¿Deseas que tus hijos encuentren a Dios atractivo y digno de amar y seguir? Como padres, a veces no estamos enterados de lo que están captando nuestros hijos acerca de Dios y la vida cristiana. ¿Ellos creen que ser creyente es la mejor vida que uno puede vivir? Evaluemos si les estamos pintando el cuadro correcto de una vida que anda en comunión con Dios.
Recursos adicionales:
La Crianza es una misión por Betsy Gómez
La ley y el Evangelio en la crianza de los hijos por Tom Ascol
Libro: Destellos de gracia por Gloria Furman
Transcripción:
Susy: Hace un tiempo estuvimos platicando mi esposo Mateo y yo con algunos hermanos de la iglesia y surgió un tema que pensamos que pudiera ser útil para los padres en general. Así que, aquí estamos después de varios meses de no estar juntos en un programa de Crianza Reverente. Gracias Mateo por siempre estar dispuesto a acompañarnos.
Mateo: Hace mucho tiempo que no estaba con ustedes … ¡Los extrañaba!
Susy: ¡No estabas castigado! Jaja. Simplemente habíamos estado hablando otros temas con otros invitados en el programa, gracias por siempre estar dispuesto. Sino vienes al programa se quejan porque te extrañan.
Estamos en cuarentena con un poco más de tranquilidad, pero con trabajo, y gracias a Dios por permitirnos estar aquí hoy. No sé si recuerdas, Mateo, que tuvimos una conversación con hermanos de la iglesia y el tema trataba sobre cómo motivamos a nuestros hijos a obedecer y hacer la voluntad de Dios. Alguien nos empezó a comentar sobre lo que ellos hacían para motivar a sus hijos. Fue una conversación muy interesante. A veces no sabemos lo que piensan nuestros hijos, sabemos lo que les decimos, pero a veces no sabemos lo que ellos están realmente captando acerca de Dios y de la vida cristiana. Para empezar, ¿esto es algo importante para preocuparnos?, ¿este tema es importante?
Mateo: Por supuesto que sí, porque lo más importante acerca de una persona es lo que piensa acerca de Dios, entonces si nosotros no les estamos dando una perspectiva correcta de quién es Dios, esto va a tener una influencia muy grande en su vida. Va a dirigirles a tomar malas decisiones que además no serán agradables a Dios y traerán consecuencias graves para ellos.
Susy: Queremos que capten una perspectiva bíblica, pero creo que a veces incluso los cristianos somos más seculares de lo que nos damos cuenta. Creo que hay ideas seculares que están en nuestras vidas y en nuestras mentes.
¿Qué hacen los padres seculares o el mundo para motivar a sus hijos?
Mateo: Es interesante considerar cómo es que un padre inconverso pudiera motivar a sus hijos. Yo siempre he estado en un hogar cristiano desde niño, y ahora en nuestro matrimonio estamos intentando criar a nuestros hijos en los caminos del Señor con una perspectiva bíblica. Pero pensando en cómo es que padres seculares o inconversos motivan a sus hijos, frecuentemente van ser prohibiciones como: “eso es malo”, “la gente te va a ver mal” o a veces también hablan del futuro, diciendo “no hagas eso, porque no vas a tener un buen trabajo”, o “vas a afectar tus amistades, no vas a caerle bien a las personas y ya no van a querer ser tus amigos”. Así es como estamos tratando de motivar a nuestros hijos con este tipo de pensamientos y muchas veces como padres cristianos pensamos, “yo no soy así porque yo les hablo de Dios a mis hijos”, pero realmente no estamos captando la idea de lo que les hacemos creer acerca de Dios y cómo es la vida en los caminos de Dios, y terminamos dándoles una idea distorsionada de quién es Dios y la vida cristiana.
Susy: Creo que muchos padres piensan que el concepto que los hijos pueden tener de Dios lo van a obtener en la iglesia, pero la verdad es que el concepto acerca de Dios que van a captar es a través de nosotros, sus padres, porque sí, en la iglesia escuchan predicación y enseñanzas, pero si en la casa no ven esto en nosotros entonces se perderá la congruencia. Realmente esto lo aprenderán de nosotros, aunque no seamos teólogos o no podamos hablar acerca de doctrinas complicadas, ellos sí van a entender sobre quién es Dios de parte de nosotros los padres. Pero cuando tú mencionas que los cristianos podemos tener casi las mismas perspectivas de los seculares, ¿cómo es que esto se ve? ¿Cómo hacemos eso?
Mateo: Creo que tenemos una versión un poco “cristianizada” de lo que hacen nuestros amigos inconversos con sus hijos, pero al fin y al cabo, no es tan diferente, aunque nos sentimos muy diferentes porque usamos frases acerca de Dios. Pero si los analizamos en profundidad no son tan diferentes. En lugar de decirles simplemente, “¡no hagas eso porque es malo!”, decimos, “¡no hagas eso porque a Dios no le agrada!” Y quizá si tengamos razón en decir que eso no es del agrado de Dios, pero si solamente les decimos eso a nuestros hijos, ellos van a terminar una perspectiva diferente acerca de Dios. Quizá podamos decirles algo así: “Dios se va a enojar contigo si lo haces”, o “Dios te va a castigar”, o pensando en el futuro, “Si tú haces eso Dios no te va a bendecir”. Y sí hay una verdad bíblica en esto que dice “la obediencia trae bendición”, pero no es de esa forma porque entonces lo que comunicamos es que yo me gano la bendición de Dios por medio de mi desempeño. Tenemos que tener mucho cuidado con la manera en que hablamos con nuestros hijos.
Susy: El mundo les dice, pórtate así para que le caigas bien a las personas, para que consigas un buen trabajo y te vaya bien, y nosotros les decimos, pórtate así para que le caigas bien a Dios, a las personas, y básicamente estamos apelando a las mismas motivaciones incorrectas, pero mencionamos a Dios.
Mateo: Entonces pueden pensar, Dios es el que te va a ayudar a caerle bien a las personas o va a hacer que todo en la vida te salga bien, pero el enfoque sigue siendo egoísta. El mayor problema con todas estas declaraciones no es solamente que la motivación es egoísta, se trata en realidad de qué idea estamos dando acerca de Dios, de la persona de Dios. Es como cuando les digo a mis hijos, “¡no hagas esto porque a Dios no le agrada!” Es así como Dios termina siendo un ogro en el cielo que no desea que la pasen bien. Les estamos enseñando que Dios se está reservando todas las bendiciones en el cielo y yo tengo que ganármelas por mi buen desempeño. Esto no hace que Dios sea alguien cálido, alguien atractivo o un padre amoroso. ¿Quién va a querer acercarse a un ogro? La respuesta es, nadie.
Susy: Pensando con una perspectiva como padres, cuál padre va a darle ropa a su hijo solo cuando le obedecen, no es así, los padres proveen alimento y ropa a sus hijos aunque no les caigan bien a veces, porque son sus padres. Muchas veces no presentamos a nuestros hijos un Dios amoroso que provee a pesar de quien somos y sin querer motivamos a que debes de ser bueno para que consigas algo de Dios.
Mateo: Incluso cuando hablamos de los mandamientos de Dios, y sí está muy claro en la Biblia que Dios sí da mandamientos y Él espera que nosotros le obedezcamos, pero los mandamientos de Dios se convierten como en los barrotes de la cárcel que impiden que yo pueda salir y pasarlo bien. Entonces constantemente nuestros hijos ven esos mandamientos como algo negativo y eso contribuye a esa imagen de quién es Dios y creerán que Dios es malo, que prohíbe, que impide que yo la pueda pasar bien. Esa es la idea que nuestros hijos pueden tener de Dios.
Pero, de nuevo, no es tanto que estas frases que estamos mencionando sean “malas” en sí. Es verdad que hay actos que nosotros hacemos y traen el castigo de Dios a nuestras vidas. Es verdad que hay cosas que desagradan a Dios y podemos hablar de esto con nuestros hijos. Pero cuando esto es lo único que nosotros les decimos a nuestros hijos o cuando es lo que más enfatizamos con ellos, eso termina dándoles esa perspectiva distorsionada acerca de quién es Dios.
Susy: Como lo comentábamos al principio es muy probable que muchos padres estemos haciendo esto sin darnos cuenta, porque creemos que estamos bien, porque decimos, si yo estoy diciéndoles la verdad a mis hijos, leo la Biblia. Pero si lo estoy haciendo con dureza siempre de una perspectiva negativa, no me estoy dando cuenta de la perspectiva que están desarrollando y lo triste es que tú y yo lo hemos visto en amigos de nuestra misma edad. Cuando llegaron a la edad de 15, 16, 18 años fue apenas que sus padres se dieron cuenta que el Dios que ellos amaban y adoraban de alguna forma sus hijos no lo habían conocido y todas esas insistencias, y toda esa verdad que comunicaron a sus hijos, fue incompleta porque les faltó un lado del carácter de Dios que no enfatizaron
Mateo: Entonces cuando Dios no es atractivo, cuando esos niños y amigos de nosotros llegaron a la adolescencia y ahora son adultos y empezaron a tomar sus propias decisiones y esas decisiones no incluían buscar a Dios, amar a Dios, seguir a Dios, tristemente están muy lejos de Dios y muchos han sufrido grandes consecuencias en su vida. Hay grandes tragedias en amistades nuestras, y ¿por qué? Porque ellos se alejaron de un Dios que es verdaderamente bueno y que quiere bendecir a sus hijos.
Susy: Me llama la atención lo que dices acerca de que la ley o las reglas llegan a servir como si fueran barrotes de la cárcel. O sea, los niños lo llegan a sentir así, o los jóvenes. ¿Cómo podemos entender un poco mejor ese concepto? ¿Es cuando los padres enfatizamos demasiado las reglas? O ¿es cuando les comunicamos solamente los mandamientos en forma negativa
Mateo: Tenemos que poner los mandamientos dentro del contexto del Evangelio, porque cuando empezamos a hablar de qué es el Evangelio con nuestros hijos y ponerlo en el contexto de la gracia, es cuando entendemos que los mandamientos son protecciones que Dios nos da para evitar las consecuencias negativas del pecado que traen dolor y destrucción. Dios no quiere eso para nosotros ni nosotros queremos eso para nuestros hijos cuando solo hablamos con un legalismo distante, duro, frío. Pero cuando los ponemos en el contexto de un Padre amoroso que sabemos que nos ama por medio del Evangelio, es ahí donde Dios nos muestra su amor, Cristo murió por nosotros, Dios nos dio a su propio hijo entonces como va a retener algo de nosotros que nosotros necesitamos.
Es en ese contexto que ahora los mandamientos los podemos ver como algo muy positivo para nuestras vidas, ya no es el ogro que te encierra en la cárcel, sino que es en forma metafórica el entrenador que te está prohibiendo que hagas algo con el propósito de que tú seas el mejor deportista posible y que alcances todo tu potencial y llegues a ser un medallista olímpico. Con este ejemplo lo vemos muy diferente.
Susy: Recuerdo un momento en la universidad cuando por primera vez entendí ese concepto de un Dios que me amó tanto y entregó a su hijo sin yo buscarle y que en respuesta solamente he pecado en contra de Él… cómo ese mismo Dios me va a dar reglas que no son para mi propio bien, así es como la perspectiva cambia completamente y ves que esas prohibiciones son para tu bien. Obviamente un niño de 4, 6 u 8 años no va a entender eso todavía, pero la forma en que les explicamos y reflejamos si podrán entenderlo de alguna manera
Recuerdo cuando nuestros hijos estaban en primaria, en secundaria y no entendían porque no les dejábamos ver, ir, hacer o participar en tantas cosas como algunos de sus compañeros, y les preguntaba: ¿Tú crees que tus compañeros son felices con eso? Y ellos mismos reconocían que muchas veces esas cosas no satisfacían a sus compañeros, y hablábamos de los peligros, de cómo es que queríamos protegerles. Creo que ese tipo de conversación debe estar constantemente ahí, el amor de Dios, el amor de los padres que les ponen límites para que entiendan mejor el Evangelio.
¿Cómo podemos comunicarles a nuestros hijos una perspectiva correcta y atractiva de Dios y del porqué deben seguir a Dios?
Mateo: Creo que lo primero es la comunicación llena del Evangelio, con la gracia de Dios. En la práctica cuando nuestros hijos pecan y ven que nosotros les perdonamos, que no nos sentimos superiores a ellos y que dirigimos su atención a Cristo y su obra y el perdón que Dios desea otorgarles, eso hace que Dios sea atractivo. También el hablarles acerca de las bondades de Dios y de su carácter, cosas positivas y hermosas. La Biblia está llena de atributos de Dios que son hermosos, es en la Biblia donde le conocemos como un Dios bueno y santo y los mandamientos reflejan esa santidad.
Algo en el que he estado pensando últimamente es algo que leía en un libro. Hablaba de “pintar un cuadro de la buena vida” para nuestros hijos, un cuadro de lo que significa la buena vida. Lo que trata de decir este libro es que el mundo les está pintando un cuadro de la “buena vida”. Les intenta vender ese cuadro y que lo adopten para sí mismos. Lo triste es que es un cuadro maliciosamente engañoso, está diseñado para engañar a nuestros hijos y trae consecuencias negativas a su vida. ¿Qué les promete esa historia? El placer sin límites y si tienen eso su vida va a ser feliz, pero están escondiendo las consecuencias de un pecado. Por ejemplo, en un anuncio de cerveza, nunca te enseñan al borracho tirado en la calle, siempre es la fiesta de jóvenes guapos bien vestidos, bailando muy divertidos. El papá golpeando a la mamá cuando llega a casa, eso nunca lo ves.
Te prometen algo que no te van a entregar, como una vida de prosperidad, de comodidad y que si tú tienes todos esos recursos la vida va a ser feliz. Sabemos que todo eso es mentira. Conocemos a personas que tienen muchos recursos económicos y viven una vida materialmente cómoda pero su vida es un desastre y es triste ver eso. Hay esa idea de control total, si tú puedes vivir o actuar de cierta manera, vas a evitar que cosas malas vengan a tu vida, como enfermedades, envejecimiento. Lo que estamos viviendo actualmente con este virus deja muy claro que no estamos en control de estas cosas, pero es algo que el mundo nos promete. Aceptación, si tú vistes de esta manera, tú vas a tener la aceptación de otras personas y eso es lo que traerá alguna satisfacción a tu vida. El mundo nos presenta este cuadro una y otra vez y nosotros tendremos que presentarles el verdadero cuadro de una buena vida que Dios nos pinta en su Palabra.
Susy: Tenemos que ser agresivos en eso, porque el mundo también es agresivo en eso y considerar cada día en cómo estamos presentando a Dios y a la vida cristiana a nuestros hijos. Esto es muy importante y también es importante modelar delante de ellos esa perspectiva de lo que realmente es ser feliz y satisfecho, creo que eso nos hace mucha falta como padres.
Mateo: Tenemos que preguntarnos si nosotros quisiéramos vivir nuestra vida porque nuestros hijos nos están viendo y ellos se van a hacer esa pregunta: ¿Quiero vivir la vida como mis padres?
Susy: Deberíamos preguntarnos: ¿Si viviéramos con nosotros mismos sería atractivo?
Mateo: Si nosotros mismos no quisiéramos vivir nuestra propia vida, entonces qué nos hace pensar que nuestros hijos van a querer seguir nuestros caminos, sin duda nos enfrentamos a cosas difíciles y hay cosas que no nos gustan acerca de vivir en este mundo caído, pero si no hay gozo, si no hay ese deleite o disfrute de Dios y una felicidad que no venga de nuestras circunstancias sino de nuestra relación con Dios, nuestros hijos van a observar eso y verán que nuestra vida no es muy atractiva.
Susy: Así es, nuestros hijos se dan cuenta fácilmente de lo que nos hace feliz. De hecho, hay veces que nuestros hijos se dan cuenta mejor que nosotros de lo que nos hace feliz. Nosotros nos convencemos de nuestras propias motivaciones, pero ellos ven la vida tal cual es. Por ejemplo, reflexionemos sobre lo siguiente: ¿De qué nos quejamos continuamente? ¿Qué decimos acerca de la iglesia? ¿Qué ven nuestros hijos en nosotros en cuanto a la Biblia? ¿Realmente ven que la amamos o solo usamos la Palabra para castigar, o como un rito?
Mateo: ¿Ven en nosotros realmente un anhelo porque llegue el domingo para ir a la iglesia? Para tener comunión con los hermanos, escuchar la palabra, alabar a Dios en los cantos, o más como una rutina o una obligación. Sabes que, nuestros hijos detectan eso, incluso si papá dice: primero tenemos que ir a la iglesia y luego ya podremos hacer lo que deseemos, o ir a la iglesia porque si no lo hago Dios no me bendecirá. Es de nuevo esa idea de ley, como si yo me fuera a ganar el favor de Dios por medio de mi buen comportamiento.
Susy: Creo que algo que preocupa muchas veces a los padres es que nuestros hijos saben que somos pecadores y que no somos perfectos. Pero creo que al contemplar el Evangelio y querer comunicarlo a nuestros hijos, es indispensable que ellos sepan que yo me reconozco pecador, que yo pido perdón a Dios y a ellos. Porque si ellos ven que yo estoy en negación y digo, yo soy buena, pensarán que así se gana el favor de Dios. No es para nada negativo que nuestros hijos sepan que somos pecadores, que pedimos perdón, y que observen la relación restaurada qué hay cuando pido perdón. Si peco contra ellos o ellos pecan contra mí y hay el proceso de restauración, ellos podrán experimentar desde pequeños el amor de Dios. Recuerdo cuando nuestros hijos estaban muy pequeños y estaban infelices porque no querían disciplina. Pero cuando experimentaban esa restauración que venía después de que hubo disciplina y se pidió perdón, nos abrazamos y luego estaban tan felices. Recuerdo cuando terminábamos ese tiempo de disciplinarlos, brincaban y reían. Creo que es ese alivio que siente un niño o un joven cuando experimenta eso con sus padres, los prepara para tener esa relación amorosa que pueden tener con Dios.
Mateo: Si yo soy duro cuando ellos pecan y luego soy suave y blando conmigo, y quiero que ellos sean muy comprensivos conmigo y yo no soy comprensivo con el pecado de ellos, pues eso va a crear dureza en ellos en contra mía y en contra de mis pecados. La manera en que yo trato a mis hijos influye mucho como ellos van a tratar con mi pecado.
Susy: Pensando en los buenos aspectos de esta vida que queremos pintarles a nuestros hijos son nuestras relaciones de intimidad con ellos, yo estaba pensando hace poco en eso, como quiero que mis hijos anhelen tener intimidad con Dios y cuando lo experimentan con seres humanos de manera imperfecta esto hace que deseen intimidad y paz en esa relación, que amen la iglesia y la Palabra de Dios.
Mateo: Dios nos promete la buena vida. Hoy en nuestro devocional leímos Salmo 16:11: “Me mostrarás la senda de la vida, en tu presencia hay plenitud de gozo, delicias a tu diestra para siempre”. La Biblia nos promete eso y tenemos que inculcarles esto a nuestros hijos, que entiendan que es verdad que sí hay plenitud de gozo y que solamente lo encuentran en la presencia de Dios. Ese mismo devocional nos llevó a Lucas 10, donde nos dice que Martha está afanada con tantos quehaceres y María está sentada a los pies de Cristo y se enoja Martha y quiere que Jesús le diga a María que se ponga a trabajar. Jesús le dice: “Martha, Martha, afanada estás con muchas cosas. Pero solo una cosa es necesaria, y María ha escogido la buena parte, la cual no le será quitada” (Luc. 10:41-42).
Tenemos que hablarles de las bendiciones de la buena vida en el camino del Señor. Has mencionado una relación matrimonial armoniosa, esto es algo que el mundo no conoce y tristemente muchos cristianos tampoco. Es solamente posible como Dios lo ha diseñado. Debemos hablarles de la comunión en la iglesia, hay algo hermoso en tener una iglesia sana, fuerte donde los hermanos se cuidan mutuamente, espiritualmente están involucrados en las vidas de otras personas es algo que solamente vas a conocer en los caminos de Dios.
Susy: Y los hermanos no van a ser perfectos, es ahí donde nuestros hijos van a observar cómo perdonamos. A alguien que no me caía bien ahora lo puedo invitar a cenar porque es mi hermano en Cristo, y aprendimos a llevarnos bien.
Mateo: La paz en relaciones con otros, pero también enfrentando las circunstancias adversas de estar juntos. Por ejemplo, cuando estamos en cuarentena o tenemos familiares en peligro, hay una paz que viene cuando estamos caminando con Dios en una buena relación con Él. Esto es parte de la “buena vida” que Dios nos da, esa paz que sobrepasa todo entendimiento y que el mundo no puede tener porque no están en una relación con Jesucristo. Tenemos que hablarles a nuestros hijos de estas cosas, teniendo mucho cuidado de no dar la idea de que las delicias que están en la presencia de Dios son cosas materiales. Sí, a veces Dios nos bendice con algo material, pero no son las bendiciones materiales sino las bendiciones espirituales las que forman una relación con Dios, esa relación que permite que tengamos un fundamento estable y que genere el fruto del espíritu en nuestra vida. Esto es algo que solo Dios nos lo puede dar y es algo que las circunstancias no nos pueden quitar.
Estábamos hace unas semanas juntos en la iglesia en el último culto antes de la cuarentena y terminamos el culto leyendo los últimos versículos de Romanos 8, empezando con el versículo 28, donde dice que todas las cosas nos ayudan a bien. Pero algo que llamó mi atención es que ese pasaje no nos promete que Dios te guardará de las aflicciones, sino que promete que Dios te va a guardar en las aflicciones. Otra manera de expresarlo, y así se lo dije a la iglesia, es que ese pasaje no te promete que el amor de Dios te va a separar de las aflicciones, sino que te promete que las aflicciones no te van a separar del amor de Dios. Es lo que dice el pasaje, habla de tribulación, angustia y persecución, que ni la muerte, ni la vida, ni ángeles, ni cualquier otra cosa creada nos puede separar del amor de Dios. Cuando hablamos en estos términos con nuestros hijos ellos van a ver este cuadro de la buena vida que Dios tiene y ellos van a aspirar a vivir eso y van a poder detectar la mentira maliciosa que está escondida en el cuadro de la “buena vida” que el mundo les está pintando.
Susy: Es una bendición que como padres podamos tener el privilegio de poder vivir delante de nuestros hijos una relación íntima y gozosa como pecadores que buscamos su perdón, pero que siempre nos espera la restauración de esa relación con Él. Pero creo que también puede suceder que muchos creyentes tenemos resentimientos con Dios, quizá Él no nos ha contestado peticiones que hemos puesto delante de Él, o estamos batallando económicamente y decimos, no merezco esto porque le sirvo a Dios. El punto es que si nosotros como padres estamos amargados o resentidos con Dios eso es lo que les vamos a contagiar a nuestros hijos, y ellos lo captan incluso más de lo que hacen nuestras palabras. Entonces tendremos que evaluarnos, qué cuadro de la “buena vida” les estamos pintando a nuestros hijos, que creemos que satisface y como estamos comunicando eso a nuestros hijos.
Te animo a que esta semana evalúes sobre lo siguiente: ¿Qué perspectiva tienes de Dios? ¿Qué tipo de relación tienes con Dios? ¿Estás satisfecho en Dios? ¿Te estás deleitando en Dios? ¿Tienes resentimientos guardados en tu corazón en contra de Dios?
Intenta escucharte a ti misma cuando hables con tus hijos, cuando cites versículos, cuando les hablas de lo que le agrada a Dios. Sí, habla con ellos de Dios, pero intenta evaluar si realmente estás presentando a un Dios atractivo, si tus hijos pueden contagiarse de un deseo de deleitarse en ese Dios que envío a su hijo a morir por ellos para que puedan gozar en su presencia para siempre en plenitud de gozo.