Ep 148: Tu familia agradecida delante de un Dios amoroso, con Sigfrido y Stefany Guillén

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November 14, 2023

Dios es amor. ¡La Biblia lo dice! Probablemente es el atributo de Dios más mencionado y, por ende, quizá más malentendido también. Los padres decimos amar a nuestros hijos, y les decimos que Dios los ama, pero ¿entendemos verdaderamente el amor de Dios y lo que significa en nuestras vidas? Como con cualquier otra verdad acerca de Dios, es esencial que tengamos una idea bíblica en nuestras mentes y corazones para poder comunicarla acertadamente a nuestros hijos. Sigfrido y Stefany nos ayudan en esta conversación.

Descarga aquí la hoja de ayuda para devocionales familiares

CONTENIDO DE LA HOJA DE AYUDA:

Atributo de la semana: Dios es amor

¿Qué significa? El amor de Dios es su disposición o inclinación que lo mueve a otorgar beneficios a sus criaturas. Es ese continuo modo de Dios de bendecir a otros, y no solamente bendecir a sus criaturas, sino aún en la Trinidad misma hay amor y benevolencia, cuidado y emociones. En todos los actos, pensamientos y emociones de Dios hay amor.

Sugerencias para dos días de devocional familiar:

Día 1) Leer 1 Juan 4:7-8.

Preguntas para niños pequeños: ¿Que nos pide Dios? ¿De quién es el amor? ¿Qué dice la Biblia del que no ama? ¿Te es difícil amar a alguien?

Preguntas para niños más grandes: ¿Que nos dice esté pasaje acerca de Dios? ¿Qué nos dice el pasaje acerca del que ama? ¿Que nos dice el pasaje acerca del que no ama? ¿Te ha sido difícil amar a alguien en algún momento? ¿Que nos pide hacer Dios?

Día 2) Leer 1 Juan 4:9-11.
Preguntas para niños pequeños: ¿Cómo Dios nos mostró su amor? ¿Cómo Dios nos sigue mostrando su amor cada día? ¿Quién amó primero, nosotros o Dios? Si Dios te ama a ti y a mí, aun cuando en ocasiones nos portamos mal ¿qué debemos hacer nosotros?

Preguntas para niños más grandes: ¿Para qué dice la Biblia que Dios envió a su único hijo? ¿Qué diferencia ves tú entre el amor del mundo y el amor de Dios? ¿Crees que merecíamos el amor de Dios? Pensar que Dios te amó antes que tú lo amaras a Él, ¿cómo cambia tu manera de vivir con los demás?

Texto para memorizar esta semana:

Romanos 5:8 Mas Dios muestra su amor para con nosotros, en que siendo aún pecadores, Cristo murió por nosotros.

Motivos de oración y adoración:

  • Gracias, Padre, porque eres un Dios de amor y nos amaste primero, aun siendo rebeldes a tu voz.
  • Señor, ayúdanos a no perder cada día el asombro de tu gran amor por nosotros.
  • Confesamos que en muchas ocasiones no hemos amado a nuestro prójimo como tú nos pides que amemos. (ejemplos)
  • Recuérdanos cada día del gran amor que tuviste por nosotros, para que así podamos amar intencionalmente a otros.

Transcripción:

Susi: Si eres oyente regular, ya sabes que en Crianza Reverente estamos convencidos de que los que somos seguidores de Jesús, hijos de Dios, somos llamados a llenar la tierra de la gloria de Dios, comenzando desde nuestros hogares, con nuestros hijos.

Y no podemos hacer esto sin conocer de verdad a nuestro gran Dios. Si recién te estás uniendo a escucharnos, estamos en la etapa avanzada de una serie sobre los atributos de Dios.

Hemos visto ya que él se nos ha revelado y por eso sabemos que es eterno, inmutable, omnisciente, veraz, bondadoso, entre otras cosas, pero hoy llegamos al atributo que a lo mejor te estabas preguntando si lo íbamos a saltar y es el amor de nuestro Dios, Dios es un Dios amoroso y esta verdad nos puede transformar a nosotros y a nuestros hijos.

Para hablar de este atributo me da mucho gusto recibir por primera vez como invitados al podcast de “Crianza Reverente” al Pastor Sigfrido Guillén y su esposa Stefany Michelen, desde República Dominicana. Gracias, hermanos, bienvenidos a “Crianza reverente”. Gracias por tomarse el tiempo para estar con nosotros.

Sigfrido: Gracias a ti Susi, gracias por el privilegio. Gracias por tomarte el riesgo.

Stefany: Gracias por la invitación.

Susi: Sigfrido, tú eres uno de los pastores de la Iglesia Bíblica del Señor Jesucristo, en Santo Domingo, también uno de los directores en el Colegio Cristiano Logos, ¿verdad?

Sigfrido: Sí, así es.

Susi: Nosotros estamos en Monterrey, en parte por la educación cristiana también, entonces eso es algo cercano a nuestro corazón. ¿Cuántos años llevas participando en la educación cristiana?

Sigfrido: Bueno, empecé bien temprano, como a los 19 años y desde ahí debo tener ya casi más de 20 años, como 22, en educación y como director, los últimos 6 años; pero antes de eso enseñé matemáticas, Biblia, estaba encargado de la disciplina y consejería, y ahora soy director.

Susi: Entonces deberías juntarte con mi esposo, porque nosotros tenemos 21 años aquí en Monterrey y él también se ha encargado de la parte de la vida espiritual, la disciplina, todo eso en el Instituto Universitario Cristiano de las Américas, donde nosotros servimos, así que compartimos eso en común.

Stefany, ¿nos puedes contar un poquito de tu familia? ¿Cuántos años tienen de casados? ¿Cuántos hijos tienen?

Stefany: Bueno, nosotros empezamos bien jóvenes, tenemos 19 años de casados y a principios del año que viene cumpliremos 20, Si Dios quiere, y nuestros chicos: tenemos una chica de 16 y un varón de 15, se llevan un solo año, son casi mellizos.

Susi: Mis hijos mayores igual, se llevan 1 año y un par de meses, se disfrutan mucho.

Stefany: Una bendición del Señor.

Susi: Están en la etapa de crianza de adolescentes ¡genial!, entonces entienden un poquito a los padres que están criando hijos tanto pequeños como ya adolescentes. Vamos a entrar en materia y hoy estamos hablando obviamente del amor de Dios, entonces, Sigfrido, quizás puedes comenzar en este episodio hablando de ¿qué es el amor de Dios?, ¿qué significa según la Biblia?

Sigfrido: Los teólogos definen el amor de Dios de una forma simple como la disposición o la inclinación de Dios que lo mueve a otorgar beneficios a sus criaturas. Es ese continuo modo de Dios de bendecir a otros, y no solamente bendecir a sus criaturas, sino aún en la Trinidad misma hay amor y benevolencia, cuidado y emociones, como vamos a ver más adelante.

Posiblemente, uno de los pasajes que nosotros más recordamos acerca del amor o relacionado a Dios, está en 1 Juan 4: que dice Dios es amor. Y con eso lo que nos está diciendo es que Dios esencialmente en todos sus actos, pensamientos, emociones hay amor, hay otras cosas, porque Dios no es solamente amor, Dios es luz; eso significa que no hay rastro de pecado y de maldad; Dios es Santo, así como los otros atributos que ustedes han estado discutiendo en la serie. Pero esa idea de que Dios es amor nos habla de cómo el amor está presente en todo pensamiento, por así decirlo, decisión o emoción de Dios. Es esencial a él y hay algunas características, formas diferentes en las que este atributo se ve en las escrituras y se muestra el amor de Dios.

Ya mencioné una, se ve en 1 Juan en capítulo 3 y 5 se hace énfasis en cómo se muestra el amor y la consideración del padre hacia el hijo y del hijo hacia él. Pero también hay otro tipo de amor de Dios hacia su creación. Cuando uno va al Salmo 104 ve a ese Dios proveedor que atiende, que cuida de los suyos y no solamente de humanos, sino se ve a toda una creación revoloteando animada, alegre con el Dios que tiene y como le provee y como le cuida.

Otro aspecto en el que nosotros podemos ver el amor de Dios es un amor y consideración y deseo de hacerle bien al mundo en general, incluyendo el mundo caído. Otro texto muy conocido es de tal manera amó Dios al mundo que ha dado a su hijo unigénito y quizás una historia que nos ayuda a entender algo de este amor de Dios hacia el mundo caído está en el libro de Jonás. Todos conocemos esa historia de cómo Jonás se molestó cuando Dios decidió perdonar a Nínive viendo su arrepentimiento y él estaba tan enojado por esto que Dios decidió darle una lección y conocemos la historia de que le hizo crecer una calabaza, una planta, que lo guardara del sol, luego, al otro día la quitó enviando un gusano y mandó mucho calor y Jonás se irritó contra Dios, contra su situación. Dios le hace pensar y le dice: ven acá, tu corazón estaba tan apegado a esta mata, a esta planta que tú no sembraste, que tú no cuidaste, que de un día a otro pereció y tú no pretendes que mi corazón esté pegado a 120,000 que no saben ni dónde está su mano derecha o distinguir entre su mano derecha y su mano izquierda y muchos animales.

Entonces, es interesante como parte del argumento que da Dios de por qué no destruir a Nínive es el apego, por así decirlo, cómo Dios está involucrado emocionalmente hacia sus criaturas, incluyendo animales, no solamente humanos.

El otro aspecto que nosotros vemos como manifestación de amor de parte de Dios es posiblemente en el que nosotros vamos a enfatizar y en el que los creyentes más reflexionamos, que es ese amor de gracia que Dios tiene hacia sus elegidos, hacia su pueblo, hacia los que él ha pensado de antemano salvar; y, en este amor de gracia nosotros podemos ver algo importante: Dios nos amó antes de salvarnos. Hay veces que nosotros pudiéramos cambiar el Evangelio y pensar: ¡qué bueno, Dios nos salvó y entonces ahora aprende cómo amarnos! y resulta que en Efesios 1 vemos claramente que desde antes de la Fundación del mundo él ya nos había elegido y nosotros asumimos que fue por gracia en amor.

Así que, podemos descansar en que ese amor estaba mucho antes de nosotros. Digámoslo así, ser “atractivos” para que Dios nos amara y eso es muy importante porque a veces nosotros estamos tratando de cambiar el Evangelio sin querer, tratar de lucir atractivos a Dios, ganar el mérito, hacer que Dios esté agradado conmigo para entonces disfrutar más de su amor y el hecho de que Dios nos haya escogido desde antes, movido por amor nos debe dar tranquilidad y paz, por eso mismo, porque fue desde antes, ahora mismo nosotros podemos disfrutar de que nada nos separará del amor de Cristo, así que no solamente yo estoy tranquilo porque él me comenzó a amar en el pasado, en la eternidad pasada, sino que Dios ha determinado permanecer amando, cuidando y beneficiando a los suyos.

Así que, detrás de la motivación de Dios para salvarnos estaba su amor. Pero él no solamente nos ama y nos salva; porque a veces nosotros pudiéramos pensar que amar es hacer cosas buenas por otros. Dios quería más; Dios no solamente determinó hacernos bien y dejarnos como quien dice, apartados, Dios nos salvó para tener una relación con nosotros y ese es un aspecto fundamental para entender el amor de Dios que es relacional; a Dios no le da problema decir o revelar que él era amigo de Abraham o que Jesús le llamara a sus discípulos, amigos míos e incluso el mismo Jesús se le acusaba por ser amigo de pecadores y hoy nosotros lo vemos como una bendición realmente, así que es un Dios relacional.

Y aún más especial, no solamente hay una amistad, lo más extraño para nosotros es que Dios decidió adoptarnos, decidió hacernos hijos suyos, entrar en esa relación de padre. Hubiese sido más que suficiente si él me hubiese perdonado, eso ya era demasiada gracia, pero Dios extendió su gracia buscando una relación conmigo, pero todavía extendió más su gracia llamándome su hijo. Y eso es una bendición. Y nuestro Jesús, nuestro señor Jesús, la segunda persona de la Trinidad ama tanto que él no es como el hermano mayor de la parábola del hijo pródigo que cuando ve a todos estos hijos adoptivos pródigos que no debieron haber llegado, él no va y se queja con su padre y dice: yo no entiendo, sino que él dice en Hebreos que él no se avergüenza de llamarse nuestro hermano, así que no solamente el padre quiere ser Nuestro Padre, Jesús en su amor quiere que tengamos una relación de hermanos.

Y en esto nosotros conocemos el amor de Dios en todo lo que él ha dado y ha prometido, pero sobre todo en lo que le costó amarnos; le costó su hijo unigénito y a nuestro Señor Jesucristo le costó dejar atrás su gloria temporalmente y tomar forma de siervo, someterse a las limitaciones de un humano, someterse a la ley y morir en favor nuestro.

Así que, es un amor relacional, es un amor sacrificial, es un amor generoso. Yo estoy seguro de que a todos les gusta este atributo del amor de Dios, pero nosotros debemos tener cuidado de no hacer una caricatura del amor de Dios y entender el amor de Dios como hoy día nuestra cultura entiende el amor.

Hace unas décadas, un grupo musical escribió una canción, se hizo muy famoso por escribir una canción que decía all you need is Love. Pero si nosotros entendemos la canción, vamos a saber que no se referían al mismo tipo de amor. Hoy día es como decir amor es amor o amar es amar, refiriéndose a esa idea de que si yo amo tengo que tolerar, tengo que aceptar, no puede haber juicio, no puede haber condenación.

Pero con Dios no es así, así no es que Dios ama, Dios puede juzgar y decir está mal. Él es inaceptable delante de mí, pero en su amor se mueve a salvar y a guardar, pero no para dejarnos así, sino para transformarnos, dice en Tito que la gracia del señor nos salva y nos enseña, no solamente nos salva del infierno y de la condenación, sino que esa misma gracia, ese mismo amor nos enseña a vivir justa y piadosamente y nos llama a ser celosos en buenas obras, así que tenemos que tener cuidado de pensar que el amor de Dios es ese amor que está dispuesto a cerrar los ojos y no ver nada y ser consentidor y que no le importa nuestras actitudes, no, precisamente porque nos ama les importan nuestras actitudes y ahí viene otro aspecto incómodo del amor de Dios, que va muy relacionado a la paternidad, que es que Dios disciplina dice en Hebreos 12: hijo mío no menosprecies la disciplina del señor ni te canses cuando él te reprenda, porque el Señor disciplina al que ama y azota a todo aquel que recibe por hijo; entonces, precisamente porque nos ama tiene muchas veces que disciplinarnos, tiene que enviar cierto tipo de dolor para dirigirnos y sacarnos de ese camino de peligro o para revelar ídolos en nuestra vida y nosotros poder acercarnos a él, así que estos son algunas de las manifestaciones del amor de Dios, según lo vemos en las escrituras.

Susi: O sea, esta es una perspectiva bíblica de los aspectos del amor de Dios y justo cuando estabas hablando, yo estaba pensando que, como madre, si solo pudiera yo imitar ese amor de Dios hacia mis hijos, cuánto bien les haría ¿no? No adoptar la perspectiva del mundo del amor, sino adoptar e imitar ese amor de Dios. Y, obviamente para imitarlo primero lo tengo que conocer. Muchas gracias por eso, para mí ha sido de bendición escucharte y recordar estas verdades. Stefany, quizás puedes ayudarnos un momento a pensar, OK, estas son las verdades: este es nuestro Dios, pero ¿cómo podemos traer esto a la vida real?, ¿cuáles son las oportunidades que pudiéramos tener de mostrar esto a nuestros hijos?

Stefany: Yo diría que lo primero es que solo podemos ofrecer de lo que nosotros tenemos y de lo que está lleno nuestro corazón, así que diría que lo primero es pedirle a Dios cada día que nos llene de los frutos de su espíritu, del amor, gozo, paz, paciencia, benignidad, bondad, fe, mansedumbre, templanza, muy necesaria en la crianza, aparte de pedir la sabiduría que él ya prometió a todos los que se la pidamos.

Muchas de las maneras como les enseñamos del amor de Dios, es a través de nuestro propio carácter y a través de los frutos del Espíritu que no son más que un reflejo, como un espejo del mismo corazón de nuestro Dios, eso es hermoso, pero al mismo tiempo es una encomienda muy grande y de verdad que Dios nos ayude.

Debemos mostrarles a nuestros hijos el amor de Cristo de una manera bien tangible, que no sea algo abstracto.

No importa la edad que tengan nuestros chicos, pueda ser muy tangible para ellos, que seamos intencionales pasando tiempo con ellos, así como dice Deuteronomio, al levantarse al andar en el camino, al acostarse, o sea, Dios está asumiendo que vamos a pasar tiempo con ellos, mucho tiempo con nuestros hijos y que en esos tiempos con ellos puedan ver claramente que nosotros los amamos y que ellos se sientan amados, cada padre y cada hijo es diferente, pero en la medida de lo posible que seamos bien cariñosos e intencionales, afectuosos con nuestros hijos, besarlos, abrazarlos, dejarles notitas, que siempre ellos se puedan sentir seguros con nosotros sin caer en consentirlos en todo, ¿verdad?

El balance es de las partes más difíciles de todo, pero en la paternidad también. Nosotros tenemos el privilegio, las madres, sobre todo, de estar cerca de ellos todo el tiempo, así que estamos siempre en primera fila en la vida de ellos, tenemos el privilegio de celebrar sus logros, aplaudirlos, así como también consolarlos cuando las cosas no le salen bien y es una forma de mostrarle amor.

La bondad, la gentileza, la ternura, la paciencia, la empatía. Y yo diría que aún estar dispuestos a entrar a sus pequeños mundos y universos y entender y empatizar en sus problemas infantiles, así como en sus alegrías y logros que tal vez como adultos no los vemos tan relevantes o grandes, pero esto nos hace conectar directamente a sus corazoncitos. En esa ternura y amor recordar que, aunque nuestros hijos son pequeños, son personitas creadas a la imagen de Dios y que debemos tratarlos con el mismo respeto, como trataríamos a un adulto, ellos son una plantita que está creciendo y al contrario de ser tratada con brusquedad, cuando pasan cosas que no queremos, deben ser tratadas con el amor de Jesús y con gentileza. Como diría en un cómic en sus libros, doctor South: una persona es una persona, no importa el tamaño que tenga y a mí esa frase siempre se me ha quedado en la mente.

Diría que, en todas las cosas, tanto pequeñas como grandes del diario vivir. podemos con mucha naturalidad hablar de todos los atributos de Dios, pero como el que nos ocupa hoy es el amor de Dios, aquí les traigo varios ejemplos prácticos; conversaciones como: mira todo lo que yo te amo, mi amor, yo daría lo que fuera para que estés bien, aunque ahora ponte a pensar que Dios ofreció a su único hijo, ya sufrió un poquito para salvar a enemigos, pero no solamente para salvarlos, sino para luego adoptarlos como sus hijos.

Esto es un amor que explota nuestra cabeza, que no podemos entender o, por ejemplo, mostrarle como Dios en su amor fue tan generoso en su creación de muchas formas, como pintar bellísimos amaneceres y atardeceres para que veamos su gloria y nos dio la capacidad visual para verlo en todo su esplendor o como no solo nos provee de comida, que puede ser simplemente que él nos mande maná todos los días, sino que nos ha regalado una tremenda variedad e innumerables sabores y la capacidad de nuestra boca y papilas gustativas para percibirlos y disfrutar.

Cómo nos ha provisto de techo, comida, abrigo, que son las cosas que él promete, pero son muchísimas cosas más aparte de esas y enumerarlas con ellas y cada provisión por más pequeñita que sea, que podamos apuntarles al amor y cuidado de Dios. Por último, pero no menos importante, vivir una vida de oración activa con nuestros hijos, que esté llena de acción de gracias por cada detalle, hasta encontrar un estacionamiento y decir: gracias, Señor por tu amor y detalle hacia nosotros, este tipo de cosas es algo que se va volviendo parte del día a día, de forma bien natural. Ya para terminar, esta parte diría que mostremos gracia sobre gracia, sobre gracia, tanto en sus torpezas propias de niños como en sus pecados y que cuando perdamos la paciencia y pequemos contra ellos podamos inmediatamente arrepentirnos y pedirles perdón y aún al corregirlos y aplicarles consecuencias, debemos hacerlo en amor y no perdiendo la paciencia, sabemos que en Latinoamérica somos reconocidos a veces por eso, la chancla…

Explicarles, como Sigfrido decía, la Biblia dice que Dios ama y que el padre que no disciplina aborrece a su hijo; entonces, parte de nuestro amor es disciplinarlo, y cuando nosotros hayamos pecado contra ellos, decirle y explicarle que Dios no se impacienta ni se airea como nosotros. Que él es perfecto y obviamente aprovechar de una vez para apuntarles a Cristo y al bendito evangelio, y por qué necesitamos de Jesús desesperadamente, tanto ellos como nosotros, como padres día a día y cómo Jesús en su amor tan grande nos perdona y nos recibe cuando caemos y nos arrepentimos.

Debemos promover mucho la apertura de nuestros propios pecados y pedir perdón oportuno hacia nuestros hijos, así como controlar impulsos pecaminosos de nuestra carne para que nuestros hijos nunca sientan miedo de nosotros, sino que siempre, aún ellos hayan pecado, puedan tener la confianza de acercarse a nosotros y que nosotros podamos recibirles con el mismo amor con el que Jesús nos recibe a nosotros día a día, a pesar de nuestros pecados.

Susi: Me encanta ese equilibrio, esa combinación. Nosotros podemos imitar el amor de Dios, pero entendemos que nunca lo haremos de manera perfecta. Entonces, incluso cuando pecamos en contra de nuestros hijos con falta de amor es una oportunidad para apuntarlos a ese amor perfecto del padre que se mostró al mandar a su hijo, quien me perdona por mi pecado y también perdona a mis hijos por su pecado ¡Qué lindo! ¿no? ¡Qué hermoso!

Parte de lo que queremos hacer con esta serie es animar a las familias a estar estudiando estos temas juntos, como en algún tipo de devocional familiar, entonces en los minutitos que nos quedan, quizás nos puedan compartir un par de pasajes bíblicos, alguna sugerencia de aplicación, algunas peticiones de oración o motivos de agradecimiento. Y nada más para aclarar: si no tenemos tiempo de verlo todo aquí, cada semana estamos ofreciendo en la página un PDF con todas las sugerencias para que sea como un tipo hoja de ayuda para que los padres puedan bajarlo gratuitamente y lo pueden tener ahí a la mano ¿Qué sugerencias tienen ustedes?

Sigfrido: Aparte de lo que mencionaba Stefany acerca de los ejemplos de amor, creo que antes de hacer algo formal quería enfatizar esto: nuestros hijos deben sentir, deben saber y ver evidencia de que los amamos, aun cuando ellos no sean buenos hijos, buenos hijos, me refiero a que se parezcan a lo que nosotros quisiéramos. Porque hay veces que pudiéramos sentir o mandar el mensaje a nuestros hijos de: yo te amo y estoy feliz contigo, ahora que tú estás haciendo lo que yo quiero, o estás siendo obediente; pero cuando no te comportas como yo deseo o no estás siendo obediente, entonces hay una distancia, una separación entre nosotros. Yo sigo proveyendo para ti porque soy tu padre, pero hay beneficios que no te doy y hay una frialdad, debemos cuidarnos de eso.

Stefany: O que no tenga la misma afinidad de carácter tuya y que diga: yo me identifico más con otro hijo y lo amo más.

Sigfrido: Sí, eso es importante, los hijos huelen y nos acusan de parcialidad aun no siendo verdad. Así que con más razón nosotros debemos cuidarnos de hacer eso, aun sabiendo que es cierto, como también pasa con nuestro padre celestial.

 

Es cierto que los que obedecen tienen ciertas bendiciones particulares, una relación más particular, más abierta, más deleitosa con su padre, sí, o sea que desobedecer sí tiene consecuencia, sí, va a afectar la relación, pero yo no te amo en función de tus obras, puede ser que nuestra relación a veces se deteriore por mi pecado y tu pecado, pero no está en función de tus obras como hijo.

Ahora, hay cosas que nosotros podemos hacer, como tú mencionabas, pasajes. Hay muchos pasajes muy famosos y breves como el que habíamos leído en primera de Juan, capítulo 4, que dice: Dios es amor, ese sería muy sencillo para niños pequeños. Y luego de eso otro pasaje que pudiera ser importante es Romanos 5:8: Dios muestra su amor para con nosotros que siendo aún pecadores Cristo murió por nosotros y ahí tratar de enfatizar con asombro y con fascinación el que me amó siendo un pecador, en mi peor condición y él me amó y entregó a su hijo.

Pero hay un pasaje más extenso que yo los animaría a considerar, porque es un pasaje que habla acerca de Dios y acerca de nosotros que deberíamos estar haciendo nosotros y está en 1 de Juan 4:7, dice: amados, amémonos unos a otros porque el amor es de Dios, todo aquel que ama es nacido de Dios y conoce a Dios el que no ama, no ha conocido a Dios porque Dios es amor. En esto se mostró el amor de Dios para con nosotros en que Dios envió a su hijo unigénito al mundo para que vivamos por él. En esto consiste el amor, no en que nosotros hayamos amado a Dios, sino que él nos amó a nosotros y envió a su hijo en propiciación por nuestros pecados. Amados, si Dios nos ha amado así, debemos también nosotros amarnos unos a otros. Ese pasaje es bastante largo, ya eso debe ser como para casi adolescentes si lo van a memorizar, aunque un niño pudiera memorizarlo, pero es un pasaje en el que pudieran como familia estar hablando de mirar las iniciativas de Dios, el amor de Dios, lo que se logró en Cristo, pero también mira nuestra respuesta, si nosotros hemos recibido ese amor deberíamos responder con amor, no solamente a Dios, porque en primera de Juan también dice, es muy fácil amar a Dios, a quien tú nunca has visto.

Pero amar al hermano… y aquí Juan se estaba refiriendo a los hermanos en la iglesia, pero de forma particular amar al hermano que está en casa, que es de padre y madre, eso es más difícil todavía. Entonces, es una manera de nosotros promover que, así como Cristo me amó a mí, yo estoy llamando a amarte a ti.

Y muchas veces mi motivación para amarte a ti, aun comportándote mal y no siendo nada simpático como hermano, es recordar que yo era un enemigo de Dios, yo no era nada atractivo a Dios y aun así le entregó a su hijo. Entonces, ese amor debería motivarme, moverme e impulsarme a amar a mi hermano, aunque yo crea que no lo merece.

Susi: Brevemente, ya para terminar, ¿cómo podríamos orar unos por otros? Con base en ese atributo de Dios.

Sigfrido: Yo creo que pudiéramos estar pidiéndole a Dios primero que nos ayude a poder contemplar con sorpresa su amor. A veces nos acostumbramos a repetir y repetir que Dios es amor y pierde la sorpresa. Así que una de las cosas que deberíamos estar haciendo es cuando leamos las escrituras y nos encontremos con ese atributo tratar de hacerlo fresco y pedirle al Espíritu Santo que lo haga fresco a nuestra alma y que jamás dejemos de asombrarnos y dos, confesando cuando no hemos amado, cuando no hemos amado ni a Dios como debíamos, ni a nuestro prójimo, confesar pecados abiertos que fueron en contra del amor. También, cuando oramos por otros es una forma de practicar este amor, así que, involucrando a nuestros hijos en orar por hermanos en la iglesia, orar por familiares de formas específicas según sus necesidades.

Stefany: Yo iba a decir prácticamente eso mismo, pedir al Señor que nos llene de su amor porque es como la taza de café que cuando se cae se va a caer lo que está dentro. Entonces, si estamos llenos del amor del Señor, eso es lo que vamos a darle a nuestros hijos, eso es lo que le vamos a brindar a los que están cerca de nosotros. Pero sí, amar a veces al prójimo suena como muy bonito, pero definitivamente amar al que está en el día a día dentro de casa es el reto tal vez mayor. Entonces, orar al señor intencionalmente que nos llene de amor hacia ellos.

Susi: Que contemplemos su amor y que eso haga que se desborde el amor de Dios en nuestra vida. Muchas gracias, hermanos, por invertir aquí este tiempo y esta preparación. Creo que este contenido va a ser de mucha bendición y mucha ayuda a los padres. Gracias.

Sigfrido: A ti, por la invitación.

Stefany: Gracias, de verdad, encantados.

Susi: A ti que nos escuchas, recuerda que puedes ir a la página crianzareverente.com al episodio 148 y ahí puedes bajar la hoja de ayuda donde vienen estos pasajes, estas peticiones. Para que puedas tener también este tiempo en familia y pedimos al Señor que te dé un corazón lleno de amor. Nos vemos pronto.

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Autores

  • Sigfrido Guillén tiene desde el 2004 casado con Stefany Michelén, disfrutando años de servir al Señor juntos como dos pecadores salvados por gracia, y criando juntos a dos hijos ya adolescentes. Es uno de los siete pastores de Iglesia Bíblica del Señor Jesucristo en Santo Domingo, República Dominicana. También es uno de los directores del Colegio Cristiano Logos.

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  • Stefany Michelén de Guillén ha tenido el privilegio de servir al Señor en diferentes áreas del ministerio, en especial en la Iglesia Bíblica del Señor Jesucristo en Santo Domingo, donde su esposo Sigfrido es uno de los pastores. Stefany es ama de casa, y ha dedicado tiempo completo a sus dos hijos adolescentes y a su hogar, desde el cual también alienta, discipula o acompaña a otras hermanas en Cristo a correr la buena batalla.

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