Categoría: Enseñanza

Dos verdades y una mentira sobre el devocional familiar

marzo 4, 2023

Cuando mis dos hijos mayores eran pequeños, una familia de la iglesia nos invitó a su casa a comer un domingo después de ir la iglesia. Esta familia fueron líderes en nuestra iglesia y cristianos desde hace mucho tiempo. Como nueva creyente me intimidaba el solo pensar en ir a su casa, y más aún cuando supe que hacían el devocional familiar alrededor de la mesa después de cada comida. Imaginé a todos sus hijos bien sentados y callados alrededor de la mesa, con sus manos quietas sobre sus piernas escuchando atentamente a su papá mientras les leía largos pasajes de la Biblia. No estaba muy lejos de la realidad en mi imaginación, y el observar a esta familia «perfecta» leer la Biblia juntos produjo simultáneamente dos cosas en mí: la idea de que esto es lo que hacen los «súper cristianos» y, al mismo tiempo, un sentimiento de «nunca podría lograr esto.»

Verdad: El devocional familiar puede ser divertido

¿La idea de tener devocionales familiares evoca imágenes y expectativas similares en tu mente? ¿Se siente intimidante, como si fuera algo que solo las familias espirituales pueden lograr? O ¿has intentado tener devocionales familiares que resultaron un fiasco? ¿Tus hijos no actúan como los niños de la escena que te describí al inicio, tu cónyuge no está de acuerdo, o pierdes el control en medio de la lectura porque nadie está poniendo atención de manera intencional como a ti te gustaría? ¿Sí? Yo también. Bienvenido a la vida real de los devocionales familiares.

Nosotros mismos nos predisponemos a la desilusión y al desánimo cuando tenemos expectativas de reverencia, silencio y gratitud por cada palabra que sale de nuestra boca por treinta minutos o más. Establecer expectativas buenas, sanas y realistas es parte de predisponer tu tiempo de devocional familiar para que sea exitoso. 

Primero que nada, ¡el tiempo devocional puede ser divertido! Recientemente alguien me dijo que ellos procuran hacer su tiempo devocional con el postre. Los niños se comen un plato de nieve mientras ella o su esposo lee una pequeña porción de las Escrituras. Otra amiga deja que sus hijos se acuesten en el suelo y coloreen mientras ella lee. El punto es, tus hijos no tienen que estar sentados en silencio con los ojos puestos en ti. Deuteronomio 6:7 nos dice que enseñemos a nuestros hijos acerca de Dios “y las repetirás a tus hijos, y hablarás de ellas estando en tu casa, andando por el camino, y al acostarte, y cuando te levantes.” Así que, ve a caminar, dales una paleta o siéntate en el patio y enséñales que leer la Palabra de Dios puede ser placentero. 

Verdad: El devocional familiar llevará fruto

La verdad es que el tiempo inconsistente e imperfecto en la Palabra de Dios es mejor que no estar en la Palabra de Dios. Aún si no terminas de leer todos los versículos que querías; aún si envías a uno de los niños a tiempo fuera a mitad de la lectura de los Diez Mandamientos; aún si solo lees un versículo y decides que ya es momento de terminar con  oración. La Palabra de Dios dará fruto. Porque el poder de la Palabra no depende de ti, ni de tu habilidad para mantener la atención de tus hijos inquietos, o la profundidad de tu perspectiva teológica. El poder de la Palabra de Dios mora en Dios mismo; Él es quien está hablando; Él es quien está salvando y convenciendo, alimentando y nutriendo. La Palabra de Dios es viva y eficaz porque Dios es vivo y eficaz. Así que ábrela, léela, y confía en que está obrando. 

Llevamos mucho fruto cuando leemos la Palabra. El mayor fruto por el que oramos es el fruto para salvación. Leer la Palabra de Dios nos muestra nuestra necesidad de un Salvador y luego nos dice quién es ese Salvador y cómo podemos llegar a tener una relación personal con Él. Pablo nos dice en Romanos que “…la fe es por el oír, y el oír, por la palabra de Dios” (Rom. 10:17). Así que ábrela, léela, y confía en que Dios está obrando. 

Aún si esperamos y oramos que Dios use su Palabra para salvación podemos ver otro fruto. La Palabra de Dios nos alimenta y nutre (Deut. 8:3), nos fortalece, corrige, instruye, reprende y capacita (2 Tim. 3:16). Los Salmos nos dicen que «lámpara es a mis pies tu Palabra y lumbrera a mi camino» (Sal. 119:105). La Palabra ilumina y guía a nuestros hijos en el camino correcto, por sendas de justicia. Porque es viva y eficaz, puede producir mucho fruto cuando la abrimos, leemos, y confiamos en que Dios está obrando. 

Mentira: El devocional familiar se debe hacer de «la manera correcta.»

El devocional familiar no tiene una fórmula; no hay una «manera correcta» de hacerlo. ¿Piensas que el devocional familiar se debe llevar a cabo en la mesa del comedor? No es así. ¿Crees que tu esposo es quien tiene que hacerlo? No necesariamente. ¿Crees que debes ser capaz de responder a todas las preguntas que tus hijos hagan? No tienes que serlo. ¿Crees que debe durar más de 5 minutos? No tiene que. ¿Crees que debe ser a la misma hora y en el mismo lugar cada día? Ya lo sabes… no tiene que ser así. 

Si eres el único padre de familia o si tu esposo no quiere ser líder, la Palabra de Dios va a hablar. Si necesitas tener el devocional familiar mientras los niños están en la bañera, la Palabra de Dios aún habla. Si tu familia se reúne sólo dos veces por semana, la Palabra de Dios aún habla. De acuerdo a Isaías 55:11, su Palabra “no volverá a mí vacía, sino que hará lo que yo quiero, y será prosperada en aquello para que la envié.” Dios es fiel a su Palabra. Ábrela, léela, y confía en que Dios está obrando. 

Y, sobre todo, recuerda que Dios obra a través y a pesar de nosotros. No leíamos la Biblia como familia cuando mis dos hijos mayores eran pequeños. La leíamos esporádicamente cuando mis otros dos hijos eran pequeños. Solo fuimos más consistentes en nuestra lectura cuando comenzamos la escuela en casa. ¿Se acortó el brazo de Dios por mi falta? En lo absoluto. Pero me hubiera gustado haber establecido el hábito antes. Así que, en cualquier etapa que te encuentres, toma tu Biblia, ábrela, léela a tus hijos y recuerda que Dios está obrando en ti, a través de ti y a pesar de ti. Nunca es demasiado tarde. 

Este artículo fue publicado originalmente en Risen Motherhood. Traducido y usado con permiso. 

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Autor

  • Courtney Doctor (MDiv, Covenant Theological Seminary) sirve como coordinadora en iniciativas para mujeres para The Gospel Coalition. Es maestra de la Biblia y autora de varios estudios bíblicos. Courtney y su esposo Craig tienen cuatro hijos, dos nueras y cinco hermosos nietos. La puedes seguir en Instagram y Twitter.

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