Categoría: Padres

¿Eres un padre-dueño?

febrero 14, 2021

por Dr. R. Scott Rodin

En este breve artículo te quiero retar a considerar dos palabras que parecieran no ir de la mano del todo. Las palabras son “padre” y “mayordomo”. Cuando escuchamos el término “mayordomo” nuestras mentes tienden a pensar en dinero o posesiones. Cuando escuchamos la palabra “padre”, pensamos en hijos. Ciertamente los hijos cuestan mucho dinero, pero ese no es el punto aquí.

En un sentido bíblico, la idea de ser mayordomo abarca cada área de nuestra vida, incluyendo nuestros hijos. Así que, déjame preguntarte, ¿ves tu rol de padre o madre como una responsabilidad de tu mayordomía? Déjame decirlo de otra manera.

Posesión vs. Mayordomía

En nuestro ministerio de The Steward’s Journey [El Viaje de un Mayordomo], retamos a las personas a examinar las tendencias de posesión en sus vidas. Estas son las áreas en las que queremos tener el control, creyendo que si podemos dirigir cómo salen las cosas, podemos mejorar nuestras vidas. Obviamente, es un engaño, porque hay muy poco sobre lo cual podemos tener el control absoluto. El deseo de controlar está basado en orgullo y miedo y cede al estrés, la ansiedad, miedo y frustraciones que sentimos en la vida. Una mentalidad de dueño es el fruto de Génesis capítulo 3, cuando Adán y Eva se aferraron al deseo de ser como Dios (Génesis 3:4). En nuestras propias vidas somos atrapados por la misma mentira, engañados en la noción de que podemos jugar a ser Dios en algunas áreas de nuestra vida.

Lo opuesto de posesión es rendición. Cuando reconocemos que Dios es dueño de todo, incluyendo nuestras relaciones, nuestra identidad, nuestro mundo, y sí, nuestros hijos, tomamos un gran paso hacia llegar a ser buenos siervos fieles. Entonces, ¿qué tiene que ver con la crianza? Pues todo. Criar con una mentalidad de dueño es la receta al desastre. Tú puedes detectar, o mejor dicho, “escuchar” a un padre posesivo a una gran distancia. Al creer que podemos controlar los resultados en las vidas de nuestros hijos, permitimos que nuestro propio orgullo e incluso nuestra propia identidad quede envuelta en las acciones, actitudes, éxitos y fracasos de nuestros hijos.

Si no crees que los padres pueden actuar como propietarios, buscando su propio valor a través de sus hijos, asiste a un partido de beisbol para niños. En serio, es uno de los ejemplos más evidentes en donde los padres envuelven sus propias identidades en el éxito de sus hijos. Es un engaño atroz que teje el enemigo en los corazones de muchos padres. ¿Dónde está la salida? La encuentras en la oración diaria en rendición de nuestros hijos a Dios. Eso puede sonar como una cosa pequeña e incluso trivial, pero no lo es.

Criando como Mayordomos

Como padres, debemos recordarnos diariamente que nuestros hijos no nos pertenecen, le pertenecen a Dios. Son suyos. Como padres, Dios nos da una mayordomía temporal de sus vidas, pero nunca nos hace dueños. Tal vez la mejor manera de describir esto es así; nuestro trabajo como padres es administrar los corazones de nuestros hijos hacía una relación con su verdadero Padre. Esto es, como padres y madres somos figuras de transición, siempre buscando dirigir a nuestros hijos hacia una relación con su verdadero, final y eterno Padre. Esa relación eterna es mucho más importante que la relación temporal que se nos ha dado. En cierto sentido, Dios nos permite tener a Sus hijos con la finalidad de administrar sus vidas en fidelidad a Él, con el resultado final de que conozcan a su verdadero Padre por toda la eternidad. Tenemos el gozo y la obligación de esta mayordomía temporal de las vidas de estas pequeñas maravillosas personas.

Cuando adoptamos una mentalidad de mayordomo en nuestro rol de padres, todo cambia.

Así que, déjame preguntarte, ¿cómo defines el éxito como padre? ¿Es tu definición llena de logros y resultados que buscas controlar en la vida de tus hijos? O ¿estás dispuesto a rendir el control y buscar la guía de Dios para hacer como Él quiere que administres las vidas de estas pequeñas personas, y confiar en Él en los resultados?

Ésta puede ser la lección más difícil que he aprendido (y sigo aprendiendo) como padre de tres maravillosos jóvenes y ahora como abuelo de cinco. Cuanto más trato de aferrarme, más trato de controlar y más se envuelve mi identidad en la de mis hijos, es cuando más fracaso como padre. Es solo cuando y en la medida en que acepto la paternidad como una responsabilidad de administrador que siento la libertad que Dios tiene para nosotros como sus representantes, sus cuidadores de las vidas de los hijos que nos ha confiado.

Entonces, ¿eres un padre-dueño o un padre mayordomo?

Mi oración es que puedas conocer la libertad y el gozo de ser un padre mayordomo. Confía completamente en la fidelidad de Dios para guiar tu trabajo como padre con su Espíritu Santo para traer Sus propósitos para las vidas de tus hijos. Recuerda, Dios ama a tus hijos más de lo que tú los amas. Fueron suyos primero, son suyos ahora, y serán suyos por la eternidad. Que eso sea una fuente de gozo y comodidad mientras administras las vidas de las pequeñas personas que Dios en su gracia confió a tu cuidado para Su gloria.

Este artículo fue publicado primero en www.fierceparenting.com. Traducido y usado con permiso.

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Autor

  • Es escritor, conferencista y consultor. Ha sido esposo de Linda por casi 41 años, tienen tres maravillosos jóvenes casados y son unos orgullosos abuelos de cinco hermosos nietos. Está apasionado por la vida y viaje del mayordomo fiel y nuestro llamado de ser mayordomos líderes. Scott y Linda viven en Spokane, Washington. Sigue su blog en www.thestewardsjourney.com.

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