Mantén abierta la puerta de la conversación
En nuestra publicación anterior, hablamos de cuatro mentiras que la narrativa cultural actual nos ofrece constantemente sobre el sexo y cómo el camino de Dios es el único camino hacia la vida verdadera.
En esta publicación, queremos ofrecer cinco principios que nos han ayudado a navegar por este complicado terreno. ¡Esperamos que te sean de bendición al cuidar fielmente a los niños que Dios te ha confiado!
Empieza temprano
El mundo está evangelizando activamente a tu hijo con una ética sexual secular a través de los populares medios de comunicación infantiles. Si tus hijos han visto Bubble Guppies, Pistas de Blues, los cortos de Pixar, o Nickelodeon, se han presentado temas de todo tipo, desde drag queens, transgenerismo, relaciones entre personas del mismo sexo y mucho más.
No queremos asustarte, pero sí queremos que estés al tanto del campo de batalla. Ya no eres el único en el frente de batalla, tus hijos son pequeños blancos en movimiento. Así que empieza pronto y sienta las bases para futuras conversaciones.
No aisles a tus hijos
Por muy tentador que sea vender la televisión y convertir tu casa en un monasterio, si tus hijos tienen amigos, la agenda mundana los alcanzará. No necesitamos escondernos del mundo sino que necesitamos aprender a ponernos nuestra armadura espiritual (Ef. 6:10-17).
Cuando aparece algo cuestionable en la televisión, en su música (sí, busca la letra) o en la escuela, aprovecha la oportunidad para ayudarlos a ejercitar su capacidad de discernir qué cosmovisión está detrás.
Algunas preguntas útiles:
- ¿Qué se presenta como verdadero o bueno en la película, el programa, el comercial o la canción?
- ¿Qué se dice que es falso/malo?
- ¿Cómo los creadores llegaron a esta conclusión?
- ¿Cuál es su fuente de moralidad?
- ¿Cómo saben lo que está bien y lo que está mal?
- ¿Qué dicen estas afirmaciones sobre Dios, nosotros mismos, nuestros cuerpos, etc.?
- ¿Cuáles son las implicaciones lógicas del estilo de vida que fomentan (tanto las buenas como las malas)?
- ¿Cómo es que sus estándares de moralidad no cumplen lo que prometen?
Por ejemplo: La positividad sexual afirma que el consentimiento y el placer son la fuente de todo lo bueno. ¡Pero se puede consentir y obtener placer de todo tipo de cosas horribles!
Otras preguntas a considerar:
- ¿Qué dice la Palabra de Dios?
- ¿Cómo podemos poner la verdad en práctica?
- ¿Cuáles son algunas maneras prácticas en que podemos animar a otros a reconocer la verdad de Dios?
- ¿Cuáles son algunas maneras prácticas en que podemos usar la palabra de Dios para protegernos a nosotros mismos y a los demás del daño?
Sé honesto acerca de tus propios errores
Ajusta tu honestidad al nivel de madurez de tu hijo. Puede que te cueste, pero es importante que no te vean como una especie de santo sexual al que nunca podrán asemejarse. También es importante que vean cómo Dios te ha redimido con amor para que no se sienta fuera de Su alcance si caen en pecado.
Inculca límites saludables y equilibrados
Conversa con tus hijos adolescentes sobre los límites que ellos consideran razonables y útiles. Hablen sobre qué sucederá si se rompen los buenos límites. Todos deben saber qué se espera y qué sucederá en caso de cometer un error.
Recuérdales que todos, incluidos los adultos, debemos someternos a la autoridad y a Dios. Esto significa que nadie está por encima de todo reproche y nadie tiene total privacidad tipo “puedo hacer lo que quiera y nadie puede ver mi teléfono”.
Siempre regresa al Evangelio
Toda conversación debe incluir un arco redentor. Apunta al diseño original de Dios y reconócelo y alábalo por su belleza.
Explica cómo el pecado corrompió incluso los mejores diseños y cómo vemos esa corrupción hoy. Puedes usar como ejemplo cosas que hayas visto en la televisión, pero cuida tu manera de referirte a las personas involucradas. Recuerda que son tan necesitadas de un Salvador como nosotros, así que debemos tratarlos como tales.
Explícales que sólo podemos ser perdonados y redimidos a través de Cristo, y sólo en Él podemos encontrar verdadero amor, conexión y propósito.
Recuérdales a tus hijos que son amados profundamente y que la puerta para conversar siempre está abierta. Muéstrales una y otra vez por medio de tus palabras y hechos que deseas ayudarlos a florecer en Cristo. Anímalos a verte como un refugio, pero también procura que tus hijos cuenten con algunos adultos y líderes de jóvenes de confianza a quienes puedan acudir en busca de orientación. ¡Al fin y al cabo, somos una iglesia!
Padres, el campo de batalla ha cambiado mucho desde que éramos niños. Pero hay algo que no ha cambiado: el Dios que sigue estando en control. Apóyense en Él mientras pastorean la sexualidad de sus hijos.
Este artículo fue publicado primero en Fierce Parenting.
