Algunas personas coleccionan cromos de béisbol, cómics o incluso automóviles. A mí me gusta coleccionar preguntas. (¡Es extraño! Ya lo sé). La pregunta adecuada puede abrir una conversación. Un rápido estudio de la vida de Jesús revela que a menudo utilizó preguntas como herramienta de discipulado. Las siguientes son algunas preguntas que podrían servirte para pastorear a tus hijos y sondear las aguas más profundas.
Preguntas para iniciar la comunicación
Las preguntas abiertas invitan a la comunicación. Permiten a nuestros hijos establecer la agenda.
- ¿Cuáles son algunos de los retos a los que te enfrentas?
- ¿En qué estás pensando estos días?
- ¿Qué es lo mejor que ha pasado hoy? ¿Qué ha sido lo peor?
Preguntas para profundizar
Una vez que nuestros hijos han iniciado una conversación, podemos seguir haciéndoles preguntas para comprender más profundamente.
- ¿Qué ha influenciado que pienses así?
- Ayúdame a entender lo que pensabas en ese momento.
- ¿Por qué piensas así? ¿Puedes explicármelo?
Preguntas para aclarar la comunicación
A veces la falta de comunicación se debe a que no entendemos a la otra persona. Las preguntas aclaratorias ayudan. Puede ser útil repetir lo que acaban de decir.
- Esto es lo que te he oído decir. ¿Es correcto?
- ¿Te he entendido?
Preguntas para provocar su comprensión
Jesús empleó a menudo preguntas para llevar la comprensión de los discípulos al siguiente nivel.
- ¿Qué crees que piensa Jesús (y que dice la Palabra de Dios) sobre…?
- ¿Qué versículos se refieren a esta situación?
- Mirando hacia atrás, ¿qué crees que deberías haber hecho de forma diferente?
- ¿Qué harás la próxima vez que esto ocurra?
Preguntas para abrir conversaciones espirituales
- ¿Cómo puedo orar por ti?
- ¿Qué estás leyendo en la Palabra estos días?
- ¿Qué te ha enseñado Dios últimamente?
Preguntas para restaurar la relación
Una pregunta bien formulada puede ayudar a bajar la guardia entre dos personas enemistadas.
- ¿En qué crees que he pecado contra ti? ¿En qué crees que has pecado tú?
Preguntas para prepararlos para un acontecimiento
Preguntar qué harían nuestros hijos en un suceso hipotético los prepara y les hace articular su respuesta.
- ¿Qué harías si…?
- ¿Qué dirías si alguien te preguntara…?
Tener el deseo de escuchar y hacer preguntas hábiles puede abrir el corazón de tu hijo. Comienza tu propia lista de preguntas favoritas. Hazte estudiante de tu hijo.
En todas estas preguntas, debemos tener humildad de espíritu. A diferencia de Jesús, no sabemos lo que hay en el corazón de una persona. No seas como el abogado que hace preguntas de acusación para atacar a la persona. Las preguntas deben venir de un corazón amoroso e inquisitivo.
Cuando Santiago dice que debemos ser tardos para hablar (1:19), no se refiere a la velocidad de nuestras palabras. Se refiere a nuestra rapidez para dar respuestas. La Escritura proporciona una poderosa imagen para evitar que nos apresuremos a sacar conclusiones:
Como aguas profundas es el consejo en el corazón del hombre, y el hombre de entendimiento lo sacará (Prov. 20:5). Dios nos da preguntas para sacar las aguas profundas del corazón de un niño.
Este artículo es un extracto del libro Padres que Hacen Discípulos por Chap Bettis, y lo usamos con permiso. Puedes comprar el libro digital en amazon.com o aprender más sobre su ministerio en TheDiscipleMakingParent.com.