestro Dios.
¿Por qué es crucial? Era la pregunta, porque literalmente nuestra vida, tanto aquí sobre la tierra como en la vida venidera después de nuestra muerte, si es que Cristo no regresa antes, depende de si conocemos a Dios o no, y cómo le conocemos. Eso va a determinar nuestro rumbo en esta vida y en la vida venidera. Literalmente la eternidad está en juego, pero también la manera en que nosotros vamos a vivir nuestra vida aquí sobre la tierra.
Juan 17:3 nos dice que “esta es la vida eterna, que te conozcan a ti, el único Dios verdadero, y a Jesucristo, a quien has enviado”. Si queremos tener vida eterna, depende de que conozcamos a Dios y a Jesucristo. Creo que el conocimiento de Dios es la aspiración más grande que un ser humano puede tener. No hay alguna búsqueda, alguna meta, algún logro, que sea mayor que conocer a Dios.
Pensando en este tema, recordaba lo que dice el profeta Jeremías en Jeremías 9:23 y 24: “Así dice el SEÑOR: No se gloríe el sabio de su sabiduría, ni se gloríe el poderoso de su poder, ni el rico se gloríe de su riqueza; más el que se gloríe, gloríese de esto: que me entiende y me conoce, pues yo soy el SEÑOR que hago misericordia, derecho y justicia en la tierra, porque en estas cosas me complazco”.
No hay búsqueda mayor que conocer a Dios. Si alcanzamos todo el mundo, y no logramos tener un conocimiento de Dios, hemos perdido nuestra alma y hemos perdido la joya de gran precio que nosotros necesitamos como seres humanos. ¡Por supuesto que tenemos que conocer a Dios!
Y ese conocimiento que tenemos de Dios es mucho más que un conocimiento teórico, teológico, doctrinal; es un conocimiento íntimo, personal, de una relación personal, que tiene que transformar también la manera en que nosotros vivimos nuestra vida diariamente.
Nota ahí que dice que “yo soy el SEÑOR que hago misericordia, derecho y justicia”. Conocemos a Dios conociendo los atributos de Dios. Luego también, Dios espera que vivamos en esas mismas cosas, haciendo misericordia, derecho y justicia, porque esas cosas son las que complacen a Dios. No es exageración cuando decimos que este es el tema más importante y es la aspiración más grande que un ser humano pudiera tener aquí sobre la tierra.
Susi: Como padres, buscamos que nuestros hijos tengan mucho conocimiento. Es típico que los padres buscamos que tengan buen conocimiento sobre los temas que ven en la escuela, sus materias, o incluso yo he visto mamás muy emocionadas por enseñar a sus hijos todos los nombres de los animales…un montón de conocimiento.
Nos encanta que nuestros hijos tengan conocimiento. Creo que eso es parte de ser creados a la imagen de Dios. ¿Pero con cuánto fervor buscamos que conozcan a Dios? ¿Y que lo conozcan no solamente en la cabeza, en sus verdades que puedan recitar, pero que lo conozcan personalmente también y sean transformados? A veces los padres queremos que cambien nuestros hijos, que no se comporten así, que se comporten asá. Pero la transformación verdadera tiene que venir a través del conocimiento de Dios.
Mateo: Sí, porque nos dice 2 Corintios que cuando nosotros conocemos a Dios, somos transformados de gloria en gloria. Cuando conocemos al Dios genuino de la Biblia, ese conocimiento, cuando va más allá de algo intelectual, sino llega a nuestra mente, llega a nuestro corazón, nos impacta en el centro, en el núcleo, de nuestro ser. Somos transformados a su imagen. Eso es lo que buscamos.
Como decías, muchas veces, como padres, asociamos el cristianismo con cierto estilo de vida, con ciertas cosas que hacemos o no hacemos. Y es verdad, es parte del cristianismo. Pero no es la esencia del cristianismo. Es el fruto que viene después en nuestro cristianismo.
Como padres, es muy fácil enfocarnos en el qué hacen nuestros hijos y olvidarnos que, si eso no fluye de un conocimiento personal, real, íntimo, acertado, de quien es Dios, es una religión falsa. Es una hipocresía, y en el peor de los casos, les puede mandar al infierno estando en un estilo de vida que aparenta ser cristiano.
Susi: Creo que estamos de acuerdo que es esencial, crucial.
Mateo: Sí. Es crucial. En cierta manera es la razón de ser de todo ser humano. Es curioso, pensando en esta temporada…sé que le dedicas mucho tiempo, mucha oración, cuando viene una nueva temporada, para saber el tema. Además de lo que habíamos dicho, que esto es crucial, ¿por qué escogiste hacer esta serie y qué objetivos tienes para estos próximos episodios?
Susi: Sí, es verdad. A veces vienen pensamientos, como semillas, de ideas. Vienen por mucho tiempo, a veces, en la mente, antes de que se hagan realidad. Creo que fue hace un par de años, o más, que primero empecé a pensar en una idea. Quizás no exactamente como ahora lo vamos a hacer, pero esa idea de tenemos que conocer a Dios.
Creo que mucho del contenido que tú y yo y otros compartimos aquí es resultado de algo que Dios nos está enseñando primero a nosotros. Yo tendría que comenzar por compartir cómo reconozco que Dios a mí me ha cambiado mucho: mi manera de pensar, mi manera de actuar, lo que mi corazón ama, por haber buscado conocer a Dios, por haber podido conocer el carácter de Dios—sus obras en la Biblia.
Recuerdo hace años escuchar una cita de un teólogo, creo que es A. W. Tozer, que dice: “Lo más importante acerca de ti es lo que tú piensas cuando piensas en Dios”. Algo así dice; es una traducción. Lo que viene a tu mente cuando piensas en Dios es lo más importante acerca de ti. Yo recuerdo la primera vez que escuché eso yo me quedé un poco en shock. ¿Cómo es eso? Como tú decías, es la esencia de quiénes somos y lo que pensamos acerca de Dios que va a cambiar nuestra vida.
De manera de testimonio, esto es algo que sé que ha cambiado mi vida, mi manera de pensar y también mi actuar. Todo creyente debe saber que necesita conocer a Dios. Pero en mi experiencia, estos últimos años que nosotros comenzamos a hacer estudios inductivos de la Biblia, primero en la familia, y con los grupos en la iglesia, algo ha hecho “clic” en mi mente. He visto el efecto de conocer a Dios, verlo en las Escrituras.
Lo hemos mencionado aquí, pero quiero volver a comentar que nosotros tenemos una sencilla página de Internet que se llama comoestudiarlabiblia.org. Allí tenemos algunos estudios que hemos hecho, hojas de estudio para diferentes libros de la Biblia. Algo que me encanta de esas hojas—algunas personas incluso piensan que es un poco repetitivo, ¡pero no! No lo es, en mi opinión—es que cuando vamos haciendo ese proceso de estudiar la Biblia, siempre nos vamos preguntando: ¿qué aprendo acerca de Dios? ¿Qué veo en el pasaje acerca de Dios? ¿Cómo puedo entender qué Dios es, o qué prefiere Dios, o qué no le gusta a Dios? ¿Qué odia Dios? ¿Qué ama Dios? ¿Qué hace Dios?
Todas estas cosas, constantemente hemos aprendido a verlas en las Escrituras. Luego, cuando llegamos a la parte de la aplicación, siempre nos hacemos la pregunta: ¿cómo estas verdades que he visto acerca de Dios cambian mi relación con él? Para mí eso ha sido algo clave. Siempre veo a Dios, pero no me quedo allí. ¿Cómo eso cambia cómo me relaciono con Dios? Quizás me humilla. Quizás me da confianza en Dios. Quizás al ver a Dios me veo a mí misma en contraste y entiendo mi pecado y mi necesidad.
Todo esto, como forma de testimonio, lo hemos visto en nuestra familia, en nuestras vidas; incluso en la iglesia hay niños ahora que están participando con sus padres, con las familias, en los grupos pequeños, y sus padres están viendo cambio también en ellos. Esto ha sido una de las motivaciones que yo he tenido para empezar una serie para ayudar a los padres.
Tengo una motivación, y es que los padres y las madres reconozcamos que más que un consejo práctico sobre cómo lograr que mi hijo haga su tarea o que me obedezca (aunque muchas veces sí podemos pedir consejo a alguien sobre estas cosas), toda nuestra familia lo que más necesita es conocer a Dios cómo él es, y responder día tras día a las verdades sobre quién es Dios.
Mateo: Es interesante porque esas preguntas que mencionabas que nos hacemos en esas hojas de estudio ponen a Dios en el centro de nuestro estudio de la Palabra de Dios. Porque frecuentemente nos ponemos a nosotros en el centro. El estudio de la Biblia se trata acerca de mí, de mi vida, cómo yo puedo tener mi mejor vida ahora mismo, cómo yo puedo tener éxito, cómo yo puedo cumplir mis sueños. Realmente la Biblia no se trata de eso. Se trata de un Dios que se revela a nosotros, que viene a salvarnos y a conformarnos a su imagen.
Leer la Biblia de esta forma va a ser una forma muy diferente a la que muchos cristianos tienen de leer su Biblia. Finalmente, como dice esa frase que mencionábamos al inicio, es nosotros delante de Dios, Dios sentado sobre el trono, yo y mis hijos leyendo la Biblia, para conocer a ese Dios y ponernos en su misión y en reverencia a él. Transforma radicalmente cómo nosotros nos aproximamos a las Escrituras.
Susi: Sí. Esto es la visión que se empezó a formar también en mi mente. Yo me imagino a cualquier familia: puede ser niños pequeños, niños grandes, quizás incluso el abuelito o la abuelita vive en la misma casa. Esto es algo que todos necesitamos. Todos, en cualquier etapa de la vida, necesitamos conocer a Dios, y podemos conocerlo por medio de su Palabra. Entonces parte de la motivación aquí también es que se formen hábitos de leer juntos, estudiar juntos la Palabra de Dios.
Tengo que confesar que tengo otra motivación. Al estar haciendo un podcast por varios años, e interactuando con padres, escuchando sus preguntas y sus comentarios, creo que es común entre nosotros como cristianos hoy en día, que haya muchas ideas erróneas acerca de Dios. Quizás no totalmente falsos, pero tomamos algo, vamos a decir un atributo de Dios: Dios es así. “Dios es amor. Bueno, eso significa que Dios hace…, o no hace…, o es así…, o me va a perdonar porque me entiende”. De un atributo de Dios que sabemos que es verdad, podemos tener malentendidos, comprender de una manera deficiente estos atributos.
También por eso pensé en estudiar los atributos uno por uno, en lugar de estudiar un pasaje, un libro de la Biblia (que sería fenomenal), pero en este caso tomar cada atributo que hemos escogido, considerarlo y preguntarnos: ¿qué ideas puedo yo tener que no son bíblicos? Para que yo no esté comunicando a mis hijos algo que realmente no es verdad acerca de Dios.
Mateo: Porque es fácil que nosotros tomemos esa idea que es correcta—Dios es amor—pero que nosotros primero le demos un sentido que la Biblia no le da a lo que es el amor. Pero también que tomando lo que la Biblia dice, lo exaltemos o lo magnifiquemos a tal grado que también negamos o minimizamos otros atributos de Dios.
Porque cuando hablamos de Dios vamos a hablar de atributos específicos. Pero Dios no es un atributo específico y otro atributo específico, acumulado o apilado encima de ese, como si esas cosas fueran Legos que se van armando, pero los puedes separar y sigue siendo la misma pieza. No. La gloria de Dios es la combinación de esas cualidades multi espléndidas que son únicas en el sentido en que él las posee.
Tenemos que entender que no podemos separar a Dios. El amor de Dios no está peleado con la santidad de Dios, por ejemplo. Su justicia se combina de una manera perfecta con su misericordia también. Yo no puedo escoger el atributo de Dios que a mí me gusta, y luego de ahí entonces desarrollar una perspectiva distorsionada de Dios, aunque puedo citar un versículo bíblico o varios versículos para apoyar mi punto. ¿Por qué? Porque no he conocido al Dios de la Biblia. Porque el Dios de la Biblia es una combinación perfecta de todos sus atributos. Es tan importante que realmente conozcamos a ese Dios.
Susi: Me encanta eso. Yo creo que sí, tenemos esa tendencia. Depende de nuestra personalidad. A veces hay los que somos más duros y tendemos a enfatizar los atributos de Dios como su santidad y su ira, y todo esto. Hay otros que somos naturalmente (bueno, yo no soy) más misericordiosos y amorosos. Tendemos a excluir y no querer meditar sobre esos atributos que se nos hacen demasiado pesados.
Esto es parte de nuestro objetivo al hacer una serie de varios episodios donde vamos a tratar de estos temas. ¿Tienes algún otro comentario que nos pueda ayudar a acercarnos de manera general al estudio de los de los atributos de Dios?
Mateo: Además de conocer profundamente a Dios, y que eso sea nuestro objetivo más grande en la vida, sabemos que Dios quiere que nosotros le imitemos. Nos creó a su imagen y semejanza. El pecado trae esa distorsión en nosotros, que ahora es imposible que nosotros le reflejemos como Adán y Eva lo podían hacer antes de la caída.
Pero Dios está en el proceso de redimirnos y hacernos otra vez a la imagen y semejanza de Jesucristo. Creo que todos entendemos que no podemos reflejar a Dios perfectamente. No podemos reflejar a Dios completamente en el sentido de tener todos sus atributos.
Los teólogos cuando hablan de esto describen los atributos de Dios en dos categorías: los incomunicables y los comunicables. Los incomunicables son atributos que solamente Dios puede poseer. Pensemos quizás en su eternidad o su infinidad o su omnipresencia. No hay manera que yo vaya a ser omnipresente o infinito.
Susi: Bueno, ¡con las redes sociales y todo eso la gente intenta, pero sabemos que no es posible!
Mateo: Sí, por supuesto. Esos son los incomunicables. Luego están los comunicables. Estos son atributos que Dios comunica al ser humano. En nuestra creación, nosotros podemos tener el reflejo de esas cualidades. En la redención, podemos, de manera creciente, reflejar a Jesucristo en nuestra vida, por supuesto, el Dios encarnado.
Por decir así, Dios nos los comunica, o nos los contagia, para que nosotros le reflejemos. Por ejemplo, amor, santidad, paciencia, sabiduría, veracidad; todas estas cosas Dios las tiene, y nosotros debemos de reflejarlo. No perfectamente, pero sí de una manera acertada en nuestra vida.
Sabemos que estas son categorías artificiales; otra vez, Dios no es como un Lego, que lo vamos a desarmar—los Legos de color azul van de un lado y los rojos van del otro lado. Pero estas categorías, históricamente, sí, nos han ayudado como seres humanos a entender a ese Dios que sobrepasa por mucho nuestro entendimiento.
También quería enfatizar que la fuente de nuestro conocimiento de ese Dios tiene que ser la Biblia. No puede ser nuestra cultura; no puede ser nuestra opinión personal, ni nuestra imaginación. Tenemos que ir a la Biblia. El hombre siempre ha tenido la tendencia de crearse dioses en su propia imagen. Eso no es el Dios de la Biblia. Incluso en muchas librerías cristianas el día de hoy puedes encontrar libros que hablan de Dios, pero es un Dios creado a la imagen del ser humano.
El hombre moderno no tiene tantos dioses como el mundo antiguo. Ellos eran un poquito más, por decir así, brutos, en esto. Piensa en los dioses de la Antigüedad. Eran dioses que te garantizaban poder tener una buena reproducción, tener buena cosecha, victoria en la guerra, tener hermosura, ser feliz. Estos eran sus dioses y les ponían nombres. Podemos ir y ver los nombres que les ponían. Esos eran los dioses de su corazón, los deseos que ellos tenían. Se inventaban dioses que eran a su imagen.
Creo que nosotros fácilmente podemos hacer lo mismo: tener una perspectiva muy distorsionada de quién es Dios, de cómo es Dios, y pensar que Dios existe para darme a mí lo que yo quiero, cumplir mis sueños. El Dios de la Biblia es mucho más grande de lo que tú puedes soñar. Tenemos que ir a la Palabra y dejar que esa Palabra nos enseñe cómo es Dios y someternos a esa enseñanza y no editar a ese Dios para terminar con un Dios que no es el Dios de la Biblia, pero es uno que me agrada más a mí.
Susi: Yo pensaba en lo que decías hace un momento. Nos encantan las categorías. Nos encanta poder entender las cosas. Pero parte de adorar a Dios es aceptar que nunca vamos a entenderle completamente. No buscamos conocer a Dios solo para saber: “¿esto es incomunicable, o esto es comunicable? y ¿qué significa exactamente?” Todo eso no es para crecer nuestro conocimiento de él como si pudiéramos conocerlo del todo y ser expertos.
El punto es: porque cuando nosotros le conocemos, le adoramos más, y somos transformados a su imagen. El niño que aprende a amar y conocer a Dios obedece a Dios de manera mucho más fácil y refleja la imagen de Cristo que el niño a quien solamente sus padres le dan con un martillo, le han pegado en la cabeza con verdades acerca de Dios. Yo pensaba en eso cuando hablabas ahora. Buscamos este conocimiento de Dios, pero no por puro conocimiento, sino porque este es el Dios a quien adoramos, y queremos adorar al Dios correcto y no a dioses falsos.
Mateo: Sí, a Dios como él es, y no como yo me lo he inventado. Es hermoso pensar que en la Biblia tenemos la auto revelación de ese Dios. Dios no se ha escondido de nosotros. No ha buscado hacerlo difícil, sino que nos ha dado su Palabra perfecta para que vayamos a ella, y esa Palabra nos enseñe quién es, y por conocer a Dios que nos transforma a la imagen de Dios.
Podemos ir a las Escrituras y ver mucho de sus atributos. Son cosas que se van a estar viendo en las próximas semanas. ¿Cómo lo tienes organizado? ¿Cómo se va a manejar los siguientes episodios en las siguientes semanas?
Susi: Para que puedas saber tú que estás escuchando cómo se va a manejar, qué es lo que vamos a proveer, principalmente es un episodio cada semana. Si solo puedes escuchar el episodio, genial, pero también hemos pedido a los que van a participar (vamos a tener un pastor y su esposa en casi cada episodio) que el pastor nos dé una breve enseñanza acerca de ese atributo de Dios, precisamente porque no queremos estar teniendo creencias que no son bíblicas.
El pastor junto con su esposa nos va a ayudar a saber cómo podemos conversar con nuestros hijos, darnos ideas, sugerencias de conversaciones en la vida real, oportunidades que pudiéramos tener, tanto negativas como positivas, para hablar acerca de Dios y este atributo de él. Vamos a pedirles que nos sugieran un par de pasajes bíblicos que pudiéramos leer en familia como un devocional familiar. Y la recomendación que hacemos es que planees, quizás junto a tu cónyuge, que durante esta serie podemos planificar nuestros devocionales familiares.
Parte de la meta es, si no tienes devocionales familiares, quizás esta sea una manera fácil de empezar. Porque cada semana vamos a intentar proveerte con un PDF muy sencillo, con algunas de las cosas que van a sugerir en el episodio los invitados. Vamos a darte los pasajes sugeridos y también les hemos pedido que nos ayuden con un par de preguntas de aplicación para niños pequeños o para niños más grandes, un versículo para memorizar y quizás otras sugerencias que puedan tener.
Por ejemplo, cómo oramos, cómo yo puedo orar por los otros miembros de mi familia, y ellos por mí, para que podamos comprender y reflejar este atributo de Dios. Más o menos este es el formato que vamos a seguir.
Pueden ir orando por estos hermanos que han aceptado el reto de ayudarnos con esta serie, y que cada semana tu familia pudiera seguirnos, esperar el episodio que sale a media semana. Yo sé que a lo mejor tú escuchas en Spotify o YouTube, pero luego en nuestra página, crianzareverente.com, podrás encontrar el enlace para bajar el PDF. Por ejemplo, este episodio es el 139. A partir del episodio 140, puedes buscar en la búsqueda, ahí en la lupa que está en la página, y poner “episodio 140”. Si ya salió ese episodio, vas a encontrar ahí un enlace para bajar ese PDF.
Vas a poder llevarlo ahí con tu familia, o compartirlo con tu esposo o tu esposa: ¿cómo lo manejamos? ¿Cuál pasaje leemos? Obviamente puedes buscar otros pasajes también, pero eso es más o menos nuestra idea, porque queremos que vaya más allá de solamente escuchar. Si tienes el tiempo y la disposición, nos encantaría que más allá de solamente escuchar el episodio también participes con tu familia y comiences el hábito del devocional familiar si aún no tienes ese hábito. Así que esa es la idea.
Mateo: Excelente. Creo que no solamente es, como dijimos, algo intelectual, sino que va a ser algo muy práctico para la familia que pueden llevar a la mesa de la comida, o de la cena, para el devocional familiar, u otros momentos como familia.
Susi: Muy bien. Esa es la idea que tenemos. Gracias, Mateo, por ayudarnos, por acompañarnos, por ayudarme a mí cuando estaba yo con mis ideas y tú me apoyaste; todo esto también es parte de tu trabajo. Estamos orando que Dios aumente nuestra visión de él: su suficiencia para salvarnos a nosotros y también a nuestros hijos, su suficiencia para protegernos del mal, para hacernos más santos para su gloria, y un día llevarnos para pasar la eternidad con él.
Él es digno de nuestra confianza. Mi oración es que esto nos ayude a buscar la sabiduría divina más que la sabiduría humana. Que parte del efecto que pudiera tener esta serie esta temporada en tu familia, es que como padres, se puedan humillar delante de Dios y buscar primero su sabiduría, y pedirle que él obre en los corazones de cada miembro de tu hogar.
Esa es nuestra petición delante de Dios. Yo te quiero recomendar que esta semana, mientras esperas que salga el primer episodio sobre el primer atributo de Dios: ¿por qué no pasas tiempo tú en oración junto a tu cónyuge? Puedes conversar entre ustedes de cómo pudieran implementar estos materiales que queremos proveer—materiales muy sencillos—y considerar cómo esto pudiera ser de beneficio espiritual en tu familia.
Te agradecemos siempre por acompañarnos. Ora con nosotros esta semana para que Dios bendiga esta nueva temporada. Bendiciones.