Dios nos ha dado un mundo bueno. El sol brilla, las flores crecen, los pájaros cantan y sopla la brisa. Dios nos ha dado familia y amigos, personas que nos aman, nos enseñan y nos cuidan. Dios nos ha dado alimentos y agua para beber (¡incluso nos ha dado dulces cosas para comer como la sandía y las fresas!). Dios nos ha dado muchas cosas buenas.
Pero también vemos muchas cosas malas en este mundo. Las tormentas vienen y destruyen casas; los gérmenes nos enferman; los familiares se enfadan y discuten; amigos dicen palabras crueles que duelen; y las personas que amamos envejecen y mueren.
A veces te preguntas: «Si Dios es bueno, ¿por qué permite que pasen cosas malas?». Es una muy buena pregunta que muchos se han hecho. La buena noticia es que Dios es lo suficientemente grande como para responder a esta pregunta y a otras similares. En esta serie, explicaremos por qué Dios permite que pasen cosas malas. Y lo primero que debemos hacer es explorar de dónde provienen.
Pregunta 1: ¿De dónde vienen las cosas malas?
Cuando ves que suceden cosas malas en el mundo, quizás te preguntes: “¿por qué Dios no creó el mundo sin estas cosas malas?”. Si alguna vez pensaste en esta pregunta, tus pensamientos van en la dirección correcta. ¿Sabes por qué? La Biblia nos dice que Dios creó el mundo sin estas cosas malas.
El libro de Génesis nos dice que Dios creó todo, y que todo lo que creó era bueno. Las estrellas y los planetas eran buenos; la tierra y el mar eran buenos; las aves, los peces y los animales eran buenos. Y los humanos, pues, eran muy buenos. Verás, los humanos fueron la creación más especial de Dios porque los hizo a su imagen. Los humanos, y todo lo demás que Dios creó, eran tal como debían ser. Al menos, lo fueron por un tiempo.
Entonces, ¿qué pasó? ¿Se equivocó Dios en algo? No, Dios es perfecto, lo que significa que nunca se equivoca. El problema empezó con los primeros humanos: Adán y Eva. Como Adán y Eva fueron creados a imagen de Dios, Él los creó con la capacidad de tomar decisiones. Podían elegir cómo llamar a los animales, qué comida querían comer y cómo pasar su tiempo. También podían elegir si amarían, confiarían y obedecerían a Dios.
Adán y Eva solo tenían una regla que obedecer. Dios les dijo que podían comer fruta de todos los árboles de su jardín, solo había un árbol del que no podían comer. Dios les dijo que si comían de ese árbol, morirían. Un día, una serpiente en el jardín le dijo a Eva que Dios le había mentido. Le dijo que si ella y Adán comían la fruta de ese árbol, no morirían. Por el contrario, ¡serían como Dios! Adán y Eva tuvieron que tomar una decisión: confiar en Dios o confiar en la serpiente. En ese momento, decidieron no confiar en Dios. Desobedecieron al comer la fruta de ese árbol, y al hacerlo, pecaron.
De inmediato, su pecado destruyó la relación que tenían el uno con el otro. En lugar de trabajar juntos, como siempre lo habían hecho, Adán y Eva huyeron y se escondieron el uno del otro. Su pecado también destruyó su relación con Dios porque cuando Dios vino a caminar con ellos en el jardín, Adán y Eva se escondieron de Dios. Además, su pecado destruyó su relación consigo mismos. En lugar de admitir que habían desobedecido a Dios, Adán y Eva se culparon mutuamente, y a la serpiente. El pecado arruinó todas las relaciones de Adán y Eva.
Recuerdan lo que mencioné antes: Dios es perfecto. Esto significa que no puede dejar que el pecado quede impune. Así como tus padres te disciplinan cuando desobedeces, Dios castigó a Adán y Eva por su desobediencia. Dios le dijo a Eva que su labor de parto al tener hijos ahora sería muy doloroso; le dijo a Adán que a partir de ese momento su trabajo de cultivar la tierra sería muy difícil, y maldijo la tierra. La creación de Dios, antes perfecta, ahora estaba arruinada a causa del pecado de Adán y Eva.
Todo lo malo que encontramos en este mundo hoy en día proviene del pecado. Quizás te preguntes por qué el pecado te afecta a ti si fueron Adán y Eva quienes decidieron desobedecer. ¿Por qué tienes que lidiar con todas estas cosas malas solo porque Adán y Eva cometieron un error? Esa es otra gran pregunta, la cuál explicaremos en nuestro siguiente artículo.
Para estudiar más: Génesis 1-3, Romanos 8:19-23
Este artículo fue publicado primero en Foundation Worldview. Traducido y publicado con permiso.
