Categoría: Vida familiar

Episodio #61: Estás criando a un adorador con Moisés & Betsy Gómez

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noviembre 17, 2020

¿Te cuesta creer que tu hijo pequeño podría tener “ídolos” en su corazón? Quizá te es difícil aceptar que tu hija que no quiere hacer su tarea está adorando a algo o a alguien. Todos los padres y todos los hijos fuimos creados para adorar, y lo hacemos aún cuando no estamos conscientes de hacerlo. En esta conversación Moisés y Betsy abren sus corazones para ayudarnos a entender lo práctico que es este asunto. ¡No te lo pierdas!

Baja la guía de estudio:

Guía de estudio Capítulo 11: Dioses Falsos

Guía de estudio Parte B (cap. 8-14)

Guía de estudio completa

Preguntas de la guía Capítulo 11: Dioses falsos

Principio: Estás criando a un adorador, así que es importante recordar que lo que gobierna el corazón de tu hijo controlará su comportamiento.

  1. Después de haber leído el capítulo y/o escuchado el podcast sobre este capítulo, ¿qué entiendes que es la adoración y qué es la idolatría? Intenta escribir tus propias definiciones o descripciones.
  2. Lee parte de la historia de Raquel en Génesis 29:1 a 30:2. A pesar de todo lo que tenía Raquel, ¿qué deseaba más que todo? ____________________

Según Génesis 30:1-2, ¿qué efecto había tenido este deseo sobre la mente de Raquel?

¿Qué nombre le puso Raquel a su hijo (Gen. 30:22-24), y cuál es su significado? ¿Qué podemos aprender de esto en cuanto al nivel de satisfacción que el deseo cumplido provee?

¿Puedes identificar algo en tu vida del cual dirías, “Dame __________ o me muero”? (¿Algo que crees necesitar para darle significado o gozo a tu vida?)

Por lo que observas de sus vidas, ¿cómo crees que cada uno de tus hijos llenaría el espacio en esa misma pregunta? “Dame ____________ o me muero”.

3. Menciona 2 ejemplos de deseos legítimos que pudieran convertirse en ídolos, y cómo se pudiera manifestar tal idolatría en tu vida diaria o de tus hijos. (p.e.: tu deseo por buenas calificaciones de tus hijos, o el deseo de tu hijo por tener amigos).

4. La historia de Elí y sus hijos relatada en 1 Samuel 2 debe llamar la atención de todos los padres cristianos. Busca el capítulo y contesta las siguientes preguntas.

Según los versículos 12-17, ¿cuál era, al parecer, el “ídolo” de la familia de los sacerdotes?

Según vs. 29, ¿a quién estaba honrando Elí más que a Dios? Y ¿de qué manera?

Según vs. 30-34, ¿cuál será el resultado en la vida de cada miembro de la familia como resultado de la idolatría de su corazón?

5. Identifica tu lucha espiritual más reciente. Puede ser ira, codicia, falta de respeto o amor hacia tu cónyuge, descontento con tu situación económica, amargura hacia alguien, pereza, etc. Contesta las siguientes preguntas sobre esa situación:

¿Qué crees que te haría feliz? ¿Qué quisieras lograr?

¿Pasas más tiempo pensando en esta situación que en cómo agradar a Dios?

¿Has estado dispuesto a pecar para obtener lo que deseas? ¿De qué manera?

¿Has orado porque Dios te dé una actitud correcta, o solo has orado porque te dé lo que deseas?

¿Hay algunos pasos que podrías tomar para minimizar o eliminar el impacto que tiene este ídolo en tu corazón?

Escribe una oración de confesión y entrégalo a Dios, pidiéndole que reemplace tu adoración falsa por una adoración para Él.

Ahora considera cómo podrías acompañar a tu hijo en hacer este proceso en relación con sus propios ídolos. Trata de identificar por lo menos una lucha de cada uno de tus hijos en la que puedes comenzar a trabajar con ellos de esta manera.

6. ¿Cuál es el primer mandamiento? (Éxodo 20:3)¿Qué nombró Jesús como el más grande mandamiento? (Mateo 22:36-38)¿Puedes decir que tu hogar funciona buscando cumplir estos mandamientos por sobre todas las cosas? ¿Qué cambios se necesitan hacer?

7. Como hemos venido aprendiendo en este estudio, los padres creyentes debemos abrazar el rol de “instrumento divino” en la vida de los hijos. Una manera en que Dios quiere usarnos como instrumento, según el autor en este capítulo, es para otorgarles visión de quiénes son delante de Dios, de su pecado engañoso. Pero no se debe quedar ahí. Cada vez que les ayudamos a ver su pecado, también debemos guiarlos a la confesión. Considera cómo Dios hace esto contigo y cómo podrías aprovechar más los momentos oportunos con tus hijos. Haz el siguiente ejercicio y luego conversa en grupo para compartir sugerencias:Piensa en dos situaciones recurrentes en tu hogar en las que tus hijos pecan, pero no reconocen que su conducta o actitud es pecado. Escribe cuál crees que es el pecado o ídolo raíz en esa situación, y qué planeas hacer la próxima vez que surja esa situación con el fin de otorgarles visión y llevarlos hacia la confesión.

Situación 1:

Situación 2:

8. ¿Cómo cambia tu manera de orar por tus hijos el hecho de que son adoradores por naturaleza? Ajusta tu lista de oración para que refleje lo que has aprendido en este capítulo.

TRANSCRIPCIÓN

Resumen:

Estamos en el capítulo 11, titulado “Dioses Falsos”, del libro “La Crianza de los Hijos”. En el capítulo anterior a este, el #10 titulado “Carácter”, el autor introdujo un concepto que va a desarrollar mucho más a profundo en este capítulo que nos toca hoy. Nos ayudó a hacer una conexión importante entre la conducta, o el carácter, de nuestros hijos, y la adoración de su corazón. En Romanos 1 vimos que las personas que cambiaron el objeto de su adoración a la creación en lugar del Creador llegaron a perderse en la maldad. Esto es algo sumamente importante para los padres entender para poder ayudar a nuestros hijos hacia el cambio duradero y profundo. Quiero aprovechar para mencionar que este autor tiene otro libro en el que desarrolla mucho más esta enseñanza. Se llama “Asombro” y es publicado por Poiema Publicaciones por si lo quieres pedir en tu librería local.

Al comienzo del capítulo, hay tres preguntas que cada padre debe estarse haciendo. ¿Por qué mis hijos hacen lo que hacen? ¿Cómo se logra el cambio en sus vidas? y ¿Cómo puedo yo ser una herramienta de ese cambio? El autor dice que las respuestas a estas preguntas giran alrededor de esta palabra “adoración”. Porque todo lo que mi hijo hace y dice se fundamenta en la adoración de su corazón. Los niños hacen lo que hacen debido a lo que adoran. Se requiere, entonces, un ajuste de su adoración para lograr un ajuste real de su conducta. Tenemos que estar dispuestos como padres a adentrarnos en temas de adoración con nuestros hijos, temas de sus deseos y motivaciones.

Cuando un niño no puede aceptar que se le niegue un deseo, una niña pierde el control porque no le dejas cambiarse de ropa 10 veces al día, un bebé no quiere dejar de meter los dedos donde le has dicho que no puede meterlos, una joven está obsesionada con su apariencia, un joven no puede dejar de ver pornografía… está sucediendo algo más allá de simple desobediencia u obsesión. Está sucediendo “adoración”—adoración dirigida a la creación en lugar del Creador. Los niños quieren ser dios, quieren que sus deseos se cumplan a toda costa. Resolver sus problemas exteriores con reglas, prohibiciones, premios o manipulación emocional no resolverá la adoración de su corazón, por lo tanto, no resolverá el problema real.

Cuando hablamos de “adoración”, podemos tener muchas diferentes ideas sobre lo que quiere decir. El autor dice, y cito el libro, “La adoración es un deseo interno de asombro y maravilla que cada ser humano posee. Es el anhelo de estar satisfecho. Es el impulso que te lleva a buscar alguien o algo te otorgue identidad. Es el hecho de que siempre vivimos sirviendo a algo o que siempre somos controlados por algo”. Por esto, todo lo que hacemos está impulsado por la adoración, y esto convierte a nuestras vidas en una guerra de adoración. Tus hijos, mis hijos, tú y yo estamos en una guerra de adoración. Esto explica muchas cosas en la crianza. Sin estar conscientes de ello, nuestros hijos adorarán algo desde los primeros momentos de su vida, porque fueron creados como adoradores. Esto tiene la intención de impulsarles a buscar a Dios, pero la creación les ofrecerá muchísimas alternativas que su corazón pecaminoso encontrará más atractivas.

Como padres, nuestra tarea es primeramente examinar la adoración de nuestros propios corazones, entendiendo que nuestros mismos hijos pueden ser ídolos, objetos de nuestra adoración. Luego, debemos hacer conscientes a nuestros hijos desde muy pequeños de la inclinación de su corazón hacia la adoración de cosas que no satisfacen. Debemos ser instrumentos para otorgarles visión porque el pecado les engaña y ciega.

El autor sugiere siempre hacerte la pregunta: “¿Qué quiere Dios que mis hijos vean en este momento y cómo puedo ayudarles para que lo vean?”. Esto nos ayuda a llevarlos hacia la confesión. No debemos confesar por ellos, ni amenazarles, ni hacerles sentir culpables, insultarles, condenarles, gritarles, compararlos con otros, ni usar palabras hirientes. Estas cosas no otorgan visión ni abren el corazón de un niño. El padre se convierte en un obstáculo si actúa así. En su lugar, debemos ser padres que guiamos a nuestros hijos como co-pecadores necesitados de gracia como nosotros hacia la gracia perdonadora que Cristo les ofrece. Esto da lugar a que el Espíritu Santo haga la obra que solo Él puede hacer en sus corazones, convirtiéndolos en adoradores de Dios como fueron diseñados para ser.

Conversación:

Por primera vez en esta serie tengo la oportunidad de entrevistar a un matrimonio, un papá y una mamá al mismo tiempo. Nuestros invitados de hoy son grandes amigos de la familia Bixby, Moisés y Betsy Gómez. ¡Gracias, amigos, por acompañarme hoy en Crianza Reverente!

Moisés: Gracias, Susi, gracias por la invitación. De parte de la familia Gómez, igualmente honrados por estar aquí, los queremos mucho.

Susi: Gracias, Moisés. Betsy nos ha acompañado anteriormente, ustedes conocen a Betsy por su colaboración en el ministerio de Aviva nuestros Corazones. Moisés y Betsy viven cerca de Dallas, TX, y Moisés es pastor en la Iglesia First Irving, y parte de su responsabilidad ahí como uno de los pastores es que él se encarga de la congregación Hispana. Así que ¡gracias por hacer el tiempo! Y ya sé que hay mamás escuchando y pensando: si los dos están grabando un podcast, ¡¿dónde están los niños?!

Betsy: ¡Están amarrados en el clóset! (risas)

Susi: Sabemos que Betsy y Moisés tienen una bebé de un año que necesita mucho cuidado, pero también tienen un hijo grande que puede ayudar con eso, el es casi adolescente, y luego tienen también a Samuel que es como de edad primaria. Así que tienen de casi todas las edades de hijos. Es un privilegio tenerles y no quiero que las mamás se preocupen porque en la casa de Betsy las cosas siempre están bajo control, ¿verdad Betsy?

Betsy: Bueno, ¡no estoy segura! Ahora mismo Grace está durmiendo. Gracias por hacer esto en el tiempo de su siesta y los niños están tomando clases y ¡eso lo vamos a confirmar cuando terminemos el Podcast! (risas)

Susi: Perfecto. Ahora sin contarnos muchos secretos familiares ni nada así, hablando de este tema que nos toca hoy de la idolatría la adoración del corazón, ¿cómo ustedes han visto que se manifiesta esta adoración, esta idolatría en cada etapa en la que han pasado sus hijos? Y quizás como tienen una niña bastante más chiquita que sus hijos, si pudieran regresar el tiempo con sus hijos grandes, ¿qué harían ahora diferente?

Moisés: Mira, es una pregunta interesante porque cada hijo trae su propia identidad y trae su propia tendencia hacia el pecado. Si nosotros tuviéramos que hacer algo diferente sería desde el inicio ser más intencional en recordarles a nuestros hijos que son pecadores. Quizás con Josué dilatamos mucho en introducir el concepto de su condición como pecador. Apenas también en medio de la crianza de Josué fue que nosotros vinimos a empezar a crecer en la verdad del Evangelio, en la importancia del Evangelio no sólo para salvación sino para tu vida, para la crianza, para el matrimonio.

Pero yo creo que con Grace, nosotros pudiéramos iniciar más temprano a recordarle su condición de pecadora y su necesidad de un Salvador desde el momento en que ella pueda tener conciencia de que lo que hace. Así como dice el autor, es sencillamente adoración a los ídolos de su corazón y cómo es una rebelión ante lo que Dios ha hecho o ha dicho que nosotros debemos de ser y adorar. Yo, en ese sentido, sería más intencional de mostrarle a su edad, a su entendimiento, la verdad de su condición, la necesidad de un Salvador. No sé qué Betsy opina.

Betsy:  Sí, muy de acuerdo contigo, ¡mi amor! También pienso, en cuanto a lo que preguntabas de que cómo se ha manifestado la adoración en nuestros hijos, yo puedo ver en tanto Josué como Samuel que es una adoración a sí mismo, queriendo usurpar ese lugar que le corresponde a Dios. Pero en las diferentes etapas, y obviamente marcado por su personalidad, ha lucido muy diferente en cada uno. Yo he podido ver cómo, por ejemplo, uno tiende más a idolatrar la aprobación de la gente y es capaz de hacer cosas que son incorrectas para buscar aprobación. También veo el otro que hace cosas positivas y que normalmente uno puede dejarlas pasar, o pasan por desapercibido, como ser el gracioso de todos en todos los escenarios, pero veo que eso también es ese deseo de ser el centro de atención.

Entonces al final de cuentas no es tan fácil identificar y por eso este capítulo de este libro me confronta mucho porque me recuerda específicamente que nuestro trabajo es ser agentes de gracia para nuestros hijos. Yo creo que sí yo haría algo diferente, porque como mamá estoy más en la casa, yo tengo que confesar que por muchos años y aún todavía por la amnesia que sufro espiritualmente hablando, a veces creo que mi trabajo es asegurar cierto tipo de comportamiento.

Entonces como veo que el comportamiento es todo el tiempo hacia lo incorrecto, lo incorrecto, vivo frustrada. Yo no sé si te pasa, Susi, porque tú también eres esposa de Pastor, pero cuando estamos ahí sentados todos en la primera fila de la iglesia y tú ves a estos niños haciendo cosas que normalmente no hacen en la casa, pero en la iglesia se esmeran para hacerlo, ¡tú quieres como inmediatamente tener un dispositivo de rayo láser que los electrocute como por un segundo y cambiarle el comportamiento! Pero me recuerdo una y otra vez, que mi trabajo día a día no es crear un buen comportamiento en Josué, por ejemplo, sino recordare de esa gracia que es la única esperanza tanto para él como para mí.

Moisés: Si y yo diría también que en muchas ocasiones, con nuestros primeros dos hijos, uno mismo alimenta ese deseo de ser aprobados, o de buscar la aprobación de la gente, cuando por ejemplo, tú le dices delante de la gente: “Haz esto!, vamos canta, baila!”, etc. Tú les estás enseñando a ellos algo. No necesariamente es pecaminoso todo el tiempo, pero tú estás enseñándoles a ellos que es importante que la gente admire lo que tú haces, o reconozca lo que tú haces y eso puede, si uno no está consciente de la tendencia del corazón de sus hijos, puede alimentar ese dios, ese ídolo del corazón. Puede formar en ellos la idea de que lo que papi y mami quieren es que yo sea aprobado por la gente, que la gente me aplauda, que celebra lo que yo haga, ya sea un chiste, ya sea un baile, ya sea una canción. Creo que en eso pudiéramos tener más cuidado en esta etapa de crianza en que nos encontramos.

Susi: He pensado mucho en esa tendencia que podemos tener los padres de estar alimentando los ídolos de los corazones de nuestros hijos, sin querer muchas veces. No reconocemos que eso es lo que estamos haciendo. Y quizás lo que alimenta un ídolo en el corazón de un hijo simplemente anima al otro. Quería que habláramos un momento de eso, del hecho de que nuestros hijos son adoradores, pero que cada uno tiene su personalidad diferente, y esto significa que no toda la crianza de mis hijos va a ser exactamente igual con cada uno. Creo que sí debemos ser justos con nuestras reglas y todo eso, pero realmente es como un discipulado personal a cada hijo.

Yo puedo dar un ejemplo de que puedo ver una conducta, la misma conducta en mis tres hijos, pero en cada uno de ellos esa conducta tiene una motivación diferente, por sus personalidades que ellos tienen. Entonces, ¿cómo ustedes han visto que tienen que dirigirse de manera individual y quizás tomarse el tiempo de poder realmente entender lo que está pasando en sus corazones?

Moisés: Nosotros debemos de partir de varias realidades. Primero, hay algo en común que tienen todos nuestros hijos, que son pecadores. Y eso como tú bien dices se va a manifestar de diferente manera. Yo creo que nosotros desde temprana edad, y Betsy y yo hemos hablado del tema, hemos visto la tendencia que hay temprano en el corazón de nuestros hijos. Nosotros hemos visto donde se desvía uno, donde se va a desviar el otro a través de los años.

Pero para responder tu pregunta, lo que yo entiendo es que el problema es el pecado que hay en su corazón. Nosotros tenemos que sentarnos con ellos y con la Palabra y poder mostrarle por medio de la Palabra que el pecado que ellos están tratando de acariciar y abrazar, de idolatrar, va a tener consecuencias y que, por lo tanto, Dios demanda de ellos un arrepentimiento. Por eso decía en la pregunta anterior que si algo hiciéramos diferente, es mostrarle más temprano lo que el pecado ha hecho en sus vidas, y por qué ellos hacen lo que hacen. Creo que el autor habla y menciona eso porque quieren lo que quieren. Esto lo añadiría yo, porque sus ídolos, la concupiscencia su corazón, le demanda alimentar lo que quiere.

Entonces yo entiendo que es necesario, y coincido contigo, en ocasiones enfrentarlos de manera individual, en ocasiones de manera juntas. A veces se ponen de acuerdo para pecar por un propósito en particular, aunque con motivaciones incorrectas, ellos serían capaces de mentir uno para lograr su propósito de ser el primero haciendo algo y el otro para satisfacer prontamente la necesidad de obtener lo que quiere sin esperar aún violentando una norma. Entonces eso es lo que yo pienso. Reina, ¿que tú entiendes?

Betsy:  Sí. A mí me criaron con un enfoque al comportamiento, esa es la verdad. Entonces realmente cuando tú entiendes que un padre cristiano no puede hacer eso porque es contrario al evangelio y cuando nosotras entendemos que como madres necesitamos ir al corazón, ser instrumentos de esa verdad del evangelio, no solamente con palabras, sino también con nuestra vida, cuando necesitamos dedicar tiempo, entonces es complicado, se hace pesado. Realmente yo pienso que la única solución para nosotras en ese sentido es recordar que la crianza no es algo que sucede por arte de magia, no es como me decían unas señoras mayores hace mucho tiempo: “No, no, los niños se crían solos, no te preocupes”. No es así.

Si nosotros queremos enfocarnos específicamente en la necesidad de nuestros hijos por la adoración y su idolatría específica, necesitamos estar dispuestos a invertir nuestro tiempo, invertir nuestros dones en esto. Yo te confieso que una de las cosas que a mí más se me hace difícil en el día a día es simplemente sentarme a escuchar, hacer contacto visual, bajarme al nivel del niño. Todas estas cosas están demostrando interés y amor. Y entonces, como decía Moisés, puedes traer la Palabra específicamente a la necesidad del niño y ser ese espejo que le refleje una y otra vez su condición y también que le refleje la verdad y la esperanza que se encuentra en Cristo.

Susi: Sí, ese punto de estar dispuestos a escuchar a nuestros hijos, tenemos que pensar en cómo es que nosotros descubrimos o vemos los ídolos de su corazón. Hay una conducta que revela ciertas cosas, pero realmente esa conducta no revela todo, solamente revela que hay un problema, pero es la conversación, las preguntas, el interés en platicar con ellos y tratar de sacar de su corazón lo que hay ahí. Eso es lo que nos va a ayudar a descubrir y ayudarles a entenderse a sí mismo.

En ese punto de estar dispuesto a escuchar, yo también siempre he batallado con eso, y entendí que en esos momentos cuando están platicando, platicando sin parar, cuando estaban más pequeños y yo nada más quería callarlos porque ya estaba cansada de escuchar, tenía que reconocer que incluso en esa plática sin fin que tienen, están revelando su corazón.

Moisés: ¡Absolutamente! Algo que nosotros tenemos que siempre recordar en el momento de pensar en la crianza es que ese tiempo no es una pérdida de tiempo, es una inversión en la vida de tus hijos. El hecho de que tus hijos quieran hablar, aprovéchalo, porque llegará el momento donde ellos se cerrarán. Quizá por la etapa de vida, ya ellos encontrarán otros oídos que le escuchen y nosotros debemos de empezar a cultivar ese tiempo desde ya. Si usted tiene hijos pequeños, este es el mejor momento. Yo recuerdo que hace muchos años me dijeron que tú no vas a entender el valor del consejo de un padre hasta que tú tengas hijos y tengas que aconsejar a tus hijos, y es una realidad. Muchas veces nosotros no valoramos el tiempo que nuestros hijos están demandando y lo vemos como algo que está estorbando nuestra agenda, o como algo que está interrumpiendo mis planes del día. No, tus planes del día y la prioridad del día deben de estar en sentarte a escuchar lo que tu hijo dice. Incluso, yo diría algo más, ¡escucha aun lo que ellos no dicen!

Muchas veces la manera como ellos están actuando, verbalizando sus acciones, sus decisiones, sus comentarios, sus motivaciones, aún cuando la conversación sea o no sea contigo, porque una vez más están revelando dónde está su corazón, están revelando los dioses de su corazón o ídolos de su corazón.

Betsy:  Y algo que quiero decir con relación a eso que Moisés dice, es que a veces, sin darnos cuenta, divorciamos (separamos) nuestro caminar como creyentes de nuestra crianza en la vida práctica, en el día a día. Yo puedo decir: “Sí, yo tomo mi cruz cada día, y le sigo a Cristo”. Pero no me doy cuenta que eso quiere decir que yo tengo que morir a mí misma, y en el momento que yo no quiero escucharlo. Porque yo tengo un hijo que habla muchísimo, en este momento…

Susi: Así algo parecido a su papá …(risas)

Betsy: Y como a su mamá también… (risas), exactamente…. cuando yo no lo quiero escuchar, es porque yo no quiero dedicarle ese tiempo, yo quiero hacer lo que yo quiero hacer, al final de cuentas, yo quiero alimentar mi ídolo. Entonces fíjate cómo nosotros como padres también tenemos que estar conscientes de nuestra propia idolatría, porque no tenemos ojos para ver nuestra propia idolatría, pero queremos estar corrigiendo el comportamiento o quizás la idolatría de nuestros hijos, pero no nos damos cuenta de que aún faltamos nosotros en servirles a ellos, cuando no nos ponemos a un lado, morimos a nosotros mismos y les servimos en realidad.

Yo creo que nos falta mucho del Evangelio en las interacciones del día a día como padres, y por eso es tan urgente y es tan importante recordarnos ese Evangelio y decirnos a nosotros mismos qué fue lo que Cristo hizo por mí hoy.  Entonces, ¿cómo puedo yo ser un reflejo de eso a mis hijos y mis relaciones? Realmente en la práctica fallamos y necesitamos de la gracia de Dios.

Susi: Pues eso me lleva a otra pregunta que yo te quería hacer Betsy, porque creo que para muchos padres, yo sé que me ha pasado a mí, casi me puedo sentir como hipócrita tratando de dirigirme a los problemas de mis hijos, a la idolatría de mis hijos, sabiendo que yo también sufro la misma condición, y de hecho veo muchos de los mismos ídolos en ellos que yo sé existen en mí.

Entonces, ¿cómo podemos manejar esa tensión que tenemos entre nuestra idolatría y también la suya?

Betsy:  Bueno, hay un puente que no siempre yo quiero caminar y que no siempre quiero tomar, y es la confesión. Yo creo que la confesión en mi vida ha sido vital para poder alinearme en esas conversaciones, en esas tensiones, ese es el puente que me libra de la hipocresía y que me salva a mí de hacerme la idea de que es mi ejemplo o es mi estándar lo que va a asegurar que ellos se sientan animados a dejar sus ídolos atrás.

Recuerdo justamente antes de ayer, fue un día bien difícil, no me sentía bien de salud, teníamos muchas presiones en la casa, con la escuela, los niños tenían un cumpleaños temprano, y todos teníamos que salir a una hora específica. La niña estaba en su despliegue de bebé de un año y ustedes saben toda esa tensión, me molesté y les estaba hablando de una manera incorrecta y ellos se estaban comportando de una manera incorrecta. Y yo recuerdo que íbamos en el carro y yo sentía como el Espíritu Santo me daba esa convicción de que yo necesitaba pedirles perdón, yo necesitaba confesarles a ellos que pequé contra ellos.

Y tú puedes pensar que yo estaba feliz de hacerlo y de rendirme a la voluntad de Dios, pero yo no quería, porque mi orgullo era tan grande y mi molestia era tan grande, que yo no quería. Pero en ese momento, cuando les dije, les confesé mi pecado y por qué mi comportamiento no era coherente con el evangelio, yo necesitaba arrepentirme. El Señor nos proveyó de un momento maravilloso, de confesión todos ahí y de pedirle perdón al Señor, pedirnos perdón uno al otro. Yo te confieso que me siento como dice Paul Tripp en el libro que a veces cuando yo quiero guiar a mis hijos a la confesión, (y Moisés es testigo), a veces yo estoy como un fiscal, que yo quiero producir una sentencia y juicio, pero al final de cuentas yo soy uno de los acusados también. Yo necesito ponerme en el lugar de los acusados y también pedir perdón cuando es necesario para darles también ejemplo a ellos.

Susi: Yo también he visto en mi propia vida, en especial con este tema, que Dios a mí me ayuda a ver mi propio corazón en parte para que yo tenga las herramientas para caminar ese camino con mis hijos. Si Dios me está revelando mis ídolos, eso me está capacitando, si yo respondo correctamente en confesión, me está capacitado para saber qué está sucediendo en el corazón de mis hijos, para ayudarles a ellos a hacer este proceso. Entonces en lugar de resistirme a hablar de estos temas porque sé que comparto la misma lucha con ellos, debe ser el opuesto. Yo debo agradecerle a Dios por mostrarme mi corazón y así equiparme para poder ayudar a mis hijos.

Moisés:  Si, tú sabes Susi que, algo que en consonancia con lo que tú estás diciendo, y lo que Betsy dijo también, es el hecho de que nosotros tenemos una gran oportunidad de mostrar el Evangelio en el día a día y no de adoptar una crianza legalista, que es lo que trae pues esta hipocresía, es vivir en incongruencia con lo que nosotros predicamos y enseñamos.

Y muchas veces, y no sé si te ha sucedido con tus hijos, a nosotros nos ha sucedido en más de una ocasión cuando estamos cerrando la noche, con la lectura de la Palabra, orando, con mis hijos, ellos en varias ocasiones han dicho, “pero ustedes no pecan, ¿de qué manera ustedes pecan?” Y cada vez que ese comentario venía, pues era una oportunidad de nosotros decirles la verdad. Y me llevó a mí en mis prácticas, en la noche, una que otra noche a preguntarle: ¿de qué manera pecamos hoy?, ¿de qué manera queremos venir al Señor a confesar nuestro pecado? Y cuando yo veía que ellos estaban tímidos para iniciar, pues yo empezaba. Yo quiero confesar mi pecado de  manera que ellos entiendan que estamos en el mismo bote, estamos en el mismo barco y vamos a la misma dirección porque es la única manera de nosotros también, con la práctica, mostrarles que la esperanza está más allá de hombres o de nosotros mismos como padres, la esperanza está en Cristo.

Recientemente nosotros en el podcast de Los Gómez, hicimos un episodio acerca la pornografía. Josué ha estado escuchando todos los podcast de los Gómez, y él me preguntó si podía escuchar éste, lo cual yo aproveché la oportunidad para hablarlo con él y prepararlo antes de que lo escuchara y explicarle el tema que ya hemos venido tratando acerca de la pornografía. Y cuando él me preguntó, “¿o sea que tú viste pornografía?”, yo le decía, sí. Yo podía ver en él cierto grado de, si se puede decir así, de decepción, pero a la vez también cierto grade de esperanza, de que sus luchas y la que él tiene a este nivel no son irreales, no lo hacen a él alguien diferente, no lo hacen a el algo raro, sino que estamos en la misma necesidad, y pidiendo por la misma petición: “Dios ayúdanos, guárdanos de tentación, no nos dejes caer en tentación, líbranos, ayúdanos a mantener nuestra mirada en ti”.

Susi: Amén, Moisés, gracias por compartir eso, es tan importante que los padres entendamos esto y creo que es contracultural, no es la manera en que muchos fuimos criados, pero creo que es la manera Bíblica.

Y para terminar Moisés, no siempre tenemos la oportunidad de tener un padre de familia en el programa, entonces, no sé si podrías dar alguna recomendación a los padres de familia acerca del liderazgo específico que ellos deben tomar en estos asuntos en el hogar.

Moisés: Claro, yo creo que, si hay padres que están escuchando el Podcast, animarte a lo que la palabra de Dios nos anima y es asumir nuestro rol de cabeza, de líderes espirituales dentro del hogar, y eso no desde el banco, desde solamente la lectura, la enseñanza que yo doy, la reprensión que yo doy, no, no, no. Es desde la posición de siervo. Yo creo que Dios nos ha llamado a servirle a nuestra familia y a ver nuestra familia como una prioridad. Proveer para la casa es nuestra responsabilidad, pero no es la mayor prioridad. Lo que Dios demanda de nosotros es que nuestra familia pueda conocer el Evangelio por medio de los padres y mayormente el hombre debe de asumir el liderazgo.

Yo animo a los padres a que, como dije anteriormente, a que inviertan tiempo, inviertan tiempo en su esposa, inviertan tiempo en su matrimonio, pero también inviertan tiempo en sus hijos. El tiempo con los hijos es limitado: 18, 20, 21 años, y luego vas a anhelar entonces poder estar dentro del corazón de tus hijos para poder ayudarlo a tomar decisiones, y va a ser muy tarde.

Eso por un lado, por otro yo creo que la responsabilidad que Dios nos ha dado de compartir la palabra, y compartir el Evangelio, no sólo con nuestras palabras, sino también con nuestras vidas. Yo animo a los padres a que empiecen por lo menos a orar con sus hijos, si no pueden leer la Biblia, bueno, por lo menos inicia orando, luego inicia leyendo.

Pídele a uno de ellos, a los que saben leer, que lea, que te acompañe. Dirígelo en un tiempo, porque los hijos van a ver y van a repetir lo que nosotros mostramos qué es importante y que es prioridad. Y es en ese ejercicio, donde nosotros vamos a ayudarlos a ellos a fortalecer su identidad en Cristo y a mostrarles a ellos, que lo que le da valor a ellos, no es la opinión de la gente, no es la opinión de los amigos, lo que dice la sociedad, sino lo que Dios dice por medio de su palabra, y eso ello lo van a conocer si los padres traemos eso responsablemente.

Y lo que hablábamos, seamos coherentes, no sólo demandemos de ellos un comportamiento, sino que nosotros también, cuando digo: “demandemos de ellos un comportamiento” no es para criar basado en comportamiento, sino para que nosotros modelemos con nuestro testimonio y hagamos atractivo entonces que ellos modelen lo que ellos ven en nosotros, a la luz de lo que Dios ha hecho en nuestras vidas, sabiendo que es y esperando de ellos que van a fallar, pero trayéndoles a ellos la esperanza y las buenas nuevas.

Entonces seamos coherentes con eso, y como dije anteriormente, no vas a perder el tiempo. El presidente del Seminario donde yo estudié dijo, “ningún padre se va a arrepentir de haber pasado mucho tiempo con sus hijos, pero sí se va a arrepentir de lo contrario”. Entonces oro para que Dios nos ayude a ser fieles en esta gran labor que tenemos de guiar a nuestras familias a conocer a Cristo, su Palabra y el Evangelio.

Susi: Amén. Gracias Moisés y Betsy. Aquí voy a leer una cita del capítulo que va muy de acuerdo con lo que Moisés acaba de decir. Dice: “La crianza es estar dispuestos a gastar tu tiempo, dones, energía y recursos en una batalla diaria de adoración, como instrumento de Dios en la vida de tus hijos”.

Gracias a Dios que podemos confiar en que Él nos extiende la gracia y que tenemos al Espíritu Santo, que nos ayuda en este camino. Gracias, amigos por acompañarme el día de hoy, por tener este ministerio a tantas familias que nos están escuchando.

Y te recuerdo, si nos estás escuchando, que puedes ir a la página de crianzareverente.com a la publicación de este episodio, porque ahí están las preguntas de la guía de estudio, dónde vas a poder profundizar en este tema tan relevante. Y como mencioné al principio del Podcast, también hay un libro por este mismo autor que se llama “Asombro”, que también te puede ayudar mucho a profundizar el tema de la adoración y la idolatría del corazón.

Que Dios te bendiga mucho.

Transcripción por: Ana Ruth Almanza Pérez.

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