Categoría: Padres fieles
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Episodio #36: Una mamá bajo gracia con Karla de Fernández

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marzo 25, 2020

¿Has escuchado la frase “Coram Deo”? ¿Sabes qué significa y cuáles son las implicaciones para un hogar cristiano que desea estar centrado en el Evangelio? Karla de Fernández, autora del libro “Hogar bajo su gracia” nos acompaña hoy para hablar sobre el tema de Coram Deo y vivir bajo gracia. ¡No te lo pierdas!

Recursos Adicionales:

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Transcripción:

Recientemente estuve leyendo un libro sobre el hogar cristiano que trata acerca del plan que Dios tiene para la familia. Está especialmente dirigido a la mujer que es esposa y madre. Anteriormente había tenido un poco de contacto con la autora del libro y decidí acercarme a ella para invitarla a que nos acompañara en este episodio de Crianza Reverente para hablar sobre algunos de los conceptos que leí en su libro. Así que quiero dar la bienvenida a Karla de Fernández, ella es autora del libro “Hogar bajo su Gracia”. https://www.amazon.com/Hogar-gracia-Spanish-Karla-Fernandez-ebook/dp/B07RRFQ87W/

Susy: Bienvenida Karla, muchas gracias por acompañarnos.

Karla: Hola Susy, gracias por la invitación a Crianza Reverente.

Susy: ¿Puedes contarnos acerca de ti, de tu familia y de lo que te llevó a escribir un libro sobre el hogar dedicado a esposas y madres?

Karla: Claro, soy mexicana, vivo en Puebla; tengo 41 años, 15 años de matrimonio con el hombre que fue mi novio de juventud. Su nombre es Jorge Carlos. Dios nos ha dado la bendición de ser padres de 3 varones, Daniel de 14 años, Santiago 9 y Matías de 6 años.

Mi esposo siempre me alentó a escribir el libro. Hay una frase de Agustín Hiponia que dice, “Considero que soy uno de esos que escriben mientras aprenden y aprenden mientras escriben”. Desde niña mi papá me enseñó a escribir y desde entonces no he parado de hacerlo. Escribía poemas, cartas y las guardaba en una cajita, al pasar el tiempo cuando estaba criando a mis tres hijos comencé a escribir lo que iba experimentando con Dios en mis tiempos de quietud. Tú también eres madre, Susy, y sabes que lo que vas aprendiendo y experimentando con los hijos no lo queremos olvidar nunca.

Mi papá me decía, “Escribe para no olvidar”, y así fue como comencé a escribir, desde mi maternidad. Mi esposo me seguía insistiendo, escribía sobre todo cuando aprendía algo acerca de la Palabra. Conocer del Evangelio nos llevó a tener importantes cambios en nuestra familia.

Nos equivocamos mucho; nos apoyábamos en psicólogos, en amigos. Había quien nos daba su punto de vista o consejos bien intencionados, pero no estaban fundamentados en la Palabra de Dios, y nuestro hogar no era un hogar cristiano con principios bíblicos. Era lo que creíamos que era mejor; nada de eso nos ayudó porque el problema que teníamos como familia no era externo, no era la conducta de nuestros hijos ni de nosotros, realmente el problema era el pecado de nuestros corazones, orgullosos, engañosos y egoístas.

Dios en su gracia y bondad me permitió escribir “Hogar bajo su Gracia” y también gracias a mi esposo que me alentaba mucho a compartir con otras mujeres.

Me sentía totalmente descalificada porque me decía: ¿cómo voy a hablarle de crianza a una mujer si yo estoy batallando tanto con eso? ¿No estaré siendo hipócrita? Pero mi esposo me seguía alentando a que escribiera.

Uno quisiera ver cambios de la noche a la mañana, sin embargo, no es así. Realmente los que se van dando cuenta de la obra que Dios va haciendo con nosotros son nuestra familia, los que viven con nosotros y así es que comencé a escribir el libro.

Susy: Tienes razón, muchas veces cuando escribes es cuando los pensamientos toman forma y te das cuenta de lo que Dios te está enseñando. Te comprendo, aunque no he escrito un libro, sin embargo, cuando escribo artículos Dios me enseña mucho.

Cuando yo leí tu libro, llegué a una parte donde hablas de vivir en “Coram Deo”, este concepto tiene mucho tiempo llamando mi atención; anteriormente estaba buscando nombres para este ministerio de crianza y consideré ese título, pero lo descartamos por ser un término no muy conocido y no queríamos confundir a las personas, aunque me encanta lo que este concepto comunica. Quisiera que hablaras de esto, ¿qué significa Coram Deo? ¿Cómo está relacionado con vivir bajo la gracia?

Karla: El pastor y teólogo R.C. Sproul decía, “Vivir Coram Deo es vivir toda la vida en la presencia de Dios, bajo la autoridad de Dios y para la Gloria de Dios”. Saber que Dios está presente en todo lo que somos y hacemos cambia nuestra forma de ver la vida.

Antes de llegar a conocer a Dios nosotros sabíamos de manera innata que Dios existe y es real. Eclesiastés 3:11 dice que Dios puso la eternidad en nuestros corazones. Nosotros sabíamos que hay un Dios, aunque no le conocíamos, sabíamos que Dios había creado los cielos, la tierra y que había escrito la Biblia, pero hasta ahí. No conocíamos a Dios personalmente. Cuando estudiamos su palabra logramos estar conscientes de su presencia y así es como cambió nuestra forma de ver y de vivir la vida en esta tierra. Como dice en Santiago 4:14, acerca de la neblina, una neblina que desaparece; anhelamos la eternidad cuando sabemos que esta vida es la antesala a la verdadera eternidad y esto es muy valioso porque recibimos la salvación de nuestra alma. Dios ya tenía establecido su plan de redención y en ese plan estamos los que por gracia fuimos elegidos para ser sus hijos, por eso me encanta hablar de la gracia.

Susy: Vivir Coram Deo es vivir siempre conscientes de la presencia de Dios. Esa es la definición de la reverencia que yo leí alguna vez en un libro de Nancy Wolgemuth, y es por eso el nombre de Crianza Reverente a este ministerio; es el concepto que nosotros queremos vivir en nuestro hogar y así comunicar a los padres cristianos que debemos vivir conscientes de que estamos en la presencia de Dios.

De manera práctica, ¿cómo aplicar diariamente este concepto en padres creyentes?

Karla: Imagina un hogar sin la conciencia de que Dios está presente todo el tiempo en nuestras vidas, Haríamos lo que mejor nos pareciera. En el hogar donde yo crecí hacíamos eso. Los padres no corregirían a sus hijos y tristemente en hogares cristianos se ve esto, hijos desobedientes, padres que no asumen su rol, no corrigen, no instruyen y por esto hay hogares que están de cabeza. Así estaba mi hogar, y lo digo con vergüenza, yo había construido un ídolo de mí misma. Quería que mis hijos y mi esposo me alabaran y me adoraran. Me decía:  ¡pobre de mí!, ¡no me valoran! Aunque yo tenía conocimiento del Evangelio, no vivía de manera que glorificara a Dios, conocía mucho de la Biblia, pero nada de eso estaba en mi corazón. Tenía solo conocimiento, pero Cristo no estaba en nuestro hogar, Cristo no era nuestro centro, porque la que estaba en el centro era yo, mi esposo estaba igual, por lo tanto, no vivíamos sujetos a su palabra.

Sabíamos que Dios conoce todo, pero para nosotros esa no era nuestra realidad; no nos había resplandecido su nombre en nuestro hogar. Cuando Dios nos encuentra y nos muestra las maravillas de Él en su Palabra fue cuando pudimos entender y leer en ella que Dios nos habla de cómo educar y criar a nuestros hijos para glorificarle a Él, como padres creyentes ese debe ser nuestro anhelo, que nuestros hijos lo conozcan, le amen y le sirvan.

Al principio buscábamos versículos específicos de la crianza. Por ejemplo, quiero saber cómo hablarles a mis hijos, a qué escuela deben ir, etc. Quería la respuesta precisa en la Biblia, pero no he encontrado versículos que hablan de esto. Doy gracias a Dios porque mis hijos no son especiales, diferentes o únicos, sino que son pecadores al igual que todos, ellos también necesitan a un Salvador.

Llegué a buscar en la Biblia: ¿Cómo educar a mi hijo Daniel? ¿A Matías? Y no es así, lo que ellos necesitan es conocer a Cristo, ellos necesitan un Salvador y saber que son pecadores. Un error que cometemos como padres es querer que ellos respondan como cristianos cuando quizá ellos no lo son, no han entendido el Evangelio o la necesidad del perdón de sus pecados, aunque nuestros hijos sean pequeños ellos escuchan, entienden y van aprendiendo de lo que nosotros les compartimos sobre el evangelio.

Mi hijo Santiago cuando tenía 8 años me dijo: “Mamá, a mí nunca me preguntaron si quería ser cristiano”, cuando yo daba por hecho que él ya lo era. Ahora él ha aprendido amar a Dios.

Nosotros queremos que sea un cambio rápido; nuestra labor como madres es compartirles el evangelio; el Señor ya tiene en su voluntad el día que ellos lleguen al conocimiento de su Palabra, se arrepientan y crean.

A veces creemos que nuestros hijos son buenos porque se comportan regularmente cuando hay visitas en casa, cuando vamos en el carro no se pelean tanto, no se jalan el cabello cuando están comiendo o en el culto están tranquilos, pero aun cuando ellos sean hermosos, tiernos o bien portados, los que nunca se ensucian, ellos siguen siendo pecadores y en algún momento se desbordará su corazón y mostrarán esa necesidad que tienen de Cristo.

¿Cómo impacta en nuestra crianza Coram Deo?

Saber que Dios está presente ayuda mucho, nos da descanso porque dejamos de depender de nuestras fuerzas para vivir bajo la autoridad de Él y someternos a Él. Quitamos nuestras esperanzas en los conocimientos pedagógicos para entonces comenzar a vivir en perfecta libertad dependiendo solamente de Dios, permaneciendo en Cristo, confiando y orando a Dios por la salvación de nuestros hijos, así tengan 1 año de vida, 20 o 40. Oremos por la salvación de nuestros hijos mientras caminamos en medio de su voluntad, reconociendo su presencia y sabiendo que ninguna obra que hagamos en el Señor es en vano, que en el proceso y hasta el final Dios será glorificado, Él tiene la respuesta a lo que oramos; a Él pertenece la salvación. Creo que en un hogar cristiano o Cristo-céntrico anhelamos que todos conozcan a Dios.

Susy: Vivir conscientes de la presencia de Dios tiene mucho que ver con la gracia, y tu libro se llama “Hogar bajo su Gracia”, pero a veces creo que para algunos creyentes es difícil comprender lo que realmente significa vivir bajo su gracia, el concepto de Coram De es vivir en su presencia.

¿Qué tiene que ver con la gracia la vida de una familia?

Karla: Tiene que ver mucho, hablándote como familia, nosotros abrimos los ojos al Evangelio y pudimos entender primeramente que nosotros como padres y como individuos somos pecadores y necesitamos un Salvador y Señor en nuestras vidas porque de ahí deriva que valoremos y atesoremos la Palabra. Anhelar conocer más a Dios cada día es lo que nos lleva a amarle más. Con el tiempo pudimos ver nuestro hogar desde la perspectiva bíblica y entender que como padres estábamos llevando a nuestros hijos al despeñadero. Obviamente porque nosotros no podemos salvar a nuestros hijos, ni protegerlos tanto como quisiéramos, y tampoco podemos hacerlo con nosotras mismas, imagínate, si no podemos hacerlo con nosotras no lo vamos a poder hacer con nadie más, necesitamos a Cristo, a nuestro Salvador.

Fue doloroso saber que nuestro hogar estaba como un barco a la deriva, pero fue una bendición que el Señor nos haya permitido conocerle y acercarnos a Él, gracias al sacrificio de Cristo.

Y así comenzamos a cambiar como personas en el conocimiento de Él, así es como hemos llegado a desear con todas nuestras fuerzas edificar un hogar donde le glorifiquen, hijos que le amen, le honren, todo esto por gracia. Necesitamos conocer a Dios para poderlo mostrar a nuestros hijos, nuestros hijos no aprenderán a amar algo que nosotros no amamos.

Dios está presente siempre, Él conoce nuestras debilidades, nuestras fortalezas, conoce cada pecado y todo esto lejos de alejarnos de Él, debe llevarnos a Él, clamar por su perdón. Eso es gracia. Dios no nos deja hundidos, sino que nos saca a flote por amor, porque somos sus hijos, Él es suficiente, y es por esto que escribí “Hogar bajo su Gracia”, no porque yo me haya graduado con honores como mamá, esposa, o ama de casa.

Este libro habla de la maravillosa gracia que necesitamos todas aquellas mujeres que anhelamos edificar un hogar que sea un refugio para los integrantes de la familia, pero también para quienes nos visiten.

El libro se llama “Hogar bajo su Gracia”, pues pudieran pensar que solo está dirigido a las mujeres con hijos pero realmente un hogar lo estamos haciendo todos, adultos solteros que viven en casa de sus padres, una mujer que está sola ya sea por viudez o porque no se casó, ella también está construyendo un hogar. Los estudiantes que se han ido lejos de la casa de sus padres, ellos también están construyendo un hogar, es por esto que no está dirigido sólo a las mamás, es un libro que habla de cómo nuestro Señor Jesucristo nos capacita para construir un hogar que le agrade cuando Él es el centro y su cimiento es su Palabra.

Un hogar lo construimos todos cada día, es por esto que mi anhelo y mi oración es que ésta y las próximas generaciones no se amolden a los ideales post modernos sino que seamos más hombres y más mujeres edificando hogares sólidos con los principios de la Palabra de Dios, hogares diferentes que no sean el estándar del mundo, hogares donde los corazones de nuestros hijos sean nutridos, amados, aceptados, corregidos, disciplinados, y sobre todo donde sean encaminados a su encuentro con Cristo; un hogar que sea un refugio para que nuestros hijos no tengan que buscar ni anhelar nada de lo que la cultura imperante les ofrece como si fuera lo que ellos necesitaran para ser felices, hogares donde nuestra necesidad primaria sea Cristo porque es Él en quien siempre tenemos plenitud y vida nueva.

Lo que está viviendo nuestra sociedad en el país con gran incertidumbre acerca de la seguridad de las mujeres, la salida de la escuela, y no saber si van a regresar. Para mí el llegar a casa es placentero, es mi refugio, quiero que mis hijos sientan eso, y que entiendan que lo que se vive dentro del hogar es para su bien, ésta es mi oración: que sea el anhelo de cada mujer también, que juntas podamos levantar hogares Cristo-céntricos y que al final ellos también construyan hogares firmes. Su ejemplo es precisamente eso, el hogar donde viven ahora, si ellos tienen esto, ellos construirán también un hogar donde el mensaje del Evangelio se ame, se viva y así ellos lo transmitirán también a sus próximas generaciones.

Susy: Esa es la visión que Dios ha establecido para nosotras, específicamente como madres que queremos vivir el evangelio en nuestros hogares y queremos ver a Cristo.

Karla: Nada de lo que escribí y expuse en mi libro puede transformar un hogar, solo Cristo lo hace; debemos estar conscientes de que la presencia de Dios es necesaria. Es mi oración que cuando lean mi libro “Hogar bajo su Gracia” encuentren esperanza, consuelo y ánimo de una hermana que ha vivido la transformación en su hogar baja la gracia de nuestro señor Jesucristo. Por su gracia y misericordia estamos edificando un hogar que está cimentado en su palabra y amor a Dios.

Susy: Creo que muchas podemos hablar de lo que Cristo hace por gracia en nuestros hogares, incluso a través de nuestros fracasos y de nuestro propio pecado; como madre algo que siempre me gusta recordar es que la gracia de Dios es mayor que mis faltas, como mamá de 3 adolescentes para mi saber esto es un consuelo tan grande.

Gracias Karla por compartir tu visión para un mejor hogar, gracias por compartirlo en tu libro y que ahora esté disponible para otras mujeres que tienen la necesidad de recordar lo importante que es vivir bajo la gracia de Dios.

Karla: Gracias, es un privilegio estar conversando contigo y compartir con las mujeres que te escuchan lo que significa Coram Deo y lo que es vivir un hogar bajo la gracia de Dios.

Susy: Gracias Karla. Quiero dejarles el reto de examinar en su propio corazón lo siguiente: ¿realmente estás viviendo por la gracia de Dios? ¿O crees que de alguna forma tú sola vas a poder transformar a tus hijos? Considera si en tu hogar se está viviendo Coram Deo, en la presencia de Dios, delante de Él todos los días.

Te invito a que busques el libro de Karla, “Hogar bajo su Gracia”. Está disponible en LifeWay y en librerías cristianas.

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