Categoría: Vida familiar

Episodio #46: La predicación y la familia cristiana

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junio 2, 2020

La predicación de la Palabra de Dios es una parte central de la vida en la iglesia. El Pastor Sugel habla sobre la importancia que tiene la predicación para la familia cristiana, la responsabilidad de los padres como líderes en el hogar, y algunas maneras de aprovechar mejor en el hogar lo que escuchamos en la iglesia. ¡No te pierdas esta conversación sobre un tema tan importante!

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Una conversación con el Pastor Sugel Michelén: Predicando con Cristo en el centro

Libro: De parte de Dios y delante de Dios por Sugel Michelén

Transcripción

Hoy seguimos con nuestra serie “Familias fundamentadas en la palabra”, la cual empezamos la semana pasada con nuestra hermana Paty Namnún, donde hablamos sobre ser padres de la Palabra en nuestra vida personal. Hoy vamos a seguir con un invitado especial para hablar de un tema que a mí personalmente me emociona mucho y que también tiene mucha importancia en la vida de mi familia: la predicación de la Palabra y su importancia en la vida familiar. Nuestro hermano Pastor Sugel Michelén está acompañándonos y le damos muchísimas gracias por tomarse el tiempo de estar aquí con nosotros.

Susi: Bienvenido, hermano, a Crianza Reverente.

Pastor Sugel: Muchas gracias, gracias por invitarme.

Susi: Yo creo que muchos de los que nos escuchan le conocen, pero quisiera mencionar que es pastor. ¿Cuántos años tiene como pastor de la Iglesia Bíblica del Señor Jesucristo ahí en República Dominicana?

Pastor Sugel: Bueno, en nuestra iglesia 36, casi 36 años, pero como pastor unos 38.

Susi: Entonces tiene bastante tiempo y experiencia pastoreando y predicando regularmente la palabra de Dios, me imagino.

Pastor Sugel: Sí, sí, ¡un poco!

Susi: ¡Bastante! También es autor de varios libros, precisamente uno trata de la predicación. Se llama “De parte de Dios y delante de Dios”. También escribió un libro sobre la iglesia, ¿verdad? “El cuerpo de Cristo”.

Pastor Sugel: Sí.

Susi: Muy bien, gracias a Dios por esos recursos, y el Pastor Michelén está casado con Gloria y tienen 3 hijos y varios nietos. ¿Cuántos nietos tiene, hermano?

Pastor Sugel: 5 nietos, mi hermana, ¡5 nietos!.

Susi: ¡5!

Pastor Sugel: Una bendición.

Susi: Y algunos viven lejos, ¿verdad?

Pastor Sugel: Sí, por lo menos 3 que están en el campo misionero con la hija mayor.

Susi: ¿Hay algún otro dato que me faltó? ¿Algo que le gustaría decir acerca de usted, de su familia? ¿De algo que hace?

Pastor Sugel: Mira, la verdad que no sé qué decirte, hacemos tantas cosas en el ministerio y más en estos días de pandemia. Hemos estado siendo creativos para poder pastorear al pueblo de Dios.

Susi: Sí, de hecho, hemos disfrutado sus videos sobre el matrimonio y hemos compartido esos videos también en Crianza Reverente. Gracias por tomar el tiempo para invertir en las familias cristianas.

Pastor Sugel: Gracias.

Susi: Y cuando pensamos en los niños y su interacción con la Palabra de Dios, ¿usted tiene alguna anécdota que nos puede contar sobre sus hijos, quizás, y cómo ellos interactuaban creciendo, escuchando la palabra de Dios?

Pastor Sugel: Bueno, yo me imagino que todos los padres tienen muchas anécdotas que contar porque los niños son muy ocurrentes, pero una de las cosas que recuerdo es que, sobre todo, cuando mi hija mayor tenía como 6 ó 7 años ella trataba de ser muy precisa con las definiciones. En una ocasión tuvo una discusión con la otra que es la del medio, que tenía en ese tiempo como 4 años, Stefany, y la discusión era que Stefany la menor decía que Dios era cristiano. Y entonces la mayor Aylin decía: “No, Stefany. ¿Cómo tú puedes decir que Dios es cristiano? Dios es justo. Él no puede ser cristiano”. Y obviamente cuando tenían ese tipo de discusiones venían al “tribunal superior” a dirigir las diferencias. Pero me llamó la atención, de verdad, su concepto de que, ¿cómo Dios puede ser cristiano? O sea, Dios es justo. Inmediatamente ella se fue a los atributos de Dios y pienso que el hecho de, tal vez, cosas que se trataban en los devocionales familiares más lo que ella escuchaba en la predicación, imagino que eso moldeaba su pensamiento.

Susi: Eso precisamente ilustra el hecho de que los niños desde una edad muy temprana interactúan con lo que escuchan y con lo que ven. Entonces por eso, por esa razón se me hizo tan importante hablar de este tema y me gustaría que empezáramos simplemente con lo más básico, porque no queremos suponer que todos tenemos las mismas ideas acerca de alguna cosa. Cuando hablamos de la predicación en la iglesia local, la enseñanza y la vida del creyente y de la familia, ¿qué tan importante realmente es?

Pastor Sugel: Bueno, si pensamos en el hecho de que Dios actúa por medio de su Palabra, eso siempre ha sido así desde el momento mismo de la creación, Dios habló y todas las cosas vinieron a ser; y el pueblo de Dios nace de la Palabra y se alimenta de la Palabra, entonces, la predicación, que es la proclamación de la Palabra de Dios, debe ser algo esencial para la vida del creyente, para la vida de la iglesia, para la familia.

Ahora, Susi, cuando hablamos de predicación, yo creo que es importante enfatizar que de lo que estamos hablando es de la exposición y aplicación de un texto bíblico. Es decir, no estamos imponiendo nuestras ideas en la Biblia, sino que estamos exponiendo lo que la Palabra de Dios realmente enseña, viendo cada texto en su contexto. Pablo le dice a Timoteo: “Timoteo predica la Palabra”, y unos versículos antes le había dicho: “Toda la Escritura es inspirada por Dios y útil para enseñar, para redargüir, para corregir, para instruir en justicia”, Entonces es esta palabra la que Timoteo debía exponer. Nosotros tenemos que tener mucho cuidado al subirnos al púlpito de no imponer nuestras ideas, opiniones, pensamientos a los demás como si fuéramos el Papa o como si fuéramos una autoridad extra bíblica.

Susi: Entonces, ¿Qué tan importante es que una familia, un padre de familia, esté buscando que su familia, sus hijos escuchen la predicación? Como usted la acaba de definir.

Pastor Sugel: Mira, todo padre de familia o una madre de familia que no tenga esposo debe ser fiel en transmitir las escrituras a sus hijos. Ahora debemos reconocer que la razón por la que Dios ha dado pastores es por el hecho de que la iglesia necesita hombres que estén entregados por entero a la explicación y aplicación de la Palabra, como decíamos hace un momento, porque probablemente va a llegar más lejos y más profundo en la explicación de las escrituras que lo que el miembro normal puede hacer. Entonces es extremadamente importante que los miembros de la iglesia se expongan a la predicación de la Palabra para que luego lleven esa palabra al seno de su familia. Todos están escuchando la misma voz, para luego unificar el pensamiento de la iglesia y unificar el pensamiento de la familia, aparte de que, como ya dije hace un momento, Dios obra a través de la Palabra predicada, no solamente a través de la Palabra leída.

Por ejemplo, en el texto de 1 de Pedro dice: “Desead como niños recién nacidos la leche espiritual no adulterada, para que por ella crezcáis para salvación”. Nuestras mentes, al leer ese texto, se van de inmediato a la lectura de la Biblia. Y está bien, ese texto se debe aplicar a la lectura de la Biblia, pero si tú ves ese texto en su contexto, sobre todo a la luz del versículo 25 del capítulo 1, te vas a dar cuenta que Pedro está hablando de la predicación de la Palabra. De hecho, en esos días la mayoría de la gente no tenía Biblias en sus manos, y dice: “Deseen como niños recién nacidos” recibir esa palabra que era expuesta cada semana en la iglesia.

Susi: Si, creo que es vital, y yo lo he visto en mi propia familia, es vital que estemos exponiéndonos a la predicación. Pero, ¿qué pudiera hacer, por ejemplo, un padre de familia, un líder de familia que no está seguro si su familia está recibiendo sana doctrina o sana enseñanza en su iglesia? ¿Qué recomendación podría hacer para alguien en esa situación?

Pastor Sugel: Bueno, ahí vuelvo de nuevo a decir, el padre de familia es como el sacerdote de la familia, por decirlo así, y él tiene una obligación que no se la puede dejar en las manos a la iglesia. Él tiene la obligación de crecer personalmente en las escrituras, y la predicación es uno de los instrumentos que Dios usa para ayudarlo. Pero si él no está en una iglesia sana, él va a tener que usar otros elementos, que aun los que están en una iglesia sana deben usar. Debe leer buena lectura. Nosotros tenemos a nuestro alcance medios a través de la internet, y yo no creo que sea incorrecto que un creyente use esos medios para nutrirse a sí mismo, teniendo el cuidado debido de exponerse a sana enseñanza y también de no descartar su iglesia local por estar escuchando necesariamente a otro pastor. Pablo dice en 1 Corintios 3: “Todo es vuestro, sea Pablo, sea Polo, sea Cefas”, o sea lo que él está diciendo es: “Los dones que Cristo le da a su iglesia, son de la iglesia”. Entonces no hay nada de malo en que yo lea un libro de un predicador muerto como Spurgeon o Martyn Lloyd-Jones, o que escuche buena predicación de pastores que están vivos, eso no es incorrecto.

Susi: Entonces el padre de familia, básicamente necesita entender su responsabilidad, de que él tiene que encargarse de que su familia esté expuesta a la Palabra, a la predicación de la Palabra. Quizás algunos de los que nos escuchan pueden encontrarse en una situación donde no encuentran una iglesia sana cerca de ellos, o están ayudando en una misión que recién va comenzando y no hay mucha predicación. ¿Cómo puede alguien saber si necesita buscar otra iglesia? ¿Cómo puede distinguir si es una predicación simplemente inmadura y si es errónea?

Pastor Sugel: Huy, esa es una muy buena pregunta. Hay que tener cuidado, porque Dios no ha dado a todo el mundo los mismos dones, y yo no puedo estar queriendo que en mi iglesia se predique como se predica en tal o cual iglesia, en cuanto a la excelencia del don. Pero si en una iglesia se está predicando correctamente el Evangelio, aunque no con toda la madurez con que se debería predicar, yo le diría: “Ten paciencia, ora por tus líderes, regálales buenos libros a tus pastores o a tu pastor, ora por ellos, sobre todo, como decía hace un momento”. Eso no es lo mismo, Susi, que estar en una iglesia donde se predica, por ejemplo, el evangelio de la prosperidad. Las personas que yo conozco que están en iglesias así, les digo: “corre por tu vida, salva tu alma y huye de ahí”. Pero no es lo mismo, como tu decías, una iglesia que expone sin mucha madurez el Evangelio a una iglesia que está predicando un evangelio torcido. De hecho, todas las iglesias tienen su proceso de crecimiento y de madurez y hay que tener paciencia para esperar que los lideres también crezcan.

Porque es como cuando nuestras hijas se iban a casar, una de las cosas que les decíamos a nuestras hijas era: “No esperen que sus esposos, acabados de casar, tengan la madurez que ustedes ven, por ejemplo en su papá, que tenemos quizá 20 años de casados o más”, en ese momento que ellas se casaron, “o en otros de los pastores de la iglesia que eran muy cercanos a nosotros”; y decíamos: “Ustedes no pueden esperar, es injusto, que tu esposo tenga esa madurez al otro día de casarse, espera a que él crezca”. Y bueno, yo le diría a una iglesia que está plantándose y el predicador, el pastor, está comenzando su ministerio: “Déjalo que se desarrolle”.

Susi: Si, y creo que hay, de hecho, beneficio para la familia que va madurando junto a la iglesia y puede haber beneficio para nuestros hijos, aunque quizás no reciban la mejor predicación del mundo, pero están participando en las actividades espirituales y viendo la obra de Dios ahí.

Pastor Sugel: Bueno, yo le doy muchas gracias al Señor de que nuestra iglesia tuvo mucha paciencia conmigo cuando yo comencé el ministerio, porque yo me casé a los 22 años y ahí mismo comencé el ministerio también. Ya te puedes imaginar un pastor de 22 años tratando de pastorear una iglesia ¡uff! ¡Yo no quiero ni pensar lo que era mi predicación en ese tiempo!

Susi: ¡Seguramente hay grabaciones por ahí, guardadas!

Pastor Sugel: Mira, gracias al Señor que en esa época no había internet, no había YouTube y nada de eso quedó grabado. Pero imagínate, si yo no soporto mucho oírme predicar ahora, ¡me imagino en aquellos días!

Susi: Gracias a Dios, porque su tiempo es perfecto. Muy bien, entonces, como usted comenta que tiene bastantes años en la misma iglesia, creo que hay algo que un pastor que ha pastoreado a las mismas familias por más quizá de una generación, en el sentido de más de una generación de niños que crecieron y ahora están quizás casados, ¿cuáles observaciones ha hecho en cuanto a los hábitos, o las características, de familias que realmente valoran la enseñanza de la Palabra en su familia?

Pastor Sugel: Mira, esa pregunta es súper importante y yo creo que muy relevante. Sí, nuestra iglesia comenzó en mi casa paterna cuando yo tenía 18 años. Ahí comenzó la iglesia de la que yo soy pastor ahora. Lo que pasa es que cuando yo me dediqué al ministerio, mi esposa y yo fuimos enviados al norte de la isla para plantar una iglesia y luego nos mudamos a otra ciudad para plantar otra iglesia. Finalmente, ya para finales de 1983, la iglesia madre nos llamó para que regresáramos, pero siempre ha sido nuestra iglesia desde el principio. Y yo estoy pastoreando esa iglesia, como te decía, desde el año casi principio del 84. O sea que nosotros hemos visto personas que llegaron a la iglesia con hijos en su vientre como la esposa del Pastor Eduardo Saladín, que se bautizó embarazada de su hija mayor, y yo he visto a esa hija crecer, casarse y tener sus hijos. O sea que sí hemos visto generaciones de la iglesia, y eso tiene una tremenda ventaja.

Y mira Susi, yo te puedo decir que, si bien es cierto que Dios es soberano en la salvación de los pecadores, y uno a veces ve cosas que son un tanto extrañas, como las ve en la Biblia: reyes malos que tuvieron hijos buenos, y reyes buenos que tuvieron hijos malos. Uno ve eso en la vida real, personas que no son tan cuidadosos y sus hijos se convierten al Señor y personas que han tratado de ser padres fieles y no todos sus hijos se convierten. Pero en la generalidad de los casos, Dios usa a padres fieles como instrumentos para, no solamente la salvación de sus hijos sino también para que esos hijos alcancen la madurez en Cristo. Entonces nosotros hemos visto padres que sí se han descuidado y los malos frutos que se han cosechado sobre la base de ese descuido, porque mucha gente descansa demasiado en la iglesia; si bien es cierto que hay personas a las que no les interesa la iglesia, no están involucrados en su iglesia, hay otros que descansan demasiado en la iglesia y no hacen lo que tienen que hacer, entonces ambos extremos son malos. Y como tú dices, a mí me ha tocado ver de todo en esos años pastoreando.

Susi: ¿Y hay algunos hábitos que ha visto en ciertas familias, que usted cree que ayudaron a que esos hijos amaran la Palabra, escucharan con atención la predicación? O sea podemos hablar quizás incluso de cosas pequeñas o cotidianas o sencillas.

Pastor Sugel: Mira, yo veo que la práctica, por ejemplo, de repasar los sermones después de la predicación, en la familia, en el seno de la familia, es una práctica muy saludable; y ahí los padres tienen que ser sabios, tomar en cuenta la edad de los hijos, no convertir eso en una especie de castigo, como que hay padres que son muy fuertes en ver si el hijo atendió lo que estaba predicándose. La idea no es hacer del hogar un regimiento militar, pero si en una forma tranquila, cuando estamos comiendo: “y díganme, ¿qué fue lo que más les impactó de lo que el pastor predico hoy? ¿Hay algo que ustedes no entendieron? ¿O que tal vez si entendieron, pero no saben cómo lo pueden aplicar a sus propias vidas?”. Y así podemos tener charlas de sobre mesa alrededor de la predicación de la Palabra. Eso ayuda a los muchachos a medida que van creciendo a poder entender cada vez mejor la predicación.

Los padres tienen que entender que nosotros los pastores no les predicamos a los niños de 5 años. De hecho, yo tengo una práctica personal como pastor, que me ha sido útil, y es pensar en un joven de 17 años como mi meta. O sea, si él entiende, los que están debajo puede ser que entiendan bastante y los que están encima no se van a sentir ofendidos por que los estoy tratando como niños. Pero el punto es que hay padres que dicen: “Es que mi niño de 5 años, de 6 años, no está entendiendo”. Sí, es que no esperamos que entiendan, esa es la parte que te toca a ti, explicarle en tu casa. Si yo predico como si estuviera hablando a niños de 5 años, siempre voy a tener una iglesia inmadura, aparte de que la gente más preparada en la iglesia se va a sentir ofendida.

Así que por un lado la práctica de repasar los sermones. Pero tú dijiste algo así de pasada que quisiera resaltar: “Aunque sea algo sencillo”. No tiene que ser necesariamente un devocional familiar, pero puede ser que pase algo durante la semana que de alguna forma esté relacionada con lo que se predicó. Vamos a suponer que se tocó el tema de la soberanía de Dios en este tiempo de pandemia y tal vez el muchacho de 10 años está frustrado porque ahora con la escuela que se está haciendo a través de la internet, no está entendiendo una materia o esta tarea. “Tú ves, mi amor, eso fue exactamente de lo que se habló el domingo, tú tienes que confiar en la soberanía Dios, hacer tu responsabilidad, pero al mismo tiempo confiar en el Señor”. Entonces ahí tenemos una conversación y el padre hace una alusión sencilla a lo que se predicó el domingo y le está diciendo a su hijo: “Hijo lo que se predica los domingos desde el púlpito, tiene relevancia con tu vida práctica aquí y ahora”, eso no es mera teoría.

Susi: ¡Ay sí! Amen. Estoy totalmente de acuerdo y lo hemos visto en nuestros hijos. De hecho, hace unos años empezamos la práctica de hacer eso de repasar los sermones en casa. Ahora mis hijos tienen 17, 16, 13 años, son muy capaces de tomar apuntes y recordar, pero lo empezamos a hacer como una manera también de ayudarles a poner atención en la predicación. Sabían que íbamos a sacar los apuntes en el devocional familiar cada lunes y preguntar qué aprendiste o qué no entendiste. Y ha sido increíble como ellos ahora ponen mucho más atención en la predicación y ellos mismos hacen lo que usted acaba de mencionar, que el jueves o el viernes pasa algo y uno de ellos a veces dice: “Ah si, como dijo el predicador el domingo”. Pero esa retención que viene por haber tomado apuntes, obviamente estando grandes ya mis hijos pueden hacer eso, y ha sido increíble el efecto que ha tenido sobre ellos.

Pastor Sugel: Claro, yo creo que también el devocional familiar va equipando a los hijos para entender cada vez más lo que se predica desde el púlpito. Yo creo que es importante que los padres asuman su responsabilidad de hacer un devocional diario de las escrituras.

Susi: Y puede ser sencillo, pero cuando abrimos la Palabra en casa y el pastor abre la misma Palabra en la iglesia, es una congruencia que comunica a nuestros hijos, que yo creo que nosotros no podemos conocer el valor de eso, no sabemos lo que está sucediendo en el corazón de nuestros hijos.

Pastor Sugel: Mira, no es solo que puede ser, es que debe de ser sencillo, yo creo que los padres a veces cometen el error de querer copiar el culto en sus casas y les dan un devocional de una hora o de 45 minutos a sus hijos y eso no está bien. O sea, los muchachos tienen una retención, dependiendo de la edad, que los padres deben tomar en cuenta, para que no los exasperen.

Susi: Así es, ¡hasta a veces casi recogen la ofrenda en el culto familiar! Y los niños se frustran o se aburren, y no es algo ameno y sencillo que ellos puedan disfrutar. Estaba mencionando, por ejemplo, los padres que dicen: “Es que mi hijo de 5 años no entiende”. ¿A qué edad ustedes en la iglesia promueven que los hijos estén en el culto y escuchando la predicación? ¿Más o menos a qué edad?

Pastor Sugel: Nosotros les decimos a los padres que los quieran tener desde temprano, desde que salen de la cuna, cuando aprenden a caminar, los pueden tener. Pero claro, los padres en su mayoría prefieren que estén en cuido en la iglesia. Sin embargo, ya desde que saben leer y escribir están en el culto, o sea 5, 6 años. Y no se arma un desorden en nuestra iglesia, los niños están tranquilos, y hay ahí unas 1200 personas. Tú no oyes ese desorden para nada en la iglesia. Los niños son entrenados para estar ahí. Y como te digo, hay cosas que ellos no van a captar y los padres deben entender que va a ser así y no hay problema.

Susi: Sí, no hay problema, yo creo que hay como una mentalidad, especialmente lo estoy viendo en las parejas jóvenes, de que todo tiene que ser fácil para mi hijo y todo tiene que ser apropiado a su edad.

Pastor Sugel: Mira Susi, el hecho de que los hijos vean a papi y a mami adorando juntos al Señor y escuchando con reverencia su Palabra, ya eso es un poderoso mensaje para ellos de la importancia de lo que está sucediendo en el culto de adoración. Así que yo creo que es un error cuando la iglesia de hoy segmenta tanto la población y no permite que los muchachos se expongan a esa experiencia.

Susi: Amen, es tan importante valorar el poder que tiene la Palabra y creer realmente que tiene poder incluso para un niño pequeño.

Pastor Sugel: Oh sí.

Susi: Para terminar, no sé si nos puede compartir como papá o como abuelo incluso, viendo a los hijos de sus hijas, ¿qué impacto puede decir que la exposición regular a la predicación de la Palabra tuvo sobre sus propios hijos?

Pastor Sugel: Mira, yo lo veo mucho, porque yo los veo hoy criando a sus propios hijos y no solamente el impacto de la crianza en si misma sino el impacto de la Palabra predicada en su entendimiento del Evangelio, en como aplican ahora ese Evangelio en la crianza de sus propios hijos y en sus matrimonios. Para mí es un gozo, porque yo recuerdo cuando nuestra hija mayor hizo profesión de fe, varias veces (eso pasa con los hijos de pastores y de los creyentes en general, que a veces no están seguros). Pero nosotros creemos que entre los 10, 6 u 8 años nuestra hija mayor hizo profesión de fe y yo podía ver como su entendimiento de la Biblia iba creciendo por el impacto de la Palabra predicada en su propio entendimiento. Nosotros les decíamos a nuestros hijos: “Lean la Biblia por ustedes mismos, y todos los días, hagan el hábito de leer su Biblia todos los días”. Pero yo veía las preguntas que nuestra hija hacía, que nuestros hijos hacían, y tú te dabas cuenta que definitivamente la Palabra predicada estaba abriendo su entendimiento, para entonces luego ellos poder entender lo que estaban leyendo por sí mismos.

Susi: Gracias a Dios por ese poder que tiene la Palabra, que no tenemos los padres ¿verdad?, para cambiar los corazones de nuestros hijos, pero sabemos que Dios por medio de su Palabra hace esa obra. Y algo como mamá que he visto es que, no siempre voy a ver. Sí, Dios me deja ver a veces lo que está pasando y como la Palabra está cambiando a mis hijos, pero yo no puedo ver toda esa obra. Yo puedo confiar que Dios está haciendo esa obra por medio de su Palabra en mis hijos.

Bueno hermano, muchas gracias por tomarse el tiempo, ya se nos está acabando el tiempo, pero gracias por darnos ese ejemplo de tener en alto la palabra de Dios. Apreciamos mucho su ministerio, de su esposa también, su familia, y gracias por tomar el tiempo de estar aquí con nosotros hoy.

Pastor Sugel: Gracias a ti, Susi, por invitarme. Espero que el programa pueda ser de bendición para todos aquellos que van a escucharlo.

Susi: Y a ti que nos escuchas, quiero animarte a que realmente evalúes, ¿cuál es tu perspectiva sobre la predicación de la Palabra y el poder que puede tener en la vida de tus hijos? ¿Realmente estás teniendo en alto la predicación y la enseñanza que toda tu familia puede recibir en la iglesia? ¿Qué estás haciendo en casa para poder reforzar ese aprendizaje que están teniendo?

Gracias por acompañarnos, nos vemos la próxima semana.

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Autor

  • Susi Bixby

    Susi es la fundadora de Crianza Reverente y anfitriona del podcast, mamá de un adolescente y dos adultos jóvenes, y esposa de Mateo Bixby, uno de los pastores de Iglesia Bautista la Gracia en Juarez, NL, México. Juntos colaboran también en la Universidad Cristiana de las Américas en Monterrey, NL.

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