Categoría: Padres

Criar adolescentes requiere escuchar bien

septiembre 17, 2022

Si eres padre o madre de un adolescente, seguramente estás viviendo una etapa (¡¿otra vez?!) de enseñar a tus hijos a usar sus palabras. Esta etapa de desarrollo puede ser más agotadora que sus primeros años. La instrucción en los primeros años era más fácil: Di “Mamá.” ¿Puedes decir “por favor”? Di esto. No digas eso. Dilo amablemente. 

Ahora tu adolescente tiene un vocabulario más completo y puede comunicarse de manera competente, pero cuando usa sus palabras de manera ociosa, pelea con sus hermanos, habla palabras ásperas en respuesta a la disciplina, o enfrasca todas sus emociones y no te habla, esto te recuerda que tu adolescente aún está creciendo. Por más hábil que pueda ser para hablar, él debe continuar activamente aprendiendo a usar sus palabras para la gloria de Dios. 

Enseñar esta habilidad es bastante más retador que enseñar el nombre de los objetos o corregir la estructura gramatical de las oraciones. Requiere más que adquirir habilidades de comunicación y lenguaje; requiere discipulado. ¿Estás preparado? Si estás en una etapa de pastorear a un adolescente, o te estás preparando para ello, considera algunos puntos de aliento mientras le enseñas a tu adolescente a usar sus palabras sabiamente. 

1. Toma en serio sus palabras

Jesús dice en Mateo 12:34-35, “Porque de la abundancia del corazón habla la boca. El hombre bueno del buen tesoro del corazón saca buenas cosas; y el hombre malo, del mal tesoro saca malas cosas.” Las palabras de tu adolescente muestran un destello de lo que hay dentro de su corazón. Esfuérzate por poner atención, aún cuando estés cansado, lastimado o frustrado. Deja que tu adolescente sepa que tomas en serio su corazón al tomar en serio sus palabras.

Antes de hablar, busca humildemente escuchar y entender. En vez de ofrecer tus propias opiniones, apunta hacia la Palabra de Dios, que es viva y eficaz, como guía. Pide a Dios sabiduría para dirigirte al corazón de tu hijo con valentía y compasión. Si las palabras de tu hijo muestran evidencia de pecado morando en él, amonéstalo con gentileza y amor antes de rápidamente apuntarlo hacia las buenas nuevas del Evangelio. Cuando escuches una madurez espiritual reflejada en las palabras de tu adolescente, anima a tu hijo y alaba a Dios por su crecimiento en la piedad. 

2. Toma en serio la Palabra de Dios

Usar sabiamente las palabras requiere sabiduría y discernimiento. La Palabra de Dios es “viva y eficaz, y más cortante que toda espada de dos filos; y penetra hasta partir el alma y el espíritu, las coyunturas y los tuétanos, y discierne los pensamientos y las intenciones del corazón” (Heb. 4:12). Tu adolescente necesita la Palabra de Dios (Ef. 6:17) para tener sentido del mundo en el que vive, de su propio corazón, emociones, acciones, el Evangelio y el Espíritu haciendo la obra en su vida. 

Dice la Escritura, “Porque el oído prueba las palabras, como el paladar gusta lo que uno come” (Job 34:3). Para entrenar a tu adolescente a “escoger para nosotros el juicio” y saber “cuál sea lo bueno” (Job 34:4), llena tu casa con abundantes oportunidades de bocadillos de las Escrituras para que tu hijo haga banquete para sus oídos en la verdad de Dios. 

Estudien juntos la Escritura. Discutan un versículo en la mesa del comedor. Oren juntos. Reta a tu adolescente a memorizar versículos específicos que él encuentre alentadores. Si él no está familiarizado con alguno, ayúdalo a encontrarlos. Haz depósitos intencionales proactivamente en la mente y corazón de tu hijo, no solo cuando lo corrijas porque está en problemas. Si las palabras de Dios son más dulces que la miel a la boca (Sal. 119:103), comparte esa dulzura con toda libertad.

3. Huye de palabras impías

Las palabras fácilmente pueden tener un impacto negativo en tu adolescente. Proverbios 4:23 sabiamente nos instruye, “Sobre toda cosa guardada, guarda tu corazón; porque de él mana la vida.”  Tu adolescente no solamente necesita llenar de manera proactiva su mente y corazón con la Escritura; él debe ir a la defensiva también al huir de la tentación y evitar palabras impías. 

Ayuda a tu hijo a entender que las “malas palabras” no son la única tentación; también debe huir de la calumnia, el chisme, mentiras, palabras que causan división y odio. Un obrero aprobado por Dios usa bien la Palabra de verdad y evita toda clase de “profanas y vanas palabrerías, porque conducirán más y más a la impiedad. Y su palabra carcomerá como gangrena” (2 Tim. 2:15-16). Ayuda a tu adolescente a identificar palabras impías para que esté preparado para evitarlas.

Reta a tu adolescente a tomar responsabilidad personal en guardar lo que ve, oye y lee. Pregúntale de qué manera es mayormente tentado a usar palabras impías y ayúdalo a idear maneras de escape efectivas.

Tu lenguaje del amor

Mientras tu adolescente aprende a usar las palabras sabiamente, también las usará de manera pobre. En algún momento te va a decepcionar, enojar o preocupar con sus palabras. Cuando lo haga, no entres en pánico. No te desesperes. No te canses. No te des por vencido. 

Recuerda que Pablo nos dice que el amor no es orgulloso ni ofensivo, no se irrita ni guarda rencor, no se alegra de la injusticia (1 Cor. 13:4-7). El amor es paciente y bondadoso, se goza de la verdad, todo lo sufre, todo lo cree, todo lo espera, todo lo soporta. ¿Tus palabras hacia tu adolescente demuestran este tipo de amor? Soportar los dolores del crecimiento duele. Mientras tu hijo trabaja hacia la madurez de Cristo, necesita tu paciencia y amabilidad. Guarda tu propia boca y esfuérzate por responder a sus palabras ásperas e inmaduras con palabras amorosas. 

Entrena a tu hijo a usar sus palabras como un seguidor de Jesús. Empieza con poco. Construye lento. Practica, practica, practica. Celebra cada victoria. Comunica caminos piadosos con palabras, corrige lenguaje impío y modela una comunicación Cristo-céntrica. Y aunque puedes esperar que te va a requerir ser intencional, ser sensible a las emociones, discernimiento y una gran cantidad de la gracia de Dios, escuchar a tu adolescente hablar con una creciente madurez cristiana verdaderamente valdrá la pena.

Este artículo fue publicado primero en Desiring God. Traducido por Eyliana Perez y usado con permiso. 

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Autor

  • Lindsey Carlson (@worshiprejoices) es escritora, esposa de pastor y madre de cinco hijos en Baltimore, Maryland. Ella disfruta enseñar y discipular a mujeres en Imprint Community Church y es autora de "Creciendo en Piedad: Una Guía para Chicas Adolescentes hacía la Madurez en Cristo".

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