Existen muchas filosofías de crianza que ofrecen varias estrategias y métodos para garantizar el éxito de nuestros hijos, o por lo menos su buena conducta. ¿Cómo podemos discernir si estas enseñanzas son bíblicas? Aquí examinamos una filosofía muy popular para contestar esa pregunta.
Transcripción:
Quiero empezar el día de hoy en este episodio, expresando a ustedes los que oyen de manera fiel este programa de Crianza Reverente, mi gratitud por sus palabras de ánimo y de apoyo. Muchos de ustedes me han escrito mensajes de Messenger, a través de la página de Crianza Reverente, en Facebook, algunos mensajes de WhatsApp, o de correo electrónico. Siempre debemos hacer las cosas para la gloria de Dios, no para los hombres, y siempre le pido a Dios que esa sea la actitud de mi corazón y de los que me acompañan aquí en este ministerio, que deseemos realmente glorificarle a Él sobre todas las cosas y no buscar la buena opinión de los hombres antes de buscar la Gloria de Dios.
Pero yo quería decirles a ustedes que me ha sido de mucha bendición y ánimo escuchar especialmente sus testimonios porque algunos de ustedes me han expresado cómo las enseñanzas específicas de la verdad de la Palabra de Dios las han podido aplicar en sus hogares y que ha producido cambios y que sus hijos están aprendiendo cómo se debe vivir realmente para el Señor en el diario vivir del hogar. Eso me da mucho gozo porque de eso se trata este podcast, la página de internet, y los recursos que tratamos de compartir en redes sociales, todo tiene como meta que Dios sea glorificado y enaltecido en hogares cristianos, que los hijos crezcan y conozcan mejor a Dios y deseen vivir para Él porque eso es lo que le trae gloria a Dios.
Así que yo les agradezco que me expresen su gratitud y en especial que me compartan testimonios. A mí me ayuda también saber qué es de más ayuda para ustedes, cuáles son las cosas que más les ayudan y saber que Dios está haciendo exactamente lo que nosotros deseábamos cuando empezamos esto. Es de gran bendición y ánimo en momentos también de duda o de debilidad de parte de nosotros.
También quería aprovechar este momento para comentarles otra cosa. Yo sé que a muchos de ustedes les llega este audio por WhatsApp, entonces quizás no saben que en las redes sociales, especialmente en Facebook, compartimos otros recursos y escritos que nosotros hacemos o publicamos. También tratamos de buscar de parte de otras páginas recursos que puedan ser de ayuda para la familia, para el matrimonio, entonces sí aun no nos sigues en redes sociales, y quieres hacerlo, puedes buscarnos como “Crianza Revente” en Facebook o en Instagram. También me gustaría animarles a ustedes los oyentes que manden preguntas, comentarios, o sugerencias de ciertos temas. Pueden usar el correo crianzareverente@gmail.com o pueden usar el inbox de Messenger, o de Instagram y pueden sugerirnos temas que son actuales, que son problemáticos, sobre los cuáles tienen dudas, y podemos tratar de buscar a para entrevistar que pueda saber más de ese tema para que siga siendo de ayuda para ustedes. Ahora, pues, ¡comercial terminado! y queremos entrar al tema sobre el cual precisamente me han llegado muchas preguntas.
A menos que vivas en una isla o en una jungla, sin internet, sin celular, sin redes sociales, me imagino que has estado expuesto de alguna forma al hecho de que hoy en día hay muchísimas filosofías y estilos de crianza. Yo creo que las redes sociales han contribuido bastante a que se haga más común, más fácil y aceptable, expresar opiniones personales de una manera agresiva y dogmática. Y la gente te dice cómo son tus hijos, qué necesitan, qué debes hacer y qué no debes hacer y a veces hasta gente que ni conoces se mete ahí. Yo he sabido de situaciones de familiares cercanos que intentan exigir o prohibir cierta conducta de los padres hacia los hijos. Con mis propios ojos he visto situaciones donde una suegra o mamá quita a fuerzas a uno de sus nietos de los brazos de su madre porque ella no está de acuerdo con el hecho de que esa mamá le va a disciplinar o que le esté exigiendo comer ciertas cosas.
Tenemos familiares y amigos que tienen opiniones fuertes y a veces hacen muy difícil que uno haga su labor de crianza. A lo que voy es que quizás esto es diferente hoy en día de lo que fue hace 20 o 30 años cuando la crianza era algo más privado, más personal, algo que no se practicaba tanto en público y ahora es como si se volviera dominio público. Lo que tú haces con tus hijos ya no es cuestión tuya; es cuestión de todos. Esto significa que los padres creyentes que deseamos criar a nuestros hijos de una manera contracultural tenemos que tener mucha valentía, tenemos que atrevernos a pasar situaciones incómodas en público, o incluso en privado, en nuestro hogar con familiares presentes y esto no es fácil. Creo que es algo de nuestra naturaleza como padres y en esta edad moderna cuando no es popular que tu opinión sea diferente a los demás, no queremos destacar y no queremos ir en contra de la corriente. Pero el problema es que las corrientes modernas no son bíblicas, muchas de ellas, y tenemos que tener esa valentía, esa fe en el Señor, que no nos permite dejarnos llevar por la cultura. No podemos estar en modo standby, no podemos estar en modo default en el que nos dejamos llevar, y decimos “ah sí, ¡qué bonito!”, “ah sí, esa es buena idea”, “voy a probar eso”, “ah mira, eso suena muy bien, voy a probar eso”. Simplemente no podemos poner el cerebro en modo descanso y recibir sin discernir, sin tratar de pensar y evaluar qué es lo que estamos haciendo y escuchando.
Una de las enseñanzas que es muy prevalente hoy en día es la que se llama “Crianza Respetuosa”. Hay varios estilos de crianza que son parecidos y es común que los revolvamos un poquito. Hay mucha gente que cree que la “crianza respetuosa”, por ejemplo, es igual a la “crianza con apego”, pero esto no es así. Son dos filosofías diferentes y pueden variar especialmente en los primeros meses de edad del bebé. Hoy quiero enfocarme más que nada en la crianza respetuosa, que podamos pensar en que si esta filosofía, y las prácticas y sugerencias que presenta, pueden ser útiles para nosotros como creyentes. Lo que yo espero es que al evaluar un estilo de crianza podamos aprender cómo evaluar otros y adquirir la habilidad de discernir entre las cosas que estamos escuchando.
La crianza respetuosa está basada en unas enseñanzas que originalmente fueron presentadas por una doctora llamada Magda Gerber. Ella trabajaba con un neurólogo de niños llamado Forest. Ellos desarrollaron una manera de criar a bebés con respeto y autenticidad. Así ellos lo describían. El nombre que ellos pusieron originalmente a este estilo de crianza fue “RIE”, que quiere decir en inglés, traducido, “recursos para educuidadores de infantes”. Ellos inventaron una palabra que combina educación con cuidar y esa es mi mejor traducción, recursos para educuidadores de infantes o de niños. Esta enseñanza llegó a conocerse como “crianza respetuosa” porque su punto básico, su filosofía base es el respetar al niño desde bebé como un ser independiente con su propia voluntad, su propia inteligencia. De hecho, ellos rechazan el uso de cualquier equipo que limite al bebé físicamente. Decían que no se debe usar periqueras, carriolas, porteo ergonómico, cangureras, babygym, todo este tipo de cosas porque decían incluso que esto encarcela al bebé, lo limita y no le permite desarrollar su autonomía. La autonomía del niño es muy importante en esta filosofía.
Ahora quizás esto te sorprenda porque hay muchas enseñanzas hoy en día que hablan de traer al bebé contigo como si fuera parte de ti cuando nazca y que no lo sueltes y esté siempre amarrado a ti. Esto no es la crianza respetuosa. Esto proviene más de la crianza con apego y es fácil revolver las diferentes enseñanzas. Nada más para aclarar eso, es otra filosofía de crianza. Entonces Gerber enseñó originalmente que hay que respetar al niño y hay que confiar en él, como el que inicia, el que explora y el que aprende solo. Ella animaba a los padres a proveer un ambiente seguro que retaría a su hijo intelectualmente y que también le nutriera emocionalmente. Ella decía que los padres deben darle libertad para explorar, para jugar sin interrupción, involucrarlo en las actividades de cuidado propio, siempre hablando con él y explicándole todo; que los padres fueran sensibles a las necesidades de sus hijos observándolos de cerca para conocerlos mejor. Gerber también decía que los niños necesitaban estructura y límites claros como tipo una disciplina positiva.
Creo que podemos escuchar todo esto y decir “pues esto no suena mal”, y es verdad. Muchas de estas sugerencias que ella hacia y de las ideas que ella tenía eran ideas positivas. De hecho lo que yo estoy encontrando es que se ha desarrollado tanto lo que supuestamente es la crianza respetuosa que mucho de lo que se enseña hoy como crianza respetuosa no se apega tanto a las enseñanzas originales, como que se ha ido evolucionando.
Entre las descripciones que yo encontré en internet para la crianza respetuosa, encontré por ejemplo esto: “la crianza respetuosa es ante todo amor, empatía, respeto, coherencia y un aprendizaje continuo”. En otro decía: “en la crianza respetuosa o instintiva no hay recetas mágicas, no hay cronómetros, no hay gurús, simplemente algunos autores que nos alientan a seguir y a confiar en nuestros propios instintos”.
Hoy en día una de las autoras más conocidas que promueve la crianza respetuosa es Janet Lansbury. Ella, de hecho, escribió dos libros; uno sobre la crianza respetuosa y otro adicional que se llama “No hay niño malo”. Landsbury escribe también muchos artículos que promueven cómo aplicar de manera práctica la crianza respetuosa en diferentes ámbitos del hogar y de la vida. Para darte una idea de las cosas que ella enseña, te voy a compartir unas. En un artículo sobre si se debe enseñar a los niños a usar el baño solos, ella dice esto: “los niños pequeños tienen una necesidad apropiada para su desarrollo de ‘resistir a sus padres’.” O sea, si no les permitimos “resistirnos”, no se van a desarrollar adecuadamente. Eso es lo que ella enseña.
En un artículo sobre cómo manejar el enojo y la desesperación propia de la mamá cuando el hijo está haciendo un berrinche, gritando, y descontrolado, Janet dice que la manera en que ella maneja eso para mantener la calma es que ella se imagina con su capa de super héroe, llegando a rescatar y ayudar a su hijo porque “es que él necesita expresar sus emociones”. Ella no debería de pararle de expresar esas emociones, porque eso es algo saludable para él. Dice que no existen emociones incorrectas, solo respuestas inadecuadas a las emociones, así que ella se imagina como ese super héroe que va a rescatar a su hijo con su amor y su paciencia y va a dejar que se desarrolle adecuadamente porque ella le permite expresar sus emociones. Ella dice que las emociones son el núcleo de nuestro ser y que los padres nunca debemos castigar, juzgar ni corregir las emociones de nuestros hijos.
Otra enseñanza prevalente de la crianza respetuosa es que es una falta de respeto imponer tu voluntad sobre la voluntad de tu hijo. Él es una persona independiente, él tiene que poder hacer sus propias decisiones y ¿quiénes somos nosotros para imponer nuestra voluntad? Nosotros no somos mejores que los hijos.
Podríamos continuar describiendo esta filosofía y las enseñanzas que presenta, pero pues yo creo que con eso tenemos una idea. Si no habías escuchado de la crianza respetuosa en sí, quizá por lo menos has escuchado algunas de estas cosas que ellos enseñan. Ahora, ¿hay algún problema aquí en estas enseñanzas para un hogar cristiano? ¿Podría encajar la crianza respetuosa con la crianza reverente o la crianza bíblica? A primera vista yo diría que sí hay algunos énfasis muy buenos en esta filosofía. Por ejemplo, te menciono algunas cosas positivas de la crianza respetuosa:
- La crianza respetuosa promueve mucho la empatía con nuestros hijos, la compasión, el ponernos en su lugar y entenderlos. Esto es bíblico. No deberíamos de vernos mejor que nuestros hijos, claro que no. Todos somos pecadores igualmente necesitados de la gracia de Dios, entonces sí deberíamos tener empatía y compasión hacia nuestros hijos.
- La crianza respetuosa promueve el escuchar y procurar entender a nuestros hijos. Como hemos hablado en podcast previos sobre la comunicación, es muy importante que no estemos predicando, y hablándoles y sermoneándoles solamente, sino que es muy importante escuchar, entender lo que está pasando en la mente y en el corazón de nuestros hijos. Esto es un énfasis muy sano.
- La crianza respetuosa dice que debemos evitar enojo. Claro que debemos de evitar enojo cuando hablamos con nuestros hijos, cuando tratamos su pecado. Dicen que debemos hablar con calma y no tomar las ofensas de nuestros hijos como personales. Esto lo hemos hablado anteriormente aquí en Crianza reverente. Pero no es porque somos superhéroes que vamos a rescatar a nuestros hijos. Sabemos que el rescate que nuestros hijos necesitan viene de Cristo, entonces, como nosotros sabemos eso podemos dejar el enojo y tratar a nuestros hijos con calma, no tomando sus pecados primeramente como ofensas hacia nosotros sino como ofensas a Dios. Nuestros hijos necesitan reconciliarse con Dios, entonces sí hay que evitar el enojo, pero no porque somos superhéroes sino porque nuestros hijos necesitan restablecer o tener una relación principalmente con
- La crianza respetuosa promueve el establecer límites claros y no permitir que berrinches o conducta mala nos convenza a ceder. Esta es una enseñanza original de la crianza respetuosa, pero lo que yo he visto es que muchas mamás que dicen practicar la crianza respetuosa no hacen esto. Sí ceden, y sí permiten que sus hijos las manipulen y las convenzan, pero la crianza respetuosa enseña que no hay que permitir que nuestros hijos nos manipulen, no hay que rogar a nuestros hijos, ni manipular nosotros a nuestros hijos, y esto realmente es un punto muy positivo de la crianza respetuosa.
Entonces, todos estos puntos de la crianza respetuosa tienen cierto valor y podemos “rescatar” algunas sugerencias y métodos que ellos sugieren. Pero para evaluar de manera honesta una filosofía de crianza, tenemos que percibir cuáles son los valores y las creencias sobre los cuales está fundada esa filosofía. ¿Cuáles son las creencias que rigen y producen las sugerencias y los métodos que ellos promueven? Yo diría que hay varios problemas con esta filosofía que necesitamos entender. Creo que uno de los problemas fundamentales es la perspectiva sobre la naturaleza del niño. Nada más con el título del libro lo tienes: “No existe niño malo”. Sabiendo que los proponentes de esta filosofía creen que los niños son buenos por naturaleza, ya eso debería provocar alarmas en nuestra mente.
¿Qué dicen las Escrituras? ¿Recuerdas que en el principio número 6 de Crianza Reverente dijimos que los hijos son personas independientes? La crianza respetuosa también enseña eso, pero si seguimos con el principio bíblico, dice que también los hijos son pecadores, que tienen corazones perversos y engañosos. ¿Qué necesitan nuestros hijos? Necesitan arrepentimiento y fe, esto no va de acuerdo con la crianza respetuosa. No hay lugar en la crianza respetuosa para arrepentimiento y fe, simplemente no encaja.
Otra parte de la enseñanza de crianza respetuosa que es fundamentalmente erróneo, según la Biblia, es que enseña que hay que confiar en el niño, que el niño o el bebé de manera innata sabe lo que es mejor para él. Entonces el padre solamente sirve como protección, pero no como guía. El niño va a desarrollar intereses propios y que no hay que detenerlos y no hay que limitarlos, porque ellos saben lo que es mejor para ellos mismos. Pero sabemos que la Biblia nos enseña que nuestros hijos necesitan sabiduría porque son necios. Proverbios deja esto muy claro. Entonces, si nosotros seguimos esta enseñanza como padres, vamos a permitir que nuestros hijos cambien de hobbies, de interés. “Ah, no quieren ir a la escuela, pues se quedan en casa, porque ellos saben lo que es mejor”, o “no quieren ir a la iglesia, no pues ellos saben lo que es mejor para ellos”. Sabemos que esto no es cierto. Muchas de las sugerencias de los métodos que la crianza respetuosa enseña están basadas en esto, en que el niño sabe lo que es mejor para él, pero la Biblia claramente dice que esto no es así.
La crianza respetuosa también tiene una gran falta de enseñanza sobre la autoridad. Esto va de la mano con lo que acabamos de comentar. Como el niño sabe lo que es mejor para él, realmente no necesita aprender a someter su voluntad a la voluntad de otra persona. De hecho, es una falta de respeto si yo impongo mi voluntad sobre mi hijo. Pero esto va totalmente en contra de Efesios 6 del 1 al 4 que ya hemos estudiado varias veces de diferentes formas en este programa. El principio número 5 de la Crianza reverente dice que los padres son la autoridad en el hogar para disciplinar y para discipular. Esto no encaja con las enseñanzas de crianza respetuosa. Efesios 6 deja muy claro que nuestros hijos necesitan aprender la sumisión en sus vidas, entonces esto va totalmente en contra de la Biblia.
También la crianza respetuosa enseña que el niño debe aprender a amarse a sí mismo y que esa es una de sus más grandes necesidades. Si él solamente pudiera amarse a sí mismo, entonces él no tendría inseguridad, él sabría cómo llevarse por la vida. Dicen que la necesidad que tiene el niño es la de amarse a sí mismo, pero, mi Biblia me enseña lo opuesto. De hecho, Jesús dijo, si quieres seguirme, toma tu cruz, y niégate a ti mismo. Esto de la crianza respetuosa es totalmente contrario a la enseñanza bíblica. Todos nacemos amándonos a nosotros mismos, y no necesitamos más amor propio. Necesitamos negarnos a nosotros mismos y amar a Dios y a otros como deberíamos. Yo no quiero que mis hijos se amen más a sí mismos porque eso los va a llevar al infierno. La persona que llega al punto de poder someterse al reino de Dios y abandonar su pecado no es la persona que se ama más a sí mismo, es la persona que deja su amor propio, se niega a sí mismo para seguir a Jesús. Nuestros hijos necesitan más amor a Dios, no más amor propio.
Bueno, ya nos hemos pasado mucho del tiempo, entonces, solo quiero dejarles con esto. Romanos 1:21 a 24 dice así: “A pesar de haber conocido a Dios, no lo glorificaron como a Dios ni le dieron gracias, sino que se extraviaron en sus inútiles razonamientos, y se les oscureció su insensato corazón. Aunque afirmaban ser sabios, se volvieron necios y cambiaron la gloria del Dios inmortal por imágenes”; y versículo 24 dice, “Por eso Dios los entregó a los malos deseos de sus corazones”. Cuando Dios juzga, muchas veces es un juicio pasivo que permite que simplemente la persona siga sus propios deseos. Si nosotros seguimos la enseñanza de crianza respetuosa, estaremos trayendo sobre nuestros hijos el juicio pasivo de Dios porque la crianza respetuosa dice que los deseos de nuestros hijos son buenos y que deberíamos permitirles seguir eso deseos. Esto es algo muy serio. No podemos tragarnos estas enseñanzas. Tenemos que ser contraculturales y no dejar que nuestros hijos sigan los deseos y los impulsos de su propio corazón. Pensemos bien esta semana, entonces, si primero nosotros como padres estamos siguiendo nuestros impulsos y deseos y consideremos si también estamos permitiendo a nuestros hijos vivir así. Que Dios nos dé mucha sabiduría para poder discernir en todos estos asuntos. Que Dios te bendiga grandemente.
Transcripción realizada por Clarissa A. Torres Martín