Categoría: Padres fieles

Ep 116: ¿Utilizas métodos antibíblicos en tu crianza?

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octubre 4, 2022

La gran mayoría de métodos y estrategias empleados hoy en día en la crianza no parten de bases bíblicas. Por esta razón, los padres creyentes somos llamados a examinar cada manera en la que estamos intentando motivar a nuestros hijos a ser o hacer lo que nosotros deseamos. Sin saberlo podríamos estar manipulando emocionalmente a nuestros hijos, o presentándoles motivaciones que alimentan los ídolos de su corazón. Con la ayuda de capítulo 7 del libro “Cómo Pastorear el Corazón de tu Hijo”, examinemos juntos nuestra metodología para así descartar métodos no bíblicos. El capítulo 5 de la guía de estudio corresponde a este material también.

Descarga la guía de estudio gratuito: https://bit.ly/crianzapoiema

Transcripción:

Susi: En esta serie basada en el libro Cómo pastorear el corazón de tu hijo, creo que nos ha quedado muy claro que bíblicamente la tarea principal de cada padre y madre creyente en la crianza de sus hijos es ejercer su autoridad. Esta es divinamente dada a los padres siendo ellos representantes de Dios para el pastoreo del corazón hacia una relación genuina con Dios que busca glorificarle y gozar de él para siempre.

Este es un llamado alto, hermoso y también es imposible sin la ayuda del Espíritu Santo en nuestras vidas. Todo esto nos lleva ahora a considerar algo práctico como los métodos que utilizamos.

El resto de este libro, básicamente se trata de metodología, o sea, lo práctico, lo diario de cómo se lleva a cabo una crianza que tiene ese objetivo supremo y una base bíblica.

El capítulo 7 del libro, se titula: “Descartando métodos no bíblicos”. El autor quiere que evaluemos y desterremos un poco cualquier método que, consciente o inconscientemente, estemos usando en la crianza de nuestros hijos para descartar los que no son bíblicos, y así entonces poder perseguir métodos que sí lo son. Esto corresponde al capítulo 5 de la guía de estudio, que contiene varios pasajes bíblicos y preguntas de reflexión que te van a ayudar muchísimo para que puedas hacer un buen proceso de evaluación.

En resumen, el capítulo 7 en este capítulo, el autor enfatiza que aún y cuando pensamos tener claros nuestros objetivos, los métodos son igualmente importantes que las metas. Dios habla acerca de ambas cosas y nos advierte que nuestra cultura no nos va a ayudar porque no nos ofrece métodos bíblicos.

Si queremos lograr el objetivo bíblico de criar hijos para glorificar a Dios y disfrutar de Él para siempre es indispensable rechazar métodos no bíblicos y abrazar los que siguen la instrucción y el ejemplo de la Biblia.

El autor menciona varios métodos comunes que no son bíblicos. Voy a mencionarlos. Por ejemplo, está el método de “no me fue tan mal”. Es cuando decimos “mis padres lo hicieron y yo no salí mal”.

Luego está el método de la psicología popular que propone cosas como el soborno, los contratos y cosas así.

La modificación de conducta es otra metodología que consiste en recompensar conducta buena y castigar o ignorar conducta mala.

El emocionalismo es un método que los padres usan para apelar a las emociones del niño y así manipularle a decidir qué le conviene más por equis razón, hacer lo que papá o mamá quiere.

La corrección punitiva y la amenaza de castigo es algo que ciertas generaciones han usado mucho y tiene muchas variantes, pero la idea general es mantener al niño bajo control a través de la experiencia negativa del castigo.  Esto implica hacer algo en contra del niño en lugar de estarle ayudando.

El último método que menciona el autor realmente no es un método, sino que es una combinación cambiante, inconsistente de todos los métodos, y esto crea inestabilidad y hace que el niño no tenga idea de lo que se espera de él.

Entonces, la gran pregunta con la que nos topamos es, ¿a dónde nos llevan estos métodos? ¿qué producen? Todos nos llevan al mismo problema de una crianza superficial que trata con la conducta y no pastorea al corazón de los hijos hacia una comprensión amplia del evangelio.

Como dice el autor en página 70, el evangelio no es un mensaje para que hagamos algo nuevo, sino que es un mensaje para que seamos nuevas criaturas.

Y espero que si tienes el libro hayas podido leer este capítulo 7. Eso es un resumen muy breve, pero yo personalmente creo que es uno de los capítulos más claros y cautivantes del libro en cuanto a provocar una evaluación propia.

Ahora Mateo, cuando te comenté que esta semana nos tocaba hablar sobre descartar métodos no bíblicos, tu respuesta fue “Este capítulo me gustó mucho” ¿Por qué te pareció o te parece tan valioso?

Mateo: La primera vez que leí el capítulo recuerdo que me obligó a evaluar las maneras en que estoy motivando a mis hijos a cambiar y al considerar estos métodos no solamente consideras el método en sí, sino también evalúas qué estás usando como palanca en el corazón de tu hijo para motivarles y moverles a ese cambio. Y también cuando empiezas a pensar de esa forma, te das cuenta de las consecuencias inesperadas que estás provocando en la vida de tus hijos. Cuando usas métodos no bíblicos y cuando ves esas motivaciones, puedes proyectar a largo plazo como esto se va a ver en la vida de tus hijos cuando crezcan y es por eso por lo que me gusta tanto este capítulo. Recuerdo la primera vez que lo leí y las veces que me ha tocado incluso enseñar algunos de estos conceptos. Siempre ha sido fascinante y me ha ayudado a mí muchísimo.

Entonces me encanta como Tripp nos pregunta qué ídolo del corazón de nuestros hijos estamos usando para realmente manipular a nuestros hijos y conseguir un comportamiento que yo quiero de ellos. Es muy muy buen capítulo.

Susi: Sí, es impactante leer un capítulo así y pensar incluso en tu propio corazón y como uno mismo se deja manipular. Uno mismo es motivado por muchas cosas incorrectas y creo que como siempre decimos, en la crianza aprendemos acerca de nuestros hijos, pero aprendemos también acerca de nosotros mismos.

Este capítulo creo que es muy valioso y algo que dice el autor es que no podemos ser indiferentes a los métodos y eso me llamó la atención, especialmente en la generación de hoy. Tú crees que esto sigue siendo un problema sobre el cual podemos simplemente: “no importa cómo lo hagas, con que tu corazón sea sincero de amor hacia tus hijos”. Quizás hay una filosofía así, no sé si es diferente que cuando el autor escribió el libro, pero ¿tú crees que esto sigue siendo un problema?

Mateo: Sí, a veces a las personas no les gusta la palabra “método”. Pero la realidad es que todos tenemos métodos. Es decir, todos tenemos maneras en las que estamos buscando provocar ese cambio en la conducta de nuestros hijos.

Si no te gusta la palabra método, quizás lo llamas “estilo” o “estrategias”, o quizás tú crees que no los tienes. Pero todos los tenemos. Incluso el padre que dicen “yo voy a dejar que mi hijo haga lo que él quiera, porque al fin y al cabo él tiene que tomar sus decisiones y él sabe lo que es mejor para él”, ese es su método.

Entonces todos tenemos estos métodos. Lo que tenemos que entender es que nuestros métodos o estrategias, filosofía o como quieras llamarlo, todos reflejan una perspectiva acerca de quiénes son y de cómo son nuestros hijos y de lo que queremos lograr nosotros en la vida de ellos.

Y es una perspectiva, ya sea bíblica o no, ahora algunos métodos se pueden usar tanto en una filosofía bíblica o de crianza o una filosofía no bíblica de crianza, porque a veces los métodos son neutrales.

La realidad es que la mayoría de nuestros métodos si reflejan cierta filosofía, cierta cosmovisión, cierta perspectiva de la vida, de la Biblia, de nuestros hijos, de qué es la crianza.

Entonces no podemos ser indiferentes a los métodos. Porque todos los tenemos, pero la clave es pensar que todos esos métodos realmente reflejan cierta filosofía de vida y de crianza también.

Susi: Nos tiene que importar si nuestros métodos son bíblicos. A mí me da un poco de tristeza cuando a veces hay personas que comentan en una publicación o responden, mandan un mensaje porque no les gusta algo que uno dice porque va en contra de su filosofía o su método, pero sus argumentos están totalmente basados no en las Escrituras, sino en su experiencia personal, en algo que leyeron o porque estudiaron educación o psicología. Y yo digo que esas ramas nunca contribuyen nada; pero lo que me da tristeza es que un padre o una madre cristiano primero no considere: ¿es bíblico o no es bíblico?

Mateo: Recientemente estamos predicando 1ra. Corintios en la iglesia y algo que hemos notado tanto en los primeros capítulos como ahora que estamos llegando al final, es que los corintios que amaban la sabiduría eran griegos. Les encantaba la filosofía, amaban la sabiduría humana, pero esa sabiduría humana, que era la sabiduría de su cultura, los lleva a empezar a modificar cosas bíblicas del evangelio.

En el capítulo 15, por ejemplo, su sabiduría griega que decía que el cuerpo, lo material, era malo, entonces, no puede haber una resurrección del cuerpo. Trastocan el Evangelio. Por lo que Pablo les va explicando cómo eso realmente termina haciendo que el evangelio sea vano. Todo por unos pequeños cambios según la confianza que ellos tienen en su propia sabiduría humana. Y eso lo podemos ver en nuestra crianza también. La pregunta que tenemos que hacernos es si nosotros llegamos a cualquier tema, la crianza también, mirándolo con lentes bíblicos. O sea, si evaluamos nuestra cultura con lentes bíblicos o si evaluamos lo bíblico con los lentes de nuestra cultura. Creo que lo que tú mencionas ahora mismo es exactamente eso, traemos los lentes de nuestra cultura, la psicología, la pedagogía o la educación… entonces ahora estamos viendo nuestra crianza por los lentes de esa cultura. En vez de ver qué dicen esas filosofías o esas enseñanzas, esa psicología a la luz de la palabra de Dios.

Susi: Somos tentados a ser más apetecibles. Decimos “la Biblia dice esto”, pero como tengo todas estas ideas de mi cultura. Es que la Biblia choca, no me atrae o no va a atraer a otros, entonces somos tentados realmente a minimizar el evangelio o ciertas verdades bíblicas. Ese compromiso que debemos tener como padres.  Yo quiero realmente tener una crianza con métodos bíblicos y no puedo ser indiferentes a los métodos o pensar que todos los métodos llevan al mismo lugar.

El autor dice, hablando específicamente sobre la modificación de conducta, que el corazón y la conducta están tan íntimamente ligados que cualquier cosa que modifique la conducta moldea el corazón o forma el corazón.

Y yo leí eso y recuerdo cuando leíamos este libro hace años y yo batallé un tiempo en entender realmente cómo esto se ve en la vida real. Pero creo que esto explica muchas cosas y no solamente en la crianza, sino también en nuestras vidas personales.  Creo que está diciendo que cualquier presión externa que me provoca cambiar mi conducta sea dejar de ser algo o empezar a hacer algo, está al mismo tiempo poniendo algún tipo de presión en mi corazón, en mis motivaciones. ¿Cómo podemos entender esto, lo que el autor dice bíblicamente?

Mateo: Si constantemente yo le estoy inculcando a mi hijo que haga lo bueno para que no pase vergüenza, para que otros no piensen mal de él o de la familia.  ¿Cómo va a afectar eso el corazón de mi hijo? ¿Cómo va a moldear el corazón de mi hijo?

Constantemente está escuchando ese mensaje “no hagas eso” porque a veces pensamos en la frase “va a afectar nuestro testimonio”,  entonces constantemente, lo que motiva a mi hijo o como yo estoy intentando motivar a mi hijo, es por lo que los demás piensan de él. ¿Cuál va a ser él resultado?

Susi: Su corazón va a ir detrás de valorar probablemente más la opinión de otros y quedar bien con otros.   O va a reaccionar en contra y decir “a mí me da igual lo que piensen de mí” y se va a rebelar.

Mateo: Exacto, entonces no hay un amor por Dios que realmente es lo que motiva su conducta. Sino es el amor que él tiene de su propia reputación o lo que otros piensan de él o esa rebeldía, como tú dices, que le lleva entonces a reaccionar en contra de eso. Entonces le estoy motivando para que haga lo bueno para conseguir un juguete nuevo. Esto le está enseñando a que él haga las cosas buenas o las cosas que mamá quiere o que papá quiere para conseguir algo para él. Es su interés propio lo que le está motivando. Y Tripp tiene razón, todas estas cosas están moldeando el corazón de nuestros hijos. Podemos pensar que es nada más algo para modificar su conducta.  Pero, realmente, estamos imprimiendo en el corazón de nuestros hijos los ídolos que nosotros tenemos y que queremos que ellos también compartan con nosotros.

Susi: Sí, es como la otra cara de lo que vimos al principio del libro, que la Biblia dice que del corazón mana la vida, no solamente es en una dirección. Lo que usamos para que las acciones de la vida cambien es lo que motiva al corazón, lo impacta. Por lo tanto, los padres no podemos ser ingenuos y creer que lo que hacemos en la vida normal, y cómo logramos que nuestros hijos sean o hagan lo que queramos, nunca es neutral.

Y yo pienso en mi propia vida en cómo es que yo me motivo, por ejemplo, a comer bien, a comer sanamente y no comer demasiado azúcar. Debe ser mi motivación, un deseo por cuidar de mi cuerpo, que es templo del Espíritu Santo, para poder tener la energía, si Dios me lo permite para servirle, para glorificar a Dios, ese debe ser.

Pero muchas veces la motivación es lo físico, la apariencia. O nos esclavizamos por un número en el que queremos pesar cierta cantidad de kilos. Eso a la larga moldea mi corazón y alimenta un ídolo que no es que no es correcto. Entonces creo que lo podemos ver en nuestras propias vidas y entender lo que está sucediendo también en la vida de nuestros hijos.

Esa declaración del autor es realmente impactante. Y si pudiéramos abrazarlo y creerlo cambiaría mucho de lo que conversamos con nuestros hijos.

Cuando estábamos hablando sobre este episodio, mencionaste que realmente la Biblia nos provee como un marco para poder identificar si el método que estamos usando en este momento con nuestro hijo, con nuestra hija, es bíblico. ¿Cuál sería ese ese marco bíblico?

Mateo: Es una pregunta difícil de contestar porque abarca muchas cosas que van más allá de versículos específicos que hablan sobre la crianza. Mucho de lo que la Biblia dice, no habla de la crianza, pero tiene todo que ver con la crianza, por ejemplo, que todas las cosas que nosotros hacemos deben ser para la gloria de Dios.

El capítulo anterior mencionábamos cosas como que el fin último del hombre es glorificar a Dios y disfrutar del para siempre. Eso no es algo que nos habla directamente de la crianza, pero tiene todo que ver. Cambia todo en la crianza si nosotros entendemos esto, entonces reducir todo esto a una sola declaración o dos o tres declaraciones es difícil.

Pero con lo que hemos estado aprendiendo en este libro y con algunas otras verdades que ya conocemos. Cómo pudiéramos ayudar a los padres que nos escuchan a poder filtrar entre lo que escucho, veo o me dicen sobre estilos de crianza.

Anoté cuatro cosas. Seguramente hay más, las voy a mencionar rápidamente y luego quizás, podemos comentar cada uno de ellos.

Primeramente, Tripp menciona que tenemos que usar métodos que animan a nuestros hijos a reconocer que están bajo la autoridad de Dios primeramente y, sobre todo; pero también de sus padres, de otras autoridades. No es muy popular, pero ese es el primero, reconocer que está bajo autoridad.

Lo que yo uso para motivar a mis hijos y cambiar su conducta también debe motivar a mi hijo y animarle a amar a Dios sobre todas las cosas. Su amor por Dios debe cambiar su conducta.

Otra cosa es el segundo gran mandamiento, amar a Dios y amar a los demás. Entonces, como yo motivo a mis hijos, debería ser su amor por el bienestar espiritual, físico y emocional de otras personas.

Y finalmente, que sometan cada deseo, meta y pensamiento a la palabra de Dios. En cada situación, lo que yo busco no es imponer mi voluntad, lograr mis sueños, hacer lo que yo quiero. Sino someter mis deseos a lo que Dios quiere, que mis metas sean las metas de Dios, que lo que yo opino sobre algo, sea lo que Dios dice en Su palabra.

Entonces, podemos pensar en situaciones específicas donde esto surge y el primero que mencionábamos reconocer es que está bajo autoridad. No es algo que es muy popular. De hecho, he escuchado a psicólogos decir que con tus hijos solamente debes imponer tu autoridad cuando tiene que ver con su seguridad, su salud, y el tema del respeto; porque ese es el valor que este estilo de crianza defiende tanto como el respeto por los demás.

Me llamaba la atención que las primeras dos cosas tenían que ver con el cuidado físico. Y el único valor por el cual tú puedes imponer tu autoridad es por el respeto.

Entonces, si hay valores por los cuales tienes que imponer tu autoridad, pero nuestro mundo no enseña eso, qué hacemos cuando un niño no quiere salir del parque y regresar a la casa, quiere continuar jugando. Entonces la manera en que muchos padres motivan a sus hijos es con un tipo de soborno “cuando vamos a la casa, te voy a dar nieve/helado”. Ese niño ahí no ha aprendido a someter su voluntad a la hora de reconocer las autoridades que Dios ha puesto en su vida, el de amarlo sobre todas las cosas, cómo motivamos a nuestros hijos a ir a la iglesia o a hacer sus tareas.

Normalmente no tiene nada que ver con “porque esto glorifica a Dios y tú debes agradar a Dios con esto”. Sino los motivamos con “cuando tú seas más grande vas a tener un mejor trabajo y vas a ganar más dinero y vas a poder vivir en una mejor casa”; y entonces estamos dirigiéndolos a su codicia realmente para motivarles.

Cuando pensamos en amar a otros más que a sí mismos. Por ejemplo, si tu hijo le pega a otro niño, cómo le dices que no debe de hacer eso, cómo le motivas a no hacerlo; algunos te aconsejan que, si está en un lugar jugando con alguien, separes a tu hijo de ese niño al que pegó y ese juguete por el cual le pegó, entonces aíslalo. Y luego cuando tu hijo diga que quiere jugar con ellos, dile “vamos a negociar”.

Entonces otra vez es su interés propio que le estaba motivando a hacer lo bueno. En vez de hablar a tu hijo sobre lo que Dios dice que nosotros debemos de amar a los demás, y que hagamos a los demás lo que nosotros quisiéramos que nos que nos hicieran a nosotros.  Eso es un cambio muy diferente, estamos hablando de algunas de estas cosas que son más bíblicas, y luego el de someter cada deseo, meta y pensamiento a la palabra de Dios.

La realidad es que somos tan egoístas con nuestros hijos y también imprimimos ese egoísmo en ellos y luego nuestra cultura, les dice “tú no dejes que nadie te imponga lo que ellos quieren”, “tú siempre sigue lo que tú opinas, que nadie te diga que no”; entonces todo es lo que yo quiero, lo que yo pienso, lo que yo deseo para mi vida en el futuro; en vez de estarles animando qué dice Dios sobre esto, y esa debería ser una pregunta que yo le hago a mi hijo constantemente. Qué dice Dios y está dirigiendo su atención, entonces a la palabra de Dios y animándolos a someterse a Su Palabra.

Susi: Pensaba ahora que decías eso en cuán importante es que nuestros hijos crezcan con una medida, una vara a la que pueden ver y decir “esto es verdad”.

La Biblia, es verdad, Dios es quien manda. Todo esto va relacionado porque un niño que no crece con una verdad absoluta delante de él, su vida va a ser inestable y cuando constantemente les apuntamos a la Palabra, lo que dice Dios.  Eso va a darle una estabilidad en su manera de pensar.

Bueno, yo no tengo las respuestas, pero siempre puedo mirar a Dios y algunos padres podrían pensar en esa última de qué dice Dios. “Pues es que yo no sé qué dice Dios, o sea, yo le digo a mi hijo eso y luego a lo mejor yo ni sé”. Esta es otra razón por la que tenemos que estar saturados de la Palabra.

Mateo: Parte de nuestra responsabilidad, primero como creyente, pero por supuesto, como padres, lo que le dice Moisés a los padres de Israel que ellos deben tener las palabras de Dios en su corazón, son para que luego ellos puedan compartir eso, instruir esa palabra a sus hijos cuando están por el camino cuando están en la casa, cuando se levantan, cuando se acuestan. Tenemos que estar empapados nosotros de la palabra de Dios.

Susi: Pensaba en el primer filtro que dijiste que, si cuando yo estoy hablando con mis hijos, y quiero que haga o no haga algo que, si le estoy dirigiendo a someterse a su autoridad, a reconocer que está bajo autoridad.

Y esto es una motivación muy grande para empezar desde muy pequeños. Enseñarles que simplemente ellos no deciden que van a comer, ellos no deciden qué ropa van a usar.  Ellos no deciden a qué hora es buena hora para acostarse por que va más allá, aunque incluye su bienestar físico.

Pero hay puntos debatibles cómo qué comida es más sana para un niño de 2 años, cuántas horas debe dormir. Bueno, varía por niños, sí, pero en general que un niño muy chiquito pueda crecer, reconociendo que su vida está bajo autoridad, que él no es el que manda. Eso le prepara entonces para que sus deseos, sus metas, sus pensamientos, estén sometidos también a Dios, que busque agradar a Dios, amar a Dios.

Obviamente, eso significa que debemos tener cuidado de no presentar a Dios como una autoridad áspera y dura, como hablamos en el episodio anterior. Es un cuidado que debemos tener, pero creo que no podemos enfatizar demasiado el valor de conversaciones desde los 2 o3 años, de constantemente estar apuntando a nuestros hijos a por qué tienes que comer tus frijoles o tus verduras porque yo soy mamá y yo dije.

Mateo: En nuestra cultura eso choca, porque dice que el hijo tiene derecho y libertad de escoger lo que él quiere. Hasta desde muy chiquito es lo que nos enseñan. Pero eso los prepara para ser personas rebeldes que imponen su voluntad en cualquier situación y van a tener esa misma actitud luego también hacia Dios, porque nunca lo aprendieron en la casa.

No estamos hablando de un autoritarismo áspero, imponente, que le exige al niño y nunca le da ninguna libertad o posibilidad de escoger algo para sí mismo. No estamos hablando de eso, entendamos eso porque a veces sí podemos caer en ese extremo.

Pero sí una vida amorosa, pero firme, que ejerce ese rol que debe de tener en la vida de los hijos, aún en cosas pequeñas y por supuesto, conforme van creciendo van adquiriendo mayor capacidad de decisión, mayor madurez y les vamos a ir soltando las riendas poco a poco.

Creo que la clave es precisamente una buena comunicación con nuestros hijos desde muy pequeños y obviamente ese es el tema de los siguientes 3 capítulos.  Entonces, ahí quizás no podemos hablar mucho más de eso, sin robar lo que queremos ver en las siguientes semanas, entonces lo dejaremos ahí creo.

Susi: Sí, eso es un tema muy amplio. El autor ve tan importante la comunicación que le dedica 3 capítulos y son los próximos 3, pero este es yo creo el filtro que nos has dado que nos va a ayudar mucho. Lo que yo quisiera animar es, por ejemplo, la siguiente conversación que tienes con tu hijo de la edad que tenga, vamos a decir hasta 17 o 18, si puede al conversar contigo entenderte.

Detente y pregúntate con qué estás motivando a tu hijo a hacer lo que quieres que haga. ¿Quieres que no deje el baño sucio? ¿Por qué?  Por qué hay que amar a otros y servir a los demás. ¿Quién quiere entrar y ver un baño sucio y tener que usarlo y limpiarlo? ¿Por qué quieres que coma la comida que Dios ha provisto? ¿Por qué quieres que se levante temprano para ir a la escuela a tiempo?

Todo lo que estamos haciendo con nuestros hijos. Preguntémonos, a qué ídolo estoy apelando o cómo le estoy apuntando a someterse a Dios, a amar a Dios y amar a otros, que realmente vienen siendo los valores del Reino de Dios. Son los valores que Dios nos ha dado para vivir aquí en la Tierra.

Pero bueno, nos faltan varios episodios donde vamos a poder hablar, creo que, de manera muy práctica, sobre conversaciones que vamos a tener con nuestros hijos, así que quédense con las ganas porque ahí viene más.

Es fácil estar cómodos en nuestra crianza cristiana, pensando que, porque llevamos a nuestros hijos a la iglesia, cuidamos lo que miran en la tele, leemos la Biblia con ellos, todo está bien.  Pero tenemos que evaluar cómo estamos en la vida diaria, motivándoles a cambiar o llamándoles a cierta conducta.

Entonces, vamos a esperar estos siguientes capítulos con ansias y en la guía de estudio también vas a poder ver muchos textos bíblicos, examinar otros de los métodos de crianza sobre motivar a nuestros hijos.

Y vamos a hablar mucho de la comunicación y todos vamos a ser retados y esperamos que te quedes con nosotros en esta serie. Recuerda que puedes ir a crianzareverente.com y buscar este episodio 116 y ahí vas a encontrar el enlace para bajar la guía de estudio gratuita, si aún no la tienes.

Bueno, nos vemos la próxima semana para hablar sobre el capítulo 8. Bendiciones.

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Autores

  • Susi Bixby

    Susi es la fundadora de Crianza Reverente y anfitriona del podcast, mamá de un adolescente y dos adultos jóvenes, y esposa de Mateo Bixby, uno de los pastores de Iglesia Bautista la Gracia en Juarez, NL, México. Juntos colaboran también en la Universidad Cristiana de las Américas en Monterrey, NL.

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