Como padres tenemos posibilidades infinitas de actividades para llenar las horas en la vida de nuestra familia. Pero hay muy pocas opciones más provechosas que la lectura, tanto la lectura individual como la lectura en voz alta entre familia; tanto la lectura bíblica como la lectura de todo tipo de literatura. Dios mismo nos dejó su revelación en forma de libro, y por eso a todos nos conviene desarrollar la disciplina y el gusto de la lectura. ¡Yamel te comparte varias sugerencias y motivaciones en esta conversación!
Transcripción:
Susi: ¿Te gusta leer? Sin importar nuestras preferencias personales, creo que todos podemos estar de acuerdo en el hecho de que la lectura en general ha perdido su valor en esta era electrónica de fácil acceso y comida rápida y podcasts que podemos escuchar en lugar de leer. Muchas cosas nos han distraído en esta generación de la lectura y muchos niños, y siendo honestos, muchos adultos, simplemente no leen. ¿Esto es algo que nos debe preocupar como padres creyentes? Pues para hablar de este tema tenemos hoy a una invitada que tiene una pasión por la lectura en la familia y por animar a los hijos también a la misma. Entonces, Yamel Romero, gracias por acompañarnos. ¿Puedes contarnos un poquito sobre ti para empezar?
Yamel: Hola, Susi, estoy super contenta de poder compartir contigo en este podcast que ha sido de bendición también para nuestra familia y claro, me presento. Como ella dice, soy Yamel Romero de Cardoza, mi esposo es Ángel Cardoza es pastor aquí en la ciudad de Santo Domingo. Tenemos ya casi 12 años de casados y cinco hermosos hijos. Tres chicas, tenemos tres niñas primero, y luego el Señor nos bendijo con dos príncipes muy intensos, muy activos.
Susi: Es muy buen orden porque las niñas ayudan más en la casa, muchas veces con los hermanitos.
Yamel: Sí así es. Y bueno, como estabas diciendo, yo tengo una carga, una pasión, algo que no puedo evitar, me corre por las venas, de poder compartir con otros padres que la lectura en familia, la lectura en voz alta, es algo que es posible en las familias, es algo bueno y es algo divertido y es algo que quiero motivar. Y tengo un podcast también y una página y un Instagram y todos con el nombre de “Entre libros y abrazos”. Y mi intención es compartir con otros lo maravilloso que yo he experimentado, leyéndole a mis hijas en voz alta y a mis hijos. Y no es un espacio para regañar o para decir “mira, estás muy mal si no lees”, si no llevar un mensaje a los padres y madres, un mensaje de que ellos también pueden hacerlo, también pueden lograrlo y que deben pasar eso a sus hijos.
Susi: Creo que es algo que se ha desatendido en estos últimos años. Quizás algunos no crecen en familias donde hubo mucha lectura. Lectura en voz alta, o incluso no habían libros en la casa para poder leer, pero quizás está escuchando una mamá, un papá y dice pero ¿qué tan importante realmente es la lectura en familia, la lectura en los niños?
Yamel: Sí, eso es cierto lo que dices. Lamentablemente la lectura en los niños es muy importante, pero muchas personas no se dan cuenta de lo importante que es y no le dan el mérito que debe tener. Y por eso es que me gusta poder informar a los padres de que no es necesario que un niño empieza a leer para tener contacto con los libros. De hecho, habíamos comentado en otra ocasión que yo desde antes de que mi hija naciera, estaba practicando leerle porque quería desde antes de nacer ya tener ese espacio y empezar con el hábito y tener esa motivación de poder compartir la Palabra de Dios con ella. Y cuando nació ya tenía un libro, como dicen, bajo el brazo. Tenía una Biblia de niños ilustrada y tenía otro librito que me regaló mi cuñada, y eso lo leíamos todas las noches después que nació y fue algo que quise empezar para crear el hábito en la familia y como parte de nuestras rutinas también. Pero realmente como dices, leer tiene muchos, muchísimos beneficios. Yo creo que hoy día hay tanta información acerca de eso.
Algunos beneficios más académicos, como fortalecer sus aptitudes para la escritura, el habla, estimular la memoria, la curiosidad, agudizar la observación, la imaginación, mejorar el pensamiento crítico, creativo. Todas esas cosas son beneficiosas para nuestros hijos a nivel más académico. Pero también hay otros aspectos que trascienden a todas las áreas de nuestra vida, como es mejorar la atención. Yo creo que todos hemos tenido ese problema de que a veces en la escuela dominical estamos enseñándoles a los chicos, a mí me ha pasado, con niños de 10, 11, 12 años, que no tienen atención por más de 30 segundos. Uno de los beneficios de la lectura en voz alta es esto, que desarrollamos la atención. Hay veces que tú empiezas a leerlo a un bebé.
Por ejemplo, mi hijo que tiene dos años y él al principio escuchaba un minuto quizás, pero luego mientras vas practicando y no es algo seco y aburrido, sino que nos sentamos, observamos, leemos, nos divertimos, y poco a poco su capacidad va aumentando y su atención también. Al principio se quiere sentar y tocar todo y llevárselo a la boca. Y luego ya después él participa un poquito más. Pero es tal Susi, que aun la Academia Estadounidense de Pediatría recomienda la lectura diaria en voz alta de los padres a los niños y lo recomiendan desde sus consultorios médicos y encontramos brochure y todo eso en las oficinas en Estados Unidos. Porque ellos dicen que leer regularmente con los niños pequeños estimula patrones óptimos de desarrollo cerebral. O sea, incluso el cerebro de nuestros hijos se desarrolla de manera diferente cuando son expuestos a la lectura.
Y algo que es súper importante y que para mí es como el beneficio principal de todos y es que nos conecta emocionalmente. Logramos poder conectar con nuestros hijos, logramos conocer a nuestros hijos, cómo piensan, qué les divierte, con quién se identifican, cómo reaccionan cuando estamos estudiando, viendo esas historias. ¿Con qué personaje ellos se sienten identificados? Y la conexión emocional es un momento cuando estamos leyendo que no estamos disciplinándolos ni vamos a empezar a hacer un análisis crítico de los personajes. Y no es nada de eso, sino que es simplemente aprender juntos. Vemos si los personajes fueron nobles y queremos imitar eso que hicieron, o también otros que fueron muy necios y que no queremos repetir lo que hicieron. Yo creo que ambos aprendemos y eso nos une.
Por ejemplo, en mi casa estamos leyendo la serie de Las Crónicas de Narnia ahora mismo. Y me ha pasado de que hay veces que yo estoy tan conmovida y me tengo que parar a meditar un poco lo que estoy leyendo, y a veces me pongo a llorar y todo eso. Entonces vivimos eso y todos a la vez y nos sorprendemos. Descubrimos esas historias que no conocíamos. Y tenemos ese lenguaje común que nos une. Es un tiempo súper especial. Mami está relajada, no está disciplinando, está como con la voz tenue, y le estamos comunicando y pasando esos buenos hábitos, por un lado. Y también que eso es un tiempo especial y que los libros no son aburridos, sino que son para nuestro disfrute y para nuestro placer. Yo creo que es un gran problema que a muchas personas se les hace difícil sentarse a leer un libro.
Susi: Sí, sí. O sea, yo lo veo en adultos. Podemos estar en la iglesia y queremos hacer un estudio y todos vamos a leer el mismo libro. Y hay hermanas que dicen, “Oh, no, hermana, no me gusta la lectura y creo que lo dicen porque sienten que no lo pueden hacer, que no entienden cuando leen. Y yo entiendo que eso no es culpa de ellas. Y yo quisiera que mis hijos pudieran entender cuando están grandes lo que leen, porque eso puede impactar sus vidas.
Yamel: Sí eso cuenta. Todo esto cuenta y no lo hacemos simplemente porque queremos ser los más intelectuales y de las personas que están leyendo su libro muy romántico. No. Ese no es el propósito. Es que realmente leer nos ayuda en tantos aspectos: nuestro vocabulario, nuestra habilidad de procesar la información, de sintetizar la información, de aplicar la información, de interiorizar lo que estamos leyendo, de poder aplicarlo, que es nuestro deseo. Eso lo hace el Espíritu Santo cuando estamos leyendo la Palabra de Dios, poder aplicar eso a nuestras vidas. Sabemos que es una obra del Señor, pero de poder interiorizar y poder meditar en ella y ver la belleza que tiene, eso se cultiva, eso no nace de la noche a la mañana, es algo que debemos cultivar.
Susi: Cada niño es diferente, ¿verdad? Algunos vamos a tener hijos que devoran la lectura solos, que casi no lo tienes que animar. Bueno, yo no sé si te tocó uno o dos hijos así.
Yamel: Sí.
Susi: Que lee todos los libros en la casa. Si no quieres que lean algo, lo tienes que esconder porque te va a leer todo. Bueno, no todos los hijos son así. Entonces, algo que yo he visto incluso con la lectura, es que es una disciplina, pero no estamos disciplinando. Entonces es algo que incluso puede promover el hacer algo que inicialmente no me llama la atención, pero después, agarro el sabor. Por lo menos en mi caso, en especial uno de mis hijos ha tenido esa experiencia de que porque mami me obligó cuando yo no quería, yo agarré el gusto y ahora yo lo hago porque ahora lo disfruto. Mis hijos son adolescentes, entonces ya, aunque quizás deberíamos, pero ya no practicamos mucho la lectura en voz alta, practicamos que todos leen y luego platicamos sobre lo que leímos. Pero eso ya, ya son casi adultos mis hijos.
Entonces ese es un beneficio también adicional a todo lo que tú ya mencionaste, que es algo positivo que, cuando al principio no quieren, ellos luego ven el beneficio y eso les ayuda en otras áreas de su vida. Les ayuda a aprender ese principio de que la disciplina que al principio es incómodo, luego produce fruto. Y puedo agarrar hábitos que realmente me llegan a gustar porque invertí el esfuerzo.
Yamel: Sabes que leí una historia muy curiosa de un autor muy famoso hindú. Él contaba en su biografía de que a él lo enviaron a una casa en Inglaterra para vivir donde habían otros niños hindúes viviendo como con una Matron, una señora encargada de su educación. Ella los obligaba a leer como castigo. Y él empezó a leer como castigo. Y luego empezó a amar la lectura, y luego ella se da cuenta y lo castiga quitándole los libros. Eso le pasó a este autor y me recordó eso cuando estabas hablando del caso tuyo.
Susi: ¡Yo no recomiendo que la lectura sea un castigo nunca! Nunca usé la lectura como un castigo.
Yamel: ¡Eso debemos evitarlo!
Susi: Pero hay una diferencia entre un castigo y un hábito de disciplina que queremos desarrollar en nuestros hijos.
Yamel: Porque no siempre queremos hacerlo. A mí me encanta leer y no siempre lo quiero hacer. Tenemos que hacer el esfuerzo. No siempre queremos leer la Biblia, pero sabemos que es para nuestro crecimiento espiritual. Es cómo aprendemos y conocemos más a nuestro Creador que amamos. Y esa debe ser como ya la motivación, aunque no la tengamos.
Susi: ¿Y cuáles crees que son algunos de los obstáculos? Algo que he notado en mi vida es que yo realmente no identifico cuáles son esos estorbos hasta que alguien a veces me comente o me comparta algo. Entonces quizás pueda ayudar a las personas que están escuchando que mencionemos cuáles son algunos de los obstáculos más grandes hoy en día a que las familias leamos juntos o a que los niños desarrollen un amor por la lectura.
Yamel: Pues mira, en mi experiencia, conversando con otros padres y también de lo que he leído, te puedo comentar que muchas veces nosotros como padres dejamos esa labor de la lectura a los maestros en la escuela y no nos involucramos nosotros porque entendemos que eso es una actividad meramente académica, algo que le toca a la escuela. Y los padres se esfuerzan en comprarles los libros a los niños y entregárselos y sin siquiera saber si es algo que les va a interesar, un tema en que ellos tengan curiosidad y como que se lo compran y se los dan y creen que eso es suficiente. Eso lo he escuchado mucho y lo he vivido con padres con los que tengo contacto.
Hay uno que es muy importante y es que los chicos no ven a los adultos leyendo, y eso es algo muy triste. Incluso yo leí un estudio. Se llevó a cabo en el 2018 de Estados Unidos de una empresa llamada Escolásticas. Ellos decían que mientras los chicos crecen, mientras mayores eran, veían menos adultos leyendo. Eso me pareció impactante. Mientras los hijos van creciendo, menos influencia tienen de adultos leyendo a su alrededor. No tienen un modelo y para bien o para mal. Nosotros los padres somos la referencia de nuestros hijos. Nuestros hijos nos admiran. Somos los modelos de nuestros hijos. Y muchas veces nosotros somos el mayor obstáculo para que ellos no tengan ese amor por aprender.
Otro aspecto que es muy actual y no quiero meterme en problemas con ésta, pero es la sobreestimulación o la sobreexposición a las pantallas.
Susi: Estoy totalmente de acuerdo.
Yamel: Es un obstáculo. Leer desarrolla el cerebro. O sea, el lenguaje. El repetir las palabras, el escuchar las palabras. Esos patrones del lenguaje fortalecen nuestro cerebro. Ahora, ¿qué hacen las pantallas? Nos mata las neuronas.
Susi: Sí, hacen el efecto opuesto.
Yamel: ¡Opuesto! Exactamente. Entonces los niños que están sobre expuestos a las pantallas ni siquiera desarrollan su lenguaje. No son niños que puedan expresarse. No son niños que pueden interactuar con otros niños ni con adultos. Son como que están ahí, con la pantalla siempre en frente. Y eso son los efectos de la tecnología o la sobreexposición. Hay veces que tienen como mucha resistencia a la disciplina, o muchas rabietas y todo eso lo provoca la sobre exposición o la sobreestimulación a los chiquititos. Pero ya cuando hay adolescentes, tú que tienes hijos mayores, ¿qué tú crees que a un chico le va a llamar más la atención? ¿Una información digerida completamente que tú escuchas, que tú ves? ¿O cuando tú tienes que hacer un esfuerzo mental de leer un libro?
Susi: No hay dudas, no hay duda de que, aunque por ejemplo, mis hijos han leído toda su vida y les leíamos de chiquitos y todavía batallamos para que dejen la pantalla y lean. Es como algo adictivo, es algo que les llama la atención y tenemos que entender el poder que tiene la pantalla sobre sus cerebros.
Yamel: Sí es una sobreestimulación. El cerebro se estimula con el lenguaje, pero cuando estás con estas luces, estas imágenes, todo pasando tan rápido. La sobreestimulación no es buena y te mata las neuronas.
Susi: Eso significa que las páginas y los videitos de YouTube, que los padres pensamos que son inocentes para nuestros niños chiquititos, todavía sigue siendo una pantalla.
Yamel: Sí, sí.
Susi: O sea, puede ser que les está enseñando sus sílabas y eso es mucho mejor que otros videos que pueden ver, pero no puede reemplazar los libros físicos, ¿verdad?
Yamel: Sí, exacto. Y también, sobre todo, la interacción humana. Eso es muy importante, el toque físico, el ponerte un niño en las piernas, el darle un abrazo, el que pueda escuchar tu voz, que pueda tener tu calor. Eso estimula su cerebro. Las conexiones en el cerebro van como… Yo leí un libro que decía que es como un sunami neurológico. Lo que pasa cuando hay un padre con su hijo sentado en las piernas y porque están pasando muchas cosas a la vez.
Susi: La conexión emocional, la relación entre padres y niños, se fortalece cuando hay una experiencia positiva de la lectura que todos compartimos, una experiencia de vida que estamos compartiendo. Probablemente hay muchos obstáculos más que podríamos mencionar. Pero yo siento que el de las pantallas es grande, y el de cómo tú dijiste, de pensar en la lectura como algo que es de escuela. Entonces, si yo no educo en casa, si mis hijos van a la escuela, pues ya eso no es parte de mi tarea. Y eso es un error muy grande.
Yamel: Y que no ven a los adultos leyendo tampoco.
Susi: Sí, no ven a los adultos leyendo, sí. Y yo creo que otro obstáculo es que simplemente no hay libros disponibles. Yo sé que donde yo vivo en una casa típica no hay muchos libros, no existen, no están ahí. Sé que económicamente puede ser que muchas familias vivimos con un presupuesto bastante cerrado. Pero hay maneras, hay maneras de buscar, de compartir entre amigas. Y después podemos dar algunas de esas sugerencias. Pero si tu casa es una casa donde casi no existen libros apropiados para la edad de tus hijos, eso es un obstáculo.
Yamel: También, hay que considerar que hay obstáculos más académicos, como por ejemplo problemas al decodificar. Hay chicos que se frustran cuando está leyendo un libro y que en su mente, su cerebro va lento procesando las palabras. Y cuando ellos terminan de leer una oración o un párrafo, probablemente ya perdieron el hilo porque se han confundido varias veces en su cerebro, o están brincando palabras, cosas así que pasan por deficiencias académicas. Eso pasa. Y eso es un obstáculo también. Y también hay casas, como tú dices, donde no hay libros. Y hay otros que quizás son poco interesantes o que no les llama la atención a los chicos, entonces el tener libros apropiados siempre va a ser algo que va a ayudar a tus hijos y no va a ser un obstáculo.
Susi: Todo lo que estamos diciendo es buenísimo para todas las familias. Pero me gustaría que pensáramos un momento, nosotros que somos creyentes, que tenemos familias cristianas y que tenemos un deseo de criar a nuestros hijos en la presencia de Dios de una manera reverente, que todo lo que hagamos sea con eso en mente. ¿Cuál es la diferencia entonces entre la motivación, por ejemplo, que tú y yo podríamos tener para fomentar todo esto que estamos hablando, y quizás los padres de los vecinitos, de los amigos con los que juegan nuestros hijos? ¿Cuál es la diferencia?
Yamel: Sí, del ateo al lado. Eso es una excelente pregunta. Yo te voy a decir lo que yo pienso, pero me encantaría saber qué tú dices. Pero realmente es real para nosotros como creyentes que debe ser diferente la manera en que abordamos este tema. Queremos que nuestros hijos a la larga sean capaces de poder estudiar y comprender la Escritura. Ese es nuestro deseo. Dios se nos reveló a través de un libro. Yo estaba hablando a unas chicas en una charla que me invitaron a una iglesia, y les estaba hablando sobre la importancia de llenar nuestra vida con la Palabra de Dios, con literatura y todo eso. Y yo les decía, como a modo de chiste, que si Dios hubiera pensado en una mejor manera para dejar su revelación y su mensaje, lo hubiera hecho. Si él hubiera pensado que una película era mejor, nos hubiera dejado una película, o nos hubiera dejado, que sé yo, una serie de Netflix o algo así, pero nos dejó su palabra escrita. ¿Por qué? Yo me pregunto eso. ¿Por qué Dios nos quiso dejar un libro como la manera en que podamos conocer sus obras?
Hay algo de verdad poderoso en estudiar la Palabra y meditar en ella, porque conocemos a nuestro Dios. Conocemos su gloria y podemos verlo aún más grande entre esas líneas que vamos leyendo. Entonces, cuando ayudamos a nuestros hijos a amar leer, los ayudamos apreciar la Biblia, apreciar la belleza de la Palabra de Dios. Y hay personas que se aburren aún leyendo la Biblia, y no la comprenden. Y dicen es que yo no leo la Biblia porque yo no entiendo, o no se concentran. Y es precisamente porque no han desarrollado ese músculo.
Me encanta una frase de John Piper, que todos lo amamos y él es un lector voraz. Yo no sé cuántos libros ha leído ese hombre, y no quisiera ver su biblioteca, o estar en un terremoto en medio de su biblioteca, porque probablemente muera aplastada por los libros. Pero a mí me encanta una frase que yo lo escuché en un podcast y él dice, y lo cito: “Si pudiéramos vivir mil años y experimentar mil relaciones en mil lugares y culturas diferentes, quizás no necesitaríamos libros para volvernos eventualmente sabios. Pero nuestras vidas son cortas y Dios ha sido misericordioso al darnos muchos lugares, muchos tiempos históricos, muchas culturas y muchas experiencias destiladas en los libros. Encuentra los libros que fortalezcan tu fe y te hagan desear vivir plenamente para Dios.” Y cierro la cita.
Es cita me encantó porque realmente cuando miramos esto de leer como algo que nos puede ayudar a ser sabios, es un acto de humildad. Yo no lo sé todo. Yo necesito la sabiduría de otras personas que han vivido antes que yo o que han tenido otras experiencias. No quiero decir con esto que nuestra fe sea algo meramente intelectual, porque no lo es, pero sí aprender de otros. El oír la Palabra de Dios, el oír, por eso es tan importante en la Biblia el escuchar y juega un papel importante en nuestra fe, pero es un acto de humildad el poder leer y aprender de otros.
Y también quería mencionar que en la Biblia, y aparte de la Biblia, en la historia de la humanidad, es una historia de la voz humana contando historias, pasando de generación en generación. La narración oral fue lo que pasó de generación en generación la Palabra de Dios, los israelitas. Y algo que Él les mandó a que hicieran en la Pascua cuando estaban en la Pascua cenando, Él les dijo… Lo voy a buscar en Éxodo 13… pero él les dice que cuando ellos estén comiendo, “lo harás saber a tu hijo en aquel día diciendo, esto es con motivo de lo que el Señor hizo por mí cuando salí de Egipto.” Es decir, que cuando ellos estaban preparando esa Pascua, después que salieron de Egipto, ellos tenían como instrucción de Dios, instrucción divina, contarles a sus hijos lo que ellos vivieron al salir de Egipto para que se quedara en su memoria. Hay algo especial en contar historias. Y Dios lo hizo así.
Vemos Salmos de ascenso, y ellos iban contando de las maravillas de Dios, contando, repitiendo, lo que Dios hizo. El Salmo 126 dice, “Cuando el Señor hizo volver a los cautivos de Sion, éramos como los que sueñan. Entonces nuestra boca se llenó de risa.” Yo cuando leo esos salmos yo no puedo evitar meterme ahí. Y como que estoy recibiendo esa riqueza de la obra de Dios recibida oralmente. Y yo creo que eso es algo que nosotros como padres creyentes debemos hacer a nuestros hijos. También contarles las historias de nuestro Dios lo que Él ha hecho en nuestra vida, nuestro testimonio de donde el Señor nos sacó, que esas palabras y esa narración esté en nuestra boca. Y eso es hermoso y poderoso en nuestra familia. ¿Qué dices tú, Susi? Quiero saber. Tengo curiosidad. Jaja.
Susi: Pues puedo hablar del punto de vista de tener hijos ya grandes, y esos beneficios que estábamos hablando al principio, el beneficio del pensamiento crítico, de la relación en familia. Todo eso. O sea, yo estoy viendo, y viendo mi falta de… Donde pude haber quizás mejorado, pero ya, ya van por su camino mis hijos. Entonces, les sigo animando como yo pueda. Pero una de las cosas que yo recuerdo hace varios años, cómo me pegó la realidad de que si mis hijos aprenden a leer, aman leer y pueden leer con atención y con inteligencia, y razonar, entender las frases que leen y usar su pensamiento crítico, significa que cuando leen la palabra de Dios que es viva y eficaz, la Biblia dice que Jesucristo mismo es la Palabra, el Verbo. Entonces ellos tienen acceso a algo que yo jamás les puedo dar. Cuando yo fomento en ellos por modelar la lectura, por experimentarla con ellos y luego animarles, incluso a veces obligarles a que desarrollen esa habilidad, yo les estoy preparando para seguir recibiendo algo que necesitan desesperadamente y que yo no siempre estaré aquí para darles.
Entonces todo el amor por la lectura o la habilidad en la lectura o las experiencias que tengan en cuanto a amar las historias y entenderlas, todo eso puede llevar una cosecha espiritual en su vida. Y esa es mi motivación. Quiero disfrutar momentos en familia y lo hicimos, e incluso más cuando estaban más pequeños. Todos esos son motivaciones buenas. Creo que la suprema motivación es recordar que la Palabra es vida. Y entonces, cuando yo ya no esté o en 30 o 40 años, que sigan en la Palabra, que la entiendan, que su pensamiento crítico les permita estudiarla, pero que el Espíritu Santo también les alumbre. Entonces eso es como un resumen de algo que yo diría ahora, teniendo hijos ya casi adultos que estudian y leen por su cuenta y comparten con nosotros lo que están aprendiendo, yo veo.
Y si yo tuviera que escoger la principal evidencia positiva de que es bueno fomentar la lectura, yo diría esa, porque es la ventaja espiritual, es la evidencia espiritual, de que se exponen a la misma vida que Cristo quiere darles cuando abren su Biblia y la leen. Y eso ha sido algo que me ha impactado mucho, y yo quisiera que impactara a las personas que nos están oyendo. Tú no tienes que tener un montón de recursos a tu disposición para fomentar el amor a la lectura, pero sí debe ser algo que es importante en tu hogar. Por muchas razones y específicamente por ésta, para que lean por su cuenta y entiendan las mismas palabras de vida que Dios les ha dejado.
Yamel: Así es.
Susi: Y, pues, Yamel, estamos ya sobre nuestro límite de tiempo. Rápidamente quizás podemos mencionar, no sé, 2 o 3 sugerencias prácticas para esa mamá que nos está escuchando y dice ¿y qué hago para empezar? ¿Qué sugerencias tendrías aquí para terminar?
Yamel: Pues, yo le diría. Hay personas que pueden decir, ay, pero es que no lo he hecho. ¿Hay esperanza para mí? Y yo le digo, nunca es tarde, nunca es tarde. Primero, si no es algo que has cultivado tú, te invito a que lo cultives, que puedas crecer tú en tu amor por poder aprender, por leer. Y eso va a motivar a tus hijos. Si eso es algo que no practicas. Si no te parece necesario o todavía no lo habías visto como algo importante en tu vida leer, pues mi primera recomendación es invitarte a ti a que lo hagas. Y yo sé, estoy segura, que eso se va a pasar y transmitir a tus hijos a través de tu ejemplo. Pero aquellas personas que tienen un bebé recién nacido, empieza hoy el hábito. Hay mamás que me dicen, Ay, yo no tengo muchos recursos, ¿qué libro le puedo comprar a mi bebé? Y yo le digo, cuando tú estés haciendo tu devocional, lee tu Biblia en voz alta y léelo al lado de tu bebé. O sea, tú no tienes que tener mucho dinero ni hacer como algo muy elaborado y buscar el libro o el último que salió, sino es que simplemente tu bebé pueda compartir contigo, te pueda escuchar, y puedan tener sus tiempos especiales. Y lo van haciendo desde pequeño y ya cuando sea mayor no va a ser algo que vas a tener que entrar forzosamente, sino que va a ser parte de su vida.
Eso le diría a las madres de niños más pequeños. Padres con chicos mayores que están empezando a leer ahora, tú vas a ser su mejor motivación. De hecho, los chicos que son los que leen por placer, son chicos cuyos padres les motivan a leer leyéndoles ellos, modelando también la lectura, ayudándoles. Sabemos que la capacidad de los chicos, la comprensión oral, es mucho mayor que la comprensión lectora. Entonces tú lo puedes ayudar leyéndole algún libro, un libro que tú quieras que lea, un libro que esté leyendo, tú involucrarte con él y leerle para que él vaya entendiendo, captando mucho mejor, interesándose un poquito más por la lectura. Algo que a mí me ha encantado implementar en nuestra familia es leer historias de misioneros y biografías de misioneros. Y esto nos ha encantado porque aprendemos de la época histórica donde vivió el misionero. Aprendemos como de la geografía, aprendemos de la obra que el Señor hizo en ese país, aprendemos tanto, y me encanta eso de leer biografías o historias de misioneros. Eso sería una súper recomendación.
Susi: Si es muy buena idea, sí.
Yamel: Otra recomendación. Si tú tienes una Biblia en tu casa, una Biblia de niños, tú sabes que las Biblias para niños, o historias bíblicas, tienen las historias más resumidas. Entonces tú puedes complementar con tu Biblia si son niños más pequeños, e ir leyendo, ampliando esas historias bíblicas, como David y Goliat. Leer un poquito más acerca de David directamente de tu Biblia. La Biblia es tan rica. Entonces podemos también ir ampliando su conocimiento que no se queda en nada más, como que el pequeño venció al gigante, sino que puedan crecer. Tú sabes que te quería mencionar, Aylin Merck ha estado de invitada aquí en este podcast varias veces y ella me contaba de su papá, del pastor Sugel Michelen, que cuando ella y sus hermanos estaban pequeños, que él les comentaba de lo que él leía. Él les hacía parte y les comentaba a ellas. Como, mira estuve leyendo eso, me pareció tal cosa interesante, tal otro interesante. Y ella dice que eso ella lo recuerda con tanto amor, y cómo impactó su vida. Una cosa tan sencilla. Entonces eso también es otra recomendación que te doy, tú puedes comentar con tus hijos las cosas que estás leyendo.
Susi: Despertar ese interés también en ellos.
Yamel: Si despertar ese interés en ello, involucrarles en ese tiempo. Y si no les estás leyendo en voz alta, pero por lo menos contarles historias de cuando tú eras niño. Los errores que cometiste. Cómo el Señor te ayudó a enfrentarlos, a tú arrepentirte. O sea, todas esas cosas son importantes y son nuestras historias.
Susi: Son historias y nuestras vidas son historias y la Biblia es una historia. Entonces todo, todo se puede aprovechar.
Yamel: Exactamente.
Susi: Muy bien. Pues gracias Yamel. Yo creo que ya pasamos de nuestro tiempo ordinario, pero…
Yamel: Sí, si me dejan…
Susi: Ja ja. Sí es un tema que tiene muchísimo desarrollo, así que te animo, si tú usas Instagram, que vayas a “Entre libros y abrazos”, y le sigues y puedes ver todo el material que va sacando, las recomendaciones de libros, o está el blog de “Entre libros y abrazos” y el podcast, así que búscalo. Como mamá, voy a ser sincera, si yo veo de repente algo en mi feed de Instagram, y digo, ah sí buena idea lo voy a hacer, y si no lo vi, a lo mejor no se me ocurrió. Entonces si vas a seguir cuentas de Instagram, pues ¡sigue uno que te va a dar buenas recomendaciones!
Yo creo que todos podemos crecer en esta área de fomentar y animar, primero en nuestra propia vida y en la de nuestra familia, el leer, porque queremos entender historias y queremos crecer en todas estas áreas que hemos mencionado. Y yo mencionaría también, porque sé que hay mamás escuchando que tienen hijos con necesidades diferentes, tienen un desarrollo diferente y a veces se frustran. Y yo creo que Yamel estaría de acuerdo conmigo en que la lectura en voz alta de la mamá o del papá, les sirve a todos los niños, incluso si tu niño no aprende a leer hasta años después, esa lectura en voz alta que él escuchó le va a ayudar mucho. No te desanimes si tienes a un niño que necesita más tiempo, se paciente con él en su lectura, pero tú síguele leyendo en voz alta la Biblia, buenos libros, todo eso. Así que, bueno, pues muchas gracias, Yamel. No sé si querías decir algo para terminar.
Yamel: No, gracias a ti, Susi. Y les motivo a todos los que están escuchando. No tengan temor. Esto es algo que hay veces que nos sentimos que no podemos o que yo no leo muy bien. No tengas temor. Léeles a tus hijos. Y le vas a hacer mucho, mucho, muchísimo bien. Y van a aprender a conocerse. Sobretodo van a conectar más emocionalmente y van a estar más unidos. Así que eso sería como la motivación con la que te dejo.
Susi: Gracias, Yamel, y les dejamos con esas palabras. Gracias por escucharnos una vez más y que tengas una semana muy bendecida.