Categoría: Vida familiar

Episodio #82: Un hogar centrado en el Evangelio con Sugel Michelen

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septiembre 1, 2021

¡No existe una materia más importante para la instrucción en el hogar que el mismo Evangelio de Jesucristo! De hecho, no existe nada más poderoso para transformar las vidas de papá, mamá y cada hijo también. En este episodio, el Pastor Sugel nos da una explicación clara del Evangelio y nos trasmite una visión de cómo el Evangelio puede y debe ser el centro de la vida familiar.

Estudio bíblico de la semana: Romanos 3  (Bajar e imprimir)

Recurso recomendado de la semana: ¿Qué es el Evangelio?  Por Greg Gilbert

Preguntas de reflexión:

  1. Evalúa tu perspectiva del poder del Evangelio después de ser salvo. ¿Has subestimado tu necesidad de él cada día?
  2. ¿Te caracterizas por el arrepentimiento? ¿Tu fe crece de manera regular? Identifica áreas de oportunidad.
  3. ¿Qué cambios prácticos debes implementar en tu crianza, con la ayuda del Señor, para hablar más y modelar mejor el Evangelio diariamente?

Transcripción:

Susi: Es un enorme gusto para mí el poder saludarte una vez más después de varios meses, en un episodio nuevo de Crianza Reverente. Es el episodio número 82 y llevamos más de 2 años con este podcast, ¡gracias a Dios!

Hemos estado en este tiempo, en el cual no hemos tenido episodios nuevos, orando, investigando, estudiando y orando más, para que el Señor dirija lo que solo Él puede hacer en esta nueva temporada de Crianza Reverente. Lo que fue una idea para una serie breve, se ha desarrollado bajo la guía del Espíritu Santo, en una serie que durará toda una temporada. Y, ¿por qué será así? Porque vamos a estudiar a fondo un tema que no tiene fondo, que uno nunca termina de estudiar y conocer en toda la vida cristiana, y es el Evangelio. Entonces, para lanzar esta serie tan crucial, tenemos el privilegio de conversar el día de hoy con nuestro hermano Sugel Michelén.

¡Bienvenido Hno. Michelén a Crianza Reverente!

Pastor Sugel: ¡Muchas gracias! Es un enorme privilegio estar primero aquí en Monterrey por segunda vez y ahora aquí en el programa, que aunque ya había participado, fue en Santo Domingo y no aquí.

Susi: El Hno. Michelén, es Pastor de la Iglesia Bíblica del Señor Jesucristo en Santo Domingo; pero estuvo participando en un episodio del Podcast el año pasado, en el episodio número 46, por si desean escucharlo después, y el tema fue sobre la importancia de la predicación en la familia. Ahora está de visita en Monterrey esta semana, y con esa gracia que siempre le caracteriza, aceptó agregar algo más a su agenda y estamos muy agradecidos.

Pastor Sugel: ¡Es un enorme privilegio!

Susi: En Crianza Reverente principalmente somos un Podcast diseñado para padres creyentes, quizás pastores, maestros, abuelos, y creo que sería fácil asumir que todos sabemos de qué estamos hablando cuando nos referimos al Evangelio. Pero, también estoy consciente de que muchos oyentes vienen de trasfondos religiosos diferentes, iglesias diferentes, y no quiero ser irresponsable y asumir que todos tenemos una comprensión bíblica y profunda de lo que es el Evangelio. Entonces, ¿puede ayudarnos a comenzar con lo más básico y esencial, y explicarnos qué es el Evangelio?

Pastor Sugel: Antes de responder directamente la pregunta, creo que es importante ver algunas concepciones equivocadas que la gente tiene.

Por ejemplo: En la iglesia muchos piensan que cuando hablamos del Evangelio, estamos hablando de evangelismo, y por eso piensan que van a predicarle a los inconversos y no a mí, porque yo ya soy creyente. Es como si el Evangelio es un trampolín, del que yo me lanzo a la piscina de la vida cristiana y tan pronto me lanzo a la piscina, obviamente dejo atrás el trampolín. Entonces, ya no tengo que pensar más en el Evangelio. Pero, el Evangelio y el evangelismo, aunque están relacionados, son dos cosas diferentes.

Pablo en 1 Corintios 15, habla a estos hermanos del Evangelio que él les predicó, y él lo resume de esta manera: “Porque yo os entregué en primer lugar, lo mismo que recibí, que Cristo murió por nuestros pecados, conforme a las Escrituras;  que fue sepultado, y que resucitó al tercer día conforme a las Escrituras”.

Las 3 cosas que Pablo menciona son hechos históricos: Él murió, fue sepultado y resucitó. Así que el Evangelio es una noticia de algo que ya sucedió hace más de dos mil años, cuando nuestro Señor Jesucristo, que es el Dios encarnado, murió en la cruz por todos, para sustituir al pecador.

Nosotros merecemos la muerte, la paga del pecado; pero Cristo muere en nuestro lugar. Así que, el Evangelio es la nueva noticia, es el anuncio de lo que Dios hizo en Cristo, para salvar a pecadores culpables; pero manteniendo intacta su justicia; porque alguien satisfizo la justicia de Dios, ¡el perfecto Hijo de Dios!

Recuerdo hace unos años estaba entrevistando a un joven que quería ser miembro de nuestra iglesia, y nosotros los pastores tenemos una entrevista con ellos, y una de las preguntas que hacemos es: Tú estás en la universidad, y ¿cómo predicas el Evangelio allí? Y él me decía: Bueno, yo les digo que tenía un vacío en mi corazón; pero yo me convertí y Jesús llenó ese vacío.

Y yo le decía: Y ¿qué pasa cuando te encuentres con un joven que te diga: “yo también tenía ese vacío, pero ahora estoy practicando yoga y ya no siento ese vacío.”?

El punto no es decirle al pecador, tienes un vacío en tu corazón que solo Cristo puede llenar, es decirle: Tú tienes un problema con la justicia de Dios, que solo Cristo puede resolver; y yo te tengo un anuncio de algo que ocurrió, de lo que Dios hizo para resolver ese problema a través de la muerte y la resurrección del Señor Jesucristo.

Susi: Es común escuchar que el Evangelio es la historia de la Biblia. Pensando en que tenemos hijos que van a escuchar historias bíblicas y queremos que crezcan en la Palabra, ¿cómo es el Evangelio la historia de la Biblia? ¿Cómo podríamos ampliar eso?

Pastor Sugel: ¡Qué buena pregunta! Muchos padres cristianos que quieren ser responsables en la crianza de sus hijos y, por lo tanto, apartan un tiempo diario para estudiar juntos la Biblia, lamentablemente, sobre todo cuando están en el Antiguo Testamento y ven algunas de esas historias, muchas veces, sin quererlo, terminan moralizando las Escrituras.

Por ejemplo, con la historia de Jonás, “no le hizo caso a la Palabra de Dios y la gente lo lanzó al mar y un pez se lo tragó” (como dice el corito); y todo eso, porque no obedeció a la Palabra de Dios.

¿Cuál es el “meta mensaje” que está detrás de esa historia? “Si tú no obedeces, te puede pasar algo malo”. La pregunta es: ¿El libro de Jonás está en la Biblia para decirle a los niños que, si se portan mal, les puede pasar algo muy malo? O se encuentra en la Escritura, para mostrarnos la misericordia salvífica de Dios; en primer lugar, a los marineros que eran paganos; en segundo lugar, a la ciudad de Nínive que era una ciudad pagana también; y en tercer lugar, a Jonás.

Porque, ¿quién escribió el libro de Jonás? El libro deja al profeta muy mal parado, muy probablemente lo escribió Jonás, luego de su arrepentimiento; o Jonás le contó a alguien su historia, de lo mal que él hizo; pero, ¡cómo Dios tuvo, aún a pesar de todo, misericordia de él! Ese es el gran mensaje de toda la Escritura. Porque nosotros somos pecadores, somos malos, pero Dios envió a su Hijo. Entonces, cuando leemos la Biblia, debemos tener esa gran historia en nuestra mente y todas esas pequeñas historias, quieren llevarnos a Jesús.

Por ejemplo, leemos en el Antiguo Testamento a los Reyes, y vemos que ninguno fue el rey perfecto; porque todos eran una sombra del perfecto Rey, nuestro Gran Dios y Salvador Jesucristo.

Yo tengo que estudiar la Biblia con mis hijos, viendo cada detalle, porque no siempre es el mismo mensaje, que somos pecadores, merecemos la muerte y Cristo murió. ¡No! la Biblia te presenta el Evangelio de muchas maneras, es un diamante tan rico y por eso es que hay tantas historias; pero es una gran historia, compuestas de muchas historias pequeñas, que te llevan a Jesús.

Susi: Yo pienso en cómo empieza la historia de la Biblia, esa creación y la caída que tuvieron Adán y Eva, y nos pone el escenario para el resto de la Palabra; y eso nos ayuda a entender, y cuando nos sentamos a leer y estudiar la Biblia, tenemos un gran problema y es que muchas veces nosotros como padres, la usamos como un arma contra nuestros hijos, en lugar de una herramienta o un contexto en el que debemos vivir.

Para padres creyentes, ¿cómo debería ser el contexto y cómo se impacta la vida diaria de la crianza?

Pastor Sugel: Veamos la historia de Cristo y los dos discípulos camino a Emaús, ellos dicen que están tristes, porque creían que Jesús redimiría a Israel, y Cristo les dice: “Insensatos y tardos de corazón, para creer todo lo que los profetas han dicho, ¿no era necesario que el Cristo padeciera estas cosas y que luego, entrara en su gloria? Y comenzando desde Moisés, y siguiendo por todos los profetas, les declaraba en todas las Escrituras, lo que de él decían.” Entonces, Cristo es la clave para entender la Biblia y si nosotros como padres cristianos lo entendiéramos mejor, estudiaremos la Biblia con nuestros hijos; pero ayudándoles a ver a Cristo a través de las páginas de las Escrituras. El mismo Cristo dice: Yo soy el tema central. La Biblia no es un libro de moral y cívica, no es un manual de buen comportamiento, es una historia de la Salvación.

Susi: Sucede que nosotros los padres buscamos y queremos buen comportamiento de nuestros hijos.

Pastor Sugel: Hemos dicho que el Evangelio es una buena noticia pero comienza con una mala noticia, que somos pecadores, necesitamos redención, necesitamos ser justificados o declarados inocentes en el Tribunal de Dios, y eso es lo que hace Dios, a través de Jesús quien murió por nuestros pecados.

Cuando yo asumo que mis hijos son pecadores, no me puedo extrañar verlos pecando, porque son pecadores.

A los padres de la congregación yo les digo que ven a sus bebés tan pequeños en sus brazos, tan tiernos e inocentes; pero teológicamente hablando, es un pequeño impío. Entonces, yo tengo que recordar que mi hijo no es un angelito, y conforme vaya desarrollándose, se verán sus pecados.

Imagínense esta escena: Imaginemos al hijo de Susi cuando tenía 8 años y de pronto escuchas un grito en su habitación y cuando te diriges a su habitación, te encuentras con el mayor a punto de darle un puñetazo en el rostro. ¿Qué harías? Una reacción que muchos padres cristianos tendríamos, sería decirles: “¡Tú tienes que amar a tu hermanito y no te permitiré que hagas eso y si lo haces, yo te pegaré más!”.

¿Qué puede hacer un padre cristiano que tiene claro el Evangelio, y sabe que su hijo es pecador? Decirle: ¿Qué pasó? No puedes pegar a tu hermano. Y el hijo responde: es que Juanito me desespera. Tú respondes: te entiendo amor, a mí me pasa igual que a ti. Yo también soy un pecador y es precisamente por eso, que tú y yo necesitamos a Jesús; porque somos pecadores.

Yo, como padre, aprovecho la escena de la ira de mi hijo, y probablemente tenga que disciplinarlo; pero no sin el contexto del Evangelio.

Leamos Efesios 6, lo que dice Pablo: “Padres no provoquéis la ira a vuestros hijos, sino criadlos en la disciplina y amonestación del Señor”.

¿A qué se refiere Pablo? Primero, que provoco a ira cuando yo no los crío, cuando me desentiendo de mis hijos, contrario a lo que muchos padres piensan, que si los disciplinan se van a enojar y probablemente sí; pero tú los estás guiando.

En segundo lugar, la verdadera crianza consta de disciplina y de instrucción; pero en el Señor.

A veces olvidamos que ese texto está en una carta, que fue escrita a cristianos, y que comienza diciendo: “Pablo, apóstol de Jesucristo por la voluntad de Dios, a los santos y fieles en Cristo Jesús que están en Éfeso”.  Hay un contexto, entonces, yo no puedo utilizar este texto y sacarlo de su contexto, y decir que, ¡tengo que disciplinar a mis hijos!; pero obviamos lo que dice en seguida, “en el Señor”, en el contexto de esa gran historia de redención. Entonces, yo no puedo simplemente pegar a mi hijo o llamarle la atención; sino, tomar ese incidente y mostrarle su necesidad de Jesús, como ¡yo también! Yo no soy “Don perfecto”, yo también peco; y de paso en la crianza de disciplina y amonestación del Señor, incluye que los padres pidan perdón, cuando ellos también pecan delante de sus hijos.

Yo muchas veces les pregunto a los padres, ¿hace mucho que tú no le pides perdón a un hijo tuyo?; porque si hace mucho que no lo haces, no es porque no haya habido necesidad; sino porque eres muy orgulloso. Muchas veces el orgullo nos quiere presentar como “Don o Doña perfecta” delante de nuestros hijos.

Susi: Y esa es una mala comprensión del Evangelio; porque como padres eso nos sucede, lo del orgullo y no pedir perdón.

Recuerdo a padres decir: Es que si mi hijo me ve haciendo algo malo, y yo reconozco mi pecado, ya no soy el ejemplo perfecto para él. Pero ¡Cristo no nos llamó a ser ejemplos perfectos!, nos llamó a ser ejemplos en el Evangelio, en cómo respondemos ante Cristo. Incluso, esa es una enseñanza errónea que en algunas iglesias, algunas personas pueden recibir.

Pastor Sugel: Nosotros no solamente le hablamos del Evangelio, nosotros le modelamos el Evangelio. Y el Evangelio, finalmente, no deja de ser una vida de arrepentimiento y fe. No es que yo entro por la puerta del Evangelio con el arrepentimiento y la fe, y luego me olvido de eso. Es que nosotros, nos pasamos la vida arrepintiéndonos y volviéndonos al Señor; y eso pasa a veces delante de nuestros hijos.

Hay veces en que yo me airé en un momento dado, y cuando hacíamos el devocional, yo tenía que decirlo, porque ya mis hijos se habían dado cuenta. Antes de que nosotros abramos la Biblia yo tenía que pedirles perdón; porque yo pequé y yo hice algo malo con alguno, y tengo que pedir perdón. Y eso es parte de modelar el Evangelio.

Susi: De esta manera estamos modelando la respuesta al pecado, la respuesta a Cristo. ¿Cómo pensamos que nuestros hijos van a responder a Cristo, si no nos ven a nosotros haciéndolo? Es una tarea complicada, porque el orgullo es fuerte.

Pastor Sugel: Es verdad, pero una cosa que me encanta de Efesios, que habla de todas las relaciones: Esposo y esposa; padres e hijos; siervos y amos. Este pasaje es como el jamón del sándwich, porque el texto comienza con Efesios 5:18: “No os embriaguéis con vino, en lo cual hay disolución; antes bien sed llenos del Espíritu,” y luego termina en Efesios 6:10 “Por lo demás, fortaleceos en el Señor, y en el poder de su fuerza.” Tenemos, sed llenos del Espíritu, fortaleceos en el Señor y el jamón del sándwich es: “maridos amen a sus mujeres; esposas sométanse a sus maridos; y padres no provoquen la ira a sus hijos, sino críenlos”. Pero para eso yo necesito el poder del Espíritu Santo; no puedo hacerlo en mis propias fuerzas.

Susi: A veces nos complicamos la vida, y no sé cómo es en otros países, pero aquí se escuchan muchas voces; es muy popular que los padres estén en internet escuchando, y hemos llegado a subestimar la importancia de la iglesia local y la Palabra y la unidad familiar.

Me llama la atención, porque si leemos todo el libro de Efesios, el contexto de Efesios 5 y 6, es la vida en la iglesia, la unidad. Entonces, el Evangelio nos llama a vivir en comunidad cristiana y la importancia que tiene.

Pastor Sugel: La santidad es un proyecto de comunidad, en la misma carta a los Efesios 4, dice que Cristo es la cabeza de la iglesia, y ha puesto a pastores y maestros para que equipen a los creyentes para la obra del ministerio; y en los versículos 15 y 16 dice: “Hablando la verdad en amor, crezcamos en todo en aquel que es la cabeza, Cristo, de quien todo el cuerpo, bien concertado y unido entre sí por todas las coyunturas que se ayudan mutuamente, según la actividad propia de cada miembro, recibe su crecimiento para ir edificándose en amor.”

Imaginemos, qué pasaría en una congregación, si las personas que tienen más años en la fe toman a esos padres nuevos y los ayudan cuando ven ciertas cosas, y les dicen: Yo te entiendo, yo pasé por ahí, pero mira cómo nosotros podemos resolver esto.

Susi: Eso requeriría que las familias jóvenes respondan correctamente, acepten y busquen la ayuda de sus hermanos mayores.

Pastor Sugel: Y que sean transparentes. Una de las cosas más terribles que nos pasa a los padres, es que queremos que nuestros hijos sean el departamento de publicidad nuestro; queremos que se porten bien, para que la gente piense bien; pero eso no es el Evangelio.

Yo, como cristiano, debo andar con un letrero: “Yo merecía el infierno”, pero Cristo murió por mí, Cristo me salvó.

El usar a nuestros hijos es una crueldad, querer que se porten de cierta manera delante de la gente, para que hablen bien de nosotros. Y qué bueno es cuando un padre puede venir delante de un padre más experimentado y le dice: ¡Ayúdame, ya no sé qué hacer con mi hijo adolescente! Y tú ya pasaste por eso. De eso es que se trata la vida en comunidad en una iglesia.

Susi: Me gusta mucho ese punto, de que no se trata de nosotros. No sé por qué la crianza tiene la tendencia a centralizarse en mí como madre; porque a ese bebé lo cargaste en tu cuerpo y por eso se trata de mí; y el Evangelio me recuerda vez tras vez, que nada se trata de mí, todo se trata de Cristo, y eso nos va a ayudar como padres.

Pastor Sugel: Es bueno que los padres recuerden que aun la buena crianza, sabiendo que somos pecadores y que vamos a fallar; pero en el contexto general, una buena crianza, no garantiza la salvación de nuestros hijos, ¡la salvación es del Señor!

Veamos cómo comienza el libro de Isaías: “Escucha tú, tierra; porque habla Jehová: Crié hijos, y los engrandecí, y ellos se rebelaron contra mí.” Dios está diciendo: Él es el Padre perfecto, que no comete errores; pero ellos se rebelaron contra mí. Porque el pecado todavía mora en nuestros hijos, así como en nosotros; y si no son redimidos por el Cordero, nada garantiza que nuestros hijos serán salvos porque yo los crié bien.

Pero, qué dice en el libro de Proverbios: “Cría a tus hijos en su camino y nunca se apartarán.” Eso es un principio general, no es una promesa; es como decir: La blanda respuesta, quita la ira; ¡no siempre sucede! Pero, ¿qué pasó con Jesús? Jesús tenía blanda respuesta y lo mataron en una cruz; entonces ese versículo de Proverbios es un principio, mas no una promesa.

Y lo vemos en Ezequiel 18, Dios está hablando de cómo cada cual morirá por su maldad; y vemos a un padre piadoso que tiene un hijo que es completamente contrario a él; dice que el padre era un hombre que temía al Señor, pero el hijo es un malvado; pero luego, ¡mira la grandeza de la gracia de Dios, ese hijo malvado, tiene un hijo que es piadoso!

¿Cómo podemos explicar eso? ¡Porque la salvación es del Señor!

Susi: Eso es algo que los padres tenemos que recordar, todos los días. Esa humildad, viene cuando nos recordamos todos los días: “La salvación de mis hijos es lo más importante; pero es lo que yo no puedo producir”. Eso me lleva a correr a Cristo en oración, y a vivir en dependencia como padres.

¡Muchas gracias, hermano, por su tiempo! Y quería preguntarle si tiene alguna recomendación sobre buenos recursos. ¿Algún libro que recomiende sobre el Evangelio, para profundizar en el tema?

Pastor Sugel: Lean Romanos, es el mejor libro, porque es una exposición detallada del Evangelio, pero fuera de la Biblia puedo recomendarles el libro de Greg Gilbert que se llama: ¿Qué es el Evangelio? Es un libro breve para seguir profundizando en este tema.

Susi: Y si esta semana alguien desea hacer un estudio bíblico de Romanos, ¿qué capítulo le recomendaría?

Pastor Sugel: Romanos 3, porque Pablo comienza diciendo, cómo el pecado es universal, todos nos extraviamos, a una nos hicimos inútiles, no hay quien haga lo bueno, no hay ni siquiera uno; pero, luego en el versículo 21, Pablo detalla cómo Cristo es la propiciación por nuestros pecados al morir en la cruz y recibir la ira que nosotros merecíamos y cómo luego esa salvación es solo por medio de la fe. ¿Alguna jactancia tenemos? ¡No! Porque concluimos que somos salvos por la fe, no por las obras.

Susi: Es una buena recomendación comenzar un estudio personal, sobre todo el libro de Romanos.

¡Muchas gracias pastor Sugel!

Estaremos indicando el enlace para el libro que recomienda el hermano, y una hoja de estudio inductivo, que puedes descargar para estudiar el libro de Romanos o el capítulo 3 en esta semana.

¡Gracias por acompañarnos, nos vemos la próxima semana y que Dios te bendiga grandemente!

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Autores

  • Susi Bixby

    Susi es la fundadora de Crianza Reverente y anfitriona del podcast, mamá de un adolescente y dos adultos jóvenes, y esposa de Mateo Bixby, uno de los pastores de Iglesia Bautista la Gracia en Juarez, NL, México. Juntos colaboran también en la Universidad Cristiana de las Américas en Monterrey, NL.

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