La inteligencia emocional es una de las filosofías populares que está impactando al mundo de la educación y la crianza. Como padres cristianos, deseamos la salud física, emocional, y espiritual de nuestros hijos. ¿Pueden servirnos las ideas que enseña la educación socioemocional? Consideremos juntos este tema.
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Transcripción:
Frecuentemente aquí en Crianza Reverente hemos hecho referencia al hecho de que hoy en día hay muchas filosofías, muchas ideas que están siendo agresivamente promovidas en el mundo. En particular, obviamente filosofías que afectan la crianza, a veces se nos pasa notar que alguna idea está afectando la crianza porque no es una filosofía directamente de la crianza y creo que un ejemplo bastante importante de esto hoy en día es la inteligencia emocional o, como se ha llamado en el ámbito de educación, la educación socio emocional. Quiero que consideremos hoy como padres creyentes, si las afirmaciones de esta filosofía pueden ser aplicadas en un hogar cristiano, si pueden ser útiles o si debemos completamente descartarlas; quisiera incluso que pudiéramos primero entender qué es esta idea de la inteligencia emocional y poder analizar si posiblemente ya hayamos sido víctimas de aplicarlo sin discernimiento. Para hablar de este tema he invitado a mi amiga Marisol Rojo.
Susi: Marisol, bienvenida a Crianza Reverente.
Marisol: Hola, hola.
Susi: ¿Puedes presentarte y decirnos un poco de ti para empezar?
Marisol: Gracias, Susi, primero por invitarme a hacer este podcast de Crianza Reverente. Yo soy Marisol, primero soy hija de Dios, luego soy esposa; soy mamá, tengo una hija que se llama Zara y mi esposo ahora es Pastor muy joven; así me siento, como muy joven, porque veo a tantos hermanos con tanta experiencia. Pues me encanta la educación, me encanta todo lo que tenga que ver con las teorías y las filosofías y me encanta que podamos pensar bíblicamente en cómo esas filosofías van en contra de la Biblia, cuáles son los puntos buenos, los puntos que debemos de examinar y de desechar. Tengo dos años en dirección de preescolar, me encantan los niños chiquitos porque tienen unos corazones tiernos. Ha sido una experiencia muy bonita. Entonces, uno puede hablar mucho de uno, pero en esencia esto es lo que ahorita estoy haciendo.
Susi: Estoy agradecida por que Marisol es mi compañera en la iglesia como esposas de pastor, mi esposo y su esposo son pastores juntos en Iglesia Bautista La Gracia y aprecio mucho el impacto que su amistad también ha tenido en mi vida. Mari también estudio una maestría en Educación Internacional y eso también le ayudo a ver como muchas corrientes ahora mismo están en el mundo de la educación y cómo podemos pensar acerca de esas corrientes y cómo afectan a nuestros hijos. También pensé que su experiencia como directora de preescolar puede ayudarle a ver cómo de manera práctica estas cosas afectan a los niños de hoy. Entonces Mari hoy queremos hablar de esta Inteligencia Emocional. ¿Puedes empezar simplemente explicándonos como un resumen de qué es y del impacto que tiene sobre la educación de los niños? Quizá alguien que esté escuchando no sepa a qué nos estamos refiriendo.
Marisol: La inteligencia emocional nació muchísimo porque siempre se hablaba de un coeficiente de inteligencia o el coeficiente intelectual. Esto era la inteligencia, pero a veces notabas que había personas muy inteligentes que no sabían socializar, no sabían cómo quizá impartir lo que sabían y entonces decían, “esta persona es tan inteligente, pero es tan antisocial, no se puede desarrollar”. Entonces la Inteligencia Emocional nace como una necesidad del por qué esto no está pasando o por qué no tenemos personas sociales o capaces. Si son tan inteligentes, ¿por qué no se pueden desarrollar en el mundo real? Entonces la Inteligencia Emocional dice, “no, es esa capacidad que tú tienes para comprender el mundo, para regular tus emociones”. Algo que me gustaría mencionar es que la Inteligencia Emocional tiene una base neurocientífica o sobre la Neurociencia.
Voy a poner un ejemplo muy simple, no soy doctora, entonces voy a poner un ejemplo muy simple para que lo podamos entender. Estamos aquí Susi y yo, y yo le digo a Susi “¡fuego!”, entonces, ¿qué es lo que pasa en el cerebro? Lo que dice la Neurociencia es que, a partir de los sentidos, tú envías una señal a tu cerebro, esa señal va por tu cerebro y controla todo tu cerebro. ¿Qué pasa si yo le digo a Susi “fuego” y Susi no hace nada? Pues se quema, ¿verdad? Esa sería la forma en que reaccionaríamos. Pero cuando tú mandas esas señales es un sentido de supervivencia, entonces ese sentido de supervivencia manda esa señal para que tú inmediatamente corras y lo hagas. Hay una parte que se llama los lóbulos prefrontales, y esos lóbulos prefrontales te mandan esas ideas que tú ya tienes que, por ejemplo, Susi va a correr, pero va a correr hacia la puerta a salirse, no va a correr aquí en círculos nada más porque sus emociones la controlaron. Entonces, esa base de la neurociencia te dice cómo funciona tu cerebro y en base a eso, en la educación específicamente, te está diciendo que, para que puedan obtener un aprendizaje, tiene que haber emociones que estén controladas.
Voy a poner otro ejemplo muy simple: el niño llegó triste hoy. En su mente, sea cual sea la situación, esa tristeza es lo que tiene ahí. Sus emociones, al ser un niño pequeño, en el caso de los niños pequeños está controlado por esa tristeza; o está enojado porque no le diste la leche con chocolate que quería en la mañana o el juguito; eso está controlando su cerebro. En los niños chiquitos los lóbulos prefrontales todavía no han llegado a esa madurez, entonces el niño está controlado por eso. Cuando hay esa tensión, cuando se manda esa señal y hay esa tensión, entonces hay un proceso de memoria, el niño va guardando recuerdos o las neuronas van haciendo como una red y esa red guarda una memoria porque esa emoción que se guardó se asocia con algo. Entonces obtiene un aprendizaje. La educación socio emocional dice, “los niños tienen que estar bien emocionalmente para que puedan captar todo el aprendizaje que hay”, por eso ha sido muy fuerte en el ámbito educativo. Es para que obtengan esa atención, esa memoria y finalmente ese aprendizaje, por lo cual decimos “¡Wow, que padre!”.
Susi: Como que suena muy científico, muy bien.
Marisol: Entonces Daniel Coleman, que es el que tiene esta teoría o tiene esta enseñanza, dice que hay 5 dimensiones sobre la educación socio emocional. La primera de ellas es el autoconocimiento, cuando el niño puede conocer lo que él está sintiendo. Por ejemplo, hoy en la mañana el niño se siente feliz: “¿Cómo te sientes hoy mi amor?”, le dices a tu hijo. “Me siento feliz”. Pero al siguiente día: “¿Cómo te sientes hoy?”. “Me siento triste”, y así; entonces, el hecho del que el niño pueda conocer sus emociones es bueno. A veces los niños dicen, “No sé”. “¿Cómo te fue hoy?”; “No sé”, ¿verdad? Te contestan tus hijos, o te contestan los niños, “Pero a ver, ¿Cómo es ‘no sé’?”, entonces el niño tiene que empezar a identificar o auto conocerse para que él pueda entonces entender qué es lo que está pasando y cuando sabe qué está pasando lo puede regular.
Esta es la segunda dimensión, la autorregulación o el autocontrol. Digamos que el niño te está haciendo un berrinche, y tú dices, “ay, que se autocontrole”. En el kínder uno de los aspectos que se evalúa es el autocontrol, y lo escuchamos entre educadoras: “es que no se auto reguló, no se auto controló”. Le preguntas, “¿qué sientes?”, y le dices “si, estás enojado, pero esa no es una razón para hacer tal cosa”. Él ya identificó su emoción, ahora la debe regular. “Sí, estoy enojado, pero esa no es una razón para pegar.” “Sí, estoy triste, pero esa no es una razón para llorar todo el día”.
Otra de las dimensiones, o la tercer dimensión, es la automotivación. Para el niño es, “yo me tengo que sentir auto motivado, yo lo tengo que hacer, tengo que aprender mucho, tengo que…”. Entonces el niño se empieza a “auto motivar”. Una vez que identifica los sentimientos, que los reconoce, se auto motiva.
Y la cuarta dimensión y la quinta tienen que ver con las habilidades sociales. Se habla muchísimo sobre la empatía, la educación socioemocional apuesta mucho sobre que los niños puedan ser empáticos con otros. “Tú puedes reconocer cómo se siente él”; “sí puedes compartir”. También las habilidades sociales, porque como hay niños que no se auto regulan, no se auto conocen, entonces no pueden socializar con otros.
La educación emocional en general dice: “el niño necesita conocer estas cinco dimensiones para que pueda ser un niño integral”. Esa es una de las palabras en la educación más populares, queremos niños integrales, que no solo tengan conocimiento, sino que también tengan sus emociones controladas para que sea un niño integral. Entonces en esencia esto es la educación socio emocional y esto es algo que en la reforma de este año, y de hecho está muy fuerte aquí en México, es muy importante la educación socio emocional, que el niño esté controlado, que el niño esté feliz, que cuando tú lo recibas lo recibas con una sonrisa y un abrazo. Así nos dicen normalmente a las maestras, que ellos puedan entenderse.
Susi: Y me comentaste que también incluso en los lugares de trabajo, en los empleos, ¿verdad?, se está enfatizando mucho.
Marisol: Si, toda el área de las empresas, donde también se está haciendo todo. Por ejemplo, el trabajador llega triste pero él tiene esa inteligencia emocional de saber controlar sus emociones, y de conocer, “estoy triste, pero ahora estoy en mi trabajo y como yo soy una persona preparada entonces yo lo regulo, lo controlo. Lo identifico, pero en este momento estoy en mi trabajo, entonces lo tengo que guardar, lo tengo que regular”. Existen muchas capacitaciones para eso. En el área productiva si tú tienes una persona inteligente emocionalmente, tienes productividad.
Susi: O sea realmente entonces en los negocios se busca productividad y esta es una manera en que la están buscando. Así que, entendiendo todo esto de qué es la educación socio emocional o la inteligencia emocional, ¿crees que sea una herramienta que padres cristianos, hablando directamente en la crianza, puedan adoptar en su hogar de manera universal?
Marisol: No.
Susi: [Risa] Respuesta sencilla.
Marisol: Tú dijiste al principio que yo te explicara que es la educación socio emocional. A lo mejor si alguien ha escuchado el podcast hasta aquí, espero que no lo hayas cortado hasta ese momento porque si lo cortaste hasta cuando di la explicación de la educación socio emocional dijiste, “¡Wow, lo tengo que usar para mis hijos!”.
Susi: Quédate con nosotras porque queremos explicar ahora si esto concuerda con la Biblia.
Marisol: Sí. Entonces la respuesta es no. Al principio cuando leí todo este tema, (de hecho, fue cuando entré a preescolar, porque lo tenía que explicar y lo tenía que poner en el currículum de los niños, inclusive en las calificaciones de los niños o en la boleta, porque ahora no son calificaciones) me puse a analizarlo. Y yo digo firmemente que “no”, no basado en mí, sino basado en la palabra de Dios. Cuando lo escribí en un artículo para “Palabra y Gracia” yo decía que no, que es totalmente antibíblico, porque si se dieron cuenta en las cinco dimensiones, en tres de ellas habla del “auto”. “Auto” es una palabra donde tú estás diciendo que tú tienes el control, entonces cuando yo digo…
Susi: Enfocado en uno mismo.
Marisol: Sí. ¿Cuál es el peligro de eso? Que si yo creo que de alguna forma yo tengo la respuesta, no me estoy acercando a Dios, estoy creyendo en mi propio corazón, y la primer dimensión de la educación socio emocional dice “auto conocimiento”. Nosotros sabemos lo que dice la Palabra. Nosotros sabemos que al decir auto conocimiento estamos diciendo que tenemos algo bueno y la palabra de Dios dice que auto conocernos es entender que nuestro corazón es engañoso, que tenemos pecado…
Susi: Jeremías 17:9.
Marisol: Si, todo eso me está diciendo, “si yo me conozco, no puedo realmente conocerme a mí misma sin saber que Dios es el que me diseñó a mí y no yo me diseñé”. La segunda dimensión dice que hay que auto regularnos. Creo que esta fue una de las cosas que a mí más me impactó. El problema es que cuando yo digo que me auto regulo, me estoy poniendo en el lugar de Dios. Yo no soy soberana, o sea Dios es soberano y yo no puedo controlar todo lo que está a mi alrededor.
Susi: Ni a nosotros mismos podemos controlar.
Marisol: Ajá, solamente es la palabra de Dios a través del Espíritu Santo que puede controlar lo que yo soy, entonces si yo le estoy diciendo a mi hijo “auto regúlate corazón, tu si puedes”, yo le estoy diciendo a mi hijo… estoy criando a un niño pecador que cree en sí mismo y eso es un peligro muy grande. Tenemos que recordar que no tenemos el control de nada, Dios es soberano y aun cuando tú te pudieras conocer todo e identificar si te sientes triste, feliz, angustiado o cualquiera de estas emociones, tú tienes que entender que Dios permite esas circunstancias con un propósito y someterte en la soberanía de Dios.
Susi: Y es que la auto regulación del creyente sabemos que viene por el Espíritu. Dios nos ha dicho que Él es el que va hacer posible que se produzcan los resultados de la vida, del fruto del Espíritu, es Él el que lo va hacer, no nosotros mismos.
Marisol: Si y eso es un principio o es una de las verdades que tenemos que estar pensando constantemente. Imagínate que le estás diciendo a tu hijo, “tú te puedes controlar, tú tienes el control de todo”, ¡pobre niño!, no imagino la carga con la que puede vivir.
Susi: ¡Que carga estamos poniendo sobre los niños!
Marisol: Sí, eso quiere decir que si un niño le pegó en la escuela, (no nos gusta que eso pase, pero un niño le pegó, puede ser accidentalmente) ¿qué va hacer? Va a decir, “no lo pude controlar”, y vas a tener un niño frustrado y con las emociones, al final no va a ser lo que le va a ayudar, se va hacer una bola…
Susi: Si. También hablando de la auto motivación, creo que esto es un punto importante para los creyentes, ¿no?
Marisol: Sí, esto es egoísta porque si yo me auto motivo, yo solo me voy a auto motivar a cosas que yo quiero. La palabra de Dios dice “ama a tu prójimo”; a veces yo no quiero amar a mi prójimo y mi hijo tampoco quiere amar al prójimo. Entonces si yo me estoy auto motivando, bueno… primero ya pensé que yo soy buena, ¿verdad? En el auto conocimiento cuando le digo al niño, “es que mi amor, tú eres bueno, mira Dios te hizo tan bueno, ¡eso tu nunca lo harías!”, pues yo no le estoy dando la verdad del Evangelio, que él es pecador. Entonces llega un punto en el que el niño dice, “yo voy a hacer solo lo que yo quiero, lo que yo estoy motivado”, y como yo me auto motivo entonces “eso no me motiva, no lo voy a hacer”.
Susi: Si, es muy sutil, porque la verdad es que sí queremos criar niños que no necesiten la motivación externa de la aprobación, por ejemplo, de otros. Pero el problema es cuando les hacemos voltearse hacia adentro y decirles, “tu motivación va a venir de dentro de ti”, y eso es tampoco lo que la Biblia enseña. Me gustó que te referiste a Filipenses 2:13, el versículo que dice: “El que produce el querer como el hacer, es Dios mismo”, entonces eso es un punto clave creo con la auto motivación.
Marisol: Sí. Y luego vienen estas dos últimas dimensiones que tienen que ver con nuestra habilidad social, que es la empatía. La empatía es muy popular ahora. “Sé empático”, “es que no lo puedes entender”. Esto de la empatía también es muy sutil porque me está diciendo: “Acepta todo”.
Susi: Porque Dios si nos llama a ser misericordiosos y pudiéramos decir empáticos ¿no?, con otros. Pero ¿cuál es el peligro?
Marisol: El problema de la empatía es que es algo como la habilidad social, por ejemplo, mucho de lo que Coleman habla, él dice que tenemos que ser sociales como para lograr algo ¿no? Por ejemplo, la persona que está en la oficina y él dice: “tengo inteligencia emocional”. Quizá está súper enojado, quizá esa persona no le cae bien, pero le va a dar la cara correcta.
Susi: Pero es motivado por el querer que las cosas le salgan bien a él.
Marisol: Claro, es motivado por eso y es motivado porque es parte de ser inteligente emocionalmente y de conseguir lo que tú quieres. Entonces, cuando yo tomo esto de la educación socioemocional, quizá en los niños chiquitos no se va a ver de esa forma, por ejemplo, “pues tienes que ser amable, tienes que ser empático, tienes que ser social”, entonces todo este tipo de cosas no se ve tan marcado. Pero piensa en un adulto, se convierte en una persona manipuladora porque utiliza sus habilidades sociales para lograr lo que él quiera. Como en las otras tres dimensiones le estas diciendo que él es lo más importante, que él puede controlar todo y que él solo va hacer lo que él quiere, entonces empiezas a tener relaciones manipuladoras porque dices: “yo tengo que portarme con esta persona de esta forma, ser empático con esto, caerle bien a todos, aceptar todo”.
Susi: Sin discreción.
Marisol: Entonces, lo que yo diría ahí es: ¿Cómo le estás ayudando al niño a tener un pensamiento crítico basado en la palabra de Dios? Para que él pueda entender que la palabra de Dios dice que debemos amar a nuestro prójimo, ser misericordiosos, pero también a veces alejarnos del mal y no utilizar a personas, como que, ahora utilizo a esa persona que quizá no me conviene, pero la estoy utilizando y la estoy manipulando para obtener lo que yo quiero.
Susi: O sea, Dios nos dice que el verdadero amor apunta a las demás personas a Cristo, entonces a veces amar verdaderamente a alguien es no aprobar de lo que hace o dice. El mundo no acepta eso. Tú no amas a alguien cuando tú estás en desacuerdo, entonces tú tienes que aceptar a todos, y eso no enseña a nuestros hijos a tener discernimiento.
Marisol: Y aparte los pones en un punto peligroso. Tú estás exponiendo a tus hijos a ser empáticos y a tener esas habilidades sociales y quizá no te estás dando cuenta que con esa empatía y esa habilidad social no le estas ayudando a ser cada vez más como Cristo. Quizá lo pones con compañías que no son correctas y eso no significa no ser misericordioso y no ser empático, significa enseñarle a tu hijo y tener ciertos principios: “amamos al pecador, pero no amamos al pecado, lo confrontamos”. No te va a ayudar a tener amistades reales, porque si siempre eres muy educado, o sea “yo siempre soy educado, siempre saludo, nunca doy mala cara, soy inteligente emocionalmente”, entonces jamás vas a poder profundizar con esa persona. Imagínate una persona que cree que todo lo hace bien, que esto está regulado. ¿Cómo vas a llegar a su corazón? ¿Cómo lo vas a poder confrontar en un pecado?
Susi: Entonces, estoy pensando que realmente el peligro mayor de esto de la inteligencia emocional es que aleja a nuestros hijos y a nosotros del Evangelio en lugar de acercarnos al Evangelio.
Marisol: Si claro, eso es lo principal, porque tenemos que recordar que nuestra mayor labor como padres es hacer ese trabajo diario de recordar el Evangelio, de que en cada situación lo estés llevando. “Amor, tú eres un pecador”, “Cristo murió por ti en la cruz”, “Él te da su palabra”. Cuando el niño esta triste, “¿Por qué estas triste?”, “¿Tú recuerdas lo que dice Dios?”, “¿Tú recuerdas que Cristo murió por ti?”, “Por eso tenemos que tener gozo”. Entonces sino estamos apuntando hacia el Evangelio, ¿qué estamos haciendo?
Susi: Entonces Mari, ¿habrá algunos aspectos de la inteligencia emocional que sí los creyentes podemos beneficiarnos de quizás algunas de estas cosas que la ciencia nos dice?
Marisol: Yo creo que lo importante aquí es la parte de la neurociencia, el entender que nuestros hijos sí sienten, o sea que nuestros hijos no son como máquinas: “ah, hizo un berrinche, lo disciplino, pa-pa”. “Se siente triste y no se debe de sentir triste, debe de saludar a todos”, y lo disciplino. No, es entender el diseño que Dios nos dio para criar a nuestros hijos. La neurociencia no es algo nuevo, no es algo que descubrimos, la Palabra de Dios dice que tú tienes que hablar con tu hijo cuando está pasando por un berrinche; que tú le tienes que recordar la palabra de Dios para que el lóbulo prefrontal vaya guardando la Palabra de Dios en su mente como dice la Biblia, que debemos guardar la palabra en nuestra mente y nuestro corazón. Por eso dice la Biblia: “y las repetirás a tus hijos en el camino y por donde andes”. Porque entonces, a lo mejor el niño está pasando por el berrinche, y está pasando por el berrinche porque él quiere ese dulce.
El niño es un niño egoísta, tienes que recordarle que él es pecador y esa emoción de querer el dulce lo está controlando, pero en realidad lo que lo está controlando es el pecado y su propio deseo. Tú tienes que traerle a su mente la Palabra de Dios y el lóbulo prefrontal va a guardar esa Palabra de Dios y quizá lo vas a tener que disciplinar y todo eso, pero se está guardando ahí una red neurológica y una sinapsis, lo llaman los neurólogos, donde está guardando que lo que él está haciendo es un berrinche, pero que la palabra de Dios dice que él es un pecador, que Dios lo ama, que tú lo amas. Como lo amas y eres su autoridad, quieres que su corazón cambie, y cuando esa mente esté saturada de la Palabra de Dios, cuando Dios tenga ese momento, el Espíritu Santo va a obrar en su corazón y vas a tener un niño arrepentido.
Ese corazón tierno, ese corazón y esa mentecita llena de la Palabra de Dios le va hacer entender que Dios lo ama y Dios va a hacer su obra y creo que eso va a ser maravilloso. Entonces no deberíamos de adoptar la inteligencia emocional, deberíamos de estudiar la Palabra y entender que Dios es nuestro diseñador y no nosotros ni la neurociencia. La neurociencia, la verdad no estoy segura de cuantos años tiene, pero la Palabra de Dios está ahí y el Señor habla con nosotros, trata con nosotros, entonces nosotros debemos hablar con nuestros hijos, entender sus emociones, si se sienten tristes, si se sienten alegres, y aprovechar todas esas oportunidades para apuntarlos a la Palabra de Dios y a Cristo.
Susi: Si. ¿Qué bonito verdad? Saber que esos supuestos descubrimientos que la ciencia está haciendo solamente están descubriendo cosas que Dios puso en nosotros como parte de nuestro diseño hace cuántos miles de años. Creo que en eso tienes un muy buen punto, podemos entender las realidades que la neurociencia nos dice acerca de cómo somos diseñados, pero atribuir ese diseño a Dios, porque él es quien nos diseñó. Entonces, yo puedo, por ejemplo, comprender las emociones de mis hijos. Sé que a veces los cristianos tenemos una tendencia de “no, tú solo obedece y ya”, o “no debes estar triste”. Bueno, el niño no escoge esta triste nada más porque si, tiene una razón por la que está triste o enojado. Pero la pregunta es, ¿qué hacemos entonces? ¿Cómo le guiamos a controlar esas emociones? y ¿A quién le apuntamos? Creo que esa es la clave, ¿a quién le apuntamos?, él no es capaz de solucionar sus propios problemas, de controlarse solo, creo que ahí está la diferencia clave.
Marisol: Si y creo personalmente, cuando yo leía lo de la neurociencia, que como lo digo no soy experta, me hacía maravillarme más de un Dios creador, y eso fue algo que a mí me impactó. He estado leyendo muchos artículos y he estado leyendo recientemente un libro y yo decía: “Señor, eres tan bueno”, y me hacía pensar más en Dios y alabarlo porque no importa cuántas cosas creemos que descubrimos, Dios tiene sus atributos y Dios no cambia. Eso a mí me hacía tener un corazón más sorprendida por Dios y pensaba que esa es la manera, entre más nosotros como padres entendamos como Dios nos diseñó, lo que dice su Palabra, va a ser mucho más fácil llevar una crianza. No es que seamos perfectos, pero entre más entendamos el Evangelio y cómo funciona en cada área de nuestra vida y cómo desarrollamos ese pensamiento para entender como el Evangelio aplica a cada área de nuestra vida, vamos a poder ser cada vez más como Cristo.
Susi: Amen, pues gracias, Marisol, por acompañarnos.
Marisol: Gracias a ti.
Susi: Este tema yo creo que es real para muchos y queremos aplicarlo, entonces tú que nos estas escuchando, queremos animarte esta semana a considerar en qué áreas de tu crianza, e incluso de tu vida personal, estás adoptando estas ideas que realmente no son bíblicas y pedirle al Señor que te dé sabiduría, porque, a fin de cuentas, él es nuestra fuente de sabiduría.
Gracias por acompañarnos. Nos vemos la próxima semana.