¿Has pensado o dicho algo parecido a esto?
- “Con mis hijos nadie se mete.”
- “Nadie conoce a mi hija como yo la conozco.
- No me puedes decir qué hacer con ella.”
- “Cuando encuentre a alguien que no cometió errores con sus hijos, dejaré que me critique.”
A ningún padre o madre le hace sentir bien recibir una crítica sobre su crianza. Mientras un área de la vida esté más cerca al corazón (en otras palabras… donde hay un ídolo), menos nos disponemos a buscar consejo, y somos menos capaces de ver puntos ciegos.
Entiendo que las Escrituras suponen una vida en la comunidad cristiana de la iglesia local que incluye “hablar la verdad en amor”, “amonestarse unos a otros”, “ancianas enseñando a mujeres jóvenes”, todos los santos haciendo la obra del ministerio, y pastores como maestros y consejeros.
Padres criando hijos tenemos una urgente necesidad de retroalimentación.
Padres criando hijos tenemos puntos ciegos. Todos.
Yo tuve puntos ciegos cuando mi primer hijo tenía 3 meses, y sigo encontrando puntos ciegos en mi relación con mis hijos adultos. Siempre voy a tener una gran necesidad de sabiduría, y una de las fuentes de esa sabiduría debe ser otros creyentes que me conocen.
¿Cómo puedes y debes dar la bienvenida a otras voces en tu crianza?
1. Humíllate y acepta que no estás haciendo todo bien en tu crianza.
No caigas en la trampa de envolver tu identidad propia en tu éxito de crianza. Fallar como padre, batallar para amar a tus hijos bíblicamente, cansarte en la tarea—todos son cosas normales y no te definen como “buen padre” o “mala madre”. Pide a Dios la humildad para buscar la sabiduría bíblica en tu crianza principalmente donde Él la quiere proveer: su Palabra, la oración y la comunidad de la fe (esto puede incluir buenos libros y material en línea, pero también debe incluir una comunidad real que te conoce). Es un hecho que necesitas ayuda, y que necesitas mejorar y crecer en tu crianza.
2. Recuerda la meta de la crianza para que valores lo que debes valorar.
Si estás procurando criar hijos profesionalmente exitosos o emocionalmente equilibrados sin que estas metas dependan de la meta mayor, que es criar hijos que glorifican a Dios y disfrutan de él para siempre, no vas a buscar la sabiduría de Dios en humildad. Si no tenemos metas bíblicas, no querremos escuchar consejo bíblico.
3. Deja de evaluar el valor de la opinión en base a tu definición de “padres expertos”.
Este punto y el siguiente proveen puntos de vista contrastantes y complementarios. Puede ser que pienses que solamente puedes y debes pedir consejo, o permitir retroalimentación, de padres cuyos hijos han crecido a amar a Dios y servirle de todo corazón. Pero un fracaso no elimina la utilidad en el reino. Aprendemos mucho al sufrir las consecuencias de malas decisiones. De igual manera, algunos padres que cometieron errores, pero ahora aman a Dios y su Palabra y tienen discernimiento en otras áreas de su vida podrían ser fuentes de bastante sabiduría tipo “cuidado con eso” o “no hagas eso porque lleva a aquello”.
4. Ejerce discernimiento cuando buscas consejeros y retroalimentación.
Al mismo tiempo, aunque escuches voces dentro de tu propia comunidad de la fe, tienes que hacerlo con discernimiento. Evalúa y discierne lo que escuches. Si la crítica, el comentario, el consejo, o incluso la palabra de ánimo no cuadra con principios bíblicos, no debes seguirlo. Ejerce discreción mientras mantengas un espíritu de humildad y apertura. Pide al Espíritu Santo su ayuda.
5. Toma pasos prácticos para iniciar una relación amena de retroalimentación.
Cuando sucede un incidente público en una reunión o actividad:
Sucede algo en la iglesia con tu hijo, y ves ciertas expresiones en los rostros, reacciones de las personas, o simplemente entiendes que las personas se dan cuenta de una situación con tu hijo. Aprovecha la oportunidad para acercarte con algún hermano o hermana con mayor experiencia y madurez cristiana siguiendo un patrón así:
- Reconoce la realidad.
- Busca solidaridad.
- Pide consejo.
Ejemplo 1: Hermano, me imagino que te has dado cuenta de que mi hijo anda fuera de control. ¿Usted tuvo hijos de alta energía? ¿Cómo diferenció entre alta energía y rebeldía? ¿Cómo lidió con el problema?
Ejemplo 2: Hermana, ¿viste que he tenido que sacar a mi hija pequeña de los servicios en la iglesia porque rehúsa mantenerse en silencio y en su lugar? ¿Eso te pasó con alguno de tus hijos? ¿Qué hiciste?
Cuando estás en medio de una situación complicada o lucha particular.
La crianza tiene muchos momentos de crisis, desesperación, confusión y luchas intensas. Como creyentes, la suficiencia de las Escrituras, la guía del Espíritu Santo, y la provisión de la comunidad de fe deben estar muy presentes en nuestras mentes en momentos difíciles. Antes de buscar en Google, Chap GPT, o el grupo de mamás en redes sociales, clama a Dios en oración, busca su sabiduría en la Palabra, y ¡por supuesto no dudes en pedir consejo de creyentes maduros en tu comunidad de fe! Así manifiestas la humildad que prioriza el reino de Dios en tu hogar por encima de tu reputación como padre o madre.
Cuando quieres buscar sabiduría general porque entiendes el peligro de tus puntos ciegos.
Inviten a la familia de un matrimonio de mayor madurez en la crianza a tu casa para comer el domingo después del culto, o para cenar entre semana. Sean abiertos desde un principio comentándoles que a ti y a tu cónyuge les gustaría preguntarles sobre algunas áreas de la crianza. Comenten que entienden su vulnerabilidad en el área de posibles puntos ciegos. Pregunten cuáles fueron sus mejores fuentes de información y sabiduría en la crianza. Y no dejen de dar la bienvenida a algún comentario, crítica constructiva o palabra de consejo basado en su observación de la crianza que tú y tu cónyuge están practicando.
Sea que te inclinas más hacia la auto justicia (“yo estoy bien”) o hacia la auto condenación (“no puedo hacer nada bien”), la sabiduría amorosa de tu comunidad de la fe puede ser un bálsamo inesperado en tu lucha para criar bíblicamente. Confía los resultados al Señor, y asegúrate de aprovechar todos los recursos que Él pone a tu disposición.