por Chelsea Stanley
“Mami, ¿qué es el divorcio?”
La pregunta de mi hijo de cinco años me tomó por sorpresa.
Sé que eventualmente tenía que llegar, pero me tomó desprevenida de todos modos.
“¿Por qué lo preguntas, mi amor?” le contesté (en parte para ganar tiempo para formular una respuesta).
“Hoy Emma empezó a llorar en clase porque dijo que sus papás se están divorciando”, me dijo. “Creo que ya no se aman más”.
“Oh, eso es muy triste, ¿verdad?” le dije. “Me siento mal por Emma y su familia. Las cosas no deberían de ser así”.
Tal vez te has encontrado en una conversación similar con tus propios hijos. O tal vez aún falta para ello. Pero ya que cerca del 50% de los matrimonios terminan en divorcio, no hay manera de esquivar el asunto. (1) La triste realidad es que nuestros hijos van a conocer personas que han sido lastimadas por el divorcio, ya sean amigos, miembros de la familia o aún ellos mismos.
¿Cómo les hablamos acerca del divorcio? Con paciencia y presentándoles intencionalmente el Evangelio. He aprendido de la experiencia que la “platica sobre el divorcio” no es una plática de una vez y se acabó, sino una discusión continua. Encontrarás oportunidades naturales para tocar el tema de vez en vez, especialmente cuando tus hijos crezcan en madurez y entendimiento.
Al hablar con mis hijos, he encontrado útil enmarcar nuestras discusiones en términos del Evangelio; creación, caída, redención y consumación. El marco del Evangelio aquí presentado puede aplicarse a todas las situaciones de divorcio, pero está más dirigido a padres que tendrán conversaciones con sus hijos acerca del divorcio. Si el divorcio llega a tu hogar, lo siento mucho. Y aunque este artículo puede ser un buen punto de partida, te animamos a buscar ayuda adicional de consejeros, pastores, amigos cercanos o la familia de la fe mientras tratas de cuidar los corazones de tus hijos en circunstancias tan difíciles.
Creación: El buen diseño de Dios para el matrimonio
En esencia, el divorcio es deshacer el buen diseño de Dios para el matrimonio. ¿Cuál es el buen diseño de Dios? Como mi pastor lo dijo, se trata de exclusividad y permanencia, (2) tal vez mejor explicado para los niños de esta manera:
El buen diseño de Dios para el matrimonio es que un hombre y una mujer se casen y permanezcan casados hasta que uno de los dos muera.
Podemos ver este buen diseño de Dios cuando vamos a Génesis al momento en que Dios creó a Adán y Eva, hombre y mujer, y los hizo uno. Tal vez quieras abrir tu Biblia con tus hijos para que ellos entiendan que es el diseño de Dios, no el tuyo, y leer Génesis 2:24 con ellos: “Por tanto, dejará el hombre a su padre y a su madre y se unirá a su mujer y los dos serán una sola carne”.
Después, en Efesios, aprendemos que el diseño de Dios del matrimonio no fue arbitrario. Dios completamente destinó para nuestros matrimonios terrenales que fueran un símbolo de cómo Cristo ama a su iglesia (Ef. 5:31-32).
Busca ejemplos de matrimonios piadosos con tus hijos. Haz notar maneras en las que tu esposo te ama como Cristo ama a la iglesia. Observen parejas que se aman de verdad. Ayúdales a ver cuán hermoso puede llegar a ser el matrimonio cuando seguimos el buen diseño de Dios.
Caída: Deshaciendo el buen diseño de Dios
Tristemente, sabemos que la gente no siempre sigue el diseño de Dios. Cuando Adán y Eva pecaron, Dios dijo que habría conflicto entre el hombre y la mujer (Gen. 3:15). Los esposos y las esposas ya no se aman perfectamente como en el principio. Pecan el uno contra el otro, aún en los matrimonios relativamente sanos. Y algunas veces, se divorcian; es decir, escogen no permanecer casados hasta que uno de los dos muera.
La profundidad y el tono de esta conversación realmente depende de la edad y el nivel de madurez del niño y va a requerir misericordia, discernimiento, y oración. Por ejemplo, tal vez quieras explicarle a un niño más grande cómo Dios a veces permite que un divorcio proteja a una de las partes que ha sido lastimada, pero condena el divorcio cuando las personas escogen en su rebeldía no seguir la forma de Dios (Mat. 5:32, 19:9; 1 Cor. 7:15).
Como sea que lo expliques a tu hijo, es importante para él o ella entender que el divorcio no es el plan original para el matrimonio. Es el quebrantamiento de un pacto y deshace el diseño perfecto de Dios. El divorcio es el resultado del pecado de al menos una persona y algo por lo que debemos entristecernos. Sus efectos tienen un gran alcance, lastiman familias, iglesias y comunidades. Como tal, nunca queremos dar cierto glamour al divorcio o tratar de hacerlo agradable para nuestros hijos.
Redención: Jesús reconciliando al hombre con Dios.
¿Las buenas noticias? Dios no nos deja a nosotros sin esperanza. Él envió a Jesús a rescatarnos de nuestro pecado al morir en la cruz.
Nuestros hijos necesitan saber que todas las personas son pecadoras y hacen cosas que deshonran a Dios. Pero como cristianos, creemos que ninguna persona o relación se ha ido demasiado lejos para Dios. Sinceramente esperamos que, donde y si es necesario, personas que están divorciadas se arrepientan y sean reconciliadas con Dios y (de ser posible) el uno con el otro. Después de todo, sabemos que Dios tiene poder para darnos la victoria sobre el pecado y la muerte por medio de nuestro Señor Jesucristo (I Cor. 15:56-57).
Por lo pronto, debemos animar a nuestros hijos a amar a las personas que están atravesando un divorcio como Cristo nos ha amado: llorando con ellos, orando por ellos y sus familias, sirviéndoles y compartiendo la esperanza del Evangelio cuando se presenten las oportunidades. Si Dios trae sanidad a lo que alguna vez fue una relación rota, podemos celebrar juntos y dar gracias a Dios por su trabajo maravilloso de redención en las vidas de nuestros amigos y miembros de la familia.
En algunas ocasiones, la restauración completa de un matrimonio no es posible, pero podemos regocijarnos en cómo Dios redime situaciones familiares aún después de un divorcio. Busca maneras en las que Dios ha bendecido a familias ensambladas, o ha cuidado de alguien después de un divorcio. Muestra a tus hijos cómo pueden regocijarse en las buenas cosas que Dios ha hecho en medio del quebrantamiento.
Consumación: El matrimonio eterno
Un día no habrá más divorcio. En su lugar, habrá un gran y glorioso festín de bodas para celebrar el matrimonio dulce y eterno entre Cristo y su Iglesia (Apoc. 19:6-9). Los seguidores de Jesús estarán en una amorosa relación con Dios para siempre. ¡Imagina ese día con tus hijos, y regocíjense juntos!
Hasta que ese día llegue, nuestros hijos seguirán preguntando sobre el divorcio. Y cuando lo hagan, les podemos ofrecer seguridad llena de esperanza. Si estás casado, tus hijos se preocuparán acerca de tu matrimonio. Para aliviar sus temores, puedes decir, “Mami y Papi se aman mucho. Prometimos a Dios y el uno al otro que nos mantendríamos casados hasta que muramos, y queremos cumplir esa promesa”. Pero no te detengas allí porque tenemos una mayor seguridad para darles a nuestros hijos. “Pase lo que pase, pueden estar seguros de esto: Dios los ama, Él nunca rompe sus promesas y solamente Él es siempre fiel”.
Este artículo fue publicado primero en Risen Motherhood. Traducido por Eyliana Perez y usado con permiso.
Nota del Editor original: Este artículo está destinado para ayudar a padres a generar o tener conversaciones generales con sus hijos acerca del divorcio y puede no ser apropiado para familias que están atravesando un divorcio.
(1) “Matrimonio y Divorcio,” Asociación Americana de Psicología. https://www.apa.org/topics/divorce#:~:text=They%20are%20also%20good%20for,subsequent%20marriages%20is%20even%20higher.
(2) Bullmore, Mike. ¨Los Dos Serán una Sola Carne.¨ Sermon, Crossway Community Church, Bristol Wisconsin, Octubre 4 2020 https://cwc.church/sermon/the-two-shall-become-one-flesh/.