Ningún padre o madre quiere considerar la posibilidad de que uno de sus hijos sea víctima del abuso sexual. Nuestra sociedad, y en muchos casos las iglesias locales, frecuentemente hacen la vista gorda para no lidiar con este tema tan complicado. Pero, el abuso sexual es una gran realidad en nuestros países y familias, y los padres cristianos debemos ser proactivos en reconocerlo, proteger a los niños y jóvenes, y participar en el proceso de restauración y justicia. Conversamos con Aixa de López sobre el tema.
Recursos
Alianza Cristiana para los huérfanos
Libro: En el umbral de la esperanza por Diane Langberg
Transcripción:
Susi: Aquí en México, donde yo ya tengo casi 18 años viviendo, existe un problema muy grave del abuso sexual. Me imagino que en muchos otros países también se cuenta la misma historia. Yo no puedo contar el número de jovencitas y mujeres con las que yo he hablado que han sufrido abuso sexual en su pasado, es algo que todos los padres queremos evitar para nuestros hijos, pero también es algo con lo que muchas mamás e incluso papás luchan porque también fueron abusados como niños. Realmente este asunto es muy grave y es un tema muy amplio que obviamente no vamos a poder tratar de manera completa en un solo Podcast, pero lo que deseamos es que nuestra conversación el día de hoy, que es parte de nuestra serie sobre la Sexualidad, ofrezca esperanza y herramientas útiles para padres creyentes que quieren prevenir o en algunos casos tratar con la realidad del abuso sexual. Para esto estoy muy contenta de que nos acompañe una hermana querida de Guatemala Aixa, de López. Aixa, muchas gracias por acompañarnos para hablar de este tema.
Aixa: Muchas gracias, Susan, de verdad es un privilegio y un gozo poder acompañarles en este audio y esperar servir a las familias, que son la audiencia de su Podcast, que podamos realmente ayudarles en pensar claramente acerca de la realidad que vivimos en nuestros países, en nuestras congregaciones y qué dice la palabra de Dios al respecto.
Susi: Gracias, Aixa, me encantaría que te presentaras para quizás alguien que no te conozca y nos contaras un poco sobre el trabajo que haces, lo cual te ha expuesto a la realidad de la que queremos hablar hoy.
Aixa: Claro que sí, mucho gusto, pues yo soy esposa de Pastor, vivimos en la Ciudad de Guatemala y tenemos 4 hijos, los 2 primeros por el milagro de la biología y las 2 pequeñas por el milagro de la adopción. Esto último pues nos ha adentrado a otro mundo, especialmente a mí, a raíz de empezar todo el proceso de adopción de nuestras 2 pequeñas pues yo vi una gran necesidad en ese campo y, sobre todo, una gran ausencia de la Iglesia, en Latinoamérica, ya que en Estados Unidos es un poco más normal ver familias adoptivas y de acogimiento temporal. Entonces esto inevitablemente, niñas vulnerables, implica en un montón de casos el tema de abuso sexual.
Ahora soy presidente de la junta directiva de “Alianza Cristiana para los Huérfanos”. Empecé como voluntaria casi simultáneamente de nuestras adopciones y entonces ahora estoy ahí sirviendo como presidente de la junta directiva. Nuestro trabajo es crear puentes entre la Iglesia de Cristo y la niñez vulnerable y simplemente conectar uno con otro para poder ayudar a que el cuerpo de Cristo ejerza lo que tiene que ejercer y esto pues nos ha permitido adentrarnos a temas que no son muy populares, que no queremos escuchar, pero que el Señor sin embargo nos está llamando. Pues eso es lo que estoy haciendo mayormente actualmente y les agradezco cada oportunidad, le agradezco al Señor, por estos espacios que nos da.
Susi: ¡Wow! Sí, yo creo que, como tú dices, muchos padres estaríamos muy cómodos ignorando la realidad de lo que sucede en muchos hogares y en las vidas de muchos niños ¿verdad? ¿Entonces puedes abrirnos el panorama un poco sobre la realidad que nos enfrenta en cuando al abuso sexual?
Aixa: Si, es difícil llevar una estadística fiel que refleje realmente lo que pasa en los hogares y en las comunidades, en las congregaciones, pero es bastante alarmante. Un dato conservador de mi país es que se estima que, en zonas rojas, o zonas vulnerables de la ciudad, hay un estimado que 1 de cada 4 adolescentes va a ser abusada sexualmente. Esto es un estudio conducido por la Misión Internacional de Justicia, que es una firma de abogados que trabajan sin cobrar para dar defensa legal a poblaciones vulnerables y esa es su especialidad. Pero se puede decir que es muy seguro que, si tú eres una maestra o una maestra de escuela dominical en tu Iglesia o un grupo de jóvenes o lo que tenga que ver, en cualquier grupo que estés, tú estás frente o probablemente conoces ya a unos cuantos niños que están sufriendo abuso sexual o han sufrido, esto es seguro.
Susi: ¡Que fuerte! ¿No? y yo creo que hay un punto, hay un lugar donde todos los padres podemos empezar, sin importar lo que haya pasado en el pasado, no es que no sea importante, pero cada padre y cada madre puede empezar por prevenir. Entonces, ¿qué pueden hacer los padres, incluso las Iglesias quizás, desde que sus hijos están muy pequeños, para protegerles en contra del abuso sexual?
Aixa: Si, primero, tu presencia. No hay nada que sustituya la presencia de un adulto seguro en la vida de un niño. Yo sé que es cansado, yo sé que es tedioso, es aburrido ver la rutina de los niños y sobre todo cuando son chiquititos, de bebés, esa primera edad 2, 3, 4, 5 años es cansado, pero nos necesitan. No solo nuestra presencia sino nuestra presencia activa, involucrarnos y observar, y no estar delegando el cuidado de nuestros niños a la ligera. Lo segundo sería hablar con claridad. ¿Cómo se llaman las partes del cuerpo? Les vamos a decir su nombre para hablar con claridad porque si no, desde ahí les estas comunicando que hay vergüenza en cómo Dios nos hizo, en las partes de un niño, de una niña y como al momento, por ejemplo, de bañarlos, tú le refuerzas, no todas las veces, pero si algo que tienen que ser recurrente en las diferentes etapas. “Mi amor yo te voy a ayudar ahora a bañarte”, cuando tienen 2, 3 años que perfectamente te entienden, “pero nadie puede tocar tus partes privadas”, ¿verdad?
O por ejemplo, vamos al doctor, le podemos decir al niño: “mi amor yo estoy contigo y el doctor es alguien que nos ayuda, él puede revisarte, yo estoy aquí contigo”; hablar con claridad, hablar con la verdad en esas cosas que parecen pequeñas. Si ellos perciben que hay vergüenza o hay algún tipo de tabú alrededor de su sexualidad, que eso es parte de la educación sexual que tenemos que impartir nosotros, entonces es muy difícil que cada vez que haya una duda van a ir contigo. Si perciben que es algo sucio, que es algo vergonzoso, muy muy difícil van a acercarse y decir: “mira mi primo, mi tío, mi abuelito o mi vecina, fíjate que me dijo tal cosa o me hizo tal cosa o quiso hacer tal cosa”. Van a sentir vergüenza en automático, pero si la conversación está abierta puedes tener más seguridad, y no es garantía, pero vas a tener más seguridad que hay una vía abierta.
Susi: Yo creo que eso es clave, entender que no hay garantía, no hay garantía, pero si hay muchas cosas que podemos hacer. Y en cuanto a prevenir, por ejemplo, mencionas tíos, abuelos; tristemente, por lo menos en México, las estadísticas indican que un gran porcentaje de abusadores son familiares ¿Qué nos comentas sobre eso?
Aixa: Sí, concuerdo completamente, se estima que un 80% de los casos reportados, porque es un porcentaje altísimo que nunca se reporta, pero de los casos reportados, en el 80% de los casos el abuso fue perpetrado por un amigo o familiar, una persona de confianza en la vida del niño, es decir, no fue un asalto del cual un extraño saltó del monte para atacar al niño, sino es alguien que ha ganado la confianza de los papás o que es alguien que es un miembro de la familia. Entonces se vuelve una dinámica tan complicada y el niño lo sabe. Los abusadores son extremadamente excelentes para manipular, en su gran mayoría, entonces el trabajo psicológico es casi tan fuerte si no peor que el daño físico; entonces primero viene el acicalamiento, el “grooming” que se le dice, y un acercamiento en el cual hay una gran empatía, una gran comunicación, mucha atención para el niño; el abusador mide hasta dónde puede llegar con el niño, si tiene gente segura cerca, si el niño va a permitir confiarle más.
Entonces empieza también el período de terror, de meter miedo al niño, de decir mentiras, “es que si tú dices esto yo le voy hacer daño a tu mamá”, “yo voy hacer tal cosa y nadie te va a creer y tú eres…”, y empieza una serie de mentiras que dominan la voluntad del niño. Entonces, es un trabajo muy devastador, diabólico, realmente es diabólico y aquí viene el tema de creerle a nuestros hijos, de creerle a los niños. La verdad es que es básicamente imposible que un niño venga y te quiera inventar una historia, sobre todo cuando te da detalles o te da una narrativa que no debería de dominar a su edad, porque quedemos claros que aun si alguien enseña pornografía a un niño, es abuso sexual.
Susi: Si, de hecho, yo te iba a preguntar sobre eso. He hablado con varias mujeres que dicen que ellas fueron con sus mamás y les dijeron que un tío, un primo les había hecho algo y la mamá no le creyó o, si le creyó no quiso hacer nada, entonces ese es un punto clave. ¿Cuándo es que un papá o una mamá le cree a su hijo?
Aixa: Quizás muchas de las personas en tu audiencia han conocido, han leído libros de Josh McDowell. Él fue abusado por años por un hombre que era el… ¿cómo te puedo decir? como el capataz o como el mozo principal de la finca de su papá, y le tenía toda la confianza, y él dice que el día que él dijo qué estaba pasando y no le creyeron, fue peor que 7 años de abuso. Puedo decir que hay pocas cosas más devastadoras para un niño, por que pierden toda la esperanza, porque hay mucha confusión, si no hay comunicación y no sabes que te está pasando, no sabes que eso es abuso, que está mal y que tú no tienes la culpa. Estás pensando quizá cuando yo avise entonces voy a ser libre de esto; y si lo dices y no te creen, te quedaste más solo que antes y más a la expensa de tu abusador y es más, más propenso a ser víctima de abuso en un futuro porque nadie te creyó.
Entendamos que el abuso es abuso porque alguien con más poder, aun si es un primo adolescente que no es mayor de edad, pero si tiene más conocimiento y sabe lo que está haciendo, está pecando contra el niño; y el niño nunca provoca el abuso, no me importa que circunstancias sean, el abuso es una dinámica de desigualdad de poder en donde el grande o el que domina la relación está tomando ventaja sobre el débil. Un niño no se puede inventar cuestiones muy graficas sexuales, un niño que está jugando, actuando sexualmente por ejemplo, la reacción nuestra no debe ser de reprimirlo, de avergonzarnos por su comportamiento, rápido regañarlo y avergonzarlo más, sino con sabiduría jalarlo, es decir, tomarlo a un lado y decir: “mi amor, mira yo te vi que estabas haciendo tal cosa, cuéntame donde viste eso”.
Dios va dando la vía para sabiamente abarcar y escuchar cuando una criatura viene a nosotros y nos dice que está experimentando, tenemos que pedirle al Señor; y papás, yo sé que uno no quiere prepararse para eso, yo sé que es una pesadilla pensar en siquiera considerarlo, pero, por favor, ¡hazlo! Prepárate por si algún día, si es tu hijo, tu hija, un sobrinito, alguien de la cuadra o en la Iglesia, tu reacción no puede ser de escándalo, de asco, de incredulidad. Laméntate con la criatura, escucha, cálmate y dile que le crees, y dile que no es su culpa, es lo principal. Si vas a llorar, que te vea llorar y explícale que estás llorando porque eso no debió pasarle. Explícale que eso no es culpa de él o de ella.
Nuestros niños no tienen el lenguaje sexualizado por naturaleza, si nosotros hemos hecho nuestro trabajo o si han estado cuidados por gente segura, no tienen por qué saber ciertas cosas de acciones sexuales, y si un niño está hablando de esa manera o jugando de una manera sexualizada ahí está pasando algo; y cuando un niño reúna las fuerzas, la valentía o incluso si lo dice por accidente, entre comillas, te dice lo que está pasando, tengamos una respuesta adecuada, calmada. Si es necesario o si sientes ganas de llorar, llora, porque es una tragedia, porque se ha pecado contra este niño y explícale porque estás llorando, porque esto no debió ser así, porque ningún niño debe de ser tratado así, porque le han mentido acerca de quién es, entonces nuestra respuesta al momento de que el niño revela la verdad determina el curso de la sanidad en la vida de ese niño y podemos confiar en que Dios puede transformar ese dolor, pero nuestra respuesta inicial es clave.
Susi: Y por ejemplo, si el niño no dice algo abiertamente, nos expresa verbalmente algo que le pasó, ¿hay algunas otras señales que nosotros podemos buscar o simplemente si los vemos, saber que eso pudiera ser una indicación que algo está pasando?
Aixa: Lastimosamente no siempre hay muchas señales, en general pudieran ser pesadillas, interrupción de sueño, orinarse en la cama, miedos que tal vez el niño no tenía y ha empezado a tener, no querer visitar a cierta persona o como ya mencioné, un juego inadecuado, un juego inadecuado con otros niños. Una vez más, esto va a requerir de nuestra observación, de nuestra presencia, de platicar, de tratar de estar presente en la vida del niño ¿verdad?; y recordemos que también los que hemos puesto nuestra confianza en el Señor tenemos la herramienta de la oración y entonces el Señor es misericordioso y nos escucha y nos va a revelar aún cuestiones que son dolorosas, pero que necesitamos saber con tal de empezar el camino de sanidad.
Susi: Sí, la oración es tan importante en todas las áreas de la crianza y especialmente en ésta, y me gustaría que habláramos brevemente sobre cómo ayudar, como empezar a ayudar a una víctima de abuso sexual, pero primero, ¿qué podríamos decir que la Biblia dice sobre el abuso sexual? ¿Habla la Biblia del abuso sexual? ¿Es siempre pecado el abuso sexual? Y si es así, ¿quién peca en una situación de abuso sexual?
Aixa: Si, de verdad el 100%, tengamos muy claro que esto es un pecado siempre, porque es una dinámica de poder en donde la persona más poderosa está en control y la persona más débil o vulnerable está bajo el poder de esta persona poderosa, sea un adolescente o sea un abuelito, o sea un pastor. Nunca el Señor esquiva los temas difíciles, no vamos a encontrar en la Biblia propiamente abuso sexual, pero si vamos a ver dentro de todo lo que son las leyes mosaicas, ¿verdad?, las leyes del Antiguo Testamento, está claramente establecido que no se puede tener conductas sexuales con un hijo o con un niño. Eso se llama incesto, y nunca es permitido, es más la palabra de Dios dice que: “nos vale más, que es mejor atarnos una piedra de molino al cuello que hacer tropezar a un pequeño”, es decir, a Dios le importa profundamente como les tratamos. Ahí sí que a nuestro prójimo más pequeño; y Él odia esto porque es una violación de un portador de su imagen y una mentira acerca de quien Dios es.
Las personas adultas en la vida de los niños tenemos que ser embajadores de Dios, estamos construyendo, como adoquinando el camino hacia Dios, nuestros niños tienen que conocer el carácter de Dios a través de nuestro cuidado, y cuando hay abusos sexuales estamos cometiendo pecado contra Dios y contra nuestro prójimo que es nuestro niño, nuestra niña y la gente que lo ama ¿verdad? Entonces, en la Biblia hay casos ¿verdad?, muy fuertes y varios, sobre todo en el Antiguo Testamento se ven, que se causan problemas familiares y Dios lo detesta. Es detestable para el Señor en realidad, y en ninguno de los casos la culpa la tiene el niño o la niña. Tú comentabas acerca de mujeres que ahora en su adultez, quizás no han superado el hecho de que le dijeron a sus mamás y su mamá no les creyó; y te puedo decir que yo lo he oído cantidad de veces también y he visto, he conocido el trabajo de esta entidad que les comente de IJM, y como las niñas sufren incluso porque son acusadas de que sedujeron al padrastro, al abuelito, al tío, es una cosa, es una cosa de verdad diabólica.
Susi: Es muy triste y creo que es una cosa que sucede más en adolescentes.
Aixa: Así es, así es. Sí, pero aquí no tenemos que perder de vista que es una dinámica de poder.
Susi: Sí exactamente, o sea creo que sucede, lo que yo he visto es que una adolescente de 12, 13, 14 años que sí está más grande, que sí ya se desarrolló sexualmente, ahí es donde ellas realmente se lo creen. Les dicen que fue culpa de ellas, que no vistieron apropiadamente o que hicieron algún movimiento de su cuerpo para mostrar señales, y que ese hombre cayó en sus garras. Esto es algo para las señoritas, las jóvenes, las mujeres, muchos años después es muy difícil soltar la culpa con la que cargan, que no deberían de cargar con esa culpa.
Aixa: Sí, es que mira, el abuso sexual y abuso de cualquier tipo, siempre va a ir profundamente enredado con la manipulación, siempre; y son muchas capas de mentiras, muchas capas de mentiras, entonces entrar y ayudar a alguien que ha atravesado este abuso, requiere una paciencia y una fuerza que realmente solo Dios puede dar, porque la víctima está edificando su vida sobre esas mentiras y desenredar esto, el Espíritu Santo es el único que puede, con nuestra compañía, con nuestra guianza de adultos seguros y terapeutas competentes en trauma.
Susi: Sí, de hecho, algo que yo veo que hace mucha falta y tenemos que orar que Dios provea, por lo menos aquí en México, casi no existen terapeutas creyentes y es muy difícil encontrar consejería cristiana fuera de la Iglesia local. Pero entiendo que la Biblia enseña que Dios provee lo necesario para su Iglesia, entonces creo que es importante también comunicarles a los padres que hay esperanza y hay ayuda, y quizá no tienen acceso a un consejero bíblico a una terapeuta, pero sí pueden empezar a llevar ciertos pasos para ayudar a sus hijos, si es que descubren abuso. Entonces ¿qué recomendaciones pudieras dar a padres que quizás han descubierto alguna situación así?
Aixa: Bueno, lo primero es lo que hablamos, creer, escuchar calmadamente, responder apropiadamente, lamentarnos con el niño, dejarle claro que no es su culpa y decirle que estás de su lado, decirles que dentro del poder tuyo, dentro de lo que cabe, tú lo vas a proteger. El siguiente paso será, si es lo que Dios les guie a hacer, claro en el 100% de los casos deberíamos de tener sistemas de justicias que no re-victimicen a la víctima y podamos decir va a denunciar y haga una persecución legal, etc. Pero yo entiendo que en los contextos nuestros es bien complicado y el que más sufre tiende a ser el niño, no el que comete el pecado o el crimen, porque esto es un crimen; entonces, pero la vía, digamos ideal, sería denunciar pero yo entiendo que eso no se puede hacer en el 100% de los casos.
Independientemente de la ruta legal que se tome, yo diría alejar al niño de la persona que lo abusó o que lo estaba abusando, asegurarle al niño que él es prioridad, de que nos importa de que se sienta seguro y esto es complicado, porque ya dijimos que es una persona que en el 80% de los casos que es cercana a la familia. Es decir que va a haber interrupción familiar, van a tener que prepararse para una ola de acusaciones, de opiniones, de decir: “tú estás destruyendo a la familia, esto deberían de olvidarlo, todos cometemos errores, la gracia de Dios perdona, ¿Quién es perfecto?”. Y empezamos a oír todo esto, sobre todo en familias cristianas o entre comillas “cristianas” ¿verdad?, porque hay de todo tipo, esto es otro tema, pero gente que prefiere la imagen pública y la fachada, y la reputación en la Iglesia, a enfrentar la verdad, estar con el débil y decirle: “mijo, mija yo te creo a ti y vamos a caminar y esto no está bien”, entonces va a requerir tener pues ese tipo de distanciamiento.
Susi: Yo creo que quizá, si hay pastores que estén escuchando, líderes de Iglesias, que esto es muy importante también, que los líderes de la Iglesia entiendan que cuando hay pecado de cualquier tipo en la Iglesia, pero especialmente de este tipo, no podemos temer y encubrir, porque la vida, literal, la vida espiritual de un niño puede estar en riesgo y la vida de otros niños también pueden quedar en riesgo.
Aixa: Así es y yo creo que es un tema muy pertinente de hablar, el tema de Iglesia, porque creo que la Iglesia es especialmente susceptible al abuso sexual infantil porque nosotros simplemente confiamos, y la Iglesia es una institución que trabaja a base de voluntariado, entonces todo el mundo con buena voluntad y sobre todo en Latinoamérica, que somos muy así. En Estados Unidos te piden casi que registro dental para poder servir en un equipo de niños, pero en Latinoamérica tiende a ser que confiamos, el que se acerca y que cumplió ciertos cursos o programas en la Iglesia dejamos entrar y es un verdadero peligro no tener la firmeza de decir quien tiene acceso a los niños y quien no.
Nuestro mundo ahora de pandemia está trayendo otro montón de retos y ahorita estamos todo el mundo en cuarentena, en nuestras casas, lo cual nos va a llevar a evaluar otro montón de cosas ¿verdad? Pero es algo digno de mencionar y también, precisamente por el tema pandemia, pastores, líderes, amigas, estemos pendientes porque hay banderas rojas que quizás Dios ya nos mostró en otras familias de la congregación en donde ustedes sospechan que hay abuso doméstico, abuso sexual y los niños y las mujeres, principalmente estoy diciendo niños y mujeres, porque la mayoría de abusadores son varones, lastimosamente, aunque no es el 100% de los casos, pero el típico caso es ese; y están encerrados ahora con sus abusadores y no hay maestros, no hay otro tipo de ojos que estén viendo. Entonces estemos orando y estemos pendientes, estemos llamando, y estemos visitando, aunque sea que nos paremos lejos de la puerta, porque es un tiempo oscuro también para las víctimas de abuso.
Susi: Así es. Es imposible en una grabación breve como esta, que ya se nos está acabando el tiempo, es imposible abarcar completamente este tema, pero lo que sí queremos es dejar quizás algunas recomendaciones de recursos, si es que alguien no tiene acceso a un consejero bíblico, alguien entrenado en este tema, quizás algunos recursos en internet y lo que mencionemos aquí también lo vamos a poner en la página cuando publicamos este Podcast, pero ¿qué nos puedes sugerir?
Aixa: Bueno, primero que vayamos a la fuente inagotable que es la palabra de Dios, leerla con un lente Cristo-céntrico y saber que Él venció, Él venció a la muerte, vence cualquier otro tipo de terror que podamos experimentar en esta tierra. Saber que el Señor está del lado del débil y del vulnerable y que no nos va a dejar, que si nosotros estamos enfrentando esto, que el amor del Señor cubre multitud de faltas y sanará, el Señor sanará, Él tiene la capacidad de crear belleza del polvo. Ni nuestras heridas del pasado ni las de nuestros niños podrán impedir la obra redentora de Cristo, que podamos pedirle al Señor que nos de sabiduría con quien compartir esta carga, porque necesitamos un par de amigos, un par de hermanos, hermanas en Cristo. Quizás en tu ciudad hay una fundación, quizás en tu ciudad hay un grupo de apoyo, eso es algo maravilloso para poder sobrellevar las cargas los unos por los otros.
Les voy a dejar también un enlace para un episodio que tuvimos de invitada a una chica que se llama Grecia Ailon, quien actualmente es psicóloga en un hogar de niños. Ella creció en ese hogar y creció ahí precisamente porque fue separada de su familia por tema de abuso sexual y quiero que la oigan porque hay mucha esperanza. Es una historia casi de círculo completo, no podemos decir que nadie es un producto terminado, pero si puedo ver señales claras de sanidad en la vida de Grecia. Entonces creo que los va a alentar de una manera muy particular y muy puntual y quien mejor que alguien que ha sobrevivido este infierno y ha salido del otro lado, ahí sí que en los brazos de Cristo, pueda compartir, así que les vamos a dejar ese enlace.
Susi: Muy bien, muchas gracias, Aixa por abrir este tema, que sí es complicado pero muy necesario tratar; y como Aixa dice, vamos a dejarte varios enlaces, buenos libros y otras cosas que puedes leer. Yo te quiero recomendar que no pierdas la esperanza en Cristo, si tú fuiste víctima de abuso sexual y sientes que eso te estorba de ser una buena mamá o un buen papá, eso es una mentira. Quizás de alguna manera especial te prepara para que seas mejor mamá, mejor papá. Entonces yo te quiero animar que no pierdas esperanza, como dice Aixa, en Cristo y su poder para sanar, pero también te quiero animar a que no tengas miedo a enfrentar algo que probablemente tengas escondido por muchos años en tu corazón y como dice Aixa buscar consejería, buscar ayuda con alguna hermana de confianza, algún hermano de confianza y no huir de dolor y de las luchas que pueden llevarnos a una comunión más íntima con el Señor.
En cuanto a los hijos, creer y confiar en el Dios de los débiles, que nos cuida y nos protege; y yo creo que para la mamá y el papá que quizá descubran alguna situación en la vida de sus hijos, aunque es tan difícil verlo así, tenemos que verlo como la misericordia de Dios, porque si Dios en su misericordia permitió que este problema saliera a la luz es por amor, es por protección, entonces debemos agradecer a Dios cuando Él permite que algo se descubra y confiar que con esa misericordia que ya hemos visto, también vamos a ver su misericordia en el proceso de sanar. Entonces, gracias, Aixa por acompañarnos.
Aixa: Muchas gracias, Susi, por tenerme aquí, estamos de verdad para servirnos unos a otros y lo que Dios nos permite aprender es para compartir. De ninguna manera soy experta, solamente soy una mamá que se involucró y ahora sabe un poco más. Así que, estoy para servirles; y ahí está también la página de ACH (ach.gt) para poder facilitarles algunos materiales gratuitos respecto a niñas vulnerables.
Susi: Muy bien, vamos a incluir esos enlaces también en la publicación; y yo te quiero animar, nuestros oyentes de siempre, que entregues tus luchas al Señor, que entregues a tus hijos al Señor, que pidas sabiduría esta semana, que no reacciones a este Podcast con pánico y vayas a interrogar a tus hijos, pero que reacciones en oración y pidiendo que Dios vaya guiando tu proceso de crianza como lo ha hecho hasta ahora, que lo va a seguir haciendo. Que tengas una semana bendecida en el Señor, nos vemos la próxima semana.