Categoría: Vida Espiritual

5 Maneras de cuidar a madres solteras

septiembre 26, 2021

por Rachel McIntosh

Es la hora de cenar para mis hijos. En una mano sostengo el tenedor que no quiere mi hijo de dos años. Con mi otra mano reviso la función de “compartir ubicación” cada par de minutos. Después de un largo día de cuidar a tres niños de entre 4 meses y 4 años de edad, no puedo esperar al momento en el que la pequeña burbuja naranja, que representa a mi esposo, se aleje de su oficina para llegar a casa.

Mientras toco la pantalla de mi teléfono, mis pensamientos se tornan hacia mi madre. Pienso en la difícil y exhausta vida que ella debió llevar al tener a cuatro hijos más o menos pequeños en casa sin tener esperanza que alguien le ayudara cuando dieran las cinco de la tarde.

Mis padres se divorciaron cuando yo tenía 13, y mis hermanos tenían 11, 10 y 8. A esa edad yo no notaba lo pesada que era la carga para mi mamá. Sabía que tenía un tiempo difícil cuando nosotros no nos comportábamos, podía ver su tristeza y enojo cuando discutíamos por quién iba a lavar los platos, o cuando nos humillábamos de manera rencorosa cuando estábamos en la mesa, o peleábamos por el control remoto. Pero mucho de lo que era difícil para ella yo no lo vi, quizás porque no me detenía a pensar acerca de lo que ella pasaba en el día o porque ella me protegía de eso.

Ahora sé algo que entonces no veía; mi mamá estaba lidiando con algunas de las cosas con las que muchas madres solteras están familiarizadas. Cosas como lamentar la pérdida de su matrimonio, dificultad financiera, batallas legales sin resolver, los efectos de abuso físico o emocional, los retos de la custodia compartida, y la lista podría seguir.

Una cosa es entender mejor las cosas con las que lidiaba diariamente, y otra es vivirlas día a día; y aunque otras madres se pueden identificar, la situación de cada una es distinta y única.

Pero hay alguien que nos conoce por completo (Sal. 139:1). Hay alguien que conoce todos nuestros pensamientos de ansiedad (Sal. 139:23). Hay alguien que lleva una cuenta de nuestras lágrimas (Sal. 56:8). Jesús puede empatizar con la madre soltera que siente la aplastante carga de su responsabilidad, porque Él llevó sobre sus hombros la carga más pesada: la cruz, y también la llevó solo.

Y es con este conocimiento que Jesús nos pide que veamos por aquellos que tienen una necesidad particular en nuestras iglesias (San. 1:27). De hecho, Dios nos da a todos los unos a los otros, para servirnos unos a otros para que juntos podamos crecer y madurar en Cristo (Ef. 4:12-13).

Entonces, ¿cómo podemos amar y servir a las madres solteras en nuestra iglesia? Les hice esa pregunta a algunas madres solteras, incluyendo a mi mamá, y hubo cinco cosas que respondieron en común. Lo siguiente no es exhaustivo ni cubre la situación de todas las madres; así que, por favor, pregunta a las mujeres en tu propia vida o iglesia lo que encuentran más útil.

Ámala siendo una buena amiga

Las madres solteras necesitan buenas amigas. Amigas a las que puedan contar sus dificultades sin miedo a ser juzgadas. Amigas con las que puedan divertirse. Amigas a las que puedan ir a pedir consejo y perspectiva cuando tiene una decisión difícil que tomar. Amigas con las que puedan orar cuando se sienten demasiado débil para llevar sus penas y las de sus propios hijos. Amigas que las mantengan a cuentas. Amigas que les recuerden la soberanía de Dios y su poder de dar vida cuando las estadísticas de niños de padres divorciados las mantengan despiertas por la noche. Amigas que admitan que no lo tienen todo resuelto tampoco; amigas que sean reales con ellas y pidan que oren también por ellas. Como lo encontramos en Proverbios, “en todo tiempo ama el amigo” y “el cordial consejo del amigo alegra al hombre” (Prov. 17:17; 27:9).

Ámala al apuntarla a Cristo

Muchas madres solteras no encuentran muchas oportunidades para reunirse con otros cristianos para animarse mutuamente. Si trabajan fuera de casa, puede ser que no puedan llegar a un estudio Bíblico o al grupo de niños en el día. Y la edad o las necesidades de sus hijos pueden significar no poder unirse a un grupo de compañerismo en las noches tampoco.

Jesús nos dice que “consideremos cómo estimularnos al amor y a las buenas obras” (Heb. 10:24-25, énfasis mío). Así que pensemos en cómo animar a nuestras amigas que son madres solteras, quizás: ¿Puedes ofrecerte a leer la Biblia con ella en su casa? ¿Puedes organizar una tarde para hablar por teléfono y orar? ¿Puedes preguntarle qué es lo que encuentra más difícil en la semana y enviarle palabras de ánimo en esos momentos? Y si estás en el equipo de líderes en tu iglesia ¿podrías pensar en llevar a cabo un estudio Bíblico en línea para aquellos que no pueden estar físicamente? O ¿podrías satisfacer las necesidades de cuidado de niños y programación de las mamás en diferentes circunstancias para que puedan reunirse en persona?

Ámala en la iglesia

Ir a la iglesia el domingo puede ser emocionalmente difícil para las madres solteras. Puede ser que ver muchas parejas felizmente casadas y familias “normales” animen su corazón, pero esto también puede ser como tocar una herida; puede sentir dolor renovado acerca de la situación que jamás pensó vivir. Puede sentirse como la rara. Así que, pongamos en práctica vivir nuestra unidad en Cristo y pasemos tiempo con ella; algo tan simple como invitarla a comer después del culto puede hacer una gran diferencia (Ef. 4:3).

Si estás en el staff de la iglesia, otra manera de ayudarla a sentir que pertenece es pedirle que use sus dones para servir a la iglesia: solo se sensible si eso puede ser demasiado para ella tomando en cuenta la etapa en la que está.

Dependiendo de su personalidad, se puede preocupar de que se encuentre rodeada de personas pero no tenga con quién hablar. Cuando estoy hablando con alguien después del culto y la conversación se termina de manera natural, voy y me uno a mi esposo si veo que los que están a mi alrededor están teniendo conversaciones con otras personas. Tal vez tú haces lo mismo. Y es posible que una madre soltera se haya acostumbrado a hacer lo mismo. Cuando se encuentra en esa situación y tiene niños pequeños muy probablemente se ocupará con ellos. Pero si los hijos son mayores y están pasando tiempo con sus amigos, o si ese fin de semana les toca estar con su papá, ella rápidamente puede sentirse sola. Así que mantengamos nuestros ojos abiertos y asegurémonos de no dejarla sola.

Si tiene niños pequeños, ella apreciaría tener otro par de manos que la ayude a cuidarlos durante el culto.

Ama a sus hijos

La madre soltera puede sentir que constantemente está extinguiendo incendios; siempre abordando lo que es más urgente frente a ella. Muchas madres solteras descubren que el poco tiempo que tienen para leer la Biblia y orar con sus hijos a menudo se acorta. Y además, algunas comentaron la preocupación de que sus hijos están siendo enseñados a vivir de acuerdo a una visión diferente por su padre.

Así que a ellas les gustaría que pasáramos tiempo con sus hijos con la intención de apuntarlos a Cristo. No tiene que ser una larga y profunda discusión teológica. Unos cuantos minutos animándolos con juegos y pizza, una caminata familiar o un paseo en coche sería grandioso.

Muy similarmente, las madres solteras desean ejemplos de lo que es un matrimonio Cristo-céntrico y cómo son los hombres piadosos. ¿Por qué no incluirlos en las actividades ordinarias de nuestra semana, como una película familiar, o invitarlos a jugar en el patio un sábado por la tarde?

Ámala de manera práctica

¡Las madres solteras están en gran necesidad de descanso! ¿Por qué no le preguntamos cómo podemos ayudarle durante la semana? Podemos llevar una comida de vez en cuando en la semana, recoger a sus hijos de alguna de sus actividades, ofrecer cuidar a los niños una tarde, invitarla a salir a ver una película o ir por café juntas.

A algunas madres solteras les encantaría saber que hay alguien a quien pueden llamar si en algún momento necesitan un par de manos extra o diferentes habilidades también; por ejemplo, ayudarles a mover sus muebles pesados. Recuerda que puede ser difícil pedir ayuda así que tomemos la iniciativa e invitémosla a estar en contacto si necesita ayuda o digámosle cuando estamos libres y ofrezcamos ayuda.

Finalmente, un nido vacío es difícil para toda madre, pero puede ser especialmente difícil para una madre soltera. Mi amiga Jean una vez dijo: “Siempre puedo encontrar alguien con quien hacer algo, pero lo que necesito es alguien con quien hacer nada.” Así que estemos para ella cuando ese día llegue.

No seremos capaces de hacer todo lo que está en este artículo, pero oremos que podamos identificar cómo podemos amar y cuidar de nuestras amigas que son madres solteras en la etapa en la que están; y al hacerlo, apuntarlas a Aquel que nos amó en nuestro tiempo de mayor necesidad (Ef. 2:1-5).

Este artículo fue publicado primero en Risen Motherhood. Traducido por Eyliana Perez y usado con permiso.

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Autor

  • Vive en el norte de Inglaterra con su esposo Jon, y 3 hijos. Pertenecen a la Iglesia de All Saints en Preston donde Rachel se involucra en el ministerio de mujeres. Ella ha escrito un recurso gratuito en inglés para niños pequeños basado en la historia de Zaqueo, titulado "The Little Liar Who Stopped Lying" (El pequeño mentiroso que dejó de mentir). Está disponible en su perfil de Instagram (@rachemcintosh).

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